DEFINICIÓN

La hepatitis C es una enfermedad del hígado infecto-contagiosa causada por el virus del mismo nombre; ese virus puede causar hepatitis, tanto aguda como crónica, cuya gravedad varía entre una dolencia leve que dura algunas semanas, y una enfermedad grave de por vida.

La palabra hepatitis se deriva de: “hepar” hígado e “itis” inflamación: inflamación del hígado.



El virus de la Hepatitis C fue identificado en 1989, después de muchos años de estudio, antes de esto, esta enfermedad se denominaba “Hepatitis “NoA, NoB postrasfunsional”, esto quería decir que era una hepatitis que no había sido provocada por estos virus que eran los que se conocían en ese momento y que había aparecido después de una transfusión de sangre.

A mediados de 1995 el virus fue visto por primera vez por científicos con la asistencia de un microscopio electrónico.

Es un tipo de hepatitis que afecta primariamente al hígado pero que también ataca a  otros órganos y puede desencadenar una serie de problemas en todo el organismo afectando al sistema inmunológico y causando otras enfermedades como la diabetes, el linfoma No-Hodgkin, complicaciones de la retina y tiroiditis.

Al principio se consideraba que este tipo de hepatitis era benigno porque el curso de su desarrollo es muy lento y no presenta síntomas por muchos años; para la mayoría de las personas, el progreso de la enfermedad puede durar de 20 a 30 años (50 a 70% de las personas afectadas van a “hepatitis crónica” que, habitualmente, no da ningún síntoma), pero otras pueden desarrollar cirrosis o cáncer del hígado rápidamente (un 20% progresará a cirrosis hepática en los 10-20  años posteriores al contagio).

En la actualidad la infección por VHC es la primera causa de hepatitis crónica, la principal causa de trasplante hepático y de cáncer de hígado en el mundo occidental.


¿QUÉ ES EL HÍGADO?

Es el órgano más grande de tu cuerpo, pesa aproximadamente 1,500 gramos y, a pesar de su gran tamaño, está escondido debajo de las costillas en el lado derecho de tu cuerpo.

Normalmente permanece así, sin que sepas siquiera dónde está y es tu socio silencioso. Quizá es por esto que su funcionamiento es tan misterioso y desconocido para la mayoría de nosotros.

Es solamente cuando se daña -por diferentes enfermedades o procesos- que uno se familiariza con este órgano vital.



Funcionalmente, el hígado es el órgano más complejo que lleva a cabo una multitud de diferentes procesos, entre algunos de ellos son:

Procesa los carbohidratos, grasas, proteínas y el alcohol.

  1. Almacena vitaminas y hierro
  2. Produce y excreta bilis
  3. Desintoxica la sangre
  4. Produce proteínas plasmáticas y factores de coagulación.

¿QUÉ ES EL SISTEMA INMUNOLÓGICO?

Tu cuerpo tiene un sistema inmunológico. Este sistema actúa como un ejército cuyo trabajo es proteger tu salud. Tu sistema inmunológico está formado por células y órganos que te van a proteger de la invasión los gérmenes que pueden afectar tu salud. El trabajo de tu sistema inmunológico es destruir esos gérmenes.

Los gérmenes vienen en multitud de tipos: bacterias, parásitos y virus. Cuando logran penetrar tu organismo, tu sistema inmunológico hará todo lo posible por defenderte de la invasión.

Algunas personas logran defenderse con éxito y no se enferman pero su sangre llevará la prueba de que su sistema inmunológico luchó contra el germen invasor. Esta prueba se llama “anticuerpos”. Son como las “heridas de guerra” que quedan después de que el enemigo se ha ido.

Si tu sistema inmunológico se “deprime”, vas a estar en constante ataque de todos estos gérmenes que harán que te enfermes y puedas morir.

El virus de la Hepatitis C es uno de tantos virus que, si penetra en tu organismo, tu sistema inmunológico hará todo lo posible por defenderte de la invasión.

Algunas personas logran defenderse con éxito y son las que desarrollan Hepatitis C aguda, dura entre 3 a 6 meses, teniendo una fase crítica que puede alargarse hasta un año e incluir una curación espontánea que suele ocurrir en el 20% de los casos, en el segundo semestre de padecer la enfermedad.

