Labor o Trabajo de Parto y Parto
Durante, Embarazo, Semanas 25 - 40

Trabajo de parto, parto y nacimiento

Introducción

Si nunca has tenido un bebé, puedes asumir que “sabrás” el momento preciso que nacerá tu bebé. En realidad, el comienzo de una verdadera labor de parto no siempre es fácil de identificar y los sucesos que le preceden pueden prolongarse por días. También recuerda que tu fecha probable de parto es simplemente un punto de referencia—es normal que la labor de parto inicie en cualquier momento entre las tres semanas antes y dos semanas después de esta fecha.

¿Qué es el trabajo o labor de parto?

El trabajo de parto es el conjunto de acontecimientos que se suceden para permitir el nacimiento de tu bebé: el útero se contrae repetidamente (se tensa y se relaja), provocando que el cuello uterino se debilite (deforme) y se abra (dilate) para que puedas empujar a tu bebé al nuevo mundo.

Este proceso tiene un inicio, una evolución y una finalización:

Inicio:

  • Puede ser espontáneo, cuando las contracciones se generan por si solas y contribuyen al descenso del bebé y a la dilatación del cuello uterino, o bien i nducido, cuando por alguna razón es necesario finalizar el embarazo porque su continuación puede ser perjudicial para la mamá o para el bebé. Son las llamadas causas de inducción del parto.

Evolución:

  •  Puede ser:
    • eutócica, se llama así cuando el médico solamente controla los acontecimientos que se producen naturalmente, o bien
    • conducida cuando el médico decide intervenir utilizando técnicas que favorezcan la prosecución del parto como la rotura artificial de la bolsa, el goteo de un suero con soluciones que ayuden a la contracción del útero o al control del dolor durante el parto.

La finalización:

  • Determina la forma en que se producirá la salida del bebé y puede ser vaginal o abdominal.El parto abdominal es el que requiere de una cirugía para la extracción del bebé y la placenta y se denomina cesárea.
    • El parto vaginal es el que utiliza el canal del parto para la salida del bebé y la placenta. El parto vaginal puede ser:
      • natural, es decir que se produce por el efecto de los pujos maternos, o
      • artificial, cuando se utilizan distintos instrumentos para ayudar a la salida del bebé como el fórceps o la ventosa extractora.
  • Parto abdominal es el que requiere de una cirugía para la extracción del bebé y la placenta y se denomina cesárea.

¿Cómo sabré que la labor de parto está comenzando?

Porque antes de que se inicie el proceso, suceden varias cosas que te van preparando para el momento, entre ellas podemos mencionar las siguientes:

  • Aligeramiento: Esto sucede cuando la cabeza de tu bebé “baja” hasta tu pelvis. De repente tu vientre lucirá más bajo y podrás respirar más fácilmente que cuando tu bebé estaba presionando tus pulmones. Aunque el inconveniente ahora es que él está presionando la vejiga, incrementando la necesidad de orinar. Para las madres primerizas, el aligeramiento normalmente ocurre unas semanas antes del parto. Para las madres con experiencia, probablemente éste no suceda hasta que haya comenzado la labor de parto.
  • Secreciones sanguinolentas: Si presentas secreciones sanguinolentas o un flujo vaginal de color café, esto significa que tu cuello uterino se ha dilatado lo suficiente para expulsar el tapón mucoso que lo ha sellado durante los últimos nueve meses. Esta es una buena señal, pero todavía pueden faltar días para la labor de parto en sí.
  • Tu bebé se mueve menos: Muchas veces, las mujeres sienten que su bebé está menos activo el día antes de la labor de parto. Nadie sabe, con certeza, porqué ocurre esto, pero una teoría es que el bebé simplemente esta ahorrando energías para el gran día. Si adviertes un movimiento menor, comunícate con tu médico y coméntale esto.
  • La fuente se rompe: Cuando el saco amniótico se rompe, sentirás que sale líquido de la vagina, goteando o a chorros. Para la mayoría de las mujeres, las contracciones comienzan poco tiempo después. Pero aunque todavía no comiencen, tan pronto sientas que la fuente se rompió, infórmalo a tu médico.
    • En casi 1 de cada 10 mujeres, las contracciones no inician por sí solas en un lapso de 24 horas. Si esto sucede, puedes necesitar que tu labor de parto sea inducida, ya que las probabilidades de infección se incrementan una vez que se rompe la burbuja estéril de tu bebé.
    • En otras mujeres, el saco amniótico no se rompe hasta que la labor de parto está en proceso.
  • Diarrea: Si sientes la urgencia de evacuar frecuentemente y tus deposiciones son más blandas de lo normal, puede ser que la labor de parto sea inminente.
  • Anidando: No hay evidencias científicas que asocien esto al inicio del trabajo de parto, pero muchas de las futuras madres sienten una repentina necesidad de “anidar”—aspiran toda la casa a las 3:00 a.m. o le dan los toques finales al cuarto del bebé – justo antes que inicie la labor de parto.

Contracciones

Diferencia entre las contracciones falsa y las verdaderas:La mayoría de las mujeres que están esperando un bebé sienten contracciones leves antes de que realmente inicien la labor de parto. Estas son llamadas contracciones de Braxton Hicks. Puede ser difícil identificar una contracción de Braxton Hicks de una contracción real, especialmente si estás cerca de tu fecha probable de parto. (Si quieres saber más de esto, te recomendamos leer el artículo de “Contracciones de Braxton Hicks” en esta misma sección del Sitio).

A diferencia del verdadero trabajo de parto, el falso trabajo de parto no lleva a que el cuello uterino se dilate o se abra. Las contracciones de una labor de parto falsa suelen ser:

  • Irregulares: Las contracciones de Braxton Hicks son esporádicas, no tienen un patrón definido y normalmente desaparecen si descansas o cambias de posición.
    • Generalmente son irregulares y cortas.
    • No se hacen más largas, más fuertes ni más frecuentes.
    • Pueden presentarse durante varios minutos.
    • Recostarse puede hacer que desaparezcan.
    • Se pueden sentir más en el frente y en la ingle. Por el contrario, las contracciones de una verdadera labor de parto, normalmente se producen “alrededor del cuerpo”, van desde tu espalada hasta el vientre.
    • Sirven de ayuda para prepararse para el trabajo de parto real.
  • Si las contracciones de Braxton Hicks te incomodan, toma un baño tibio y bebe muchos líquidos para aliviar la incomodidad.

Contracciones regulares de parto: Para saber si ya es el momento del parto, toma tiempo a tus contracciones. Observa qué tan seguido se presentan.

Avísale a tu médico cuando inicien las contracciones normales. Éstas pueden dar la sensación de que tu útero se “está anudando” y al inicio pueden ser relativamente indoloras, pero gradualmente suben de intensidad, iniciando en la parte superior del útero y diseminándose hacia el vientre y la parte baja de espalda.

Es probable que se haya iniciado la labor de parto cuando:

  • Las contracciones que iniciaron irregulares, se vuelven regulares.
  • Tienes más de cinco en una hora.
  • Duran de 30 a 70 segundos.
  • Se empeora cuando te mueves  (en las contracciones de Braxton Hicks, el dolor mejora con el movimiento y cambio de posición).
    • Caminar generalmente las hace más fuertes.
    • Recostarse no hace que desaparezcan.
    • Dormir puede ser un gran reto.
  • Pueden durar 24-36 horas sin mayores cambios en el cuello del útero.
  • Es una práctica muy común que te envíen a casa para descansar o esperar un trabajo de parto más fuerte.

El médico necesitará conocer los otros síntomas que estás sintiendo, con qué frecuencia se producen las contracciones y si puedes hablar mientras éstas ocurren.

Si tienes estos síntomas, llama a tu médico inmediatamente, aún cuando todavía no sea tu fecha.

¡Ojo!. Aún cuando no se presenten las contracciones regulares, puedes haber empezado el trabajo de parto.

¿Por qué inicia el trabajo de parto?

Existen diversas teorías de por qué comienza el trabajo de parto, pero en realidad podría ser incluso, el conjunto de todas ellas:

  • El envejecimiento físico de la placenta podría enviar insuficientes nutrientes para el feto.
  • El útero alcanza un punto crucial de distensión, lo cual puede provocar tensión en las fibras musculares y estimular su actividad.
  • Los impulsos nerviosos del útero a la glándula pituitaria posterior, podrían provocar una liberación de oxitocina (una hormona que provoca la contracción del útero).
  • El descenso en el nivel de la hormona progesterona puede causar cambios en el útero.
  • Las glándulas suprarrenales del feto, cuando maduran, podrían liberar una sustancia que estimula el trabajo de parto.
  • La liberación de prostaglandina de la pared del útero, podría iniciar el trabajo de parto.

¿Cuándo debo ir al hospital?

Una vez que se presentan todas las señales de la labor de parto seguramente te harás la pregunta ¿es ya el momento de irme al hospital? Cada situación es diferente, pero lo recomendable es que hables con tu médico días antes de la fecha de tu parto para decidir el mejor plan en su caso.

La mayoría de los médicos y parteras recomiendan que se les llame cuando las contracciones son de cinco minutos entre una y otra, duran 60 segundos y han durado alrededor de una hora.

Cuando llames a tu médico o partera, infórmale lo siguiente:

  • Cuánto tiempo transcurre entre una contracción y otra, su duración e intensidad, y si estás llevando a cabo las técnicas de respiración.

o   Si las contracciones son demasiado dolorosas como para permitirte hablar,

  • Si se ha reventado o no la bolsa de agua, la hora en que se rompió y el color del fluido.
  • Si se han presentado manchas de sangre (la pérdida de mucosidad de color café claro, rosado o con puntos sangrientos del cuello del útero).

Sal con más anticipación si vives lejos del hospital que te va a atender, si te preocupa no llegar a tiempo o si tienes otra preocupación en especial.

Algunas mujeres se adelantan a su fecha y tienen partos prematuros. Si tienes cualquiera de los síntomas que se mencionan arriba, llama a tu médico o vete al hospital. Una vez que hayas empezado con tu trabajo de parto, trata de no comer, puedes, sin embargo, beber agua o jugos.

Durante el trabajo de parto el bebé se termina de colocar en posición para poder nacer. Esto puede tomar unas pocas horas o todo el día. Puede ser doloroso y cansado, pero la mujer está preparada para soportarlo.

El médico puede sugerir pruebas para monitorear el estado del bebé. Si tiene problemas o está en mala posición, puede sugerir una operación cesárea (operación quirúrgica por medio de la cual se extrae al bebé del útero).

¿Qué sucede en el hospital?

