Otras

Placenta Acreta

¿Qué es la placenta?

La placenta se define como el órgano intermediario durante la gestación entre la madre y el feto, que se adhiere a la superficie interior del útero y del que nace el cordón umbilical.

A veces conocida como la torta, por su forma, la placenta es el medio por el cual el feto satisface sus necesidades vitales: nutritivas, respiratorias y de eliminación de desechos. Es un órgano crucial para el buen desarrollo y mantenimiento del feto.

Formación y tamaño: La placenta comienza su constitución hacia la semana 4 del embarazo y finaliza en el cuarto mes. Sin embargo, está perfectamente delimitada en el mes 3. Finalizada su constitución, crecerá en paralelo con el desarrollo del útero.

Al finalizar el embarazo, el tamaño de la placenta será de unos 20cm de diámetro, por 3cm de grosor y un peso de entre 500 y 600 gr.

La placenta tiene dos caras: una procedente del embrión y otra procedente de la transformación de la mucosa del útero en el lugar donde se implantó el huevo.

Normalmente, durante la última etapa del parto, la placenta se separa de la pared del útero y sus contracciones ayudan a empujarla hacia la vagina (canal de parto). A esto se lo llama también expulsión o alumbramiento de la placenta.

¿Qué es la placenta Acreta?

Trastorno que se produce cuando las capas de la placenta se adhieren al músculo uterino impidiendo que se libere naturalmente en el parto.

Lo correcto es que las vellosidades de la placenta penetren en la capa que cubre la cara interna del útero (decidua) y lleguen al músculo uterino (miometrio), pero sin pegarse a él. En la placenta Acreta las vellosidades de la bolsa se adhieren al miometrio de modo que después del parto es imposible desprender.

La placenta Acreta es una complicación muy seria del embarazo. Dependiendo de la severidad de la adherencia y penetración de las vellosidades de la placenta se clasifica en:

Placenta Acreta. Cuando las vellosidades se adhieren al miometrio. Se presenta en el 75% de los casos

Placenta Increta. Cuando las vellosidades coriónicas de la placenta penetran el miometrio (la capa muscular del útero). Se presenta en el 15% de los casos

Placenta Percreta. Las vellosidades coriónicas de la placenta invaden y atraviesan el miometrio, llegan al peritoneo e incluso penetran en la cavidad abdominal e invaden otros órganos como la vejiga. Se presenta en el 5% de los casos.

placenta 6

La placenta anormalmente adherida no se separa espontáneamente de la pared uterina, y los intentos de retirarla pueden llevar a una hemorragia gravísima. La placenta Acreta en todas sus formas es una de las persistentes causas de muerte materna.

Factores de riesgo 

  • Cirugías previas de útero. Las mujeres que se han sometido a una cirugía uterina antes del embarazo son más propensas a sufrir una implantación anómala de la placenta.
    • Las zonas de la capa que cubre la cara interna del útero son muy delgadas, facilitando que las vellosidades de la placenta penetren más de lo necesario
  • Cesáreas previas. Es debido a las cicatrices que existe la posibilidad de que la placenta se implante más profundamente, a mayor número de cesáreas, mayor el riesgo y representa el 60% de los casos.
  • Síndrome de Asherman. Es un término que se usa para describir cicatrices   dentro del útero que pueden ser leves, (pequeñas bandas de tejido cicatrizal) o severas (formando bandas gruesas de tejido cicatrizal). En casos severos el interior del útero puede estar parcial o totalmente destruido. Estas cicatrices pueden ser causadas por endometritis (inflamación del endometrio), curetajes (raspado después de un aborto), dilataciones, procedimientos quirúrgicos del cuello o de la matriz, sangrados después del parto o de un aborto, entre otras.
  • Crecimiento dentro del útero de tumores benignos de la submucosa uterina
  • Edad materna de más de 35 años
  • Multiparidad: El riesgo aumenta con cada nuevo parto.
  • Placenta previa en embarazos anteriores: Se trata del factor de riesgo más frecuente, especialmente cuando la mujer ha tenido un embarazo anterior en el que el bebé nació mediante cesárea. Cuantas más cesáreas anteriores, más aumentan las posibilidades de placenta Acreta en una embarazada con placenta previa.

Muchas veces la placenta Acreta se presenta sin haber antecedentes de cirugías previas.

El obstetra deberá considerar cualquiera de estos factores para sospechar de una placenta Acreta y tomar precauciones

¿Cuáles son los síntomas?

La presencia de un acretismo no da síntomas durante el embarazo en la mayoría de los casos.

