Diabetes Mellitus y Embarazo
Complicaciones, Embarazo, Otras

Diabetes Mellitus y Embarazo

Diabetes mellitus y embarazo

¿Qué es la diabetes mellitus?

La diabetes es una enfermedad crónica en la cual el cuerpo no puede regular la cantidad de azúcar en la sangre.

Metabolismo del azúcar y Causa de la diabetes

Para entender mejor la diabetes, es importante que primero entendamos el proceso normal del metabolismo de los alimentos que ingerimos por medio del cual el alimento se descompone y es empleado por el cuerpo para obtener energía. Durante este proceso suceden varias cosas:

  • Los alimentos se transforman durante la digestión en glucosa que es absorbida por la sangre.
  • Un órgano llamado páncreas, produce la insulina cuyo papel es movilizar la glucosa de la sangre y llevarla a los músculos, grasa y células del hígado donde puede almacenarse o utilizarse como energía para que el organismo pueda desarrollar todas sus actividades.

En los diabéticos este sistema se “descompone” y en vez de que la glucosa sea transportada dentro de las células, se acumula en la sangre y eventualmente es excretada por la orina

Esto se debe a que:

  • El páncreas no produce suficiente insulina.
  • Las células no responden de manera normal a la insulina.
  • Ambas razones anteriores.

Clasificación:

Existen 3 tipos principales de diabetes:

  1. La diabetes Tipo I generalmente se diagnostica durante la niñez. El cuerpo fabrica poca o nada de insulina y es necesario inyectarla diariamente para que el niño pueda vivir. La causa exacta se desconoce.
  2. La diabetes Tipo II es más común. Generalmente se presenta durante la vida adulta. El páncreas no fabrica suficiente insulina o desarrolla una resistencia a la insulina. Cuando tus células desarrollan una resistencia a la insulina, se rehúsan a aceptar a esta hormona como la llave para abrirle la puerta a la glucosa y como resultado, la glucosa permanece y se acumula en el flujo sanguíneo. Muchas de las personas que tienen Diabetes Tipo II ni siquiera saben que la tienen.
  3. Diabetes Gestacional es la elevación de los niveles de glucosa que se presenta en cualquier momento del embarazo en una mujer que NO es diabética.

Factores de riesgo

Cualquier cosa que aumente el riesgo de padecer de una enfermedad se llama factor de riesgo. Tener un factor de riesgo no significa que se va a padecer de diabetes; no tener un factor de riesgo no significa que no se va a padecer de cáncer.

Los factores de riesgo para la diabetes son tanto del ambiente como de la herencia, entre ellos encontramos:

  • Uno de los padres, hermano o hermana con diabetes
  • Obesidad
  • Edad arriba de los 45 años
  • Algunos grupos étnicos (afro-americanos , hispano-americanos)
  • Diabetes gestacional o haber tenido un bebé de más de 4.5 kg.
  • Presión arterial elevada
  • Niveles elevados en la sangre de triglicéridos
  • Niveles elevados de colesterol

Complicaciones de la diabetes

Después de muchos años, la diabetes puede llevar a otros problemas serios. Estos problemas se conocen como complicaciones de la diabetes y abarcan:

  • Problemas renales: alteraciones a nivel de los riñones que pueden llevar a insuficiencia renal.
  • Retinopatías: como hay exceso de glucosa (azúcar) en el organismo empieza haber mayor circulación de líquidos hiperosmolares (que tienen sustancias de mayor peso molecular) y la retina empieza a presentar problemas, debido a que ahí se encuentran venas muy pequeñas.
  • Debilitamiento del sistema inmunitario, lo cual puede llevar a infecciones más frecuentes.
  • Aumento de la probabilidad de sufrir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.
  • Deshidratación: por la pérdida de agua (orina en exceso) y también de electrólitos (sustancias que se encuentran en el agua).
  • Daño a los nervios en el cuerpo causando dolor, hormigueo, pérdida de la sensibilidad, problemas para digerir el alimento y disfunción eréctil.
  • En casos más graves puede presentarse coma por el aumento de la glucosa (azúcar) y llegar a la muerte.

Diabetes y Embarazo

Si tienes diabetes y estás embarazada, tu embarazo se considerará un embarazo de alto riesgo. Otros embarazos que presentan altos riesgos son los de mellizos (o más de dos bebés) y embarazos en mujeres pasada cierta edad. “Alto riesgo” no significa que tendrás problemas. Simplemente quiere decir que

  • Deberás prestar atención especial a tu salud: Aún cuando ya tengas experiencia en el manejo de tu diabetes, el embarazo puede crear nuevas circunstancias médicas.

Tal vez necesites consultar a médicos especializados: Para conseguir un feliz término de la gestación es imprescindible la participación de un equipo multidisciplinario a la cabeza del cual deben estar el diabetólogo, el obstetra y el neonatólogo

  • Acude a tu ginecólogo y planea tu embarazo desde al menos 6 meses antes de la fecundación.

