El bebé

Audición del recién nacido

INTRODUCCIÓN

La Audición es una función  especializada para el desarrollo del habla, lenguaje y habilidades de comunicación.

El umbral de audición de un recién nacido es unos 40 ó 50 decibeles mayor que el de un adulto, lo cual significa que los bebés no oyen los sonidos de baja intensidad que se producen a su alrededor.

EL RECIÉN NACIDO ESCUCHA

Tú no le has oído todavía, pero el recién nacido ha estado escuchándote durante el embarazo. Ha oído el constante latido de tu corazón y la corriente sanguínea que fluye por tu cuerpo. Y todo eso antes de nacer.

El bebé reconoce tu voz, la conoce de memoria. Su sonido le tranquiliza. Los bebés vienen programados para prestar atención a la voz humana, porque sus cuidadores son personas. Y les encanta escuchar una voz familiar que les da la bienvenida.

ALTO Y CLARO

Aunque el oído del bebé ya funciona bien durante los tres meses anteriores al parto, puede estar un poquito alterado en su funcionamiento al nacer.

Esto es debido a que le puede quedar retenido algo de líquido amniótico en el oído medio, que  puede tardar varios días en absorberse.

Ahora que se encuentra en tus brazos, el recién nacido se tranquiliza con el latido acompasado de tu corazón. Cuando hablas, el niño mueve los ojos hacia el sonido de tu voz.

Los bebés prefieren el sonido de la voz humana a otros sonidos y reaccionan más a las voces agudas de mujer que a las profundas voces masculinas y en respuesta a los sonidos altos, pueden sobresaltarse, parpadear, llorar, contener la respiración o incluso dejar de comer por un momento.

 

Los investigadores creen que esto se debe en parte a la experiencia prenatal del bebé, durante la cual ha oído sobre todo la voz de su madre.

Pero no te preocupes, papá. No tienes que hacer nada más que hablar al niño y pronto reconocerá el tono grave de tu voz.

LLOROS Y GORGORITOS

El primer lenguaje del niño no contiene ninguna palabra. El bebé  expresará sus necesidades llorando. Si le estás dando el pecho, sus lloros estimularán tu producción de leche.

Pronto podrás distinguir si es un lloro de hambre o de incomodidad o dolor. El sabe que tú le oyes porque respondes cambiándole o alimentándole, lo cual le tranquiliza.

Gracias a tus respuestas, él aprende que es importante comunicarse. Y eso le convierte en un bebé feliz.

A las cuatro semanas, el bebé da otro paso hacia la conversación. Comienza a hacer gorgoritos y tú se los devuelves. Es entonces cuando el bebé comienza a reaccionar a una mayor variedad de sonidos.

Todavía se sobresalta cuando algo se rompe y se tranquiliza con las canciones de cuna, pero los sonidos medios (ni demasiado bajos, ni demasiado altos) comienzan a abrirse camino.

Entre las cuatro y las seis semanas, el bebé empieza a coordinar dos de sus sentidos: el oído y la vista. Empieza relacionando el sonido de tu voz con la visión de tu cara cuando le hablas.

Probablemente habrás observado que ha comenzado a sonreír cuando escucha tu voz mientras te acercas. Si le observas, verás que te sonríe cuando le hablas.

En unas semanas, sonreirá cuando te vea la cara, aunque no emitas sonido alguno. Tal es el poder de tu voz, que él se anticipa a su sonido y a sus efectos.

BALBUCEOS

El bebé nace con sentido del ritmo. El ritmo del habla de los adultos pone su cuerpecito en movimiento. También es sensible a la melodía o la entonación.

A los tres meses, ya oye sonidos agudos que antes no podía distinguir. Esto ayuda al bebé a distinguir mejor tu voz del ruido de fondo, sobre todo si le hablas en esa voz alta y cantarina que las mamás (y los papás y los amigos, incluso los niños) utilizan instintivamente con los bebés.

Esta forma de hablar ayuda al bebé a oírte y le ayuda a distinguir las sílabas.

Es su capacidad para oír diferentes sílabas lo que le convierte en un niño verdaderamente internacional.

Los bebés están preparados para el lenguaje y, como recién nacidos, pueden detectar muchos más sonidos del habla que un adulto.