Cuando se presentan síntomas prenatales, éstos suelen ser hemorragias y están relacionados a la condición de placenta previa. Menos frecuentemente, los sangrados pueden estar asociados a la invasión de la vejiga, manifestándose  a través de hematuria (sangre en la orina).

Diagnóstico

De acuerdo al momento en que se realiza, el diagnóstico puede ser prenatal o perinatal (intraparto o puerperal).

El diagnóstico de la placenta Acreta antes del parto, permite que el equipo médico de especialistas pueda planear las acciones que se tomarán para disminuir las complicaciones y la mortalidad materna y del recién nacido

El diagnóstico se basa principalmente en imágenes y la ecografía o ultrasonido es la herramienta primaria de detección y evaluación. El diagnóstico se puede sospechar desde edades gestacionales precoces.

En los casos en que el médico detecta factores de riesgo, en especial placenta previa o anterior baja con antecedente de cesárea, se complementa la evaluación con ecografía transvaginal con Doppler color. De persistir la sospecha o en situaciones de alto riesgo, se puede realizar una resonancia magnética, que brinda una mejor evaluación de los planos anatómicos y permite valorar cómo está implantada la placenta en el útero.

Otros métodos que permiten diagnosticar placenta Acreta antes del parto son:

  • Análisis de sangre para determinar la cantidad de alfafetoproteína (AFP), una proteína que produce el feto y se puede detectar en la sangre de la madre y cuyo incremento está asociado a la placenta Acreta.
    • Más del 45% de las mujeres con placenta Acreta presentan niveles elevados de alfa feto proteína, en ausencia de otras causas.
  • Cistoscopia (es una técnica que emplea un tipo especial de endoscopio para visualizar el interior de la vejiga urinaria y realizar un diagnóstico).

El diagnóstico en el transcurso del parto se basa en manifestaciones clínicas como:

  • Hemorragia intensa en la zona de la inserción placentaria tras una extracción forzada durante la cesárea.
  • Imposibilidad de la extracción manual completa de la placenta, resultando evidente que existe una retención.
  • Falta de escisión entre la placenta y el miometrio (cubierta muscular del útero).

Cuáles son las complicaciones de la placenta Acreta para el bebé

Respecto al bebé en gestación, éste no sufrirá un daño directo en su desarrollo.

No obstante, si el trastorno se presenta durante el primer trimestre podría producirse un aborto involuntario. En el caso de progresar el embarazo, esta patología puede derivar en un parto prematuro, es decir, antes de las 37 semanas de embarazo.

Complicaciones de la placenta Acreta para la madre

La placenta Acreta puede originar graves complicaciones como:

  • Hemorragia vaginal intensa. La placenta difícilmente se separa de la pared del útero. Una de las principales complicaciones es que se presente una hemorragia durante las maniobras manuales que realice el médico para desprenderla. La hemorragia puede amenazar la vida de la mamá.
  • Rotura uterina.
  • Infección.
  • Pérdida de la capacidad reproductiva, ya que normalmente es necesario extirpar el útero junto a la placenta.
  • Parto prematuro. La placenta Acreta puede adelantar el parto y que este se produzca antes de la semana 37 de embarazo. Si la mujer sufre hemorragias severas, también será necesario realizarle una cesárea antes de la fecha prevista de parto.
  • Mortalidad fetal. Es muy poco frecuente en los países desarrollados y se debe, sobre todo, a la prematuridad.

Otra complicación es el daño causado en el útero y otros órganos (Percreta) durante su extracción.

Tratamiento

Si la placenta Acreta se diagnostica durante el embarazo, el tratamiento se basa en hacer un seguimiento estricto a la madre y establecer una cesárea programada con histerectomía (extracción del útero) alrededor de la semana 35 de embarazo, tras comprobar que la madurez de los pulmones del feto es apropiada.

Esto se hará conjuntamente con la paciente, el Obstetra y el Neonatólogo para cuidar al bebé.

Sin embargo, en los últimos años se han realizado estudios para comprobar la efectividad del tratamiento conservador, que consiste en no intentar extraer la placenta –esto podría originar una hemorragia muy grave que pusiera en peligro la vida de la madre– ni realizar la histerectomía, sino dejar la placenta en el útero y esperar para que el organismo la reabsorba, con el objetivo de preservar la fertilidad de la madre.

Este abordaje debe ser estudiado en cada caso particular, dependiendo de la edad y otras características de la paciente, y puede ser el más recomendable, por ejemplo, si se trata de una mujer joven que desea tener más hijos, o si se encuentra afectada la vejiga.

