Definición:

Un linfoma es un tumor, es decir un crecimiento anormal de células (glóbulos blancos llamados “linfocitos”) que se desarrolla en el sistema linfático, el cual es parte del sistema inmunológico del cuerpo humano.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como cáncer asociado al embarazo a toda neoplasia maligna que se diagnostica durante la gestación o hasta seis meses del parto. Por orden de frecuencia, estas son: cáncer de cuello uterino, carcinoma de mama, melanoma y linfoma

¿Qué es el sistema linfático?

El sistema linfático o circulación linfática incluye una red de finos tubos que se ramifican a través del cuerpo. Los vasos linfáticos llevan linfa, un fluido acuoso incoloro que contiene las células que luchan contra las infecciones llamadas linfocitos.

A lo largo de esta red de vasos hay pequeños órganos llamados nodos o “ganglios linfáticos”. Se encuentran conjuntos de ellos en las axilas, cuello, ingles, pecho y abdomen. Cuando los linfocitos se multiplican de modo anormal o no mueren cuando deben morir, pueden agruparse en los ganglios linfáticos haciendo que aumenten de tamaño y formar tumores.

También forman parte del sistema linfático el bazo (un órgano que se encuentra en la parte superior del abdomen cuya función es producir linfocitos y filtrar los glóbulos deteriorados de la sangre), el timo (un órgano pequeño situado debajo del esternón) y las amígdalas (situadas en la garganta).

En el siguiente dibujo tenemos un diagrama del sistema linfático y una ampliación de un ganglio.

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El sistema inmunitario, del que forman parte los linfocitos, es responsable de la defensa del organismo frente a las agresiones del medio ambiente..

¿Cuántos tipos de linfoma hay?

Los linfomas se dividen en dos tipos generales:

  • Linfoma de Hodgkin (también llamada enfermedad de Hodgkin): las células cancerosas en el linfoma de Hodgkin tienen un aspecto específico bajo el microscopio.
  • Linfoma no Hodgkin: Es cualquier tipo de linfoma maligno que no sea Hodgkin. Se sabe de qué tipo es basándose en el aspecto que tienen las células cancerosas al estudiarlas al microscopio. Existen muchos tipos de linfomas no Hodgkin y unos se expanden más rápido que otros. Se dividen en 2 grupos:
    • “linfomas indolentes”, los cuales crecen con más lentitud y provocan menos síntomas, y
    • “linfomas agresivos o de alto grado”, que se expanden más rápidamente.

Incidencia

Los linfomas se suelen dar un 40% más en los varones que en las mujeres, y es rara antes de los 10 años. Se suele dar en mayor medida en personas jóvenes (entre 15 y 34 años), y también en mayores de 60 años.

En la actualidad es la enfermedad “oncohematológica (cáncer de la sangre) más frecuente.

Por tanto, algunas mujeres pueden ser diagnosticadas de linfoma durante el embarazo. Es más habitual que se trate de linfoma de Hodgkin que de linfoma no-Hodgkin, probablemente por la mayor incidencia de linfoma de Hodgkin a la edad en que la mujer es fértil.

¿En dónde se inicia el linfoma?

Dado que el tejido linfático se encuentra en todo el cuerpo, el linfoma de Hodgkin puede comenzar en prácticamente cualquier parte del cuerpo y propagarse a casi todo tejido u órgano del cuerpo.

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Generalmente, se origina en los ganglios linfáticos de la parte superior del cuerpo. Las localizaciones más frecuentes son el tórax, el cuello o debajo de los brazos.

¿A quién afecta el linfoma de Hodgkin?

El linfoma de Hodgkin puede presentarse tanto en adultos como en niños.

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El linfoma de Hodgkin en mujeres embarazadas es la misma enfermedad que la que se presenta en mujeres no embarazadas en edad de procrear. Sin embargo, el tratamiento es diferente para las mujeres embarazadas.

Causa y Factores de riesgo

La causa del linfoma se desconoce, sin embargo los estudios han demostrado que existen algunos factores de riesgo.

Cualquier cosa que aumente el riesgo de padecer de una enfermedad se llama factor de riesgo.  Tener un factor de riesgo no significa que se va a padecer de cáncer; no tener un factor de riesgo no significa que no se va a padecer de cáncer.