Millones de embarazos de alto riesgo producen bebés en perfecto estado de salud, sin que se vea afectada la salud de la mamá. Las claves son el cuidado y la atención especial.

Influencia del embarazo sobre la diabetes 

En la placenta se producen hormonas como el cortisol, adrenalina, estrógenos y progesterona las cuales tiene el efecto de bloquear la acción de la insulina materna lo cual finalmente se traduce en hiperglucemia.

El mayor de estos efectos (resistencia a la insulina) está dado por la hormona de crecimiento del bebé que se llama “lactógeno placentario” la cual se comienza a elevar desde la semana 24 (sexto mes) y alcanza su pico máximo entre las 28 a 32 semanas de embarazo.

Por lo que a la diabetes preexistente se refiere, si bien al principio pueden disminuir algo las necesidades insulínicas, a partir de la segunda mitad del embarazo tienden a aumentar, con la consiguiente tendencia a hiperglucemia (elevación de los niveles de azúcar en la sangre de la madre) y cetosis (acidosis sanguínea) si no se establece un control metabólico adecuado.

Durante este periodo puede haber descontroles severos que ameriten el ajuste en las dosis de insulina. Es en este tiempo cuando se desarrollan las complicaciones fetales (fetopatía diabética)

Influencia de la diabetes en el embarazo

Al ser la diabetes una enfermedad previa al embarazo (preexistente), lo convierte a éste en un embarazo de alto riesgo por lo que, el equipo médico tendrá una estrecha vigilancia del bebé y un control estricto de la glucosa en la madre para asegurar el desarrollo adecuado del bebé y para evitar complicaciones al nacimiento originadas por la exposición constante del bebé a los niveles elevados de glucosa en su madre.

El embarazo idealmente en una paciente con diabetes tipo 2 debería de ser un evento planeado y con control de la glucosa previo al mismo en forma estricta con insulina, ya que al inicio de la gestación descontroles severos de más de 160 mg en ayuno pueden terminar en abortos del primer trimestre o bien en malformaciones congénitas.

Repercusiones maternas:

  • Las mujeres con diabetes pueden tener problemas de presión arterial alta que pueden causar complicaciones durante el embarazo.
    • La presencia de presión arterial alta durante el embarazo aumenta el riesgo de sufrimiento fetal agudo o crónico y de que la madre presente preeclampsia, un problema médico grave que puede causar convulsiones y problemas en los riñones o el hígado de la madre.
    • La preeclampsia también aumenta el riesgo del nacimiento de un niño muerto.
  • La mujeres con nefropatía (enfermedad del riñón causada por la diabetes) e hipertensión tienen mayor riesgo de preeclampsia y retraso del crecimiento del bebé dentro del útero.
  • La diabetes provoca Hidramnios: En esta afección, el saco amniótico que rodea al bebé contiene una cantidad mayor de líquido amniótico y esto puede provocar trabajo de parto y parto prematuro.
  • Está demostrado que la diabetes favorece la existencia de una mayor frecuencia infecciones urinarias o vaginales que pueden terminar en amenazas de partos prematuros, muerte del bebé en útero, etc.
  • El embarazo puede contribuir a un empeoramiento de la retinopatía diabética, sobre todo la proliferativa no conocida o no tratada.
  • Se ha descrito una mayor mortalidad entre las mujeres embarazadas diabéticas con cardiopatía isquémica.

Repercusiones en el bebé:

Un bebé de madre diabética es, por definición, un bebé que nació de una madre que padece de Diabetes Mellitus, pero se refiere en especial a aquél que nació de una madre que tuvo un nivel elevado de azúcar en la sangre (glucosa), durante todo el embarazo y que puede presentar:

  1. Macrosomía: Esta complicación se desarrolla entre la semanas 28 a 36 y puede ser evitada teniendo un control estricto de la glucosa en este periodo. Los bebés pesan más de 4 kilos, cara con cachetes grandes y nariz chata. El cuello se ve corto por exceso de grasa y las manos regordetas. A pesar del gran tamaño del bebé, el funcionamiento de su organismo es inmaduro y durante los primeros días pueden presentarse problemas.
    • Los bebés de estas madres crecen tanto porque el azúcar en exceso en la sangre de la madre pasa al feto, quien entonces produce insulina para contrarrestar y esto favorece la acumulación de dicha azúcar como grasa.
    • La grasa se acumula en los hombros y tronco haciendo dificultosos los partos y con riesgo de trauma durante el parto. Sus órganos y sistemas también son más grandes, en especial el hígado, las glándulas adrenales y el corazón.
  2. Los niños nacidos de madres diabéticas, tienen cinco veces más probabilidades que uno normal, de tener alteraciones respiratorias (membrana hialina). La insuficiencia respiratoria o Síndrome de distrés respiratorio (SDR) en el bebé a su nacimiento se debe a la falta de producción en sus pulmones de una substancia llamada agente tensoactivo que es necesario para que se pueda llevar a cabo la respiración.
  3. En el tercer trimestre aumenta la posibilidad de tener óbitos tardíos. Esta es la complicación más temida por todos, ya que representa la muerte intrauterina del bebé entre las 38 a 39 semanas y puede ser secundaria tanto a un descontrol severo agudo como por descontrol crónico de la enfermedad (se piensa que los bebés con macrosomía acabaron con la dotación de oxígeno antes de su nacimiento).
  4. Falla cardiaca o sea la pérdida de la capacidad del corazón para bombear la sangre a todo el cuerpo. Cuando hay falla cardiaca, muchos órganos no reciben suficiente oxígeno y reducen su capacidad de funcionar adecuadamente. Se asocia también a la enfermedad vascular en particular con daño renal (del riñón) y una mayor incidencia de muerte del bebé.
  5. Hipocalcemia (baja de calcio en la sangre) que se pueden traducir en espasmos musculares e incluso crisis convulsivas, e ictericia (color amarillo de la piel) en el recién nacido por inmadurez de su hígado.
  6. Al nacer, estos bebés pueden tener un episodio de hipoglucemia (que se les baja el nivel normal de azúcar que deben de tener en la sangre) poco después de su nacimiento y esto es debido a la alta producción de insulina que tiene el bebé (la sustancia que moviliza el azúcar de la sangre hacia los tejidos del organismo) como una respuesta a los altos niveles de glucosa que recibe de la madre.
    • Es por esto que se debe tener una medición constante de los niveles de azúcar en su sangre durante las primeras horas después del nacimiento.
  7. Aumento en la incidencia de anomalías congénitas por hiperglicemia (elevación de los niveles de azúcar en la sangre) cuando la madre no ha tenido un buen control metabólico en el primer trimestre del embarazo.
  • La incidencia de anomalías mayores (cardíacas, del tubo neural, genitourinarias, gastrointestinales, y músculo esqueléticas) es  varias veces mayor que en la población general:
  1. La cetoacidosis puede llevar a una tasa de hasta el 50% de mortalidad fetal.

A todas estas complicaciones potenciales detectables en el bebé a su nacimiento se le llama en conjunto: Fetopatía diabética.

A largo plazo, parece también que estos niños pueden ser más proclives al desarrollo de obesidad o diabetes que la población general.

Aunque la mayoría de los bebés se encuentran bien después de nacer, algunos deben permanecer por un tiempo en una sala de cuidados especiales de recién nacidos. Lo bueno es que con la debida planificación y el control adecuado de la diabetes, puedes reducir el riesgo de que tu bebé padezca estos problemas.

Control de la diabetes antes del embarazo

Si tienes diabetes, el mejor momento para controlar tu nivel de glucosa en sangre, también denominado nivel de azúcar en sangre, es antes de quedar embarazada. Desde varios meses antes de concebir, acude a una cita con tu especialista para que sepas qué medidas puedes y debes tomar para reducir el riesgo de problemas posteriores.

Es importante lograr este óptimo control antes de la concepción, para evitar o disminuir la presencia de anomalías congénitas en el bebé

  • Durante las primeras 8 semanas de embarazo, se empiezan a formar el cerebro, el corazón, los riñones y los pulmones del bebé.
  • Los niveles altos de azúcar en la sangre son especialmente perjudiciales para los bebés durante esta etapa temprana del embarazo. Demasiada glucosa en la sangre puede causar defectos de nacimiento.

Lamentablemente, la mayoría de las mujeres no se da cuenta de que está embarazada hasta las 5 ó 6 semanas aproximadamente después de la concepción.

Al mismo tiempo, es importante que tu médico te hable claramente acerca de los posible problemas derivados en caso de embarazo, los métodos anticonceptivos que deberás seguir hasta que se considere que estás en el mejor momento para embarazarte, la modificación del tratamiento con insulina según los resultados de tus análisis, etc.

Controlar los niveles de glucosa puede requerir de cambios en tus medicamentos, en la dieta y en tu programa de ejercicios.

Además de normalizar los niveles de glucosa, la atención antes de la concepción también le permite a tu médico:

  • Diagnosticar y tratar los problemas médicos que puedas tener a causa de la diabetes, como presión arterial alta, enfermedades del corazón, enfermedades de los riñones y problemas de la vista
  • Darte información general sobre cómo puedes adelgazar, si fuera necesario, mediante una alimentación saludable y ejercicios.
  • Aconsejarte tomar multivitaminas o suplementos vitamínicos prenatales que contienen por lo menos 400 microgramos de ácido fólico para ayudar a prevenir defectos del tubo neural

Tu médico desaconsejará un embarazo cuando:

  • Hay un mal control metabólico (tu diabetes no está bien controlada).
  • Tienes retinopatía proliferativa (el daño a tus ojos es importante)
  • Tienes cardiopatía isquémica (deficiencia en la irrigación de la circulación del corazón)
  • La enfermedad ha causado nefropatía con deterioro de la función del riñón.