Se han realizado estudios en los que mujeres que habían sufrido placenta Acreta en un embarazo anterior, y se les había dejado en el útero consiguiendo la reabsorción, lograron posteriormente dar a luz bebés sanos. Sin embargo, la mujer debe conocer tanto las ventajas como los riesgos que supone el tratamiento conservador.

Desventajas del tratamiento conservador: En primer lugar, la embarazada debe someterse a un seguimiento y control intensivo por el riesgo de que se produzca una infección, una hemorragia o un embolismo pulmonar y, en algunos casos, puede ser necesario recurrir finalmente a la histerectomía.

Además, las mujeres que ya han sufrido placenta Acreta tienen muchas posibilidades de volver a presentar ésta u otras complicaciones en el siguiente embarazo.

Programación del parto

En la consulta el médico hablará con la embarazada acerca de la gran posibilidad que existe de que se tenga que hacer una histerectomía y de los riesgos de una severa hemorragia y de la posible muerte materna.

Una de las principales razones de programar y planear el parto son las complicaciones de una cesárea-histerectomía de emergencia contra una cesárea- histerectomía planeada.

Aun cuando el objetivo es el de programar y planear el parto, debe de haber un plan de contingencia para el parto que será elaborado para cada embarazada y que deberá de incluir el protocolo del hospital en el manejo de hemorragia materna.

Una de las opciones es que el parto se lleve a cabo después de que se haya evaluado la madurez pulmonar fetal, por medio de la amniocentesis.

Sin embargo, los resultados de recientes análisis sugieren que si la madre y el feto están en óptimas condiciones, se administren los corticoides para ayudar a la maduración de los pulmones del bebé y el parto sea a las 34 semanas de gestación sin amniocentesis.

Si la placenta Acreta es extensa, se hará una cesárea y la histerectomía. Este procedimiento ayuda a prevenir, de manera importante, la amenaza de una severa hemorragia que pone en riesgo la vida de la madre, esto puede ocurrir si parte de la placenta o toda, permanece adherida al útero después del parto.

La cesárea-histerectomía debe realizarse en un hospital que cuente con unidad de terapia intensiva, y el equipo necesario para atender cualquier complicación, como una hemorragia severa.

El médico hará una incisión en el abdomen y otra en el útero para extraer al bebé.

Una vez que el bebé está fuera, los médicos extraerán el útero con la placenta que está adherida, lo que evitará la hemorragia.

La histerectomía ya no permitirá más embarazos. Si la embarazada planea tener más hijos en el futuro, deberá hablar con su médico.

Referencias

Parto Prematuro
Complicaciones, Embarazo, Otras

Parto Prematuro

Introducción

Para la mayoría de las mujeres, el embarazo dura 40 semanas, pero algunas veces, termina antes de las 37 semanas.

El parto prematuro se define como el parto que se produce entre las semanas 20 a 37 del embarazo debido a la presencia de contracciones regulares –que se inician antes de la semana 37 del embarazo- las cuales dan lugar a cambios en el cuello uterino: borramiento (cuando se adelgaza el cuello uterino) y dilatación (cuando el cuello uterino se abre para que el feto pueda entrar en el canal de parto).

 Es un problema no sólo obstétrico, sino también neonatal, ya que se asocia con un alto índice de complicaciones para el recién nacido, incluyendo la muerte del mismo.

En caso de parto prematuro, puede ser que alguno de los sistemas orgánicos del bebé no esté completamente desarrollado o “maduro” para funcionar y aunque tengamos un bebé que parece totalmente sano y de peso adecuado el hecho de que su cuerpo no esté listo para desempeñarse normalmente fuera del vientre materno, aumenta considerablemente el riesgo de complicaciones serias que puedan afectar su salud y su desarrollo además de incrementar el costo de atención en forma importante.

Mientras más se adelante el parto, mayores serán los problemas de salud que tendrá el bebé.

Antes de la semana 20 se considera aborto.

Clasificación

Parto prematuro planeado o espontáneo

  • Alrededor de una cuarta parte de todos los nacimientos prematuros son planeados. Por ejemplo, el equipo médico puede decidir inducir el parto o practicar una cesárea antes de la fecha prevista para el parto debido a una complicación médica grave, como una preeclampsia intensa, o porque el bebé ha dejado de crecer.
  • El resto, son nacimientos prematuros espontáneos. Un nacimiento prematuro espontáneo ocurre cuando el parto empieza antes de tiempo, cuando se rompe la fuente de aguas antes de lo previsto, o cuando el cuello uterino se dilata prematuramente sin contracciones, lo que se denomina insuficiencia cervical o cervicouterina.