  • Déficit del sistema inmunológico: Algunas formas del linfoma aparecen con más probabilidad en personas que han tomado fármacos para evitar el rechazo de un órgano después de un trasplante o que tienen una inmunidad baja, por ejemplo, personas con SIDA.
  • Manejo de productos tóxicos: Se cree que algunos químicos en los insecticidas o en los productos de conservación de la madera pueden causar linfoma maligno agresivo.

Otros factores de riesgo pueden ser también:

  • Sexo masculino.
  • Infección por el virus de Epstein-Barr. 

Los linfomas malignos no son contagiosos ni hereditarios. El embarazo no es un factor de riesgo de padecer linfoma de Hodgkin.

Signos y síntomas del linfoma de Hodgkin

Existe la posibilidad de que otras enfermedades ocasionen los mismos síntomas, por lo que es importante que siempre consultes con tu médico si persiste cualquiera de estos problemas:

  • El síntoma más característico que puede señalar la existencia de un linfoma es el crecimiento de un ganglio linfático, lo que se conoce como “adenopatía”.

lin4Estas adenopatías suelen ser indoloras y no causan molestias, por lo que, salvo al tacto, pueden pasar desapercibidas durante largo tiempo. Lo más frecuente es que aparezcan en el cuello, las axilas o las ingles y, más raramente, en otras regiones.
No debes alarmarte si te detectas un ganglio. En caso de que notes «un bulto», sea cual sea su localización, es importante que acudas a tu médico para que te valore y determine si hay que realizar alguna prueba.
En un elevado porcentaje de casos tiene un origen trivial, ya que la causa más frecuente de aparición de una adenopatía es que exista una infección, muchas veces irrelevante. Es siempre el médico quien establece su importancia.

  • Fiebre sin razón conocida.lin5
  • Una enfermedad febril asociada a una infección, no es un síntoma
  • Sudores nocturnos.
  • Pérdida de peso sin razón conocida.

                                                           linfoma

  • Picazón en la piel de todo el cuerpo.

                                                                 linfoma2

  • Sensación de mucho cansancio.

                                                                     linfoma3

  • Tos y dificultad para respirar (disnea)

                                                               linfoma4

Diagnóstico

Si tienes cualquiera de estos síntomas, el médico te examinará cuidadosamente en busca de masas (tumores o bolitas) en el cuello, las axilas y las ingles. Si durante el examen físico se encuentra con alguna anomalía en los ganglios, seguramente te hará algunos estudios para determinar la presencia de células cancerosas.

Existen dos métodos de diagnóstico del linfoma: la biopsia ganglionar y el estudio de extensión.

Biopsia ganglionar: Se trata de estudiar en el microscopio el tejido del ganglio inflamado. Para ello, el médico extrae una muestra del mismo mediante una pequeña intervención, generalmente con anestesia local. No produce molestias importantes, sobre todo si el ganglio es externo. Y son raras las ocasiones en las que se requiere estudiar ganglios internos u otros órganos del cuerpo como el estómago o el hígado.

La biopsia es la única técnica válida para diagnosticar el linfoma y conocer su tipo exacto y resulta absolutamente imprescindible para que tu médico pueda determinar qué tratamiento hay que seguir.

Estudio de extensión: Una vez que se ha diagnosticado el linfoma, el especialista te pedirá hacer otros estudios para conocer la extensión de la enfermedad y determinar su estado evolutivo (estadio). Es lo que se conoce como “estudio de extensión del linfoma”.

El estudio de extensión de un linfoma consiste habitualmente en las siguientes pruebas:

  • Análisis de sangre con recuento sanguíneo completo en donde se verifica lo siguiente:
    • La cantidad de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. La cantidad de hemoglobina (la proteína que transporta el oxígeno) en los glóbulos rojos.
    • Estudios de la química de la sangre procedimiento en el cual se examina una muestra de sangre para medir las cantidades de ciertas sustancias liberadas a la sangre por órganos y tejidos del cuerpo. Una cantidad (mayor o menor que lo normal) de una sustancia puede ser signo de enfermedad en el órgano o el tejido que la fabrica.
  • Radiografías de tórax (siempre protegiendo el abdomen).
  • Resonancia magnética y ultrasonido de tórax, abdomen y pelvis (este tipo de estudios protegen al feto de los efectos dañinos de la radiación).
  • Biopsia de la médula ósea. extracción de una muestra de médula ósea y sangre y un trozo pequeño de hueso mediante la inserción de una aguja en el hueso de la cadera o el esternón. Un patólogo observa y analiza las muestras de médula ósea, sangre y hueso bajo un microscopio para determinar la presencia de signos de cáncer.
  • Biopsia de ganglios linfáticos: extracción total o parcial de un ganglio linfático. Luego un patólogo examina el tejido bajo el microscopio en busca de células cancerosas. Se puede realizar uno de los siguientes tipos de biopsia:
    • Biopsia por incisión: extracción de parte de un ganglio linfático.
    • Biopsia central: extracción de parte de un ganglio linfático mediante el uso de una aguja ancha.
    • Biopsia con aguja: extracción de parte de un ganglio linfático mediante una aguja fina.