Cuando llegues al hospital, una enfermera revisará tu presión sanguínea y temperatura. La enfermera quizás te tome también muestras de sangre y orina y te coloque algunos aparatos en el abdomen para monitorear los latidos de corazón del bebé y las contracciones. La enfermera, tu médico o partera te practicará luego un examen vaginal para evaluar la dilatación y adelgazamiento del cuello del útero y después hablará contigo para explicarte la situación.

Dependiendo de la etapa del trabajo de parto, del patrón de contracciones que presentas, del grado de dilatación y del resultado del monitoreo del corazón de su bebé, será que tu médico o partera te admitan en el hospital o te recomienden volver a casa hasta que las contracciones se presenten más cercanas una de otra.

Durante el trabajo de parto activo, las contracciones se presentan con un tiempo de menos de 5 minutos entre una y otra, duran de 45 a 60 segundos y el cuello del útero se dilata 3 centímetros o más.

Es muy común que te sientas decepcionada y hasta avergonzada de ser enviada a casa por encontrarte en trabajo de parto temprano. Las actividades como caminar, ducharse, descansar, tomar líquidos, rentar películas o escuchar música relajante pueden ser de ayuda en la etapa temprana del trabajo de parto.

Pero si eres admitida en el hospital y has presentado un cultivo positivo del Estreptococo Beta Grupo B durante el embarazo o presentas cualquier otro factor de riesgo, tendrás que recibir antibióticos previos al momento del alumbramiento.

¿Cómo se desarrolla el trabajo de parto?

Para describir el trabajo de parto lo dividiremos en tres etapas.

  1. Primera: período dilatante, en dónde el cuello del útero se ablanda y dilata como consecuencia de la acción de las contracciones uterinas y la presión que ejerce el bebé (cefálico –con la cabeza-  o pelviano –con la pompa cuando viene en esta posición-).
  2. Segunda: período expulsivo, en donde se produce la salida del bebé Tercera: alumbramiento, en donde se produce la salida de la placenta.

Periodo dilatante: El objetivo de la primera etapa es alcanzar la completa dilatación del cuello uterino. Ésta comienza con el inicio de las contracciones uterinas de labor de parto y es la fase más larga de la misma. La primera etapa se divide a su vez en tres fases: latente, activa y desaceleración.

  • En la fase latente, las contracciones se vuelven más frecuentes, fuertes y adquieren regularidad y se presenta el mayor cambio del cuello uterino, que se adelgaza o se borra. La fase latente es la que varía más de una mujer a otra y de una labor de parto a otra. Puede tomar algunos días o unas pocas horas. Por lo general, se espera que la fase latente se prolongue de 10 a 12 horas en mujeres que ya han tenido niños y en un parto de primeriza puede durar casi las 20 horas.
    • Como ya lo mencionamos anteriormente, para muchas mujeres, la fase latente de la labor de parto puede ser confundida con las contracciones de Braxton Hicks. Las membranas se romperán espontáneamente, al comienzo o en la mitad de la primera etapa de la labor de parto. Una vez que éstas se rompen, el proceso de labor de parto usualmente se acelera.
  • La siguiente parte de la primera fase de la labor de parto es la fase activa, la cual es la fase en la que el cuello uterino se dilata con más rapidez. Para la mayoría de las mujeres ésta es desde los 3 a 4 centímetros de dilatación hasta los 8 a 9 centímetros.
    • La fase activa es la más predecible, dura un promedio de cinco horas en las mujeres que no han tenido partos anteriores y dos horas en las multíparas (mujeres que han tenido hijos).
  • Finalmente, tenemos la fase de desaceleración, durante la cual la dilatación del cuello uterino continúa, pero a un paso más lento, hasta la dilatación completa. En algunas mujeres la fase de deceleración no es muy evidente, se combina con la fase activa. Esta es también la fase de más rápido descenso, cuando el bebé se introduce más en la pelvis y más profundamente a través del canal de nacimiento.

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Simultáneamente, el bebé desciende por el efecto de la gravedad y por el impulso de las contracciones uterinas. Para descender, el bebé debe efectuar distintos movimientos para acomodarse en la pelvis de la mamá. En primer lugar debe decidir qué diámetro de la pelvis le es más cómodo para introducirse en el canal del parto. Luego de tomar esta decisión debe reducir al máximo los diámetros del polo que ofrece (la cabeza o la cola) para poder atravesar este obstáculo óseo. Cuando lo logra, se dice que “se ha encajado” pues ya no puede regresar a una posición anterior.

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Luego debe rotar sobre sí mismo para que una parte firme del polo ofrecido (la cabeza o la cola) se contacte con el pubis para ejercer un movimiento de tipo bisagra que lo impulsará hacia el mundo exterior durante el período expulsivo.

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Durante este período, el médico puede intervenir de varias maneras para ayudar, ya sea favoreciendo el descenso con la rotura artificial de la bolsa o incrementando las contracciones si son insuficientes con el suero con soluciones que ayudan a la contracción del útero (oxitocina) o si el dolor es intolerable para la mamá, utilizando analgesia para el trabajo de parto.

El período expulsivo: El período expulsivo es el instante más esperado de todo el trabajo de parto porque se produce la salida del bebé por los genitales, ayudado por los pujos de la mamá durante cada contracción. Durante esta etapa, el médico decide la necesidad de realizar la episiotomía.  Una vez que sale el polo fetal (cabeza o cola) el médico realiza una serie de maniobras para ayudar a que el resto del cuerpo atraviese el canal del parto.

Una vez que el bebé ha nacido, se procede a pinzar y cortar el cordón umbilical, la circulación del bebé ha cambiado y se oxigenará a partir del aire que ingresa a su propio pulmón. A partir de este momento tu bebé es un ser totalmente autónomo.

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Nacimiento

La segunda etapa es el nacimiento del bebé. Esta etapa toma unos minutos pujando en algunas mujeres y para otras puede ser normal pujar por 3 a 4 horas.

Este es el momento de pujar. Tu médico te indica cómo y cuándo, pero por lo general lo que sucede es que pujas varias veces con cada contracción (que a estas alturas duran entre sesenta y noventa segundos).

Cuánto dure esta etapa depende de ti. Las madres primerizas suelen durar más, hasta varias horas, pero el tiempo disminuye en los embarazos subsecuentes.

Durante la contracción, tu útero se endurece y tu bebé desciende un poco por el canal de parto. Estos son algunos consejos para facilitar esta etapa:

  • Considera cuál posición te es más fácil. La más frecuente en hospitales es semi-sentada (con tu espalda en un ángulo de cuarenta y cinco grados) y con los pies sobre estribos. Sin embargo, para que te ayude la gravedad, puedes solicitar que te permitan hacerlo de cuclillas o hasta en el agua.
  • Puja como cuando quieres ir al baño – es exactamente el tipo de empuje que necesita tu bebé. No te preocupes por tus necesidades fisiológicas, esto suele suceder y los médicos están acostumbrados a ellas. Tú concéntrate en que tu bebé nazca.
  • Utiliza la fuerza de tu abdomen. Contraer los músculos de tu abdomen te beneficia en dos formas: concentras tus pujidos en la parte inferior de tu cuerpo, y creas un suelo duro para que tu bebé se empuje y no se devuelva tanto entre contracciones. Para lograr esto, lleva tu barbilla a tu pecho y aprieta los músculos abdominales cuando sientes la contracción (antes de pujar).

El nacimiento requiere que pujes varias veces, porque cada vez tu bebé desciende un poco más por el canal del parto. Cuando su cabeza por fin es visible por la vagina, se dice que tu bebé ya “coronó”. Tu médico te indicará cuándo dejar de pujar para que pueda ayudarle a la cabeza a salir sin que te desgarres el perineo. Luego succiona los líquidos de la nariz y boca de tu bebé para finalmente sacar su cuerpo y… ¡felicidades! ya eres mamá.

Tendrás unos minutos para conocer a tu bebé antes de que se lo lleven (en tu misma habitación) para limpiarlo, abrigarlo y realizar la prueba APGAR.

Alumbramiento

 

El alumbramiento es la expulsión de la placenta y las membranas ovulares (la bolsa que alberga al bebé). Esto se logra gracias a fuertes contracciones uterinas y se puede acelerar de forma natural amamantando o administrando un medicamento.  Se produce habitualmente antes de transcurridos 30 minutos del nacimiento.

El alumbramiento va acompañado por una hemorragia de mediana cantidad que cede en las primeras horas del postparto y continúa en mucha menor cantidad por un período de 20 a 50 días, denominado comúnmente cuarentena. Esta hemorragia se origina en la herida que deja la placenta sobre el útero al desprenderse.

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Inducción de la labor de parto

Algunas veces, el médico necesitará inducir la labor de parto. La decisión se hace cuando se ha pasado tu fecha de parto o cuando existe preocupación acerca de la salud materna o del bebé. Entre ellas podemos mencionar:

  • Se rompe la bolsa de aguas (ruptura de membranas) pero no se inicia la labor de parto.
  • Se detecta infección uterina.
  • El bebé ha crecido muy lentamente (restricción de crecimiento uterino).
  • Aparecen complicaciones cuando el factor Rh de la madre es negativo y el del bebé es positivo.
  • Cuando se detecta que no hay suficiente líquido amniótico.
  • Cuando hay otras complicaciones como por ejemplo elevación de la presión arterial o preeclampsia.
  • Otros problemas de salud maternos como problemas renales, diabetes o cualquier otra enfermedad crónica.

El médico utilizará medicamentos para dilatar el cuello uterino, estimular las contracciones y prepararte para parto vaginal.

La inducción electiva del parto se ha hecho más común en los últimos años. Esto se hace cuando el embarazo es a término pero no hay ninguna razón médica para realizarlo. Algunos médicos deciden hacer la inducción ya sea por las molestias que tiene la embarazada, por temas de programación de fechas o por pensar que si se esperan más, podrían surgir complicaciones, sin embargo, no se ha determinado bien el beneficio y los daños que pueda causar. La inducción por elección –que se hace después de la semana 39- no se ha reportado que afecte la salud del bebé.

Si tu médico sugiere inducir el parto, habla con él acerca de todos los pros y contras como podría ser el riesgo de una cesárea y el de un bebé con bajo peso al nacer. Querrás estar completamente segura de que los beneficios son mucho mayores que los riesgos de continuar con el embarazo.

 

Referencias

 

Diabetes gestacional
Complicaciones, Embarazo, Otras

Diabetes gestacional

¿Qué es la Diabetes Gestacional?

La Diabetes Gestacional es un tipo específico de Diabetes que solamente las se desarrolla durante el embarazo. Es una condición en la cual, como en todos los tipos de diabetes, se afecta la forma en que las células utilizan la glucosa y, por lo tanto, se eleva el nivel de la glucosa en la sangre. Generalmente, se resuelve después del embarazo.