Un parto prematuro le puede ocurrir a cualquier mujer embarazada. Pero algunas mujeres están más propensas que otras.

¿Quiénes corren el riesgo de tener un parto prematuro?

El parto pretérmino o prematuro aparece en el 5-10% de las embarazadas. Todas las mujeres embarazadas corren el riesgo.

Por esta razón, es muy importante que todas las mujeres embarazadas conozcan los factores de riesgo, los síntomas de parto prematuro y qué hacer si sospechan que pueden estar teniendo un parto prematuro.

¿Cuál es la causa de un parto prematuro?

Si bien generalmente se desconoce la causa, hay distintos factores que pueden influir:

Factores sociológicos:

  • La raza: las mujeres de raza negra tienen una tasa de prematuridad del 16 al 18 %, comparado con el 7 al 9 % en mujeres blancas.
  • La edad: las mujeres menores de 17 y mayores de 35 años, tienen mayor riesgo de presentar parto pretérmino.
  • El bajo nivel cultural y socioeconómico.

Factores fisiológicos:

Infecciones maternas    

  • Algunas infecciones del aparato genital se asocian a un mayor riesgo de parto prematuro. Las sustancias que producen las bacterias pueden debilitar las membranas que rodean al saco amniótico y provocar su ruptura temprana. Incluso si las membranas permanecen intactas, las bacterias pueden causar una infección e inflamación en el útero, lo que podría acabar provocando un parto prematuro.
  • Seguramente en tu primera visita prenatal te hicieron pruebas para descartar infecciones de transmisión sexual tales como clamidia y gonorrea. Si dieron positivas, tanto tú como tu pareja deberían haber recibido tratamiento de inmediato. Unas semanas después te deberían haber hecho otra prueba y te habrán pedido que uses condones al tener relaciones sexuales durante el resto de tu embarazo.
    • Si ya tuviste anteriormente un parto prematuro, también te pueden haber hecho un análisis para ver si tenías vaginosis bacteriana, una causa común de flujo vaginal en mujeres en edad de procrear, es una afección en la cual las bacterias “buenas” y las “malas” están en desequilibrio.
    • Los especialistas no coinciden en si vale la pena hacerles estudios a las mujeres embarazadas que no presentan síntomas. (Si tienes síntomas de vaginosis bacteriana, te realizarán análisis y recibirás tratamiento con antibióticos, de ser necesario).
  • Seguramente no te habrán realizado un análisis para verificar si tienes tricomoniasis a menos que presentes síntomas. A las mujeres embarazadas por lo general no se les hacen pruebas de detección de esta infección. Sin embargo, a las mujeres embarazadas con flujo vaginal anormal se les deben hacer pruebas de detección y dar el tratamiento adecuado.
  • Algunas infecciones no uterinas, como la infección de riñón, pulmonía y apendicitis, también aumentan el riesgo de parto prematuro.
  • También corres más riesgo de tener un parto prematuro si padeces un tipo de infección urinaria llamado bacteriuria asintomática, una condición en la que hay bacterias en tu tracto urinario, pero no presentas síntomas. Esta es la razón por la que les hacen análisis de orina a todas las mujeres embarazadas.

Problemas con la placenta: Algún problema con la placenta como placenta previa o desprendimiento prematuro de placenta.

Problemas con el útero: Un útero demasiado grande, lo cual ocurre a menudo cuando tienes un embarazo múltiple o demasiado líquido amniótico.

  • Tienes malformaciones uterinas
  • Cuerpo extraño (el DIU se quedó adherido al útero).
  • Miomas uterinos.

Problemas con el cuello uterino: Anomalías estructurales del útero o del cuello uterino, como por ejemplo un cuello uterino de menos de 25 milímetros de largo que se acorta, afina o dilata sin contracciones, lo que se denomina insuficiencia cervical. La insuficiencia cervical puede ser resultado de una cirugía cervical o puedes haber nacido con ella.

Cirugías durante el embarazo: Tener una cirugía abdominal durante el embarazo (por ejemplo, para extirpar el apéndice, la vesícula biliar, o un quiste en el ovario).

Antecedente de un nacimiento prematuro: es uno de los factores predictivos más importantes para esperar que el problema se presente en el siguiente embarazo. De hecho, entre más temprano sea el nacimiento en el embarazo anterior, más alto el riesgo de que el próximo embarazo se complique con un nacimiento antes de término.

Has dado a luz en los últimos 18 meses (especialmente si quedaste embarazada los seis meses siguientes a dar a luz a tu anterior bebé).

Has tenido sangrados vaginales en el primer y segundo trimestre. Si has tenido sangrados durante más de un trimestre, el riesgo aumenta.