Pero la mayoría de las personas, el 80% de las personas infectadas, llega a padecer la Hepatitis C crónica que puede alargarse 20 0 30 años sin síntomas.


¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE LAS DISTINTAS HEPATITIS?

Todas son infecciones virales que inflaman el hígado, sin embargo, los virus son diferentes uno de otro y son también diferentes los medios de transmisión, el periodo de incubación y sus efectos.

Cada una de ellas: A, B, D, C (son las más conocidas) tiene formas especiales de presentación y las posibles complicaciones difieren sustancialmente, especialmente en la mujer embarazada, por las implicancias para la salud ulterior de la madre y el bebé.


¿QUÉ ES LA HEPATITIS C AGUDA?

La hepatitis C aguda es una infección de corto plazo por el virus de la hepatitis C. Los síntomas pueden durar hasta 6 meses. A veces, la infección desaparece porque el cuerpo es capaz de combatir la infección y deshacerse del virus.


¿QUÉ ES LA HEPATITIS C CRÓNICA?

La hepatitis C crónica es una infección por el virus de la hepatitis C de duración prolongada. La hepatitis C crónica se produce cuando el cuerpo no puede deshacerse del virus de la hepatitis C. La mayoría de las infecciones por hepatitis C se vuelven crónicas.

Sin un tratamiento, es posible que la hepatitis C crónica provoque cáncer de hígado o daño hepático grave que produzca insuficiencia hepática. La insuficiencia hepática se produce cuando el hígado deja de funcionar de manera correcta.


¿Cómo se puede reducir el riesgo de hepatopatías crónicas en la persona con hepatitis C?

La persona infectada con la hepatitis C no debe beber alcohol. Debe consultar con el médico antes de tomar medicamentos nuevos, incluso los de venta libre y de hierbas (fitoterapia). También debe consultar sobre la posibilidad de recibir las vacunas contra la hepatitis A y la hepatitis B.


¿CÓMO SE CONTAGIA LA HEPATITIS C?

Se conocen muchas, aunque no todas las posibles vías de contagio de la Hepatitis C. Esta relacionada principalmente con:

  • Trasmisión Sanguínea: contacto con sangre de una persona infectada, por vía parenteral: heridas, exudados de heridas, laceraciones de la piel o mucosas.
  • Transfusiones sanguíneas: en la actualidad es una vía de contagio casi inexistente por los controles a los que se somete a la sangre utilizada para dichas transfusiones. Sin embargo, existen muchas personas que contrajeron la enfermedad mediante esta vía cuando no se había descubierto el virus ni había forma de detectarlo (antes de 1993).
    • Dado que existe un periodo denominado ‘ventana’, desde que te contagias hasta que desarrollas anticuerpos (que es lo que detectan los análisis), en el que se pasaría por alto el diagnóstico de una hepatitis, para reducir el riesgo de contagio, a todos los donadores  de sangre se les hace una encuesta sobre factores de riesgo de modo que si existe duda de que haya podido contagiarse, su sangre no se acepta.
  • Pinchazos accidentales o compartir agujas, inyecciones intravenosas, jeringas contaminadas con sangre infectada. las personas que fueron tratadas con inyecciones en la época en la que se usaban jeringas no desechables pueden contagiarse de la Hepatitis C.
  • Tatuajes y perforaciones corporales (‘piercing’)pueden ser causa de infección si no se usan materiales desechables o no se tienen las medidas higiénicas adecuadas. La persona que hace el ‘piercing’ debe utilizar guantes y lavarse las manos después de cada trabajo.
  • Uso de drogas por vía intravenosa o vía intranasal al compartir instrumentos contaminados con agujas o popote. En la actualidad, en nuestro país el grupo de los usuarios de drogas es uno de los más afectados por la enfermedad
  • Vía sexual: mantener relaciones sexuales no suele ser una causa frecuente de contagio. Existen algunas relaciones de más riesgo, como son las de carácter homosexual (si existen erosiones anales). También aumenta el riesgo de contagio si la persona afectada o su pareja tienen una enfermedad de transmisión sexual concomitante: la infección por VIH aumenta el riesgo de contagio, así como la gonorrea o la infección por clamidia (enfermedad de transmisión sexual causada por una bacteria que puede afectar los órganos genitales de una mujer).
    • Durante la menstruación se desaconsejan las relaciones sexuales por la presencia de sangre.
  • Compartir cepillos de dientes, corta uñas, tijeras, navajas, rastrillos  o maquinas de afeitar puede poner en contacto la sangre de un paciente infectado con la de uno no infectado y éste podría ser un teórico vehículo de contagio, por lo que estas prácticas se desaconsejan.
  • Vía materno-fetal: los hijos de las madres afectadas pueden contagiarse. El riesgo de transmisión es del 2% y se incrementa al 4-7% para los hijos de madres con ARN (ácido ribonucleico que el virus necesita para replicarse) positivo en el momento del parto. También depende, en parte, de que existan otras infecciones asociadas o de lo traumático del parto.