Se dice que tienen diabetes gestacional las embarazadas que nunca han tenido diabetes, pero que, generalmente durante la segunda mitad del embarazo, presentan un nivel alto de glucosa en la sangre.

Cerca del dos al 10 por ciento de las futuras mamás desarrollan esta enfermedad, considerada una de las más comunes del embarazo. El porcentaje es mucho más alto entre las mujeres latinas (Fuente: www. Diabetes.org)

¿Cuáles son las causas de la diabetes gestacional?

Los investigadores no saben el porqué algunas mujeres desarrollan diabetes gestacional. Pero para entender cómo ocurre, nos puede ayudar conocer cómo el embarazo afecta el proceso natural de la glucosa en el cuerpo de la embarazada.

Cuando comes, el sistema digestivo descompone los alimentos en compuestos más pequeños hasta convertirlos en glucosa. La glucosa es un tipo de azúcar que tiene la función de alimentar y dar energía a todas las células de nuestro organismo.

Para que las células puedan recibir este azúcar, necesitan de una hormona que produce el páncreas, que se llama insulina. Sin embargo, si tu cuerpo no produce suficiente insulina, o si la insulina no puede hacer entrar la glucosa en la células, esta se queda circulando por la sangre en lugar de llegar a las células y convertirse en energía.

Durante el embarazo sobrevienen varios cambios que tienen un efecto en la regulación y control de la glucosa en la sangre, en especial en la insulina. La placenta además de suministrar nutrientes y oxígeno al feto en crecimiento, produce varias hormonas que son necesarias para mantener el embarazo. Algunas de estas hormonas pueden bloquear el trabajo que hace la insulina. A esto se le llama efecto en contra de la insulina o resistencia a la insulina el cual usualmente comienza como en la semana 20 a la 24 del embarazo.

Para la mayoría de las futuras mamás, eso no representa ningún problema ya que simplemente el páncreas crea más insulina. Sin embargo, otras mujeres no pueden y, sin suficiente insulina, los niveles de azúcar en su sangre se elevan (hiperglucemia). Podemos decir entonces que la diabetes gestacional es el resultado de la incapacidad del páncreas para producir suficiente insulina para superar el efecto de las hormonas que se producen durante el embarazo.

En la mayoría de los casos, este tipo de diabetes desaparece cuando el bebé nace pero, una vez que la has tenido, tienes más riesgo de que aparezca en otros embarazos y también de desarrollar diabetes del tipo 2, más adelante.

 ¿Cómo puedo saber si tengo diabetes gestacional?

La diabetes gestacional usualmente no presenta ningún síntoma. Es por ello que a casi todas las mujeres embarazadas se les realiza una prueba que se llama prueba de tolerancia a la glucosa entre las 24 y las 28 semanas.

Sin embargo, a las mujeres que corren alto riesgo de padecer diabetes (como las latinas), o a las que muestran signos de tenerla (como por ejemplo azúcar en la orina), los médicos les recomiendan hacerse la prueba en su primera visita prenatal y de nuevo entre las 24 y 28 semanas, si el resultado sale negativo.

En caso de que la prueba salga positiva, no quiere decir que tengas diabetes del embarazo, sino que hace falta una prueba más detallada para saberlo con seguridad.

¿Qué factores aumentan el riesgo de padecer diabetes del embarazo?

Se considera que, como latina, tienes un alto riesgo de padecer diabetes gestacional. Además, la Academia Estadounidense de Diabetes indica que si presentas algunas de las condiciones que se señalan a continuación, el riesgo es aún mayor y es importante que te hagan la prueba de tolerancia a la glucosa antes:

  • Eres obesa (tu índice de masa corporal está por encima de 30).
  • Has tenido diabetes del embarazo anteriormente.
  • Hay varias personas en tu familia que padecen diabetes.
  • Encuentran azúcar en tu orina (la glucosa en la orina se comprueba en todas las visitas prenatales, por eso tienes que orinar en un vasito).

Algunos médicos también te harán la prueba antes si:

  • Has tenido anteriormente un bebé muy grande (el límite para algunos médicos es un peso de 8 libras con 13 onzas (casi 4 kg) y para otros 9 libras con 14 onzas (unos 4.5 kg).
  • Has tenido antes un bebé que nació sin vida por causas no explicadas.
  • Has tenido antes un bebé con un defecto de nacimiento.
  • Tienes la presión sanguínea alta.
  • Tienes más de 35 años.

Además, un estudio publicado en la Revista de Obstetricia y Ginecología de Estados Unidos, en marzo de 2010, encontró una relación entre el aumento excesivo de peso durante el embarazo -particularmente durante el primer trimestre- y el riesgo de desarrollar diabetes gestacional. Los investigadores descubrieron que el riesgo más alto correspondía a mujeres que tenían sobrepeso y que no eran anglosajonas.

Ten en cuenta que muchas mujeres que desarrollan diabetes gestacional no tienen ninguno de los factores de riesgo. Es por eso que la mayoría de los doctores recomiendan a todas sus pacientes embarazadas que se hagan la prueba para detectar esta condición, entre la semana 24 y 28 de embarazo.

¿Cómo afecta la diabetes gestacional mi embarazo?

La diabetes influye en el embarazo en la madre, en la placenta y en el feto. En la madre, haciéndola más susceptible a enfermedades infecciosas y estados hipertensivos (se eleva la presión arterial con riesgo de presentar preeclampsia).

Las mujeres que sufren esta condición también pueden tener más riesgo de desarrollar preeclampsia, especialmente si padecían de obesidad antes de quedar embarazadas o si sus niveles de azúcar en la sangre no están muy bien controlados.

En la placenta, produciendo lesiones y edemas que dificultan su función de intercambio materno-fetal y el parto pretérmino (prematuro).

Las latinas que padecen diabetes son propensas a desarrollar más complicaciones. Es importante que tu médico te informe bien sobre cómo puedes prevenir y reducir sus efectos y que acudas a todas tus citas prenatales.

¿Cómo puede afectar la diabetes gestacional a mi bebé durante el embarazo?

La diabetes gestacional afecta a la madre a finales del embarazo, después de que se ha formado el cuerpo del bebé, y mientras el bebé todavía está creciendo. Debido a esto, la diabetes gestacional no causa el tipo de defectos de nacimiento que a veces se presentan en bebés cuyas madres tenían diabetes antes del embarazo.

Sin embargo, la diabetes gestacional no tratada o mal controlada puede hacerle daño al bebé. Como ya lo mencionamos anteriormente, cuando tienes diabetes gestacional, el páncreas funciona horas adicionales para producir insulina, pero la insulina no baja el nivel de glucosa de la sangre.

La glucosa adicional en la sangre atraviesa la placenta, lo que hace que el bebé tenga un alto nivel de glucosa. Esto provoca que el páncreas del bebé produzca más insulina para eliminar el exceso de glucosa en su sangre y, como el bebé está recibiendo más energía de la que necesita para crecer y desarrollarse, la energía adicional se almacena como grasa.

Es como si lo estuvieras sobrealimentando y el resultado es que el bebé acaba engordando mucho, sobre todo en la parte de arriba del cuerpo. Este exceso de peso se conoce como macrosomía.

Los bebés con macrosomía enfrentan problemas propios de salud, entre ellos daño en los hombros durante el parto. Un bebé grande a veces no puede pasar bien por el canal vaginal y en ocasiones, debido a su tamaño, uno de los hombros se queda atorado. Esa situación se llama distocia de hombro. Si sucede esto, el médico y sus ayudantes tendrán que realizar una serie de maniobras especiales para que el bebé pueda nacer.

En casos extremos, el bebé puede sufrir daños en el nervio del brazo o incluso romperse algún hueso, aunque en el 99 por ciento de los casos estos problemas no dejan secuelas.

El bebé puede requerir también cuidados prenatales en la unidad de cuidados intensivos y puede presentar ictericia (color amarillento de la piel).

Dar a luz a bebés muy grandes, también puede producir heridas y lesiones en la vagina o bien requerir una episiotomía grande (un corte en la parte exterior de la vagina).

Debido a todos los riesgos que conlleva el parto de un bebé muy grande, si el médico sospecha que tu hijo puede pesar más de lo normal, es posible que te recomiende una cesárea. Pero si tienes la diabetes bien controlada, no te preocupes porque las probabilidades de que tengas un bebé con exceso de peso son muy pequeñas.

Algunos estudios han encontrado una relación entre la diabetes del embarazo severa y un aumento en los nacimientos de bebés muertos (óbitos) en los dos últimos meses de gestación.

¿Cómo puede afectar la diabetes gestacional a mi bebé después del parto?

Los bebés que nacen con excesiva grasa acumulada como resultado de los altos niveles de azúcar de la madre durante el embarazo, tienden a ser obesos durante su infancia y edad adulta.

Otro de los efectos de todo este azúcar que circula por la sangre y le llega al bebé, es que éste tiene que fabricar mucha insulina para que esa gran cantidad de azúcar entre en sus células. Cuando el bebé nace, su páncreas sigue produciendo toda esa insulina, pero como ya no está recibiendo el azúcar que tú le estabas suministrando, esta insulina excesiva consume de inmediato la glucosa del bebé, que ahora tiene un nivel normal.

Esto se conoce como hipoglucemia (nivel bajo de azúcar en la sangre). Si tienes diabetes gestacional, el equipo médico que te atienda durante el parto comprobará si los niveles de azúcar en la sangre del bebé son muy bajos después del nacimiento.

Si lo son, te recomendarán que lo amamantes lo antes posible, o bien, le proporcionarán un poco de fórmula o agua con glucosa. En casos muy severos de hipoglucemia, pueden administrarle glucosa por vía intravenosa.

Debido a los altos niveles de glucosa que ha estado recibiendo, puede que el bebé tenga un mayor riesgo de desarrollar ictericia (color amarillo de la piel), policitemia (un incremento de los glóbulos rojos en la sangre) e hipocalcemia (poco calcio en la sangre). Asimismo, si el nivel de azúcar en la sangre materna no se ha controlado en absoluto durante el embarazo, el bebé puede tener afectadas las funciones del corazón.

¿Qué debo hacer si padezco diabetes gestacional?

Depende de lo seria que sea tu diabetes, pero por lo general el médico te pedirá que lleves un registro bastante riguroso de cuáles son tus niveles de azúcar en la sangre.

Hay varios tipos de aparatos que puedes usar, pero los más comunes utilizan una pequeña lengüeta o tirita metálica, que se inserta en un medidor de glucosa. Habla con tu médico para que te recomiende el más adecuado para ti.

Te pedirá también que sigas sus recomendaciones al pie de la letra.

¿Cuál es el tratamiento?

Ya que la diabetes gestacional puede afectar tanto a la madre como al bebé, es importante iniciar el tratamiento de inmediato.