Padeciste anemia de moderada a severa al comienzo del embarazo.

Preeclampsia, una forma de presión sanguínea alta que puede desarrollarse en la segunda mitad del embarazo.

Problemas previos de salud de la madre tales como enfermedad renal, diabetes, enfermedad cardiaca, padecimientos de la Tiroides, que no estén controlados.

Estilo de vida 

  • Estabas demasiado delgada antes de quedar embarazada, o no aumentas el peso necesario durante el embarazo
  • Tabaquismo
  • El estrés severo durante el embarazo. La teoría es que el estrés intenso puede provocar la liberación de hormonas que desencadenan las contracciones del útero y el parto prematuro.
  • Maltrato físico, sexual o emocional.
  • Ingesta de bebidas alcohólicas o uso de drogas ilegales.

Factores fetales

  • Anomalías congénitas.
  • Muerte del bebé en el útero.
  • Macrosomía fetal (el bebé es muy grande).
  • Infecciones intrauterinas como la provocada por citomegalovirus o rubéola.

¿Cuáles son los síntomas de un parto prematuro?

Un parto prematuro normalmente NO es doloroso y la embarazada podría estar en labor de parto prematuro si tiene cualquiera de los siguientes síntomas:

  • Sangrado y/o cólicos en el abdomen (que pueden ser intermitentes).
  • Contracciones con lumbago (dolor en la parte baja de la espalda) o presión en la ingle o los muslos. Tienes la sensación de que el bebé está empujando hacia abajo.
  • Líquido que se filtra desde la vagina en gotas o en chorro.
  • Sangrado vaginal rojo y brillante.
  • Una secreción espesa y mucosa con sangre proveniente de la vagina.
  • Rompes fuente (ruptura de membranas).
  • Más de cinco contracciones por hora o contracciones que son regulares y dolorosas.
  • Contracciones que se vuelven más prolongadas, más fuertes y más cercanas.
  • Retortijones o calambres abdominales (con o sin diarrea).

Si comienzas a tener cualquiera de estos síntomas entre las semanas 20 y 37 de gestación, debes hacer algo al respecto. No dejes que nadie te diga que estos síntomas son “malestares normales del embarazo”

Tener síntomas de parto prematuro no quiere decir que darás a luz a un bebé prematuro. Aproximadamente la mitad de las mujeres que experimentan el comienzo de un parto prematuro acaban dando a luz a las 37 semanas o más tarde.

¿Qué es una contracción?

Una contracción es la palabra médica para dolor de parto. Cuando viene una contracción, la panza se endurece o se siente apretada (como si el bebé se hiciera una bola). Te puede venir una contracción cuando te acuestas, tienes relaciones sexuales o al subir y bajar escaleras. Esto es normal. Pero si tienes 4 o más contracciones en una hora, entonces son demasiadas.

  • ¿Cómo puedes saber si son realmente contracciones?
    • Acuéstate de un lado y pon tu mano sobre la panza.
    • Estás con contracciones si sientes que tu estómago se endurece y luego se ablanda.
    • Toma el tiempo. Anota la hora cuando te empieza la contracción y vuélvela a anotar cuando te empieza la siguiente.
  • ¿Cada cuándo debes revisarte por contracciones?: Por lo menos dos veces al día pon tus manos sobre la panza y siente si tienes contracciones. Repítelo a la misma hora cada día si es posible. No te debes confundir con las contracciones de Braxton Hicks que también son indoloras pero necesariamente menos frecuentes.

Diagnóstico

Si presentas alguno de los síntomas mencionados anteriormente, no esperes. Llama al consultorio de tu médico o vete directamente al hospital.

Aun si las contracciones son regulares, solo se puede diagnosticar trabajo de parto prematuro cuando se detectan cambios en el cuello uterino. Tu médico puede realizar un examen pélvico para determinar si el cuello uterino ha comenzado a cambiar. Es posible que haya que examinarte varias veces durante un período de unas horas. También se dará seguimiento a las contracciones y al bienestar del bebé.

¿Existen análisis que puedan predecir la probabilidad de tener un parto prematuro?

Hay dos pruebas de detección para aquellas mujeres que presentan síntomas de parto prematuro o que corren el riesgo de tenerlo. Los resultados negativos son especialmente útiles, ya que pueden ayudarte a evitar intervenciones innecesarias y al mismo tiempo tranquilizarte.

Las investigaciones no han demostrado que éstos sean útiles para las mujeres que no se consideran de alto riesgo y que no presentan síntomas.