Si No deseas embarazarte: es prioritario y urgente establecer un método anticonceptivo eficaz.

Control de la diabetes durante el embarazo

Inmediatamente después de recibir el diagnóstico de embarazo, debes acudir de inmediato con tu médico endocrinólogo para que se inicie el control que llevarás durante este período, es muy importante controlar los niveles de azúcar.

La meta es mantenerlos tan cercanos a lo normal como sea posible desde antes de quedar embarazada y durante toda la gestación. Aun cuando te enteres de que estás embarazada ya avanzado el embarazo, hay mucho que puedes hacer.

Para que puedas lograr esto, tu médico diseñará junto contigo un plan de cuidado y control de la diabetes que incluye:

  • Una dieta saludable y un plan de comidas
  • Rutina de actividad física
  • Tratamiento médico que deberás tomar siguiendo estrictamente las recomendaciones de tu médico.

El embarazo es causa de una serie de cambios en el cuerpo. Por eso, aún cuando ya tengas experiencia en el cuidado de tu salud, es posible que necesites cambiar la forma en que maneja su diabetes y que tus necesidades muden a medida que avanzas en el embarazo y se acerca la fecha de parto.

Las consultas rutinarias con médicos especialistas te asegurarán la mejor atención posible. El equipo médico que deberá atenderte está compuesto por varios especialistas entre los que se incluyen:

  • Un médico especializado en la atención de la diabetes, como un endocrinólogo o un diabetólogo.
  • Un ginecólogo obstetra con experiencia en atención a mujeres embarazadas con diabetes.
  • Un dietista o nutriólogo con experiencia en dietas para diabéticos -en especial, para embarazadas- que te ayude a planificar tus comidas. Al comer saludablemente puedes controlar el azúcar en la sangre y lograr una buena nutrición.
  • Especialistas que diagnostiquen y traten complicaciones relacionadas con la diabetes, tales como oftalmólogos y optometristas para los problemas de la visión, nefrólogos para los problemas de los riñones y cardiólogos para los problemas del corazón. Si ya sufres complicaciones relacionadas con la diabetes, deberán observar estos problemas durante tu embarazo.
  • Si suben tus niveles de ansiedad, informa a tu ginecólogo. Si necesitas ayuda para resolver estos problemas, pide que te recomiende un especialista.
  • Pediatra o neonatólogo para el bebé. Un neonatólogo, es un médico que atiende a bebés recién nacidos.

Tú también formas parte del equipo. Eres el miembro más importante. Los médicos pueden ofrecerte consejos profesionales, pero tú serás la responsable de llevar a cabo las medidas que se necesitan día a día para controlar la diabetes.

Con el fin de evitar complicaciones, es necesario que sigas estrictamente las recomendaciones que te harán tu equipo médico.

Seguramente tu equipo médico te programará visitas prenatales frecuentes para examinar los niveles de glucosa y hacer otros exámenes.

Tratamiento de la diabetes en el embarazo

En la actualidad no existe ningún tratamiento que cure la diabetes, pero el nivel de glucosa en sangre puede controlarse con una medicación adecuada y un buen manejo del estilo de vida que incluye: comer lo que se debe comer y cuando se debe comer, mantener un peso adecuado y hacer suficiente ejercicio.

Es importante repetirlo: si tienes los niveles de glucosa en sangre controlados desde antes del embarazo y durante el embarazo, es muy factible que puedas tener una gestación y un bebé saludables y sin complicaciones.

Control de los niveles diarios de azúcar en la sangre: El objetivo del tratamiento de la diabetes en el embarazo es evitar complicaciones en el bebé, y para esto el médico te explicará que es necesario tener como meta el llevar los niveles de glucemia a los observados en un embarazo normal.

Si tomamos en cuenta que dichos niveles son hasta 110 mg en personas sin embarazo y que durante la gestación disminuyen en promedio 20 mg, por el consumo de glucemia de origen materno por el bebé, entonces podremos concluir que estos niveles en ayuno deben oscilar entre los 80 a 90 mg.

Otra consideración importante es que la hiperglucemia posprandial (elevación de la glucosa después de haber ingerido alimentos) es la principal causa de los problemas en el bebé y sobretodo de la macrosomía.

Por estas razones a nivel mundial se recomienda que los niveles de glucemia se mantengan durante la gestación como sigue:

  • Ayuno < o =a 95 mg.
  • 1 hr después de los alimentos < o = a 140 mg
  • 2 hs después de los alimentos < o = a 120 m

Seguramente tu médico te pedirá que te midas, varias veces al día, los niveles glucosa en sangre usando el dispositivo especial con tiras reactivas que te permite hacerlo en tu hogar. La mayoría de los médicos recomienda que las embarazadas lo hagan por lo menos cuatro o cinco veces al día.

Puedes llevar un registro de tus niveles de azúcar en la sangre. Anota los resultados cada vez que te midas la glucosa en la sangre. Tanto tú como tus médicos pueden usar este “Registro de glucosa en sangre” para determinar si el plan para el control la diabetes te está dando resultado.