Algunas de las personas afectadas (un tercio) son diagnosticadas y no tienen ningún antecedente que justifique el contagio, por lo que se supone que existen vías de infección diferentes de las nombradas y que no han podido ser demostradas hasta el momento.


¿CÓMO NO SE CONTAGIA?

La Hepatitis C no se contagia por dar pecho o leche materna, los abrazos, la tos, estornudos, besos, comida, agua, contacto casual, o por compartir utensilios de comida o vasos.


¿QUÉ PERSONAS TIENEN MÁS RIESGO DE PADECER HEPATITIS C?

  • Persona que haya recibido una transfusión de sangre o derivados (plasma, inmunoglobulinas etc.) antes de 1993.Después de esta fecha, las pruebas que se realizan a las muestras de sangre minimizan tanto el riesgo que hace muy poco probable el contagio.
  • Usuarios de drogas por vía venosa o vía intranasal al compartir instrumentos contaminados (agujas o popotes).Este grupo de personas tiene un riesgo muy alto de tener una infección por Hepatitis C. Con frecuencia existen personas coinfectados por la Hepatitis C y el virus del VIH.
  • Portadores de tatuajes o perforaciones corporales:los tatuajes y los ‘piercing’ son un vehículo frecuente de transmisión de la infección cuando se realizan en lugares que no cumplen las medidas de higiene exigidas (uso de aguja única para cada individuo, material desechable, esterilización adecuada de los materiales). En los últimos años este problema parece en aumento por la gran difusión que han tenido estas técnicas, especialmente entre gente joven.
  • Las personas que han recibido inyecciones con jeringas o agujas no desechables que están contaminadas.El uso de material de laboratorio desechable se extendió hace poco más de 20 años, previamente se empleaban agujas hipodérmicas que, en muchas ocasiones, no estaban esterilizadas de forma adecuada.
  • Personas con antecedentes de intervenciones quirúrgicas.El modo de contagio en estos casos puede ser del personal quirúrgico cuando entran en contacto con la sangre del paciente intervenido.
  • Personas que han compartido cepillo de dientes, corta úñas, tijeras, navajas, rastrillos o máquinas de afeitar contaminados con sangre infectada.
  • Personal de salud:el riesgo aumenta al tener más posibilidades de pinchazos accidentales con personas infectadas, algo que ocurre también en otros procedimientos como extracción de sangre, colocación de catéteres, etc.

¿CÓMO SE PUEDE EVITAR EL CONTAGIO DEL VHC?

Se deben tomar todas las precauciones para evitar que la sangre infectada no entre en contacto con la sangre de otras personas.

Por eso es muy importante para las personas que presentan el virus de la Hepatitis C:

  • No compartir artículos personales: cepillos de dientes, rasuradoras, corta uñas, navajas, etc.
  • Cubrirse las heridas y llagas abiertas.
  • Tener sexo seguro: usar condón.
  • No donar sangre, plasma, ni semen.
  • Informar a sus dentistas, doctores y enfermeras para que tomen las medidas necesarias.

¿EL VHC ES ALGO COMO EL VIH?

No, pertenecen a dos familias de virus totalmente distintas, tienen estrategias  diferentes para la replicación, estructura, envoltura y para la supervivencia, NO son para nada parecidos – excepto en que ambos confunden completamente al sistema inmune.

Sin embargo se sabe que las madres infectadas con VIH-VHC tienen mayor probabilidad de infectar al producto durante el parto.


¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE LA HEPATITIS C?