Las dos pruebas son:

Medición de la longitud del cuello uterino mediante un ultrasonido o ecografía

Quizás tu doctor haya medido la longitud de tu cuello uterino durante la primera visita prenatal. Si ve algo que le preocupa, puede recomendar un ultrasonido para medir tu cuello uterino con más precisión y observa señales de que está cambiando. Si empieza a adelgazarse o dilatarse a mitad del embarazo el riesgo de un parto prematuro es mayor.

Si el ultrasonido muestra que tu cuello uterino está comenzando a cambiar, probablemente el médico te recomendará que reduzcas tus niveles de actividad física y horas de trabajo, que evites tener relaciones sexuales y que dejes de fumar, si todavía no lo has hecho. Dependiendo de tu situación y de la edad gestacional del bebé, podrían realizarte otro ultrasonido en las próximas semanas.

Si aún no has llegado a la semana 24 y tu cuello uterino está cambiando, pero no tienes contracciones, el médico te puede recomendar un cerclaje, que es un procedimiento mediante el cual se realiza una sutura alrededor del cuello del útero (se cose con un punto de hilo fuerte) para reforzarlo y ayudarlo a mantenerse cerrado. Sin embargo, este procedimiento presenta algunos riesgos, y existe mucha controversia sobre si es suficientemente eficaz y si vale la pena hacerlo.

Tu doctor determinará si eres una buena candidata para este procedimiento.

Prueba de detección de fibronectina fetal

Este análisis generalmente se reserva para mujeres que tienen contracciones u otros síntomas de parto prematuro. La fibronectina fetal (fFN) es una proteína producida por las membranas fetales. Si en una muestra de tus secreciones cervicales y vaginales tomada entre las semanas 24 y 34 de embarazo aparece una cantidad mayor de lo que debería, se considerará que corres más riesgo de tener un parto prematuro.

Si el resultado del análisis da positivo quizás tu médico te recete medicamentos para detener el parto a corto plazo y corticoesteroides para ayudar a que los pulmones del bebé maduren más rápido.

Sin embargo, el análisis indica con mayor precisión la fecha en la que no darás a luz, que la fecha en la que empezará el parto. Si el resultado de fFN da negativo, es muy poco probable que tengas un parto prematuro durante las próximas dos semanas. Un resultado negativo puede tranquilizarte y ayudarte a evitar la internación en un hospital o bien otros tratamiento innecesarios.

Tratamiento

Es difícil para los médicos pronosticar cuáles mujeres que presentan trabajo de parto prematuro tendrán un nacimiento prematuro. Solo un 10% de las mujeres que presentan trabajo de parto prematuro dan a luz dentro de un plazo de 7 días. En un 30% de las mujeres, el trabajo de parto prematuro se detiene por su cuenta.

Si tienes síntomas de parto prematuro o crees que estás perdiendo líquido amniótico, llama a tu médico, quien probablemente te hará ir al hospital para hacerte una evaluación exhaustiva.

Comprobará si tienes contracciones, revisarán la frecuencia cardiaca del bebé, y te examinarán para verificar si has roto aguas. Analizarán tu orina para comprobar si hay signos de infección y tal vez te hagan cultivos cervicales y vaginales. Puede que también te hagan estudios para ver si tienes fibronectina fetal.

Si no has roto la fuente de aguas, tu médico hará un estudio vaginal para evaluar cuánto se ha dilatado o afinado tu cuello uterino. Lo más probable es que además te haga un ultrasonido abdominal para observar la cantidad de líquido amniótico y verificar el crecimiento, la edad gestacional y la posición del bebé.

Algunos médicos también realizan un ultrasonido vaginal para revisar nuevamente la longitud del cuello uterino y ver si hay signos prematuros de afinamiento.

Si todos los análisis dan negativos, tú y el bebé parecen sanos, no has roto aguas y el cuello uterino permanece cerrado y sin afinamiento alguno, luego de unas horas es muy probable que te envíen a casa.

Si el trabajo de parto prematuro continúa, la manera en que se maneja se basa en lo que se considere mejor para tu salud y la de tu bebé. Cuando existe la probabilidad de que el bebé se beneficie si se aplaza el parto, el médico te administrará algunos medicamentos para:

  1. promover el desarrollo de los pulmones y otros órganos del bebé (corticoesteroides),
  2. ayudar a reducir el riesgo de que ocurra parálisis cerebral (sulfato de magnesio).
  3. ayudar a prolongar el embarazo para que los primeros dos medicamentos tengan tiempo para actuar (tocolíticos).

Cuando el trabajo de parto prematuro ha llegado a un punto en que no se puede detener o si hay motivos para que tu bebé nazca antes de lo previsto, es necesario dar a luz al bebé.