Estadio del cáncer

El proceso usado para determinar si el cáncer se ha diseminado dentro del sistema linfático o hasta otras partes del cuerpo se llama estadificación. La información obtenida a partir del proceso de estadificación determina el estadio de la enfermedad.lin8

Los estadios del linfoma de Hodgkin en adultos pueden incluir las formas A, B, E y S.

  1. La persona afectada no presenta síntomas.
  2. La persona afectada presenta síntomas como fiebre, pérdida de peso o sudores nocturnos.
  1. Significa extraganglionar y hace referencia al cáncer que afecta un área u órgano fuera de los ganglios linfáticos o que se ha diseminado hasta tejidos ubicados más allá de las principales áreas linfáticas, pero cerca de las mismas.
  2. «S» se refiere al bazo que en inglés es “spleen” e indica que el cáncer se localiza en el bazo.

Con la biopsia y las pruebas complementarias, el médico especialista conoce el grado de afectación de los órganos, el estadio de la enfermedad y establece, junto con tu ginecólogo, el tratamiento a seguir en cada caso.

 Información sobre los estadios del cáncer en el embarazo

La necesidad de evitar la radiación también limita los estudios por imágenes que se pueden usar para ayudar a determinar la etapa o estadio (extensión) del linfoma o para saber si el tratamiento es eficaz. La CT, la PET y las radiografías usan radiación de modo que estos estudios por imágenes se evitan lo más posible. En lugar de estos estudios, a menudo se pueden usar la resonancia magnética y la ecografía (ultrasonido).

El estadio que se presente, el comportamiento clínico, el pronóstico y los subtipos histológicos del LH durante el embarazo no difieren de los correspondientes a las mujeres no embarazadas en edad de procrear.

Tratamiento

Puesto que la enfermedad de Hodgkin afecta principalmente a jóvenes adultos, la mayoría de los oncólogos (especialistas en cáncer) se enfrentarán eventualmente al dilema de cómo darle terapia a una mujer embarazada y al mismo tiempo reducir al mínimo el riesgo del feto

Es sumamente importante que la embarazada y su familia reciba toda la información necesaria acerca de la enfermedad y su pronóstico, las alternativas que existen con respecto al tratamiento y los riesgos tanto maternos como para el feto.

La selección del tratamiento es una decisión que, idealmente, involucra al equipo médico (ginecólogo, oncólogo, radioterapista, etc.) y a la embarazada y su familia tomando en consideración los deseos de la madre, la gravedad y el ritmo de evolución de la enfermedad de Hodgkin y el tiempo que quede de embarazo. Cualquier decisión que se tome debe ser después de evaluar cuidadosamente tanto los riesgos como los beneficios.

El plan de tratamiento puede cambiar según evolucionan los síntomas, el cáncer y el embarazo.

Las principales opciones de tratamiento que se utilizan por sí solas o combinadas, son las siguientes:

  • «Observar y esperar»: En algunos linfomas indolentes no es necesario actuar inmediatamente. Si la enfermedad no presenta síntomas y su crecimiento es muy lento, tu médico puede optar por no aplicar un tratamiento hasta que aparezcan más manifestaciones clínicas. Por supuesto, llevará un control muy cercano de tu evolución con planes para inducir a un parto precoz y seguir adelante con el tratamiento definitivo o para determinar el momento en que puede ser preciso iniciar algún tratamiento activo.
  • Quimioterapia: Consiste en la administración de diferentes fármacos que actúan en las células tumorales hasta que las destruyen, de manera de llegar a erradicar completamente el linfoma. Es el tratamiento más utilizado, aunque a veces hay que complementarlo con otras medidas terapéuticas.
  • Radioterapia: En el tratamiento de los linfomas, la radioterapia es generalmente complementaria a la quimioterapia, y las personas afectadas suelen tolerarla bien. Se trata de administrar radiaciones de alta energía para destruir las células tumorales.