Así que antes de que tu hijo emita una sola palabra, habrá estado balbuceando fonemas que se encuentran, por ejemplo, en el japonés, el sueco o el urdu.

Esta notable capacidad se pierde a finales del primer año. Ello se debe a que el niño se acostumbra a su idioma nativo, porque es el que más escucha.

Oírlo le ayuda a dominarlo, que es el objetivo último del bebé: comunicarse con mamá y con el mundo exterior. El oído es fundamental para la comunicación. Afortunadamente, sólo algunos bebés nacen con pérdida auditiva.

Los bebés que tienen mayor riesgo de sufrir problemas auditivos, como los engendrados por padres sordos, los nacidos muy prematuros o con graves complicaciones en el parto, deben recibir atención profesional antes de los tres meses de edad.

LA MÚSICA Y LOS BEBÉS

Se sabe que la música afecta al estado de ánimo de los adultos y también al de los bebés. Una melodía lenta les tranquiliza y les ayuda a prepararse para dormir.

Una canción alegre te animará a bailar con tu bebé en brazos y ambos lo pasarán genial.

Como el bebé nace con el sentido del oído muy desarrollado, es capaz de apreciar los sonidos más complejos de la música. Y como las pautas sonoras y los ritmos de la música clásica están más cerca de la melodía de la voz humana que otros tipos de música, los bebés la prefieren.

Si la música le convertirá o no en un científico espacial, es mera especulación. Pero le gustará mucho.

Otra cosa que le agrada es que le hablen. Y además es bueno para el niño. Le encanta oír tu voz y va aprendiendo el lenguaje con cada palabra que le dices.

CUIDA DE LA AUDICIÓN DE TU BEBÉ

Por todo esto, es que es tan importante evaluar y comenzar las intervenciones para la pérdida de audición lo antes posible.

En los niños es especialmente importante diagnosticar y tratar esta pérdida auditiva lo antes posible para limitar el impacto en el aprendizaje y desarrollo.

¿CUÁNDO LE DEBO HACER LA PRUEBA DE AUDICIÓN A MI BEBÉ?

Tu bebé debe recibir una prueba de audición antes de salir del hospital o del centro de maternidad. Si no la hicieron, asegúrate de que lo evalúen durante su primer mes de vida.

Tomar una acción rápida es importante si la prueba muestra que hay una posible pérdida auditiva.

¿CÓMO LE HARÁN LA PRUEBA DE AUDICIÓN A MI BEBÉ?

 

Existen dos pruebas diferentes para evaluar la audición de los bebés. El bebé puede estar en reposo o dormido durante cualquiera de las dos pruebas.

  • La prueba de emisiones otoacústicas (otoacoustic emissions, OAE) evalúa si ciertas partes del oído responden al sonido.
    • Durante esta prueba, se inserta un auricular de espuma suave en el conducto auditivo del bebé.
    • El audífono emite una serie de sonidos para medir un “eco”, que es la respuesta que produce el oído normal.
    • La falta de eco podría indicar que su bebé tiene una pérdida de audición.
  • La prueba de respuesta auditiva provocada del tronco encefálico (auditory brainstem response, ABR) Durante esta prueba, el bebé lleva puestos auriculares en los oídos y electrodos en la cabeza.
  • Esto no le causa ningún dolor. Los electrodos se adhieren y se desprenden fácilmente y no deben causar molestias.

¿QUÉ HACER SI LA PRUEBA INDICA QUE PUEDE TENER UNA POSIBLE PÉRDIDA AUDITIVA?

Tu pediatra te pedirá que hagas una cita con un audiólogo pediátrico. El audiólogo pediátrico es un profesional en audición que se especializa en la evaluación y la supervisión de niños con pérdida de audición.

Este examen de seguimiento debe hacerse lo antes posible, preferiblemente a los 2 a 3 meses de edad.

El audiólogo hará pruebas para determinar si su bebé tiene un problema de audición y, si es así, el tipo y la extensión del problema.

Si el examen de seguimiento confirma la pérdida de audición, debe comenzar a recibir servicios de intervención lo más pronto posible, idealmente para los 3 a 6 meses de edad.