El tratamiento para la diabetes gestacional tiene como propósito mantener un nivel de glucosa en la sangre equivalente al de las embarazadas sin diabetes gestacional.

Para mantener tus niveles de glucosa bajo control se te indicará que hagas lo siguiente:

  • Sigue una dieta balanceada. Seguramente tu médico te recomendará ir con una nutrióloga quien te podrá ayudar a desarrollar un plan de comidas específico, de acuerdo a tu altura, peso y nivel de actividad.
  • En general, la dieta debe ser moderada en grasa y proteína y suministrar niveles controlados de carbohidratos a través de alimentos que abarcan frutas, verduras y carbohidratos complejos (tales como pan, cereal, pasta y arroz). También te pedirán que reduzcas los alimentos que contengan mucho azúcar, tales como bebidas gaseosas, jugos de fruta y panes dulces.
  • Igualmente te pedirán que ingieras tres comidas entre pequeñas y moderadas y uno o más refrigerios cada día.
  • Haz ejercicio. Los estudios también muestran que el ejercicio moderado ayuda al cuerpo a procesar la glucosa y hace que los niveles de azúcar en la sangre estén en su nivel adecuado. Caminar o nadar todos los días durante 30 minutos, puede ayudarte a controlar la diabetes gestacional. Pregúntale a tu médico qué tipo de ejercicio te conviene a ti.
  • Toma medicamento si es necesario. Si no es posible controlar el nivel de glucosa en tu sangre mediante la dieta y el ejercicio, tu doctor te prescribirá algún medicamento. La mayoría de los pacientes ahora empiezan el tratamiento con medicamento oral en lugar de inyecciones.

El médico te pedirá que te midas tus niveles de glucosa cuando menos una vez al día.

Te pedirá que te hagas un análisis general de orina cada mes antes de las visitas médicas para buscar la presencia de proteína.

Te hará un ultrasonido mensual para vigilar el crecimiento del bebé y la cantidad de líquido amniótico.

Durante el parto

  • Durante el parto, el equipo médico te medirá el nivel de glucosa cada hora y cada media hora si se usa anestesia general.
  • Es importante que el bebé se alimente lo más inmediatamente que se pueda después del parto y cada 2 a 3 horas de ahí en adelante. Se le medirán los niveles de glucosa en sangre a las 2 a 4 horas del nacimiento o antes si se observan signos de hipoglucemia (el nivel de glucosa es muy bajo).
    • El bebé no será dado de alta sino hasta después de 24 horas del nacimiento y hasta que se observe que se está alimentando bien y que se mantienen sus niveles de glucosa.

¿Necesitaré exámenes adicionales durante mi embarazo?

Tu médico querrá vigilar al bebé con más atención durante los últimos dos o tres meses del embarazo, dependiendo de lo seria que sea tu diabetes y de si tienes otros problemas adicionales.

Más visitas prenatales y pruebas: Esto quiere decir que tu médico te programará más visitas prenatales de lo normal. Es probable que te pida que empieces a contar los movimientos del bebé en la semana 28, para que le avises lo antes posible si sientes que el bebé está menos activo.

Si, por los motivos que sean, no es posible controlar los niveles de glucosa en tu sangre, o tienes unos niveles tan altos que requieres insulina, y presentas otros factores de riesgo, es posible que el médico quiera vigilar el ritmo de los latidos del corazón del bebé por medio de pruebas no estresantes o ultrasonidos regulares (ecografías) alrededor de la semana 32, para ver cómo se encuentra (es posible que esas pruebas te las hagan en la semana 28, eso dependerá de cada caso).

Este tipo de ultrasonido se llama perfil biofísico. Pero si tu nivel de azúcar está bajo control y todo va bien, probablemente no te hagan estas pruebas hasta la semana 36 de embarazo o quizás después.

Más ultrasonidos: El médico también puede solicitar que te hagan un ultrasonido durante el tercer trimestre para observar al bebé y estimar cuál será su peso. Es posible que tu doctor te pida que te hagas un ultrasonido a principios del tercer trimestre, porque eso lo ayudará a determinar si necesitas medicamento.

Es posible que también pida un ultrasonido al acercarse el parto también. Cuando el médico sospecha que el bebé es muy grande, es posible que decida inducir el parto antes de la fecha prevista o que recomiende el parto por cesárea.

Nota: Si te detectaron la diabetes en la primera mitad del embarazo, es posible que ya tuvieras diabetes antes de quedar embarazada y no lo supieras, como les ocurre a muchas latinas.

En este caso, es posible que el médico ordene una prueba que se conoce como ecocardiograma: un ultrasonido que se centra en el corazón del bebé. Los bebés de mujeres que tienen diabetes cuando quedan embarazadas corren más riesgo de tener problemas de corazón, especialmente si el nivel de glucosa en la sangre de la mamá era elevado durante las primeras ocho semanas del embarazo.

¿Seguiré teniendo diabetes después del parto?

Solamente un pequeño porcentaje de mujeres con diabetes del embarazo siguen siendo diabéticas después del parto. Sin embargo, serás más propensa a desarrollar diabetes gestacional en tu próximo embarazo.

Las mamás latinas que padecen de diabetes gestacional son más propensas a desarrollar diabetes del tipo 2 entre los cinco a 10 años después del embarazo.

Se estima que alrededor de un tercio de las mujeres que tuvieron diabetes gestacional tendrán diabetes o bien, lo que se conoce como tolerancia deficiente a la glucosa. Lo que significa que sus niveles de glucosa serán más altos de lo normal, pero no tanto como para diagnosticarles diabetes.

Es por ello que para nosotras, las latinas, es especialmente importante hacerse una prueba de diabetes entre las seis y 12 semanas después de haber tenido al bebé. Para hacértela, tendrás que estar en ayunas desde la noche anterior. Se puede hacer en tu visita posparto, a las seis semanas del nacimiento del bebé.

¿Qué puedo hacer para minimizar los factores de riesgo de desarrollar diabetes en el futuro?

Los niveles altos de azúcar (glucosa) en la sangre suelen volver a la normalidad luego del parto. Sin embargo, las mujeres con diabetes gestacional deben vigilarse cuidadosamente después del parto y en citas regulares con el médico para buscar signos de diabetes.

El médico te recomendará con qué frecuencia deberás comprobar el nivel de azúcar en la sangre. La recomendación para las mujeres latinas, por lo general, es:

  • Que estas pruebas se hagan al menos una vez al año.
  • Que mantengas tu peso bajo control,
  • Comer una dieta sana y hacer ejercicio de forma regular

Todo esto te puede ayudar mucho a que esta enfermedad no se presente.

Además, el amamantar a tu bebé te puede proveer algo de protección. Existen algunos estudios que señalan que las mujeres que dan pecho pierden mucho más peso después del parto y que tienen menos riesgo de desarrollar diabetes del tipo 2 así como problemas cardiovasculares.

¿Qué puedo hacer para que mi niño no sufra de diabetes u otras condiciones relacionadas a esa enfermedad?

Después de que nazca tu bebé, es aconsejable que le des pecho. Existe evidencia que señala que el amamantar mejora el metabolismo de la glucosa y ayuda a prevenir la obesidad además de reducir el riesgo de que tu bebé sufra de diabetes, y otras enfermedades.

Ten en cuenta que existe la posibilidad de que tu bebé tenga tendencia a la obesidad durante su infancia o edad adulta, y de que pueda desarrollar diabetes o problemas cardiovasculares.

Por eso, es importante ayudarle a mantener una dieta sana y equilibrada, y a mantenerse activo físicamente, para que su peso sea el normal que le corresponde.

Recuerda comentarle al pediatra que tuviste diabetes gestacional durante el embarazo.

¿Cómo puedo prevenir la diabetes gestacional?

Acude a tus citas con el obstetra desde el principio del embarazo para que te vaya controlando durante cada etapa. Someterse a pruebas de detección prenatales entre las semanas 24 y 28 del embarazo ayudará a detectar la diabetes gestacional de manera temprana.

Si tienes sobrepeso, trata de bajar de peso antes del embarazo y cuida tu dieta durante la gestación.

¿Cuál es el pronóstico de la Diabetes Gestacional?

La mayoría de las mujeres que tuvieron diabetes gestacional y estuvieron controladas medicamente, van a tener bebés sanos.

El riesgo de las complicaciones se incrementa cuando los niveles de glucosa no son manejados apropiadamente.

Aunque algunas mujeres en un futuro podrán desarrollar diabetes tipo 2 después del parto, este riesgo puede reducirse siguiendo un plan alimenticio adecuado, ejercitándote y manteniendo un peso saludable.

Referencias

Ejercicio Postparto
Complicaciones de parto / Postparto, Embarazo

Ejercicio Postparto

Introducción

Después del parto, lo más habitual es quedarse con algunos kilos de más, el abdomen flácido e hinchado, la cadera más ancha… una serie de cambios que hace que la inmensa mayoría de las mujeres se sientan mal consigo mismas tras un parto. Muchas mamás comprueban con pesar, al mirarse de perfil, que su figura ya no es la misma que antes de tener el bebé.

La mujer necesitará de un programa de ejercicios diseñado específicamente para restaurar la tonicidad muscular de la región abdominal y pélvica, pues con las actividades diarias estas áreas no se logran fortalecer.

El ejercicio no sólo logra fortalecer la musculatura, sino también mejora el retorno de la sangre venosa hacia el corazón, evitando las várices, calambres y edema venosa. Además, disminuye la ocurrencia de trombosis (oclusión de las venas) en las extremidades y favorece la cicatrización. El ejercicio ayuda a manejar el estrés y a relajarse.

¿Cómo puedo recuperar mi figura después del parto?

 Actividad física, esa es la respuesta. Aunque seguramente, en los días posteriores al parto, no estás pensando en realizar ningún tipo de ejercicio, pero en la medida que pasen las semanas y vayas recuperando de a poco tus horas de sueño atrasado, verás que la actividad física será una forma de aumentar tu energía y mejorar tu bienestar emocional y físico.

¿Qué tan pronto puedo comenzar?

El Colegio Americano de Ginecología y Obstetricia dice que debes iniciar gradualmente el ejercicio cuando tu misma sientas que ya puedes hacerlo. Pero más bien será tu médico el que te pedirá que te esperes hasta que te hayan hecho la revisión post parto para ver que todo está bien y no se han presentado complicaciones.

Los “ejercicios” más importantes que debes realizar mientras tanto, son descansar y empezar a conocer a tu bebé. Ten en cuenta que tu cuerpo puede tardar semanas en recuperarse de los cambios que se produjeron en el embarazo. No intentes ser una supermujer ni te apresures a recuperar tu silueta de inmediato.