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  • Anticuerpos monoclonales: Actualmente están apareciendo nuevos tratamientos que utilizan sustancias producidas por el propio organismo o similares a ellas, pero fabricadas en un laboratorio. Son las denominadas terapias biológicas. Las más utilizadas ya en el tratamiento de los linfomas son los anticuerpos monoclonales.
    • Los anticuerpos son sustancias que produce el sistema inmunitario para defenderse de los agentes externos. Éstos se llaman monoclonales porque se refieren a un solo clon de linfocitos B, las células que los producen.
    • Su descubrimiento supone un gran avance porque los anticuerpos se fijan selectivamente en la célula tumoral. De esta manera, las células del linfoma pueden ser destruidas con escasa toxicidad para las células normales. Esta terapia a menudo puede combinarse con la quimioterapia, y la suma de los efectos es de una gran eficacia
  • Terapia con esteroides: se ha visto que ayudan a detener el crecimiento del tumor al mismo tiempo que ayudan a la maduración de los pulmones del bebé.
  • Trasplante de médula ósea (células madre): El objetivo fundamental del tratamiento en este caso, es conseguir la remisión total del tumor a base de aplicar dosis elevadas de quimioterapia, seguidas de un trasplante que proporciona una renovada población de células sanas. En primer lugar, se consiguen las células madres por extracción sanguínea. A continuación, se procede a su centrifugado. Este material se congela y, posteriormente, se administra de nuevo por vía intravenosa (como un suero).

Es importante aclarar que un trasplante sólo se practica cuando el tratamiento con quimioterapia ya ha dado buenos resultados.

Las imágenes que se obtienen en la resonancia magnética son la herramienta preferida por el médico para la evaluación de etapas.

Tratamiento durante el embarazo

No hay reglas fijas para el tratamiento del linfoma durante el embarazo y frecuentemente se retrasa o se modifica para que el oncólogo pueda tener el mejor balance entre un control de la enfermedad, el bienestar del bebé y el tiempo de embarazo.

Es importante que tu médico, antes que nada, te dé una explicación completa de la enfermedad, el tratamiento y el pronóstico. El conocimiento de lo que realmente nos pasa, de los tratamientos disponibles y la certeza de que existen opciones de curación puede proporcionar una visión más optimista.

Primer trimestre del embarazo: Si la enfermedad de Hodgkin se presenta en su etapa temprana y el tumor está arriba del diafragma y parece estar creciendo lentamente, seguramente tanto tu ginecólogo como el oncólogo, optarán por un control muy cercano de la evolución del tumor, con planes de inducir un parto prematuro y proceder de inmediato con el tratamiento definitivo.

Pero si es necesario que recibas tratamiento inmediato para el linfoma de Hodgkin, pueden elegir entre la radioterapia y la quimioterapia, con el riesgo de que, tanto una como otra, puede dañar al feto.

 La quimioterapia: debido a su bajo peso molecular, la mayoría de los medicamentos usados pueden atravesar la placenta y llegar al feto y se a documentado que los agentes quimioterapéuticos pueden ser teratogénicos (que causan malformaciones). La quimioterapia en el primer trimestre pueden incrementar el riesgo de aborto espontáneo, muerte fetal y malformaciones.

 Las malformaciones reflejan el momento del embarazo en que el bebé fue expuesto al medicamento. El bebé es extremadamente vulnerable en la semana 2 a la 8 cuando tiene lugar la formación de los órganos del bebé. En este periodo, cualquier daño puede causar la muerte o malformaciones.

 Después de este periodo, hay algunos órganos, incluidos los ojos, los genitales y el sistema hematopoyético, que permanecen vulnerables a la quimioterapia. Sin embargo, a partir de la semana 14 a 16, el riego de malformaciones y retraso mental se reduce significativamente.

 Si es posible, tu médico seguramente pospondrá el tratamiento hasta el final de este primer trimestre.

 Cuando se administra radioterapia durante el primer trimestre del embarazo, la exposición del feto depende de varios factores. Siempre se debe de usar la protección de plomo en el abdomen para proteger al bebé. La radioterapia puede considerarse como tratamiento en circunstancias específicas como cuando el linfoma está confinado al cuello o a la axila.