SI EL EXAMEN DE SEGUIMIENTO ESTÁ BIEN, ¿SIGNIFICA QUE YA NO TENGO QUE VOLVER A EVALUAR SU AUDICIÓN?

No necesariamente. La pérdida de audición puede ocurrir en cualquier momento de la vida. Algunas formas heredadas de pérdida auditiva no aparecen sino hasta que un niño es mayor.

Si el bebé estuvo expuesto a ciertas infecciones antes de nacer, es más probable que tenga una pérdida de audición gradual durante la infancia.

Otros factores, como ciertas enfermedades infantiles, infecciones del oído, lesiones en la cabeza, ciertos medicamentos y ruidos fuertes también están relacionados con la pérdida de audición en los niños.

¿CÓMO DETECTAR UN PROBLEMA DE AUDICIÓN EN EL BEBÉ?

Los puntos más importantes a considerar como sospecha de que no está siendo normal el desarrollo de la función auditiva serían:

  1. Niños que se mantienen dormidos a pesar de que se haya producido ruido en el cuarto, como cerrar la puerta de manera brusca, aplaudir a una distancia de 15 a 20 centímetros del oído del pequeño, ausencia de respuesta a la música.
  2. Respuestas inconstantes al estímulo sonoro de la voz, o la ausencia de respuesta a estos, en etapas tempranas.
  3. Retraso en el desarrollo del lenguaje (niños que a los 18 meses no emiten ninguna palabra ni palabra frase (mamá, papá, teta).
  4. Fallas múltiples en la articulación del habla.
  5. Ausencia del desarrollo del lenguaje

REFERENCIAS

Durante, Embarazo, Semanas 13 - 24

DOLOR DE ESPALDA DURANTE EL SEGUNDO TRIMESTRE

INTRODUCCIÓN

Si padeces de dolor de espalda, no te preocupes. Alrededor de un 75 por ciento de mujeres embarazadas sufren de dolor de espalda. Es común que el dolor se presente en los últimos meses de embarazo o que se intensifique a medida que progresa el embarazo.

 

 

El dolor podría incluso continuar después de que nazca el bebé, pero no te preocupes, es muy probable que desaparezca en unos meses.

CAUSAS DEL DOLOR DE ESPALDA DURANTE EL EMBARAZO

Durante el embarazo, el cuerpo experimenta cambios significativos que pueden afectar la columna vertebral y los músculos de la espalda.

El aumento de peso, la postura y la relajación de los ligamentos y músculos pueden contribuir al dolor de espalda.

Aumento de peso: A medida que el feto crece y se desarrolla, la madre aumenta de peso. Este peso adicional puede ejercer una presión adicional en la columna vertebral y los músculos de la espalda.

Postura: El útero en expansión desplaza el centro de gravedad y estira y debilita los músculos abdominales, lo que hace que tu postura cambie y tu espalda se vea sometida a una presión adicional.

Esto puede hacer que te sientas menos estable y tengas dolor al caminar, estar de pie o sentada por periodos de tiempo prolongados, al darte vuelta en la cama, al levantarte de un sillón bajo, salir de la tina (bañera), agacharte, o levantar objetos.

Relajación de los ligamentos y músculos: Para preparar el cuerpo para el parto, los ligamentos y músculos se relajan durante el embarazo. Esta relajación puede afectar la estabilidad de la columna vertebral y contribuir al dolor de espalda.

Además, el útero también puede ejercer presión sobre un nervio.

SÍNTOMAS DEL DOLOR DE ESPALDA DURANTE EL EMBARAZO

Los síntomas del dolor de espalda durante el embarazo pueden variar desde un dolor leve hasta un dolor intenso.

El dolor puede ser agudo o sordo y puede sentirse en la parte inferior de la espalda, la pelvis, los glúteos y los muslos.

Además del dolor, otros síntomas pueden incluir rigidez, debilidad o entumecimiento en las piernas o los pies.

También es común que las mujeres embarazadas experimenten dolor al estar de pie o caminar por períodos prolongados.

¿QUÉ CLASE DE DOLORES SON COMUNES EN LA PARTE BAJA DE LA ESPALDA DURANTE EL EMBARAZO?  

Existen dos clases de dolor de espalda relacionado con el embarazo:

Dolor de cintura o un poco más arriba (dolor lumbar) cuando te paras, te sientas o cuando te acuestas. También se puede irradiar a las piernas.