Corticoesteroides: Los corticoesteroides son medicamentos que atraviesan la placenta y ayudan a acelerar el desarrollo de los pulmones, el cerebro y los órganos digestivos del bebé. Es más probable que estos medicamentos beneficien al bebé cuando se administran entre la semana 24 y la semana 34 de embarazo.

Cuando el médico considera probable que el parto suceda dentro del plazo de una semana, te administrará un solo ciclo de corticoesteroides. Los mayores beneficios de estos medicamentos ocurren al cabo de 2 días de administrar la dosis, aunque algunos pueden ocurrir después de 24 horas.

Sulfato de magnesio: El sulfato de magnesio es un medicamento que se puede administrar si has estado embarazada por lo menos 32 semanas, si estás con trabajo de parto prematuro y corres el riesgo de dar a luz dentro de las próximas 24 horas.

Este medicamento puede reducir el riesgo de que ocurra parálisis cerebral asociada con partos muy prematuros. El sulfato de magnesio puede producir efectos secundarios leves en la mujer, como náuseas, diarrea y debilidad. Aunque pueden ocurrir complicaciones graves, estas ocurren raras veces.

Antibióticos: para impedir que el bebé contraiga una infección por estreptococo del grupo B. Esto se hace como medida preventiva, ya que los resultados de un análisis se demoran 48 horas.

Tocolíticos: Los tocolíticos son medicamentos que se usan para aplazar el parto por un período breve (hasta por 48 horas). Estos medicamentos permiten que se alargue el tiempo del parto y permita que se te administren los corticoesteroides o sulfato de magnesio y, de ser necesario, que se te pueda trasladar a un hospital que ofrezca atención especializada para bebés prematuros.

Además de su función para proteger contra la parálisis cerebral, el sulfato de magnesio también se puede usar como medicamento tocolítico. Los medicamentos tocolíticos pueden causar efectos secundarios.

Los efectos secundarios dependen del tipo de medicamento. Los tocolíticos se administran cuando se considera que los beneficios del tratamiento son mayores que los riesgos. Las mujeres que presentan síntomas de trabajo de parto prematuro pero no revelan cambios en el cuello uterino no se benefician del tratamiento tocolítico.

Tampoco es beneficioso seguir administrando tocolíticos después de que se haya detenido el trabajo de parto.

Esperar a que se inicie el parto le da al bebé más tiempo para madurar, pero aumenta el riesgo de una infección, lo cual podría ser peligroso para él. Pero a edades gestacionales muy tempranas, por regla general los beneficios de esperar son mayores que los riesgos inherentes a una inducción o cesárea inmediatas.

Durante todo este tiempo tu bebé y tú estarán bajo observación constante. Por supuesto, si desarrollas los síntomas de una infección o hay otras señales que indican que tu bebé no está prosperando, te inducirán o te harán una cesárea.

Si aún no has llegado a las 24 semanas de embarazo, no se recomiendan los antibióticos para el estreptococo del grupo B ni los corticoesteroides. Tu equipo médico te informará sobre el pronóstico de tu bebé y puedes optar por que te induzcan o por esperar.

¿Cómo puedo prevenir un parto pretérmino?

Prevenir un parto prematuro es un gran desafío porque las causas son numerosas, complejas y poco entendidas. Sin embargo, una embarazada puede tomar medidas importantes para reducir el riesgo y mejorar su salud en general que incluyen:

  • Recibir cuidado prenatal regular desde el inicio del embarazo disminuye drásticamente las posibilidades de tener un parto prematuro. Por lo tanto, visita a tu médico tan pronto sospeches que estás embarazada (o todavía mejor, antes de concebir) y hazte chequeos regulares durante todo tu embarazo.
  • Evita el cigarrillo, el alcohol y también las drogas.
  • Come una dieta sana y vigila tu peso. Si subes mucho durante el embarazo, incrementas las posibilidades de desarrollar diabetes gestacional y preeclampsia. Ambas aumentan el riesgo de un parto pretérmino.
  • Toma tus vitaminas prenatales. La toma diaria ayuda a mantener tu salud en general y de hecho, las investigaciones sugieren que el ácido fólico (el cual es sumamente benéfico para tu bebé), puede también ayudar a disminuir el riesgo de que la placenta se separe de la pared uterina (abruptio placenta) y la preeclampsia.
  • Finalmente, discute con tu médico acerca de otras formas de asegurar un embarazo saludable.

¿Qué hacer si tienes síntomas de parto prematuro?