  • Los investigadores del hospital M.D. Anderson (Texas, E.U.), no dieron cuenta de anomalías congénitas en 16 niños dados a luz después de que las madres recibieron radiación supradiafragmática y se protegió el útero con cinco capas de plomo de valor medio.

 Segundo trimestre del embarazo: El manejo en esta etapa del embarazo es más fácil para el médico porque tiene más opciones. La mayoría de las embarazadas que están en la segunda mitad del embarazo pueden ser observadas cuidadosamente posponiendo la administración del tratamiento hasta que se les induzca el parto entre la semana 32 y la 36. El tratamiento para el linfoma de Hodgkin puede comenzar poco tiempo después de que nazca el bebé. Ésta es la solución más segura para el bebé.

 Las embarazadas con enfermedad de Hodgkin en etapa avanzada pueden requerir tratamiento antes del parto con quimioterapia, esteroides (diseñados para combatir el crecimiento del tumor y para ayudar en la aceleración de la madurez de los pulmones del feto), radioterapia y/o quimioterapia.

 La quimioterapia durante el segundo y tercer trimestre del embarazo no se asocia a malformaciones pero aumenta el riesgo de muerte del feto durante el embarazo o al nacer, de que el bebé tenga retraso en su crecimiento, que el parto se adelante y que el bebé tenga bajo peso al nacer. Sin embargo, el beneficio de la administración de la quimio es mayor que el riesgo que se puede producir.

 Es probable que al terminar el tratamiento de quimioterapia, tu médico decida esperar de 2 a 3 semanas antes del parto para permitir que tu médula ósea se recupere y para que el bebé- que tiene un hígado y unos riñones inmaduros- pueda eliminar el medicamento de la quimioterapia a través de la placenta.

Una vez que nace el bebé es probable que el médico decida administrarte una quimioterapia más extensa. Si llegaras a presentar dificultades para respirar causadas por un tumor grande en el pecho, es posible que decida administrar una serie corta de radioterapia.

 La radioterapia: Debido a inquietudes sobre los efectos a largo plazo al feto, la radiación a menudo no se administra. Sin embargo, varios estudios sugieren que mientras se tomen precauciones muy cuidadosas para dirigir la radiación con precisión, se limite la dosis, y se proteja al bebé, las mujeres embarazadas que tengan la enfermedad de Hodgkin en ganglios linfáticos en el cuello, el área debajo del brazo, o dentro del tórax pueden recibir este tratamiento con poco o sin riesgo aparente al bebé.

Cirugía: No hay justificación para la cirugía, es decir, la extirpación radical de las áreas ganglionares afectadas.

Las mujeres que reciben tratamiento para el linfoma de Hodgkin durante el embarazo parecen tener los mismos índices de supervivencia que aquéllas que lo reciben sin estar embarazadas. Aún se desconocen los efectos a largo plazo que el tratamiento anticáncer tiene en los niños de estas mujeres; no obstante, el riesgo no parece ser significativo.

Las mujeres que reciben tratamiento para el linfoma de Hodgkin durante el embarazo parecen tener los mismos índices de supervivencia que aquéllas que lo reciben sin estar embarazadas. Aún se desconocen los efectos a largo plazo que el tratamiento anticáncer tiene en los niños de estas mujeres; no obstante, el riesgo no parece ser significativo.

Tratamiento del Linfoma No Hodgkin

Para el tratamiento de estos linfomas el médico tendrá que tomar en cuenta el tipo de linfoma y distinguir si es: indolente, agresivo o muy agresivo.

Linfoma No Hodgkin indolente (LNHI): Este grupo se caracteriza porque la enfermedad tiene un curso muy lento y dado que no se pueden curar con la quimioterapia usual, el médico generalmente decide esperar hasta después del embarazo para iniciar el tratamiento, por lo tanto, la administración de quimioterapia durante el primer trimestre generalmente no es necesaria.

El equipo médico decidirá “esperar y observar” sin administrar ningún medicamento hasta el momento del parto o hasta que se presente algún progreso en el desarrollo de la enfermedad. Es extremadamente raro que se presenten este tipo de tumores durante el embarazo.