Generalmente, si hiciste ejercicio durante el embarazo y tuviste un parto vaginal, podrás empezar con ejercicios ligeros tipo caminata, kegels (fortalecimiento de los músculos del suelo pélvico) y algunos estiramientos, pocos días después del nacimiento de tu bebé.

Si tuviste una cesárea, probablemente tendrás que esperar de seis a ocho semanas antes de empezar. Sin embargo, se recomienda caminar tranquilamente ya que esto te ayudará a evitar complicaciones como puede ser la formación de coágulos en tus venas.

Si no hiciste ningún ejercicio durante el embarazo, empieza lentamente y pregúntale a tu médico cuando puedes hacerlo.

¡OJO! Siempre ten en cuenta que tus articulaciones y ligamentos estarán todavía laxos (por efecto de las hormonas durante el embarazo) y esto durará tres a cinco meses. Así que cuida tus pasos y evita caídas y resbalones.

¿Cuál es el beneficio del ejercicio después del embarazo?

El ejercicio regular después del embarazo puede:

  • Promover la pérdida de peso, especialmente cuando se combina con una dieta de menos calorías.
  • Mejorar tu sistema cardiovascular.
  • Restaurar la fuerza y el tono muscular.
  • Elevar tu nivel de energía.
  • Mejorar tu estado de ánimo.
  • Liberar el estrés.
  • Ayuda a prevenir y promueve la recuperación de la depresión postparto. Aun más, al incluir la actividad física en tu actividad diarioa, te ayuda a presentar un ejemplo positivo a to bebé ahora y en los años siguientes.

 Para que todo vaya bien

Plan de ejercicio para mamás recientes:

Lo bueno, breve… las sesiones deben ser breves, pero frecuentes, ya que podrías agotarte, y en el posparto tus reservas de energía no están en su mejor momento. Con sesiones más ligeras tonificarás mejor los músculos.

Lenta, pero segura. Tómate tu tiempo entre serie y serie, y descansa un rato al terminar cada ejercicio, respira profundamente e hidrátate bien bebiendo mucha agua. Piensa siempre que no hay ninguna prisa.

¡Ojo! Sin pasarse. El entrenamiento olímpico déjalo para más tarde. Aunque te dé la sensación de que puedes con mucho más, limítate a las tablas que te indicamos; puedes tener una falsa sensación de fortaleza.

  • El trabajo abdominal para fortalecer los músculos del abdomen debe iniciarse una vez recuperado el tono de la musculatura perineal o suelo pélvico. Nunca antes.

Conviene evitar:

  • Dar saltos.
  • Ejercicios de aeróbic de alto impacto.
  • Traqueteos (por ejemplo: ir en bici).
  • Realizar abdominales de fuerte intensidad

Cuando la musculatura perineal y abdominal esté ya fuerte se puede afrontar cualquier tipo de actividad deportiva. ¡Iniciamos!

¿Con qué ejercicios debo empezar después del parto?

Ejercicios para fortalecer el suelo pélvico

El parto natural requiere la participación y el esfuerzo de toda la musculatura del suelo pélvico. A menudo este esfuerzo se traduce en una debilitación de todos los músculos de esa zona, por cuya razón, una de las primeras medidas que debe adoptar una mujer tras el parto es fortalecerlos y tonificarlos para evitar padecer incontinencia urinaria en el futuro.

La incontinencia urinaria suele manifestarse tras dar a luz (se nota que se nos escapa la orina al saltar, estornudar, cargar); sin embargo la práctica de unos ejercicios sencillos permite corregirla y prevenir que aparezca en el futuro: los ejercicios de Kegel

¿Cuándo puedo iniciarlos?

Siempre consulta a tu médico, pero por lo general podrás hacerlos en cuanto te sientas cómoda y no sean causa de dolor o molestias.

¿Qué músculos debes contraer?

Tienes varias opciones:

  1. Imagina que se te van a escapar gases: aprieta el músculo alrededor del ano (esfínter anal) con todas tus fuerzas subiéndolo hacia dentro. Cuenta hasta 5 y relaja.
  2. Imagina que vas a tener una pérdida menstrual y debes evitar mancharte. Aprieta la vagina para retener el flujo. Cuenta hasta 5 y relaja
  3. Imagina que estás orinando. Aprieta fuerte como si quisieras cortar el flujo de la orina (esfínter uretral). Cuenta hasta 5 y relaja.

 Has lo mismo de 3 a 5 veces y repítelo varias veces durante el día.

 O puedes hacer contracciones rápidas: contrae y sube los músculos rápido y con fuerza y relájalos inmediatamente entre 10 y 20 veces. Repítelo de nuevo entre 3 y 5 veces

 Alterna la realización de ambas contracciones. A medida que se vayan fortaleciendo los músculos podrás aguantar más segundos y realizar más repeticiones. Los ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico o periné son conocidos entre los especialistas como “kegels”.

                                                                     ¿Con qué ejercicios debo empezar después del parto?

Puedes realizarlos en cualquier postura:

¿Con qué ejercicios debo empezar después del parto?

  • Acostada con las piernas flexionadas,
  • De pie separando ligeramente las piernas, apoyada en una pared o reclinada con las manos apoyadas en una mesa
  • Sentada
  • A gatas
  • Tumbada boca arriba con las piernas flexionadas
  • Recostada de lado con las piernas flexionadas

Útil idea: hazlos mientras estás en la fila de la compra, en una sala de espera o viendo la tele. Aprovecha todos los momentos que tengas para ejercitar tus músculos.

Caminatas

Puedes iniciar desde el hospital. Empieza por caminar 10 minutos al día a paso lento, tres o cuatro veces a la semana e incrementa el tiempo, frecuencia e intensidad poco a poco. Caminar te ayudará a volver a poner tu cuerpo en forma lentamente y también alivia la tensión.

Protege tu espalda

Durante el período post-parto, es posible que todavía sientas dolor en la espalda o al adoptar algunas posturas. Además, si estás lactando puedes sentir cierta tensión en la parte alta de la espalda debido al peso adicional del pecho. Por consiguiente, los ejercicios para la espalda pueden ser muy útiles en estos casos. Ten en cuenta las siguientes sugerencias:

  • Trata de no cargar a tu bebé sosteniéndolo sobre las caderas. Esto hace que la columna se doble. Se recomiendan los canguros con hombros acolchados.
  • Al cambiarle los pañales al bebé o al vestirlo, en lugar de inclinarte, siéntate en la cama junto al bebé o hazlo en la mesa cambiadora.
  • Al alimentar al bebé:
    • Apoya al bebé y tu brazo sobre una almohada. Considera la posibilidad de usar una almohada de amamantar especialmente diseñada para que adoptes una posición cómoda mientras amamantas.
  • Arrodíllate junto a la tina cuando bañes a un niño pequeño.
  • Cuando le hables a un niño, flexiona las rodillas y agáchate en lugar de inclinarte.

Ejercicios Abdominales

¡OJO! La mayoría de las mujeres desarrollan una separación o hueco entre los músculos abdominales durante el embarazo o labor de parto y tomará de cuatro a seis semanas que se cierre. Esto es muy importante que lo tomes en cuenta porque si empiezas a hacer ejercicios abdominales antes de que se cierre, corres el riesgo de lastimar esos músculos.

Dedicar de cinco a quince minutos al día, con una periodicidad de cuatro a cinco días a la semana (o días alternativos), basta para comprobar que el abdomen, poco a poco, se vuelve más firme y plano.

Si eres constante, puedes empezar a ver resultados al cabo de un mes aproximadamente. Además, este trabajo te ayudará a mejorar tu postura y a prevenir posibles problemas de espalda.

¿Cuándo puedo empezar?

Generalmente en partos normales se puede empezar a hacer ejercicios después de 4 semanas. Si se ha tenido una cesárea, 6 semanas después es el periodo normal de espera, pero tu médico es el que te dirá exactamente cuándo puedes empezar.

Pautas a seguir:

  • Consulta a tu médico antes de iniciar.
  • Avanza a tu propio ritmo. Los ejercicios suaves son importantes para ayudar a curar tus músculos
  • Relájate y respira profundamente durante los ejercicios y entre estos. Exhala al hacer esfuerzo. NO contengas la respiración.
  • Apoya la cabeza y los hombros sobre una almohada para tu comodidad.
  • Comienza realizando cada ejercicio dos veces.

¡Ojo! Si notas un aumento en al sangrado o si vuelve a producirse un sangrado rojo brillante, deja de hacer ejercicios y llama a tu médico.

¿Cómo se hacen?

1.Pueden comenzarse después de la tercera semana de un parto normal.Tumbada en el suelo, boca arriba, con las rodillas flexionadas, pies separados a la anchura de las caderas, la región lumbar apoyada en el suelo y las manos acunadas detrás de la cabeza, se inicia el ejercicio: eleva lentamente -y todo lo que puedas-, los hombros y la caja torácica del suelo, manteniendo la zona lumbar apoyada en el suelo y el abdomen tan plano como sea posible. A continuación, se retrocede a la posición inicial y se repite. Empieza con 6 u 8 repeticiones y ve aumentando gradualmente a medida que mejore tu condición física.

                                                                              ejerciciopospar

2.En posición acostada con las rodillas flexionadas, trata de tocar con tus dedos las rodillas y mantenerte en esta posición todo el tiempo que puedas.

¿Con qué ejercicios debo empezar después del parto?
 
Debes inspirar profundo antes de comenzar el ejercicio y espirar cuando llegas a las rodillas. Repítelo 10 veces.
3.En la misma posición que la anterior levanta una pierna, bájala y luego levanta la otra.
¿Con qué ejercicios debo empezar después del parto?
Inspira antes de levantar cada pierna y espira al llegar con la pierna a la posición vertical. Repítelo 10 veces con cada pierna. En la misma posición con las rodillas flexionadas intenta de tocar con tu mano derecha tu rodilla izquierda y viceversa.

Para liberar la producción de gases

También es común que en el puerperio inmediato se acumulen gases en el vientre. Para ayudar a liberarlos, es aconsejable acostarse boca arriba y llevar las rodillas juntas hacia el pecho mientras se exhala y se presiona el abdomen con los muslos.

                                                                        ejerciciopospar

Ejercicios para estirar la espalda

Alivian el dolor de espalda y mantienen la flexibilidad

  • Comienzo del ejercicio: de rodillas y en cuatro patas
  • Contrae los músculos abdominales y curva la espalda, aprieta los glúteos y lentamente coloca la cabeza entre los brazos.
  • Mantén la posición por unos segundos y después relaja el cuerpo.

¿Con qué ejercicios debo empezar después del parto?