Es una enfermedad silenciosa que puede presentarse de manera aguda o crónica.
La Hepatitis C aguda es casi indistinguible de la Hepatitis B aguda. Al poco tiempo de contraer la infección mucha gente tiene una enfermedad parecida a la gripe con fatiga, fiebre, dolores y malestar muscular, náusea y vómitos.

Aproximadamente el 10% tiene ictericia (su piel y la parte blanca de los ojos se vuelve amarilla).Generalmente estos síntomas se resuelven y la persona afectada no padece síntomas de enfermedad hepática durante muchos años.  Los síntomas pueden ocurrir entre las 2 semanas a 6 meses después de la exposición, aunque normalmente sucede a los dos meses.

La Hepatitis C crónica la padecen el 80% de las personas infectadas. Puede no presentar síntomas por un largo periodo de tiempo hasta 20 0 30 años sin más síntomas que algunas alteraciones en los  marcadores hepáticos.

Después puede empezar una fase de fibrosis del hígado, que en algunos años puede desarrollar cirrosis y evolucionar en cáncer de hígado.

Los efectos del virus varían ampliamente entre los individuos y pueden presentar:

  • Cansancio y debilidad
  • Disminución de apetito
  • Náuseas o malestar estomacal.
  • Ictericia o coloración amarilla en la piel y/o ojos
  • Prurito (aparición de ronchas y comezón en la piel)
  • Dolor en la parte superior derecha del abdomen.
  • Dolor o inflamación de articulaciones.

Cuando se padece Hepatitis C crónica el paciente se mantiene estable y no hay mejora en forma espontánea. En algunos casos, a los 15 o 20 años del diagnóstico se detecta progresión de la lesión hepática.

Los síntomas de la cirrosis incluyen fatiga progresiva, ictericia (piel  y ojos amarillos), orina oscura (del color de la coca-cola), hinchazón abdominal (ascitis), pérdida muscular, picor, desorientación, confusión, pérdida de apetito y facilidad para las magulladuras (moretones).

Los síntomas de la Hepatitis C se han confundido con los de la Fibromialgia (Fatiga Crónica). Los estudios más recientes muestran que la Hepatitis C tiene un efecto muy importante en la calidad de vida de las personas afectadas.


DIAGNÓSTICO

A menudo, la infección crónica por el VHC también queda sin diagnosticar porque se mantiene asintomática hasta décadas después, cuando aparecen síntomas secundarios al daño hepático grave.

En la mayoría de los pacientes con VHC se detecta de forma casual, ya que la infección generalmente cursa sin síntomas,  pocos son los casos diagnosticados en la fase aguda.

Suele descubrirse en el momento en el que: el médico realiza análisis de rutina, al ir a donar sangre, al hacer análisis para seguros médicos o de vida.

Actualmente existen varias pruebas disponibles para diagnosticar la infección por el virus de Hepatitis C. Tu médico puede confirmar si has sido infectada con el virus de Hepatitis C haciendo ciertas pruebas de sangre:



Exámenes de sangre

Para analizar la presencia en la sangre de anticuerpos frente al virus VHC. Los anticuerpos que son específicos contra el virus de la hepatitis C sólo se sintetizan cuando el virus está presente en la sangre.

Por tanto, si estos anticuerpos se identifican en la sangre, implica que la persona ha estado en contacto con el virus de la hepatitis C en algún momento. Sin embargo, la presencia de estos anticuerpos no significa necesariamente que siga teniendo el virus en la sangre, pero sí que en un momento dado estuvo.

Si la determinación de anticuerpos es positiva, se necesita otra segunda comprobación  para saber si el virus sigue estando presente (dado que en el 10%-30% de las personas desaparece espontáneamente).


Otros análisis de sangre

En la prueba definitiva se mide la cantidad de material genético, el ARN del virus de la hepatitis C, habitualmente mediante una técnica llamada reacción en cadena de la polimerasa (PCR) o sus variantes, de ahí que la prueba suela denominarse prueba de PCR.

La prueba de PCR también puede emplearse para identificar el genotipo del virus (hay seis genotipos diferentes del virus de la hepatitis C) y la cantidad de virus presente (carga viral). En ciertos casos, cuando se sabe que una persona tiene una producción reducida de anticuerpos (por ejemplo, en caso de infección por el VIH), es necesario efectuar análisis de hepatitis C utilizando directamente el método de PCR.