Llama a tu médico o vete al hospital de inmediato. Tu médico puede indicarte que:

  • Vayas a su consultorio o al hospital para un chequeo, o bien que
  • Dejes lo que estuvieras haciendo y descanses recostada sobre el lado izquierdo durante una hora.

Si los síntomas empeoran o no desaparecen después de una hora, llama a tu médico nuevamente o vete al hospital. Si los síntomas desaparecen, descansa el resto del día. Si los síntomas se detienen pero regresan, llama a tu médico nuevamente o vete al hospital.

Preguntas frecuentes

Usé fertilización in vitro (o cualquier otro método de tecnología reproductiva) para embarazarme. ¿Cuál es mi riesgo de tener un parto prematuro?

Las mujeres que conciben a través de tecnología reproductiva tienen un riesgo mayor de parto prematuro principalmente porque existen muchas probabilidades de que sea un embarazo múltiple.

¿Cuándo me puede llevar el bebé a casa?

Eso depende de la cantidad de tratamiento que requieras. Muy probablemente, tu bebé se quedará hospitalizado hasta que pase la línea de los 2,300 gramos (5 libras) y pueda respirar, comer y mantener su temperatura corporal por sí mismo.

Podrían pasar días, semanas y aún meses después del parto, dependiendo de cuán prematuro nació. Eso significa que probablemente tendrás que regresar a casa antes que el bebé lo haga.

¿Cuáles son los signos de prematuridad en un bebé?

El bebé prematuro es pequeño, generalmente pesa menos de 2.5 kg y tiende a tener una piel delgada, color de rosa y brillante a través de la cual se pueden ver con facilidad las venas. Casi no tiene grasa ni pelo.

Su actividad está disminuida en comparación con el recién nacido a término y el bebé muy prematuro yace en una posición de “rana muerta”. En los varones el escroto puede tener arrugas escasas y los testículos no haber descendido y en las niñas, los labios mayores todavía no cubren a los labios menores.

¿Qué complicaciones se pueden presentar en los bebés prematuros?

La mayoría de los problemas están relacionados con el funcionamiento inmaduro de los sistemas orgánicos del bebé, incluyendo:

  • Pulmones: el bebé puede presentar el síndrome de dificultad respiratoria (SDR) y otros problemas respiratorios causados por la inmadurez pulmonar.
    • Si el bebé tiene dificultad para respirar, el médico puede introducir un tubo de respiración y suministrar oxígeno con un respirador.
  • Bajo peso al nacer (menos de 2.5 kg)
  • Sistema Nervioso Central: no tiene reflejos de succión y deglución (dificultad para mamar y tragar) y de la inmadurez del centro respiratorio resulta una respiración periódica: el bebé se “olvida” de respirar.
    • Sangrado en el cerebro causado por vasos sanguíneos subdesarrollados.
  • Infecciones: el riesgo de desarrollo de infecciones generalizadas (sepsis) es 4 veces mayor que en el recién nacido a término.
  • Tracto gastrointestinal: Si los problemas de succión y deglución y la pequeña capacidad del estómago del bebé le impiden comer, el médico puede colocarle una sonda de alimentación en su estómago para proporcionarle nutrición. Los bebés extremadamente prematuros pueden requerir ser alimentados por vía intravenosa.
  • Ictericia (coloración amarilla de la piel) por elevación de los niveles de bilirrubina en la sangre del bebé y puede producirse “querníctero”. (enfermedad metabólica que produce retraso mental).
  • Incapacidad para regular su temperatura corporal: debido a que el bebé que nace demasiado temprano también tiene problemas para mantener su temperatura corporal por lo que es posible que sea puesto en una incubadora especial que lo ayuda a mantener una temperatura corporal cálida.
  • Riñón: la función renal es inmadura, de tal forma que la concentración o dilución de la orina es menos eficaz que en el bebé a término.

En cuanto a la morbilidad a largo plazo se destaca la parálisis cerebral, el retardo mental y la retinopatía del prematuro. El riesgo de estas patologías se relaciona directamente con la edad gestacional y el peso al nacer.

Si te han hospitalizado por un parto prematuro, solicita hablar con los pediatras que se especializan en el cuidado de bebés prematuros, también llamados neonatólogos. Pueden ayudarte a comprender los riesgos potenciales para tu bebé, con base en qué tan avanzado esté tu embarazo.

¿Está bien que programe mi parto una vez que llegué a la semana 37?

Tu bebé sigue creciendo y desarrollándose, en forma importante, durante todo el embarazo hasta las últimas semanas. Si la madre está saludable, las últimas investigaciones y estudios indican que el parto no debe programarse antes de la semana 39 del embarazo.

Referencias