Refuerza los pectorales

El pecho es otra de las partes del cuerpo que más perjudicada sale tras un embarazo y un parto. Las mamas ganan volumen y pueden adquirir tamaños insospechados con la subida de la leche. Al final de la lactancia suelen quedar flácidos y caídos.

La glándula mamaria no puede ejercitarse pero sí los músculos que la sostienen. Ejercitando los músculos pectorales se puede prevenir la caída de los pechos y permite mantenerlos más altos y en su sitio.

Estiramiento de la espalda alta y de los brazos

  • Eleva los brazos arriba de tu cabeza manteniendo los codos derechos. Junta las palmas de las manos y sostén por 5 ó 10 segundos.
  • Baja tus brazos hacia los lados con las palmas de las manos viendo hacia abajo y mantén 5 ó 10 segundos
  • Lleva tus manos lo más lejos que puedas hacia la espalda y junta las manos por el revés. Mantén 5 ó 10 segundos.

Aperturas de brazos con pesas: si no tienes, utiliza dos botellas de agua llenas de arroz. Túmbate boca arriba y estira los brazos en perpendicular al cuerpo, con las pesas “mirándose”. Sólo tienes que abrir los brazos hasta casi tocar el suelo y volver a cerrar. Procura contraer los músculos pectorales cuando cierres. Haz 3 series de 8 repeticiones, descansando unos segundos entre una y otra.

Puedes hacer los ejercicios de pecho (fondos o con pesas) junto con los abdominales y un buen paseo (mínimo 3 veces por semana).

¿Me pongo a dieta?

La lactancia no es un momento oportuno para seguir una dieta de adelgazamiento. Dar el pecho al bebé ayuda a la mujer a recuperar su peso con mayor facilidad, ya que la producción de leche exige la utilización de las reservas de grasas almacenadas durante el embarazo.

  • La lactancia artificial permite seguir antes una dieta de adelgazamiento, pero conviene hacerlo bajo la supervisión de un especialista ya que dietas muy restrictivas pueden agravar la predisposición a sufrir una depresión post-parto.

Estrategias para levantar y mover objetos y flexionarse después del parto

Después de dar a luz, estarás más propensa a sufrir una distensión en la espalda, debido a que las hormonas del embarazo han ablandado sus ligamentos y articulaciones. Las siguientes estrategias te ayudarán a minimizar el riesgo de sufrir lesiones en la espalda.

Levantar y mover objetos

  • Cada vez que necesites alcanzar o levantar objetos que estén a una altura baja, separa los pies colocando uno delante del otro y flexione las rodillas.
  • Acerca el objeto hacia ti a medida que extiendes las rodillas y levántalo. Esto te permite usar los músculos del muslo para levantar el objeto en lugar de distender los músculos de la espalda.
  • Al mover un objeto, intenta empujar en lugar de jalar. Usa las piernas, no la espalda y los brazos.

Flexionarse

  • Evita cualquier posición en la que se flexione la cintura con las rodillas extendidas, aunque sea una flexión leve. En lugar de ello, cambia tu posición de manera tal que quedes sentada, en cuclillas, arrodillada o con las rodillas flexionadas mientras inclinas las caderas hacia adelante.
  • Cuando entres o salgas del automóvil, voltea las caderas y la espalda en la misma dirección mientras mantienes la espalda derecha. Cuando te levantes de la cama, primero colócate de lado y luego usa los brazos para empujarte y levantarte de la cama.

¿Puede hacer ejercicio una madre lactante?

La lactancia materna y la práctica de deporte no sólo son compatibles, si no que además proporciona varios beneficios dentro de nuestro objetivo de recuperación posparto. Diferentes investigaciones sugieren que una mujer que da el pecho a su hijo y que realiza ejercicio físico recupera su peso anterior (el que tenía antes del embarazo) más rápidamente que una madre lactante sedentaria. Además, elimina antes la grasa acumulada durante el embarazo.

No sólo eso, hacer deporte aporta a la reciente madre otros efectos positivos, como una mejoría de su función cardiovascular, un aumento de la flexibilidad muscular, una mejor calcificación de los huesos, un sistema inmunitario más fuerte, y una reducción del estrés y la ansiedad, que favorecen la autoestima de la mamá deportista al sentirse mejor con ella misma.

¿Qué efectos puede tener el deporte sobre la composición y volumen de la leche?

No hay estudios claros que sugieran que el ejercicio físico influya en el volumen o la composición de la leche materna. Según la Asociación Española de Pediatría, en mamás que ya eran antes deportistas, la práctica de ejercicio no afecta de manera negativa ni al volumen de la leche ni a su composición.

Pero, en aquellas madres que no son asiduas al deporte, realizar ejercicio físico intenso durante el periodo de recuperación posparto puede causar que el volumen de leche disminuya y se produzcan cambios en su composición, como una disminución de lactosa o de algunos factores de defensa y un incremento del ácido láctico que, al ser amargo, podría hacer que algunos bebés rechazarán el pecho (aunque por lo general suelen tolerar bien este “cambio de sabor”).

Nunca hagas ejercicios que hagan que te duela el pecho. Usa siempre un buen sostén y trata de alimentar a tu bebé antes de iniciar para que el pecho esté lo más vacío posible.

¿Cómo puedo saber si estoy exagerando en el ejercicio?

Si estás haciendo demasiado ejercicio, experimentarás mucha fatiga, te sentirás agotada y te tomará cada vez más tiempo recuperarte de las sesiones de ejercicios.

Si tu loquia (el sangrado vaginal que se presenta después del ejercicio) aumenta o cambia de color (se vuelve rosada o roja) al terminar de ejercitarte, es probable que estás exagerando.

Interrumpe el ejercicio y llama a tu médico. El sangrado puede ser un signo de hemorragia (aunque el ejercicio no aumenta las posibilidades de que esto suceda).

Preguntas frecuentes:

  1. ¿Cuánto tiempo tarda en desaparecer la laxitud de los ligamentos origen de muchos traumas y esguinces?: Esta laxitud puede persistir hasta 12 semanas después del parto. Es por eso que no se recomiendan los ejercicios de alto impacto.
  2. ¿Una madre lactante recupera antes su peso (anterior al embarazo) si hace ejercicio físico?: Diferentes estudios sugieren que una mujer lactante que realiza ejercicio físico recupera su peso anterior al embarazo más rápidamente que una madre lactante sedentaria.
  3. ¿Qué consejos se le pueden dar a una madre lactante que quiere hacer ejercicio?:
    1. Beber abundante líquido.
    2. Es importante usar un sujetador adecuado cuando hace ejercicio.
    3. Cuidar los hábitos nutricionales.
    4. Efectivamente, es necesario que la lactante ingiera no menos de 600 calorías extras/ día y que no se obsesione con la idea de perder rápidamente peso. La mujer lactante pierde peso más despacio que la que no le da el pecho a su niño.
  4. ¿Cuánto tiempo tiene que pasar después del parto para que una mujer deportista retome sus entrenamientos habituales?: Después de un parto normal, sin complicaciones, la madre puede comenzar a realizar algún tipo de ejercicio al día siguiente del parto (por ejemplo, un breve paseo por los pasillos del hospital). En el caso de una cesárea, la actividad física “normal” no puede retomarse mientras persista el dolor. En todo caso, el Colegio Americano de Tocólogos y Ginecólogos aconseja que sea la propia mujer la que retome su programa de ejercicio físico anterior al embarazo dependiendo de su propia capacidad física.
  5. ¿Qué consejos se puede dar a una madre que quiere volver a su régimen de ejercicio físico anterior al embarazo?
    1. En caso de episiotomía, es aconsejable esperar hasta que haya desaparecido el dolor antes de volver a los entrenamientos acostumbrados.
    2. En caso de sangrado, mejor esperar unos días más.
    3. La fatiga es un problema muy común. Si ocurre esto, sería mejor cambiar el ejercicio por una siesta.
    4. Después del parto, muchas mujeres pueden presentar un período de incontinencia urinaria que puede prolongarse durante algunos meses. Resulta aconsejable hacer ejercicios que ayuden a acelerar la recuperación (por ejemplo, ejercicios de Kegel).
    5. El período del posparto es una época en la que es muy habitual tener dolores de espalda. Además de cuidar la postura, los ejercicios de fortalecimiento abdominal pueden ayudar.
    6. Hay que tomarse el tiempo necesario para calentar y estirar antes de hacer ejercicio, y para recuperar y relajarse después de acabar.

Referencias

Asma y Embarazo
Complicaciones, Embarazo, Otras

Asma y Embarazo

Introducción

 El asma es una de las complicaciones más comunes durante el embarazo y presenta desafíos especiales. Muchas de las embarazadas se preocupan acerca de cómo los cambios durante el embarazo afectarán su asma y de si los tratamientos afectarán al bebé.

 Aunque el asma es seria, ya que potencialmente es una condición que amenaza la vida, si es manejado apropiadamente, la madre y el bebé no deben tener resultados significativamente diferentes de los embarazos de madres no asmáticas. En realidad, el riesgo de un control inadecuado del asma es mucho mayor que lo que puede ser el tomar los medicamentos para controlar este padecimiento.

 Las mujeres asmáticas deben comentar esta situación con su médico antes de embarazarse, pero si descubren que están embarazadas, deberán continuar con sus medicamentos y acudir al especialista para que revise el tratamiento.

¿Qué es el asma?

El asma es una enfermedad crónica que afecta las vías respiratorias que son los tubos que llevan el aire hacia dentro y fuera de los pulmones. Si padeces de asma, las paredes internas de tus vías respiratorias se inflaman, se reduce el diámetro y, por lo tanto, los pulmones reciben menos aire.

Esta enfermedad es la respuesta a determinados estímulos que producen alergia, entre otros: polen, ácaros del polvo, partículas de la piel de gato y del perro, humo, aire frío, ciertos alimentos o aditivos alimenticios.

 Se caracteriza por la aparición de episodios de dificultad respiratoria (crisis o ataques asmáticos), generalmente asociados a otros síntomas como tos, pitidos al respirar y sensación de ahogo.

Los síntomas del asma incluyen:

  • Respiración con silbido (sibilancias)
  • Tos, especialmente temprano por la mañana o a la noche
  • Presión en el pecho
  • Dificultad para respirar

No todas las personas que sufren de asma tienen los mismos síntomas. Al mismo tiempo, tener estos síntomas no significa que tengas asma.

Un ataque de asma se produce cuando los síntomas empeoran. Los ataques de asma graves pueden necesitar atención médica de emergencia y pueden ser fatales.

En el embarazo, el asma puede disminuir los niveles de oxígeno en la sangre tanto para la madre como para el bebé.

Diagnóstico

El médico especialista –inmunólogo/alergólogo- te preguntará acerca de las características de las crisis: forma de presentación, intervalo entre las crisis, si sabes cuáles son los desencadenantes, cual es la evolución de la enfermedad y de las crisis, y descartará otras posibles enfermedades pulmonares.