Linfoma No Hodgkin Agresivo (LNHA): Este grupo incluye a la mayoría de los diagnosticados durante el embarazo. Dado el curso agresivo que tienen estos linfomas durante el embarazo, es importante que se inicie de inmediato el tratamiento con una combinación de quimioterapia. La quimioterapia administrada en el primer trimestre puede ser causa de malformaciones en el feto.

Es importante que la decisión del tratamiento se tome en conjunto con el equipo médico, la embarazada y su familia teniendo en cuenta el tipo de tumor y la salud de la embarazada. El equipo médico hablará contigo explicando claramente la enfermedad, el tipo de tumor y los riesgos y beneficios de la terapia.

La investigación muestra que la quimioterapia combinada puede ser administrada con más seguridad durante el segundo y tercer trimestre del embarazo sin causar daños mayores al bebé.

Las embarazadas que son diagnosticadas al final del primer trimestre hasta el término de este periodo, pueden ser mantenidas en observación hasta la semana 14 en la que se iniciaría el tratamiento con quimioterapia. Sin embargo, esta opción está limitada a las personas con LNH en estadio 1-2.

Linfoma No Hodgkin muy agresivo (LNHMA): Dado el curso agresivo que toma este tipo de tumores y el pronóstico pobre que tiene la persona afectada, el tratamiento debe iniciarse inmediatamente después de que se ha hecho el diagnóstico definitivo aunque sea durante el primer trimestre. El médico deberá informarte acerca del alto riesgo de malformaciones que pueden presentarse con los medicamentos que se utilizan para la quimioterapia y de los riesgos que existen cuando no se administra el tratamiento.

En el segundo y tercer trimestre, estos medicamentos no causan malformaciones pero sí pueden causar otro tipo de problemas neuronales. Los estudios demuestran que cuando se administra la dosis y los medicamentos adecuados, la tasa de sobrevivencia, son similares a las que tendría una mujer no embarazada con el mismo tipo de tumor.

Con el tratamiento no parece haber riesgo de aborto espontáneo ni de prematuridad, sin embargo, se observa una tendencia hacia bebés con bajo peso al nacer.

Lactancia y quimioterapia

La concentración de los diferentes medicamentos en la leche materna varía mucho, sin embargo, no se puede ignorar los efectos que puede producir en el bebé por lo que se considera que la lactancia no es compatible con la quimioterapia.

Pronóstico

El pronóstico (perspectivas de recuperación) y la selección del tratamiento dependerán de la etapa en que se encuentre el cáncer (si está en una sola área o si se ha diseminado a todo el cuerpo), el tamaño de las áreas inflamadas, los resultados de los análisis de sangre, el tipo de síntomas que presentas, y tu edad y estado de salud en general.

El pronóstico (posibilidad de recuperación) y las opciones de tratamiento dependen de los siguientes aspectos:

  • Los síntomas de la persona afectada.
  • El estadio del cáncer.
  • El tipo de linfoma de Hodgkin.
  • Resultados de los análisis de sangre.
  • La edad y la salud general de la embarazada.
  • Si el cáncer es recidivante o está avanzando.
  • Los deseos de la embarazada.
  • La edad del feto.

El linfoma de Hodgkin en adultos puede generalmente curarse si se detecta y trata de manera temprana.

Últimas investigaciones

Descripción genética. Algunos investigadores están estudiando genes y proteínas específicas que se encuentran en el linfoma de Hodgkin. Estos genes y estas proteínas aportan más información sobre el comportamiento del linfoma de Hodgkin, lo que puede ser de ayuda para un mejor tratamiento con quimioterapia o inmunoterapia.

Otros tratamientos. También se encuentra en estudio el trasplante de células madre en combinación con distintos regímenes de quimioterapia e inmunoterapia para el linfoma de Hodgkin nuevo o recurrente. Se está analizando el trasplante alogénico, también llamado trasplante no mieloablativo o de intensidad reducida, o minialogénico en combinación con quimioterapia e inmunoterapia para el linfoma de Hodgkin nuevo o recurrente. También se encuentran en estudio varios tipos nuevos de medicamentos, llamados terapia dirigida, que actúan de manera diferente que la quimioterapia. Muchos de ellos se administran en comprimidos (píldoras).

Cuidados de apoyo. Se están realizando estudios clínicos para encontrar mejores métodos para reducir los síntomas y los efectos secundarios de los tratamientos actuales para el linfoma de Hodgkin, a fin de mejorar el bienestar y la calidad de vida de los pacientes.

Referencias:

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