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La prueba de hemoglobina glicosilada: Otra forma de saber si estás logrando los niveles deseados es hacerse una prueba de sangre llamada hemoglobina glicosilada. Los resultados de esta prueba muestran tus niveles promedio de azúcar en la sangre durante los últimos 2 ó 3 meses. Anota el objetivo que tus médicos hayan fijado para ti.

Labor del especialista en diabetes: tu médico buscará una adecuada compensación del metabolismo de tu glucosa mediante el establecimiento de un régimen dietético y un tratamiento insulínico idóneo.

  • La dieta de la embarazada diabética no debe variar de la que vienes realizando desde antes del embarazo, a no ser por la necesidad de un discreto aumento en el aporte de proteínas y ocasionalmente del aporte de calcio, hierro y ácido fólico. Durante el embarazo no deberás engordar más de 12 kg de peso.
  • Medicamentos: Si usabas insulina antes del embarazo para controlar la diabetes, la dosis de insulina generalmente aumentará mientras estás embarazada. Durante el embarazo puedes usar insulina sin riesgo. La insulina NO causa defectos congénitos. Si usabas una bomba de insulina antes de quedar embarazada, probablemente la seguirás usando. A veces, sin embargo, es posible que necesites cambiar a inyecciones de insulina.
    • La insulina se aplica por vía subcutánea (insulina de acción rápida, duración 6 horas o insulina de acción intermedia, duración 12-16 horas). Estas dos solas o mezcladas en pautas de tres a cuatro inyecciones al día (dosis múltiples de insulina)
    • Si generalmente tomabas medicamentos orales, tu médico podría recomendar cambiar la dosis o indicarte usar insulina mientras estás embarazada.

Los requerimientos de insulina tienden a incrementarse durante el embarazo porque las hormonas producidas por la placenta hacen que se disminuya la respuesta normal a la insulina. El médico te enseñará a ajustar la cantidad de insulina que debe administrarse en cada pinchazo; para ello se basará en la valoración de glucosa en sangre capilar que hagas en tu domicilio.

Riesgo de Hipoglucemia: Ten en cuenta que aunque te examines rigurosamente la glucosa en la sangre, durante el embarazo tienes un mayor riesgo de tener niveles bajos de glucosa (hipoglucemia). La hipoglucemia puede ocurrir si no consumes suficientes alimentos, omites una comida, no comes a la hora adecuada del día o haces demasiado ejercicio. Los síntomas de hipoglucemia son los siguientes:

  • Mareos
  • Temblores
  • Hambre repentina
  • Sudor
  • Debilidad

Si crees que estás presentando síntomas de hipoglucemia, mídete el nivel de glucosa en la sangre de inmediato. Si se encuentra debajo de 60 mg/dL, come o bebe algo, como un vaso de leche, unas galletas de soda o tabletas especiales de glucosa. Asegúrate de que los miembros de tu familia sepan lo que deben darte.

¿La hipoglucemia puede dañar al bebé? Por lo general el bebé es muy resistente a la hipoglucemia materna, ya que sus niveles de glucosa en sangre son inferiores en aproximadamente 20 mg en comparación con su madre y, para que se presenten alteraciones, los niveles deben ser menores de 20 mg. Para que esto suceda, los niveles maternos deben ser iguales o menores de 40 mg, por lo que solo las hipoglucemias severas pueden comprometer la salud del bebé.

Hiperglucemia: El nivel de glucosa en la sangre también puede subir demasiado, lo que se llama hiperglucemia. Cuando el nivel de glucosa está demasiado alto, el organismo puede producir unas sustancias que se llaman cetonas y que pueden ser perjudiciales para tu bebé.

Los síntomas del nivel alto de glucosa en la sangre incluyen:

  • Orinar con frecuencia
  • Sed
  • Pérdida de peso

La hiperglucemia puede ocurrir si comes más de lo habitual, estás enferma o menos activa de lo normal. Si tienes hiperglucemia, llámale de inmediato a tu endocrinólogo. Es posible que necesites cambiar tu alimentación, rutina de ejercicios o los medicamentos.

Labor del Nutriólogo: Para lograr los objetivos mencionados, el especialista te diseñará un plan de alimentación con una dieta que reúna las características de ser balanceada, completa, equilibrada, suficiente e inocua.

  • Balanceada: se refiere a que debe de contener todos los tipos de alimentos (frutas, vegetales, cereales, leche y sus derivados, carne, grasas).
  • Equilibrada: significa que debe de contener Carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales
  • Completa: significa que todos los tipos de alimentos deben de ser consumidos en todos los servicios (desayuno, comida y cena).
  • Suficiente: significa que la alimentación debe de estar en cantidad y calidad adecuada para cada persona, en función de su edad, complexión y estado fisiológico (infancia, adolescencia, embarazo, edad adulta y senectud)
  • Finalmente la alimentación debe de ser inocua, es decir, higiénica y libre de agentes patógenos que nos pudieran causar enfermedades.