Una vez diagnosticada una hepatitis C crónica se deberá evaluar el grado de daño hepático (fibrosis o cirrosis). Esto puede hacerse por biopsia hepática o por diversas pruebas no invasivas:

  • Elastografía por resonancia magnética.Una alternativa no invasiva para la biopsia de hígado .Es la elastografía por resonancia magnética que combina la tecnología de las imágenes por resonancia magnética con los patrones formados por las ondas sonoras que rebotan en el hígado para crear un mapa visual que muestra el grado de rigidez en todo el hígado. Un tejido hepático rígido indica la presencia de fibrosis, o cicatrices en el hígado, como consecuencia de la hepatitis C crónica.
  • Elastografía de transición.Otra prueba no invasiva es la elastografía de transición, la cual es una forma de ecografía que transmite vibraciones al hígado y mide la velocidad de la dispersión de estas por el tejido hepático para medir la rigidez.
  • Biopsia de hígado.Esta prueba normalmente se realiza utilizando una ecografía como guía e incluye la inserción de una ajuga fina a través de la pared abdominal para extraer una pequeña muestra de tejido hepático para analizarla en el laboratorio.

La utilidad de estas pruebas es confirmar el diagnóstico además de establecer el tipo y duración del tratamiento de acuerdo al genotipo del virus  y monitorizar la respuesta del organismo a los medicamentos antivirales.


¿QUÉ ES EL GENOTIPO DE LA HEPATITIS C?

No todas las personas tienen el mismo tipo de virus de Hepatitis C. Hay seis genotipos del VHC, y su respuesta al tratamiento es diferente. Por otra parte, una misma persona puede estar infectada por más de un genotipo.

El grado de daño hepático y el genotipo del virus se utilizan para orientar las decisiones terapéuticas y la conducta clínica.

El diagnóstico debe excluir otras causas posibles como VHA, VHB, citomegalovirus, infección del virus de Epstein-Barr, además de problemas no virales del hígado: hígado graso o enfermedades relacionadas con el alcohol o las drogas.

Tu médico te pedirá, periódicamente, los estudios y exámenes necesarios para monitorizar el tratamiento.


¿Quiénes deben de hacerse la prueba en forma preventiva?

El diagnóstico precoz puede prevenir problemas de salud derivados de la infección, y también la transmisión del virus. La OMS recomienda el cribado en personas que puedan correr un alto riesgo de infección.

Los grupos de población más expuestos al riesgo de infección por el VHC son:

  • los consumidores de drogas inyectables;
  • los consumidores de drogas por vía intranasal;
  • los receptores de productos sanguíneos infectados, y los pacientes sometidos a intervenciones invasivas en centros sanitarios cuyas prácticas de control de la infección son inapropiadas;
  • los niños nacidos de madres infectadas por el VHC;
  • personas cuyas parejas sexuales están infectadas por el VHC;
  • personas infectadas por el VIH,
  • reclusos o exreclusos, y
  • personas que hayan tenido tatuajes o perforaciones ornamentales (piercings).

¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO PARA LA HEPATITIS C?

La hepatitis C no siempre requiere tratamiento porque, en algunas personas, la respuesta inmunitaria eliminará la infección espontáneamente y algunas personas con infección crónica no llegan a presentar daño hepático.

Cuando el tratamiento es necesario, el objetivo es la curación. La tasa de curación depende de algunos factores tales como la cepa del virus y el tipo de tratamiento que se dispensa.


Medicamentos antivirales

La infección de la hepatitis c se trata con medicamentos antivirales Hepatitis C los cuales intentan sacar el virus del cuerpo de la persona afectada.

El objetivo es la curación total, es decir, que ya NO se pueda detectar el virus de la Hepatitis C en la sangre del individuo afectado, al menos 12 semanas después de que completaron el tratamiento.

Los investigadores recientemente lograron grandes avances en el tratamiento de la hepatitis C con nuevos medicamentos antivirales «de acción directa», a veces en combinación con otros medicamentos existentes.

Como consecuencia, las personas tienen mejores resultados, menos efectos secundarios y tratamientos más cortos, algunos duran solamente ocho semanas. La elección de medicamentos y duración del tratamiento dependen del genotipo de la hepatitis C, la presencia del daño hepático existente, otras afecciones y tratamientos anteriores. Debido al ritmo de la investigación, las recomendaciones para los regímenes de medicamentos y tratamientos están cambiando rápidamente. Por lo tanto, lo mejor es analizar las opciones de tratamiento con un especialista (gastroenterólogo o hepatólogo). Durante todo el tratamiento, el equipo de atención controlará tu respuesta a los medicamentos. Es muy importante que NUNCA INTERRUMPAS EL TRATAMIENTO sin antes consultar a tu médico.