Con el fin de poder medir la obstrucción al flujo aéreo, te pedirá que te realices una prueba de función respiratoria (espirometría), sin y con broncodilatador, con el fin de demostrar que la obstrucción de la vía aérea es reversible (característica del asma).

Por último, hará un diagnóstico dirigido a buscar la causa que desencadena los síntomas; identificar la causa es el paso más importante para poder controlar la enfermedad. Es posible que necesite pedirte que te hagas exámenes para la alergia.

Compartiendo el aire en el embarazo

 Tú y tu bebé requieren oxígeno constantemente para un embarazo saludable. La única manera que se suple oxígeno al cuerpo es respirando profundamente a través de las vías respiratorias, donde es distribuido a los órganos vitales y al bebé. La respiración es vital para un embarazo saludable.

 Tu bebé depende de ti para recibir oxígeno constantemente. Los síntomas del asma, tales como tos, silbido en el pecho, sentirte corta de respiración, o respirar por la boca son signos seguros de que el abastecimiento de oxígeno para el bebé no es tan bueno como se requiere.

 Si eres asmática, aún cuando no tengas síntomas, es posible tener niveles de respiración que no son saludables. Verifica tus niveles de respiración en tu hogar diariamente, para ello puedes usar un medidor de flujo máximo. Busca que tu obstetra trabaje en equipo con el alergólogo/inmunólogo durante todo este período del embarazo y post parto.

 ¿Cómo afecta el embarazo al asma?

 El embarazo no va a ser causa de asma si tú no eras asmática antes, pero el efecto del embarazo en las mujeres que son asmáticas es impredecible.

Para algunas mujeres, el asma mejora durante el embarazo y cuando esto sucede, la mejoría generalmente es gradual y va con el progreso del embarazo. Pero también es posible que el asma empeore durante el embarazo y esto sucede, típicamente, después de la semana 28 hasta la semana 36.

 La mejor forma de asegurar un embarazo saludable es mantener el asma bajo control siguiendo cuidadosamente el tratamiento. Si el asma está bien controlada, hay muy pocas posibilidades o riesgo de problemas tanto para ti como para tu bebé.

 En cuanto sepas que estás embarazada, acude a tu médico inmunólogo/ alergólogo para que te diga cómo debes manejar el asma durante el embarazo. Es importante que trabajen en equipo el ginecólogo y tu especialista.

 ¿Por qué el asma mejora en algunas mujeres durante el embarazo? La razón exacta se desconoce. Los niveles elevados de cortisona en el cuerpo durante el embarazo pueden ser una causa importante para esta mejoría.

 ¿Por qué el asma empeora en algunas mujeres durante el embarazo? En algunos casos, puede ser porque suspendieron su tratamiento en el momento de saber que estaban embarazadas, y en otros casos, algunas mujeres pueden tener reflujo gastro-esofágico causando eructos, agruras, u otros síntomas. Este reflujo, infecciones de senos paranasales y aumento del estrés, pueden agravar el asma. Frecuentemente, una infección viral respiratoria causa una exacerbación del asma durante el embarazo.

 Sin embargo, las mujeres pueden experimentar menos síntomas durante las cuatro últimas semanas del embarazo.

 Es importante que aprendas a diferenciar entre cambios de respiración debidos al embarazo y los síntomas del asma. Actividades normales como subir escaleras, pueden dejarte corta de respiración, pero no deben hacer que tosas, que el pecho silbe, o que experimentes niveles bajos de respiración (para verificar esto, es conveniente que utilices un medidor de flujo máximo).

 Si los síntomas mejoran luego de usar tu medicamento, entonces probablemente se deben al asma y conviene que sean reportados inmediatamente a tu médico.

 Preparto, parto y post parto: en el período de posparto y pasados tres meses del parto, las pacientes vuelven a manifestar la misma severidad de Asma que presentaban previamente al embarazo.

¿Cómo afecta el asma al embarazo?

 Estudios recientes indican que el asma materna que no se controla adecuadamente durante el embarazo, aumenta el riesgo de complicaciones maternas o del niño.

 Cuando los síntomas del asma se ignoran o se dejan sin tratamiento, las mujeres embarazadas tienen un mayor riesgo de sufrir preeclampsia (un grupo de síntomas incluyendo presión alta, tobillos hinchados, problemas de los riñones que podrían comprometer el crecimiento y la salud del bebé y que empeora con convulsiones y otras consecuencias serias), vómitos excesivos, hemorragia vaginal y parto prematuro.

¿Qué complicaciones podría tener el bebé cuando el asma no es controlada?

El asma no controlada causa una disminución en el contenido de oxígeno de la sangre materna. Ya que el feto obtiene el oxígeno de la sangre materna, la disminución de oxígeno para el bebé procedente de la madre puede conducir a muchos problemas de salud en el feto, incluyendo los siguientes:

  • Mortalidad perinatal.
  • Retraso del crecimiento intrauterino – crecimiento fetal pobre en el útero, provocando que el feto sea más pequeño de lo normal para su edad gestacional.
  • Nacimiento prematuro.
  • Bajo peso al nacer.
  • Hipoxia neonatal – oxígeno insuficiente para las células al nacer.

 Tratamiento del asma durante el embarazo

 La meta principal para el manejo del asma bronquial (AB) en el embarazo es obtener un bebé saludable; pero también hay otras metas que son similares a aquellas mujeres que no están embarazadas y sufren de asma:

  • lograr función pulmonar normal, o cerca de lo normal, con mínimos o ningún efecto adverso de la terapia;
  • controlar los síntomas sin el despertar nocturno;
  • mantener actividades normales sin perder horas de escuela o trabajo;
  • participar activamente en ejercicios;
  • evitar exacerbaciones agudas y la necesidad de visitas a servicios de emergencia u hospitalizaciones.

 La atención de la asmática embarazada debe involucrar el manejo integrado del inmunólogo/alergólogo con el obstetra. Entre ambos especialistas cuidarán tanto del control de los síntomas de asma como del control del crecimiento y desarrollo fetal.

 El sub-tratamiento es el error más común cuando se trata de embarazadas asmáticas. Es importante que el médico te haga ver la absoluta necesidad de seguir el tratamiento al pie de la letra y de anular los factores que detonan del asma. Los medicamentos que te recetan cumplen la función de prevenir las crisis y curar los síntomas agudos.

 Tendrás que pedirle a tu médico que te haga un Plan de Manejo del Asma por escrito. Usa los medicamentos exactamente como hayan sido recetados, nunca lo suspendas ni cambies la dosis.

 Tratamiento no farmacológico:

 Idealmente, deberás preguntar a tu médico acerca de las medidas no farmacológicas para controlar tu asma.

 Debes evitar cualquier disparador de síntomas de asma, entre ellos las alergias, las infecciones respiratorias, el ejercicio físico, los irritantes de la vía aérea, el clima, los medicamentos, el estrés y cualquier otro que te sea conocido:

  • Es preferible que no inicies un programa de ejercicios durante el embarazo. Cualquier programa de actividad física que se realice, debes consultarlo con tu médico y siempre estar acompañada por un profesional. Es aconsejable la práctica de natación sobre otros deportes.
  • Respecto de los irritantes de la vía respiratoria, deben ser evitados todos, prestando especial atención sobre el humo de tabaco, que se erige como uno de los principales agentes nocivos debido a la alta frecuencia de tabaquismo activo y/o pasivo.
  • Los días que el clima hace que los contaminantes ambientales aumenten, debes permanecer en el interior de tu casa, con las puertas y ventanas cerradas y disminuyendo la actividad cotidiana.
  • Los días de intenso frío, es conveniente que no te expongas a cambios bruscos de temperatura.
  • Es conveniente que aprendas técnicas de relajación y respiración adecuada durante las crisis para que disminuyas el nivel de estrés.
  • Identifica y evita la exposición a cualquier alérgeno como puede ser los ácaros del polvo de la casa, el polen de las plantas, la caspa de los animales, los perfumes, los vapores de líquidos limpiadores, las chimeneas, etc.
  • Evita el contagio de infecciones bacterianas o virales. Las infecciones de las vías aéreas deben ser evitadas y tratadas temprana y enérgicamente cuando ocurran. Es recomendable la vacunación anti-influenza. Los esfuerzos por minimizar las enfermedades de la vía aérea superior,     en un mejor control del asma.

 Como cualquier persona con asma, las embarazadas necesitan tener un plan de acción que les ayude a controlar los ataques de asma y, parte de ese plan de acción es monitorear tu función pulmonar cuidadosamente durante todo el embarazo para asegurarte de que el bebé está recibiendo suficiente oxígeno.

 Debido a que la severidad del asma varía en la mayoría de las embarazadas, debes acudir mensualmente a tu especialista para que mida y vigile tus síntomas y la función pulmonar.

 Después de la semana 28, monitorea diariamente los movimientos fetales: Puedes hacer esto anotando si las patadas del bebé disminuyen con el tiempo. Si observas que esto sucede durante un ataque de asma, contacta de inmediato a tu médico para que te dé instrucciones precisas.

Medicamentos para el asma durante el embarazo

La anulación de los detonantes alergénicos raramente previene síntomas del asma totalmente durante el embarazo. Por consiguiente, la medicación normalmente es necesaria para controlar el asma en la madre. La terapia debe permitir la oxigenación adecuada y el crecimiento del feto.

El asma se trata con dos tipos de medicamentos: medicinas para el alivio rápido para detener los síntomas y medicinas para el control a largo plazo para la prevención de síntomas.

Muchas mujeres embarazadas se alejan de todos los medicamentos para el asma o las alergias por temor a que éstos puedan causarle daño al bebé por nacer. Sin embargo, los riesgos para la madre y el bebé asociados con el asma pobremente controlada son mayores que los riesgos de tomar los medicamentos para el asma según se hayan recetado.

 Un asma incontrolada puede ser una amenaza para el bienestar maternal y para la supervivencia y el crecimiento del feto. En este caso, seguramente tu ginecólogo te hará ultrasonidos para verificar el crecimiento del bebé y también para controlar su bienestar después de un ataque de asma.

 La meta es usar medicamentos para prevenir la inflamación y tratar el bronco espasmo cuando los síntomas comienzan. El hacer esto minimiza los riesgos y maximiza los beneficios tanto para la madre como para el bebé.

 El tratamiento individual es personalizado. El médico continuará con el medicamento base que te daba para controlar el asma y otro para controlar la crisis y aliviar los síntomas.