La cantidad de calorías que deberás consumir cada día depende de tu peso, la duración del embarazo, tu edad y nivel de actividad y la glucemia. En el embarazo es importante vigilar tu aumento de peso.

Es posible que te pida que escribas en el registro de glucosa, lo que comes durante varios días para que los médicos puedan establecer una estadística comparativa con la dosis del medicamento, el ejercicio que hagas y los niveles de glucosa.

Ejercicio: Otra parte vital de un embarazo saludable es el ejercicio. El ejercicio ayuda a mantener normalizados los niveles de glucosa y ofrece muchos otros beneficios, por ejemplo, controla el peso, aumenta la energía, te ayuda a dormir mejor y reduce los dolores de espalda, el estreñimiento y la hinchazón abdominal debido a gases.

Colabora con tu médico para decidir el tipo y la cantidad de ejercicio que son adecuados para ti. Es beneficioso tratar de hacer por lo menos 30 minutos de ejercicio casi todos los días de la semana.

Labor del obstetra: Cumplirá los siguientes objetivos:

  • Primero que nada tu médico te hará algunas pruebas para controlar tu inmunidad frente a determinadas infecciones (rubéola, toxoplasmosis, etc.).
  • Buscará igualmente la posibilidad de infecciones sobreañadidas (urinarias o vaginales).
  • En cada visita prenatal controlará tu ganancia de peso y de la tensión arterial.
  • Vigilará a lo largo del embarazo el adecuado crecimiento, bienestar y madurez de tu bebé.

Para la valoración del crecimiento del bebé, estudio de la implantación de la placenta y del volumen de líquido amniótico el médico te hará periódicamente pruebas o exámenes especiales.

A medida que progresa el embarazo, el ginecólogo te pedirá algunas pruebas o exámenes especiales para determinar el tamaño y el estado del bebé. Estas pruebas o exámenes le permiten detectar posibles problemas y tomar medidas para tratarlos.

Además del ultrasonido del primer trimestre, se puede hacer un examen de ecografía especializada en el segundo trimestre para detectar defectos congénitos visibles. Los exámenes de ecografía se pueden repetir en las semanas posteriores para dar seguimiento al desarrollo del bebé. A partir de la semana 32–34 de embarazo seguramente te pedirá también:

  • Evaluación por monitor en reposo: Este examen mide la frecuencia cardíaca (el ritmo del corazón) del bebé por medio de un monitor electrónico fetal.
  • Perfil biofísico: Este examen usa la ecografía (ultrasonido) para examinar la respiración, los movimientos del cuerpo y el tono muscular del bebé, así como la cantidad de líquido amniótico. También se registran los cambios en la frecuencia cardíaca del bebé con un monitor electrónico fetal. Los resultados de estos exámenes pueden revelar información detallada sobre el estado del bebé.
  • Evaluación por monitor con contracciones: Este examen mide cómo reacciona la frecuencia cardíaca del bebé cuando el útero se contrae.

Para evaluar el bienestar del bebé, tu médico tendrá en cuenta también todo lo que le relates con respecto a los movimientos del bebé.

En la actualidad, con adecuado control de la diabetes y la oportuna vigilancia obstétrica, el embarazo de una gestante diabética no tiene por qué no finalizar por vía vaginal; no obstante, la presencia de determinadas circunstancias puede conducir en muchos casos a la práctica de cesárea (inmadurez del cuello uterino, macrosomía, nefropatía grave con hipertensión, retinopatía proliferativa con hemorragias retinianas importantes, causas obstétricas independientes de la diabetes, etc.).

Clasificación del descontrol de la glucosa en el embarazo 

El descontrol de la glucosa en el embarazo se clasifica en:

  • Leve cuando la glucemia de ayuno se encuentra entre 96 a 119 mg/dl
  • Moderado cuando esta se encuentra entre 120 a 139 mg/dl y
  • Severo cuando es > o= a 140 mg.

Las mujeres con descontrol leve se tratan con dieta únicamente. En caso de descontrol moderado el médico te pedirá que inicies con el plan de alimentación por 2 semanas, y en caso de que no se controle la glucemia solo con la dieta, te iniciará el tratamiento con insulina.

Las mujeres con descontrol severo son internadas para iniciar tratamiento dietético y médico con insulina al mismo tiempo.

Durante el parto

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Seguramente tu médico programará la fecha del parto aunque es posible que el trabajo de parto ocurra naturalmente. El trabajo de parto se podría inducir (provocar mediante medicamentos u otros métodos) antes de la fecha prevista del parto, especialmente si surgen problemas con el embarazo.

Entre los factores que tu equipo de médicos considerará para decidir qué tipo de parto es mejor para ti y para tu bebé, pueden incluirse los siguientes:

  • El tamaño y la posición del bebé.
  • La maduración pulmonar del bebé.
  • Los movimientos del bebé.
  • La frecuencia cardíaca del bebé.
  • La cantidad de líquido amniótico.
  • Tus niveles de glucosa en sangre y presión arterial.
  • Tu estado de salud general.