HEPATITIS C Y EMBARAZO

¡OJO! Si estás decidida a tomar tratamiento contra la Hepatitis C antes de embarazarte, es recomendable esperar por lo menos 6 meses después de terminar el tratamiento antes de embarazarte para evitar los defectos al nacimiento que el medicamento puede causar en el bebé.

Los hombres que toman tratamiento deben usar control de natalidad durante el mismo y por lo menos 6 meses después de finalizado.

La respuesta al tratamiento depende, en parte, de lo avanzada que esté la infección. Las personas afectadas que ya padecen cirrosis tienen menos posibilidades de responder o su mejoría será menos espectacular que la de las personas que están en fases más precoces de la enfermedad.

Sin embargo incluso los cirróticos responden al tratamiento y, el uso de estos medicamentos, puede reducir el riesgo de desarrollar un cáncer en el futuro.

Las personas con daño hepático avanzado, pueden necesitar un  trasplante de hígado. La Hepatitis C es   la causa número uno de los trasplantes de hígado.


TRASPLANTE DE HÍGADO

Si has padecido complicaciones graves debido a la infección crónica por hepatitis C, el trasplante de hígado puede ser una opción. Durante el trasplante de hígado, el cirujano extrae el hígado dañado y lo reemplaza con uno sano. La mayoría de los hígados trasplantados provienen de donantes fallecidos, si bien una pequeña cantidad proviene de donantes vivos que donan una porción de sus hígados.

En la mayoría de los casos, la hepatitis C no se cura solo con el trasplante de hígado. Es probable que la infección vuelva a aparecer y requiera un tratamiento con medicación antiviral para evitar daños en el hígado trasplantado.

Varios estudios han demostrado que los nuevos regímenes de medicación antiviral de acción directa son efectivos para curar la hepatitis C después de un trasplante.

El tratamiento con antivirales de acción directa también puede ser efectivo con ciertos pacientes seleccionados adecuadamente antes del trasplante de hígado.


VACUNAS

Aunque no existe la vacuna contra la hepatitis C, es probable que el médico recomiende que te coloques vacunas contra los virus de la hepatitis A y B. Estos virus son diferentes y también pueden provocar daño hepático y complicar la evolución de la hepatitis C crónica.


TRANSMISIÓN SEXUAL DE HEPATITIS C

La transmisión sexual de la Hepatitis C es poco frecuente en las parejas monógamas. Aunque se han detectado VHC-ARN en los fluidos genitales femeninos, es rara la transmisión de la mujer a su pareja sexual. No se recomienda el uso de preservativos en estas parejas o en aquellas interesadas en tener descendencia.

Las parejas infértiles con VHC pueden recurrir a las técnicas de reproducción asistida.


Lo que concierne a las mujeres con respecto al VHC

Las mujeres pueden verse afectadas por la Hepatitis C de una manera diferente a la de los hombres. Esto es posiblemente debido a los efectos hormonales.

Menstruación: Los efectos del VHC pueden involucrar irregularidades menstruales, particularmente si estás experimentando síntomas significativos. Es importante que vigiles tu salud en general así como que lleves un control de la hepatitis.

Las toallas higiénicas y tampones que se han expuesto a la sangre deben envolverse firmemente y disponerse de una manera segura. Las superficies contaminadas deben lavarse perfectamente con cloro y la ropa que se haya expuesto a la sangre debe remojarse durante 30 minutos. El contacto sexual durante la menstruación no es seguro.

Es importante que tengas en cuenta que en la enfermedad hepática crónica es muy frecuente que se presente sangrado uterino disfuncional, menopausia prematura y cualquier otra clase de anormalidad hormonal. El hígado es quien procesa estas hormonas y no se procesan adecuadamente si este órgano está dañado.

Anticoncepción: Es importante que consultes siempre con tu médico para que él te indique cuál es el anticonceptivo indicado para ti ya que puede variar dependiendo de si la infección con el virus de la Hepatitis C está activa.