Permanecer sentada o de pie durante periodos de tiempo prolongados y levantar objetos hacen por lo general que el dolor empeore y éste tiende a ser más intenso al final del día

El dolor en la parte posterior de la pelvis y en la parte profunda de los glúteos.

Se siente más abajo que el dolor lumbar. Se puede sentir muy adentro de las nalgas, en una o ambas, o en la parte trasera de los muslos.

Es posible que se desencadene a raíz de ciertas actividades tales como caminar, subir escaleras, entrar o salir de la tina, sentarse o levantarse de un sillón bajo, darse vuelta en la cama, girar el cuerpo y levantar cosas.

Las posiciones en que flexionas las caderas — como cuando te sientas en una silla o te inclinas hacia adelante mientras trabajas sentada en el escritorio — pueden empeorar el dolor pélvico posterior.

Las mujeres con dolor pélvico posterior están también más predispuestas a tener dolor en el hueso púbico.

Algunas mujeres tienen síntomas de ambos tipos de dolor.

¿QUÉ PUEDO HACER PARA EVITAR EL DOLOR DE ESPALDA?

 Para proteger tu espalda de malas posturas, esfuerzo innecesario y daños que causen dolor, te sugerimos lo siguiente:

Evitar el reposo salvo que sea necesario por motivos médicos.

Postura. Presta atención a tu postura. Trata de mantener las caderas hacia adelante y la espalda recta. No camines arqueando la espalda ni sacando la panza.

Aprieta tus nalgas, hecha tus hombros para atrás y hacia abajo y párate derecha. Fíjate en cómo te paras, cómo te sientas y cómo te mueves.

Pararse. Evita en lo posible pasar mucho tiempo de pie, cambia de posición constantemente.

Si tienes que estar parada durante un tiempo largo, descansa un pie sobre un banquito o caja (libro o lo que sea). Así aliviarás la tensión en la espalda.

Levantar objetos. Evita levantar objetos pesados o niños porque significa aun más esfuerzo para la espalda.

Si tienes que levantar algo del piso, flexiona las rodillas, levanta poniendo la fuerza en tus piernas y no en tu espalda y mantén la espalda recta.

Divide el peso de los artículos que transportas. Una bolsa de compras en cada mano con la mitad del peso es mucho mejor que la presión dispareja que ejerce sobre la espalda una sola bolsa más pesada.

Calzado. Usa zapatos de tacón bajo con buen apoyo en el arco del pie. Evita usar zapatos de tacón alto porque ponen presión sobre los músculos de la cintura.

Agacharse y estirarse. Ten a mano las cosas que necesitas para que no debas agacharte ni estirarte para alcanzarlas. Recuerda que es más fácil perder el equilibrio cuando estás embarazada.

Sentarse. Siéntate en sillas que tengan buen apoyo para la espalda. Coloca una almohada pequeña detrás de la cintura para que tengas más apoyo cuando estés sentada.

Si tienes que estar sentada por mucho tiempo, trata de levantarse cuando menos cada hora.

Dormir. El mejor apoyo para la espalda es un colchón firme más que uno blando. Si tu colchón es demasiado blando, coloca una tabla entre el colchón y la base.

Duerme de costado en lugar de dormir boca arriba. Coloca una almohada entre las piernas cuando te acuestes de costado. La almohada te ayudará a mantener recta la columna vertebral y te dará más apoyo a la espalda.

A medida que avance el embarazo, usa otra almohada o un almohadón en forma de cuña para sostener el abdomen.

Agacharse y estirarse. Ten a mano las cosas que necesitas para que no debas agacharte ni estirarte para alcanzarlas. Recuerda que es más fácil perder el equilibrio cuando estás embarazada.

Apoyo. Usa pantalones de embarazo con una banda ancha de elástico que caiga debajo de la curva de la panza. Esa banda te ayudará a sostener el peso extra.

También hay fajas especiales de apoyo abdominal que te brindan ese tipo de soporte lumbar. Puedes conseguirlas en tiendas de ropa para embarazadas.

Alivio del dolor. Por lo general no conviene tomar medicamentos para aliviar el dolor de espalda durante el embarazo. Antes de tomar cualquier tipo de remedio, consulta con tu médico.