Control de la glucosa en sangre durante el trabajo de parto y el parto

Mantener tus niveles de glucosa en sangre bajo control ayuda a garantizar que el bebé no tendrá un nivel bajo de glucosa en sangre inmediatamente después del nacimiento. Cuando estés en trabajo de parto estarás físicamente activa, por lo tanto, es posible que no necesites mucha insulina.

Mientras te encuentres en trabajo de parto, se examinarán rigurosamente los niveles de glucosa (generalmente cada hora). Si fuera necesario, podrías recibir insulina directamente en vena en un suero. Si usas una bomba de insulina, es posible que puedas usarla durante el trabajo de parto. Las mujeres que usan bombas de insulina deben colaborar con sus equipos médicos durante el trabajo de parto para llevar un control de los niveles de glucosa y ajustar las configuraciones de la bomba.

Si tienes un parto quirúrgico, es posible que tus niveles de glucosa en sangre aumenten debido al estrés de la cirugía. Los médicos monitorizarán de cerca tus niveles de glucosa en sangre y probablemente utilicen un suero para administrar la insulina y la glucosa en vena a fin de mantener tus niveles bajo control.

Labor del pediatra neonatólogo: Cuidará del recién nacido, previniendo o tratando las posibles complicaciones, antes referidas, tales como dificultad respiratoria, hipoglucemia, hipocalcemia, ictericia, etc.

De particular importancia es el diagnóstico precoz de las anomalías congénitas mayores o menores que el niño pueda presentar.

Cambios en la rutina diaria durante el embarazo

Días en los que estás enferma: Cuando estás enferma, tus niveles de glucosa en sangre pueden aumentar rápidamente y puede producirse cetoacidosis diabética. Habla con tu equipo médico acerca de lo que debes hacer si te enfermas. Asegúrate de saber lo siguiente:
  • Qué hacer si tienes náuseas o vómitos.
  • Con qué frecuencia debes controlar tu nivel de glucosa en sangre.
  • Con qué frecuencia debes controlar tu nivel de cetonas en orina o sangre.
  • Cuándo debes llamar a tu médico.
Lejos de tu hogar: Cuando estés lejos de tu hogar, durante varias horas o durante un viaje más largo, es recomendable que estés preparada para enfrentar problemas. Asegúrate de tener siempre contigo lo siguiente:
  • Un bocadillo o una comida.
  • Alimentos o bebidas para tratar el nivel bajo de glucosa en sangre.
  • Tus medicamentos y suministros para la diabetes.
  • Tu medidor de glucosa en sangre y sus suministros.
  • Tu kit de glucagón.
  • Los números telefónicos para emergencias de su equipo médico.

Tratamiento y cuidados después del embarazo

No existe ningún inconveniente, sino más bien al contrario, para el establecimiento de la lactancia natural. Los expertos hacen hincapié en que las mujeres con diabetes lacten a sus bebés. La lactancia materna le brinda al bebé la mejor nutrición para mantenerse saludable y es beneficioso para la madre también.

Mediante la lactancia, las madres que acaban de dar a luz pueden perder el peso adicional adquirido durante el embarazo. Además, permite que el útero regrese más rápidamente al tamaño que tenía antes del embarazo.

Deberás examinarte el nivel de glucosa en la sangre rigurosamente después del parto. Esto es vital para determinar tus necesidades continuas de medicamentos o decidir la mejor dosis. La mayoría de las mujeres que usaban insulina antes del embarazo deben poder usar las dosis de insulinas previas al embarazo al poco tiempo de dar a luz.

Habla con tu nutriólogo sobre la cantidad y los tipos de alimentos que pueden darte las calorías adicionales que vas a necesitar para asegurar una producción adecuada de leche. Comer bocadillos (meriendas) pequeñas durante el día puede ser útil.

Si se presenta descontrol de la glucosa mayor o igual a 160 mg, seguramente el endocrinólogo te pedirá que continúes con la insulina durante la lactancia (la insulina no pasa a la leche materna.

Al término de la lactancia, te harán nuevamente análisis para nivelar tu diabetes.

Por último, y de cara al futuro, antes de que tú y tu pareja empiecen a tener relaciones sexuales otra vez, es importante seleccionar un método anticonceptivo para evitar un embarazo no planificado. El médico te recomendará un método anticonceptivo transitorio (anticonceptivos orales, métodos de barrera o dispositivos intrauterinos) o uno definitivo (ligadura de trompas, vasectomía). Lo que se considere más oportuno.

Pronóstico

En cuanto al bebé: el tratamiento preventivo ayuda a asegurar la recuperación. En general, los síntomas se resuelven en unas semanas. Sin embargo, cuando el corazón está crecido entonces tardará meses para resolver el problema.