Terapia de reemplazo hormonal: Si tienes síntomas severos de Hepatitis C puedes necesitar hablar con tu médico si deben usarse hormonas para los síntomas de la menopausia. Si este es el caso, cremas vaginales externas y parches en la piel son probablemente mejores que las píldoras.


EFECTOS DEL EMBARAZO EN LA HEPATITIS C

Una mujer afectada con la Hepatitis C que desea embarazarse puede tener cierta ansiedad sobre su salud y la de su bebé.

Es importante saber que, aún cuando tiene el virus en la sangre, no tiene mayor riesgo de complicaciones obstétricas y el embarazo no parece inducir el agravamiento de su enfermedad excepto cuando la enfermedad hepática está muy avanzada, cuando hay problemas en la coagulación de la sangre o anemia.

No hay evidencia de que el VHC aumente la incidencia de anomalías congénitas, bajo peso al nacer o prematurez. Esta infección tampoco disminuye la fertilidad.

Las mujeres con VHC tienen alto riesgo de padecer “colestasis del embarazo” (es un trastorno en el que un obstáculo dificulta o impide el flujo normal de bilis de la vesícula biliar y se produce comezón e ictericia -color amarillento de la piel, los ojos y las membranas mucosas-), esta complicación es frecuentemente benigna y desaparece rápida y de manera espontánea después del parto.

Se puede presentar prurito o comezón ligero y empeora en las noches. Su tratamiento consiste en medicamentos de acción tópica o local.

Transmisión Vertical: es aquella que acontece de madre a hijo durante el parto. La trasmisión de virus de Hepatitis C madre-hijo es infrecuente pero puede darse durante el parto, especialmente si la carga vírica es elevada o existe coinfección por el virus de SIDA.

Información actualizada muestra que la transmisión puede ser un poco más probable en los bebés de las madres con genotipo 1.

La mayoría de los niños nacidos de madres con Hepatitis C reciben anticuerpos generados por el organismo de su madre que NO SON PROTECTORES EN EL CASO DE LA HEPATITIS C.

Varios estudios indican que la transmisión de la Hepatitis C ocurre al momento del parto o cerca de él cuando la sangre se pone en contacto con las mucosas del recién nacido o es tragada por éste. La importancia de la transmisión del virus de la Hepatitis C está bajo línea de investigación por encontrarse que este modo de propagación es la mayor causa de infección por VHC entre los niños.

Dado el riesgo bajo de transmisión de madre a hijo, no existe suficiente información actualmente sobre el uso de la cesárea para reducir el riesgo de transmisión. Sin embargo, es posible que si una mujer tiene un caso agudo de Hepatitis C, habría más riesgo de que se infectara su bebé con la cesárea.

La placenta es una barrera salvo si existe rotura placentaria, amenaza de aborto o parto prematuro.  Es por eso que, en este caso, deben evitarse cualquier estudio invasivo que ponga en riesgo su integridad (como amniocentesis, biopsia coriónica, etc).


CUIDADOS DURANTE EL EMBARAZO

Los cuidados obstétricos se enfocan a limitar el daño hepático, controlar las complicaciones de esta enfermedad y reducir las posibilidades de transmisión madre-hijo. El consejo prenatal y la atención obstétrica cuidadosa son factores que repercuten favorablemente.

Si tienes Hepatitis C diagnosticada y descubres que estás embarazada, concerta inmediatamente una cita con tu médico. Deberás someterte con regularidad a chequeos médicos y a exámenes en los que se evalúe el estado de tu hígado.

La terapia a base de Interferón para tratar la Hepatitis C deberá ser interrumpida debido a que los efectos que la misma podría dejar en el feto son totalmente desconocidos.

Es importante que sean tu ginecólogo y el  especialista en enfermedades del hígado (hepatólogo) quienes lleven el control de los medicamentos que necesites durante este periodo.

Las mujeres con colestasis (este término comprende todas las situaciones en las cuales existe un impedimento en el normal flujo de bilis desde el hígado hasta el intestino-duodeno) durante el embarazo, tienen riesgo elevado de tener un parto prematuro u ocasionar estrés fetal.