Puedes aliviar el dolor de espalda con una almohadilla térmica, una bolsa de agua caliente o compresas frías.

Aprende técnicas de relajación. Te pueden ayudar a sobrellevar las molestias y pueden resultarte especialmente útiles a la hora de acostarte, si es que el dolor de espalda es una de las cosas que te dificultan el sueño.

Ejercicios. Puedes hacer algunos ejercicios para fortalecer y estirar los músculos de la espalda. Eso te ayudará a mejorar la postura y fortalecer los músculos abdominales en preparación para el parto.

No olvides consultar con tu médico qué ejercicios son buenos para ti y cuánto tiempo puedes mantener el programa de actividad física.

Mantenerte activa durante el embarazo puede ayudar a aliviar el dolor de espalda. Los ejercicios acuáticos y las salidas a caminar se pueden hacer sin riesgo durante el embarazo y son muy buenos para la espalda.

Presta atención a tu cuerpo. Si descubres que una actividad en particular te da dolor de espalda, simplemente deja de hacerla.

Un masaje suave en esa zona puede ayudar a disminuir el esfuerzo y la tensión muscular.

Pregunta a tu médico si puedes ir con un fisioterapista que te enseñe a hacer algunos ejercicios sencillos y seguros especiales para el dolor.

FACTORES DE RIESGO

La propensión al dolor en la parte baja de la espalda es mayor si ya has sufrido este tipo de dolor, ya sea antes de quedar embarazada o durante un embarazo anterior.

 

También presentas mayor riesgo si llevas un estilo de vida muy sedentario, eres poco ágil y los músculos de tu espalda y abdomen están débiles.

Si estás embarazada de mellizos o gemelos, o incluso de más bebés, aumentan las posibilidades de tener dolor de espalda.

 

La obesidad puede ser un factor de riesgo.

¿PODRÍA SER CIÁTICA?

Cuando el dolor en la parte baja de la espalda irradia a las nalgas y los muslos, se confunde muchas veces con ciática, una afección que no es común.

La verdadera ciática, que puede ser causada por una hernia o una inflamación de un disco en la parte inferior de la columna vertebral, afecta sólo a alrededor del uno por ciento de las mujeres embarazadas.

Si tienes ciática, el dolor de pierna será por lo general más intenso que el de espalda. Posiblemente sientas también dolor debajo de la rodilla, que puede incluso irradiarse al pie y los dedos de éste.

Es probable que también sientas una sensación de cosquilleo u hormigueo en las piernas o te parezca que están como dormidas.

Si la ciática es intensa, también puedes tener sensación de adormecimiento en la ingle o en la zona genital. Incluso puede suceder que tengas dificultad al orinar o al evacuar. O es posible que sufras del problema opuesto, es decir, de incontinencia (dificultad para contener la orina o las heces).

Si piensas que tienes ciática, díselo a tu médico. Llámalo de inmediato si observas pérdida de sensibilidad o debilidad en una o ambas piernas o si sientes pérdida de sensibilidad en la ingle, vejiga o ano.

¿CUÁNDO DEBO LLAMAR A MI MÉDICO?

Si sientes dolor en la cintura a finales del segundo trimestre o durante el tercer trimestre y, a pesar de haber hecho todo lo posible, el dolor no disminuye o aumenta, consulta con tu médico.

Esto puede ser también un signo de una infección renal o  parto prematuro, en especial si no tuviste dolor de espalda hasta ese momento.

El dolor fuerte de espalda de todo tipo puede ser un signo de problemas, como cálculos o infección de los riñones. Cerciórate de consultar con tu médico si tienes:

  • Dolor fuerte de espalda que no mejora con compresas de calor o frío ni con el uso de prendas de apoyo lumbar
  • Dolor irradiado, entumecimiento, cosquilleo o debilidad en las piernas (el dolor se irradia a partir de un punto central)
  • Fiebre

CONCLUSIÓN

El dolor de espalda durante el embarazo es común y puede ser causado por una variedad de factores.

Si el dolor de espalda es constante o severo, siempre es importante hablar con un médico para evaluar cualquier posible complicación y obtener el tratamiento adecuado.

REFERENCIAS