 Es mejor que las mujeres visiten periódicamente a su alergólogo/inmunólogo durante el embarazo, de manera que cualquier empeoramiento del asma se pueda contrarrestar mediante cambios apropiados en el plan de acción. Comenta cualquier duda que tengas con tu médico para que te garantice, en lo posible, un embarazo saludable.

  • Ante una crisis toma tu medicación lo antes posible: En presencia de un acceso asmático, comienza con la medicación prescripta para el caso en forma inmediata para evitar la disminución de oxígeno de tu bebé, si no mejoras, concurre a algún centro médico asistencial para un tratamiento más enérgico.

asma

Sobre la seguridad de los medicamentos

La Administración de Drogas y Alimentos (Food and Drug Administration) clasifica a los medicamentos para uso durante el embarazo dentro de las categorías A-D y X. La mayoría de los medicamentos para el asma caen en la categoría C.

Una revisión actual de los estudios en humanos y en animales de los efectos de los medicamentos para el asma tomados durante el embarazo, encontró pocos riesgos tanto para la embarazada como para el feto. Es mucho mejor que la embarazada sea tratada con medicamentos que tener síntomas de asma o un ataque de asma.

Nunca dejes de tomar o disminuyas las dosis de los medicamentos prescritos por tu médico. Y siempre pregunta antes de usar algún suplemento o medicina herbal.

Antes de usar cualquier medicamento o suplementos, discute con tu médico los beneficios y riesgos de cada uno de ellos.

 Consejos importantes que debes recordar:

  • Aprende los nombres de tus medicamentos.
  • Usa los medicamentos sólo bajo receta médica.
  • Nunca tomes más o menos del medicamento prescrito. Sigue tu tratamiento al pie de la letra.

Habla con tu médico sobre cualquier preocupación que tengas sobre el medicamento o cualquier efecto secundario indeseado que experimentes.

 Antihistamínicos

Se ha demostrado que pueden reducir los síntomas del asma, mejorando las pruebas de función pulmonar y la calidad de vida. Los antihistamínicos de elección son ahora los no-sedativos como la loratadina y fexofenadina.

A pesar de la escasez de datos en humanos, el uso de loratadina durante el embarazo no presenta diferencias en el peso al nacimiento, circunferencia de la cabeza, longitud y Apgar con respecto al grupo control, sin embargo, tu médico evitará su uso en el primer trimestre, a menos que existan problemas sustanciales de calidad de vida.

 Broncodilatadores inhalados

(albuterol, formoterol, levalbuterol, pirbuterol y salmeterol)

 Los broncodilatadores inhalados tratan la parte del asma que puedes sentir, oír y ver. Los broncodilatadores no tratan la inflamación de las vías respiratorias. Tú misma debes sentir que los niveles de respiración mejoran cuando utilizas un broncodilatador.

Si es necesario usar un broncodilatador para tratar síntomas ruidosos más de dos veces a la semana (que no sea para prevenir el asma inducida por el ejercicio), puede ser que tu asma no esté bajo un control óptimo. Llama a tu especialista del asma para ajustar un tratamiento rutinario.

 El usar menos medicamento de lo prescrito puede prolongar los síntomas. Usar más medicamento puede producir efectos secundarios indeseables.

 Corticoides inhalados

(beclomethasone, budesonide, flunisonide, fluticasone, y triamcinolone)

 Los corticoides inhalados tratan la inflamación, la parte del asma que no puedes sentir, oír o ver. No sentirás que tus niveles de respiración mejoren inmediatamente, sin embargo, de la misma forma que el cepillar los dientes previene las caries, el usar corticoides inhalados previene la inflamación de las vías respiratorias.

Las investigaciones demuestran que el uso diario de corticoides inhalados reduce el número de días de síntomas, hospitalizaciones y visitas a la sala de emergencias. Los efectos secundarios de los corticoides inhalados normalmente se limitan a una leve irritación de la garganta o ronquera. El enjuagar su boca luego de cada uso puede reducir estos síntomas.

 El usar menos medicamento de lo prescrito puede prolongar los síntomas. Usar más medicamento puede producir efectos secundarios indeseables.

Proponte metas para tu bebé y para ti

  • Tener niveles de respiración saludables en todo momento.
  • No tener tos, ni silbidos en el pecho durante la noche.
  • No tener visitas al hospital o sala de emergencia debido a síntomas del asma.
  • La habilidad para hacer ejercicios, trabajar, disfrutar pasatiempos, y poder cuidar su hogar y su familia sin tener síntomas de asma.
  • Crear un ambiente de aire interior saludable.
  • Usar la cantidad mínima de medicamentos (siempre los que te ha recetado tu médico) para prevenir síntomas de asma.
  • Tener un bebé feliz y saludable.

¿Puedo recibir vacunas para la alergia durante el embarazo? Las vacunas para la alergia no tienen un efecto adverso en el embarazo, por lo tanto pueden continuarse. Sin embargo no deben iniciarse durante el embarazo, y la dosis debe ser cuidadosamente monitoreada por el riesgo de una reacción alérgica (anafiláctica) a las vacunas. Tal reacción, aunque rara, puede ser dañina para el feto.

Signos de alarma ¿Cuándo debe una mujer asmática embarazada buscar tratamiento médico de emergencia?

Incluso con un plan adecuado de control del asma, una mujer embarazada debe ser consciente de determinadas señales de aviso que pueden indicar un ataque de asma, tales como:

  • Tienes una tos que empeora en la noche, muy temprano en la mañana o cuando te ejercitas.
  • El medicamento actual no proporciona una mejoría rápida de los síntomas.
  • La mejoría con el uso de los medicamentos no se mantiene tanto tiempo como anteriormente.
  • Se vuelve más difícil respirar.
    • Tienes sibilaciones, falta de aire y sensación de opresión en el pecho.
  • La cantidad de patadas del feto disminuye, lo que puede indicar fatiga fetal.

Si tienes estos síntomas, llama de inmediato a tu especialista quien seguramente te atenderá de inmediato y hará los cambios o ajustes necesarios en tu tratamiento.

Siempre consulta con tu médico sobre cuáles son las señales de aviso de un ataque de asma y cuándo debes buscar tratamiento médico de emergencia.

Preguntas frecuentes

 El ejercicio y el asma durante el embarazo: La única vez que tengo problemas del asma es cuando me río muy duro o hago ejercicios. Puedo hacer yoga en vez de aeróbicos, pero me gusta reír sin tener que usar medicamentos. ¿Qué puedo hacer?

El ejercicio es un componente importante del cuidado propio durante y después del embarazo. Si el reír y el ejercicio te provocan síntomas del asma, tus vías respiratorias están inflamadas e irritadas y el funcionamiento de tus pulmones podría no estar en su nivel óptimo. Comienza con un corto programa de ejercicios aprobados por el obstetra y poco a poco sube hasta llegar al nivel que sea correcto para ti y para tu bebé. La rutina de ejercicios debe incluir períodos de calentamiento y enfriamiento.

 Cómo manejar el asma durante la labor del parto y el parto: Tengo síntomas de asma con el ejercicio, ¿Qué sucederá durante el parto?

La mayoría de las embarazadas que padecen de asma no tienen problemas de respiración durante el parto. A menos que el médico lo ordene, no descontinúes el uso de medicamentos prescritos cuando comience el parto. Tu médico podría pedirle que traigas un broncodilatador a la sala de partos.

Dependiendo del estado de salud en el que te encuentres cuando comience la labor de parto, tu médico podría tener la precaución de pedir una vía de oxigenación extra a través de una máscara y un suero intravenoso para mantenerte bien hidratada. El obstetra estará pendiente de las contracciones, de tu respiración y del ritmo de tu corazón así como de las palpitaciones del corazón del bebé y otros signos vitales. Si comienzas a tener problemas de respiración durante el parto, tu médico te podrá suministrar medicamentos inhalados por la misma máscara utilizada para el oxígeno, y medicamentos intravenosos con los fluidos intravenosos.

 Dándole el pecho a su bebé: ¿Puedo amamantar al bebé si tengo asma?

 Dar el pecho es una buena forma de incrementar la inmunidad de tu hijo, y se recomienda. La transferencia de la mayor parte de los fármacos a la leche materna no se ha evaluado con exactitud; sin embargo, no parece haber pruebas de que los medicamentos para el asma tengan un efecto adverso en la lactancia materna. (No obstante, algunos bebés pueden ponerse irritables por la teofilina transferida por la leche materna), además, si tienes síntomas de alergia al amamantar al bebé, es apropiado tratar también estos síntomas.

Consulta a tu alergólogo/inmunólogo sobre el mejor tratamiento de las alergias y el asma mientras amamantas al bebé.

 Respiración después del parto: ¿Una vez que haya nacido mi bebé, volveré a padecer de los síntomas del asma de la misma manera que padecía antes de estar embarazada?

Los síntomas del asma probablemente cambiarán, según se reajusten tu sistema inmunológico y tus hormonas. No hay forma de predecir el futuro. Tu cuerpo ha cargado y nutrido una nueva vida por nueve meses.

Cuídate descansa, aliméntate bien, crea momentos especiales para ti misma, y no te olvides de ver a tu obstetra y al médico del asma para que tengas un seguimiento en el tratamiento médico.

 Terapia de inmunidad y vacunas: ¿Puedo continuar tomando mis inyecciones para la alergia durante mi embarazo?

Los alergólogos recomiendan terapia de inmunidad (inyecciones para la alergia) frecuentemente para pacientes que no pueden evitar o eliminar la exposición a los alérgenos y no hayan podido controlar los síntomas con medicamentos. Provisto a los adultos y niños en un itinerario programado de inyecciones, la terapia de inmunidad puede prevenir el desarrollo de los síntomas de las alergias.

 Las mujeres que quedan embarazadas mientras participan en un programa de terapia de inmunidad, pueden continuar recibiendo inyecciones durante el embarazo y mientras alimentan a su bebé con la leche materna. Sin embargo, no es recomendable iniciar una terapia de inmunidad durante el embarazo.

 El embarazo y la vacuna de la influenza: Tengo asma y estoy embarazada. Normalmente me vacuno contra la influenza todos los años, pero ahora que estoy embarazada no estoy segura de lo que debo hacer.

Se recomienda una vacuna anual contra la influenza para niños y adultos con asma, incluyendo mujeres embarazadas. Durante el embarazo, la influenza puede ser particularmente severa y es un reto a su tratamiento, así que la inmunización es muy importante..

¿Mi hijo corre riesgos de ser asmático?

Las alergias y el asma tienden a heredarse, por lo que es importante alejar a tu bebé del contacto con sustancias alergénicas, alimentándolo a pecho exclusivamente por los primeros 6 meses de vida. Además existen diversas pruebas que diagnostican ciertas alergias y pueden comenzarse tratamientos desensibilizantes en los primeros meses de vida.

Referencias