El parto por cesárea normalmente no reduce el riesgo de transmisión. Sin embargo, es recomendable en mujeres con casos agudos de Hepatitis C o con infección con VIH, ya que hay más riesgo que se infecte su bebé. Cuando es necesaria la cesárea, se aplica anestesia peridural o anestésicos que no sean tóxicos para el hígado (hepato-tóxicos).

Dieta durante el embarazo: Lo importante del aumento de peso en el embarazo es que éste permita un crecimiento y desarrollo adecuado del futuro bebé. La idea es seguir las recomendaciones de alimentación para una mujer embarazada, adecuando la dieta como aquí se presenta.


La lactancia

Se sabe que las madres que padecen Hepatitis C pueden amantar a los bebés sin ningún riesgo.  Son muchas las ventajas de amamantar. Las madres que dan pecho deberían revisar sus pezones antes de cada toma y suspender la lactancia si tienen grietas, cortes, heridas o sangran ya que en este caso pueden contagiar al bebé con el virus de la Hepatitis C presente en la sangre.

La posibilidad de infección ocurrida después del nacimiento por convivencia íntima con la madre, se considera nula.

Se desconoce si los medicamentos pasan al bebé a través de la leche materna.


¿Cómo puedo saber si mi bebé tiene Hepatitis C?

Si un bebé nace de una madre con VHC+ y se analizará su sangre al nacer para comprobar los anticuerpos de C, la prueba sería positiva. Esto es porque el bebé tiene algunos anticuerpos de la madre adquiridos a través de la placenta.

Sólo cuando persistan los anticuerpos en sangre después de 18 meses tras el parto, puede considerarse que están producidos por el niño en respuesta a la infección.


¿CÓMO AFECTA EL VHC A LOS NIÑOS?

En los niños la infección usualmente es silenciosa, aunque hay niños de 8 años que pueden ponerse muy enfermos con la Hepatitis C, el padecimiento suele tener evolución crónica (su pronóstico final no se ha establecido). Aún no se tienen medios efectivos de prevención.

Niños que son portadores crónicos de VHC tienen modelos de crecimiento normales. Las hepatitis crónicas raramente progresan a cirrosis en niños y esto es consecuencia de que se requiere un periodo de tiempo de 10 a 20 años o más para las cirrosis. El cáncer hepático muy raramente ocurre en niños.

Los niños tienen menos probabilidades que los adultos de presentar síntomas de la infección con virus de la Hepatitis C, y por lo tanto son capaces de transmitir el virus sin saberlo. Parece que la Hepatitis C no afecta al crecimiento del niño.

Todos los niños, con o sin la Hepatitis C, deben recibir educación sobre la higiene correcta.

El tratamiento en los niños: No pueden tratarse niños con hepatitis crónicas simplemente como adultos en miniatura.


PREVENCIÓN

El tratamiento previo al embarazo con el objeto de disminuir la viremia o carga viral,  podría aumentar la probabilidad de mantenerse no virémica en el embarazo y bajar el riesgo de transmisión.

El bebé de una madre con Hepatitis C debe de recibir la vacuna contra la Hepatitis B en el primer mes de vida ya que pueden tener un riesgo mayor de infectarse y la Hepatitis B puede ser mucho más severa en un paciente con Hepatitis C. La vacuna contra la Hepatitis A deberá dársele, por las mismas razones, al cumplir los dos años de edad.

No se necesitan precauciones especiales para el cuidado del recién nacido. No existe el riesgo de transmisión vía orina o heces fecales. La Hepatitis C en los niños no es contagiosa. Estos niños no son ningún riesgo para la comunidad y por lo tanto, no debe restringirse sus actividades diarias.


PRONÓSTICOS

El pronóstico del recién nacido infectado  con VHC al nacer es favorable.  Además en algunos casos pueden recibir tratamiento con el cual la gran mayoría de los bebés infectados logran erradicar al virus por lo que no tendrán ningún problema posterior.


PROBABILIDAD DE QUE SE REPITA

Aproximadamente cinco de cada 100 bebés con madres infectadas por el VHC se contagian. Esto ocurre al momento de nacer y no hay tratamiento que pueda prevenirlo. La probabilidad con cada embarazo es la misma.


INSTITUCIONES DE APOYO

Puedes obtener  más información sobre la Hepatitis C de en las siguientes asociaciones:

FUNDACIÓN MEXICANA PARA LA SALUD HEPÁTICA, A.C.


REFERENCIAS

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