En cuanto a la madre: Desafortunadamente, muchas diabéticas llegan al consultorio cuando la gestación ya se encuentra adelantada o, incluso, cuando se presentan señales de serias complicaciones. Si los niveles de glucosa no son rigurosamente controlados durante la gestación, existe un riesgo muy aumentado de mortalidad perinatal, abortos, anomalías congénitas y traumatismos durante el parto.

Por otro lado, las embarazadas que tienen un seguimiento médico adecuado, tienen la misma posibilidad de tener un bebé sano que las mujeres no diabéticas.

  • Si tienes diabetes, el mejor momento para controlar tu nivel de glucosa en sangre, también denominado nivel de azúcar en sangre, es antes de quedar embarazada. Los niveles altos de glucosa en sangre pueden ser perjudiciales para tu bebé durante las primeras semanas de embarazo, incluso antes de saber que estás embarazada.
  • Mantener tu nivel de glucosa en sangre lo más cercano posible a los valores normales antes de su embarazo y durante este es la medida más importante que puedes tomar para mantenerte sana y tener un bebé sano.
  • Antes de quedar embarazada, puedes planificar y prepararte para tener un embarazo saludable y un bebé sano. Si tienes diabetes y ya estás embarazada, puedes asegurarte de que estás haciendo todo lo que puedes para cuidar tu salud y tu diabetes durante el embarazo.
  • Acudir a las citas con los médicos especialistas te garantizará el mejor cuidado.
  • Durante el embarazo, el medicamento para la diabetes más seguro es la insulina. Tu equipo médico trabajará contigo para elaborar una rutina personalizada de uso de insulina. No es seguro tomar algunos medicamentos durante el embarazo y antes de quedar embarazada debes hablarlo con tu médico para que él te diga cuáles debes dejar o cuales debes suplir con otros medicamentos que no hagan daño a tu bebé en desarrollo.
  • Durante su embarazo te harán pruebas para controlar la salud del bebé.
  • Mediante el amamantamiento, puedes dar al bebé un comienzo saludable.

Referencias

 

Hipertensión y embarazo
Complicaciones, Embarazo, Otras

Hipertensión y embarazo

Introducción

Una de las grandes patologías que aún no encuentra una respuesta clara a pesar de los constantes esfuerzos de los investigadores, es la presión alta (hipertensión) en el embarazo.

A pesar de haber sido descrito por Hipócrates hace muchos años, aún hoy en este Siglo XXI continúa llevándose la vida de mujeres jóvenes y sus bebés antes o después de nacer.

La mortalidad del bebé, los bebes prematuros o con bajo peso (crecimiento intrauterino retardado, CIR) son las principales complicaciones. En las estadísticas de mortalidad materna la hipertensión arterial (HTA) se encuentra entre las tres primeras causas.

Las embarazadas con presión alta están predispuestas a complicaciones graves y potencialmente mortales como el desprendimiento de la placenta, la formación de coágulos en todo el organismo (tromboembolia), hemorragia cerebral, falla en el funcionamiento del hígado y del riñon.

El número de mujeres que presentan hipertensión en el curso del embarazo llamada también preclampsia es de alrededor del 10% al 20 %. Mientras que 1 a 5% de las embarazadas pueden tener hipertensión crónica o esencial.

¿Qué es la presión arterial?

La presión arterial es la presión a la que circula la sangre por las arterias (TA) para llevar el oxígeno y nutrientes a todas los órganos del cuerpo. Cada vez que el corazón se contrae, bombea sangre a las arterias.

 Qué es la presión arterial

¿Cómo se mide la presión arterial?

En cada visita prenatal, el médico te mide la presión arterial colocándote un brazalete inflable alrededor de la parte superior del brazo.

 ¿Cómo se mide la presión arterial?

La presión arterial se mide mientras el corazón se contrae (presión sistólica) y mientras el corazón se encuentra relajado entre contracciones (presión diastólica). Los valores de la presión arterial se expresan con dos números, donde el número superior representa la presión sistólica y el inferior la presión diastólica, por ejemplo 110/80.

¿Qué es la hipertensión?

Cuando la presión de las arterias se eleva demasiado, se habla de alta presión arterial o hipertensión. Hasta el ocho por ciento de las mujeres padece hipertensión durante el embarazo. En el adulto, la hipertensión se define como presión sanguínea:

  • Mayor o igual a 140 mm Hg presión sistólica.
  • Mayor o igual a 90 mm Hg presión diastólica. (Entre cada latido, cuando el corazón está en reposo, la presión decae, denominada presión diastólica.)

 ¿Cómo se mide la presión arterial?

Se dice que tienes “hipertensión” cuando en varias ocasiones te han tomado la presión arterial cuando estás relajado y los valores son altos.

Es importante poner atención en la presión arterial personal, porque este padecimiento al principio no da síntomas, pero puede causar complicaciones serias a largo plazo: enfermedades del corazón, falla de los riñones, enfermedades de las arterias y aneurismas.

¿Qué circunstancias pueden cambiar la lectura de la presión arterial?

Una medición adecuada de la presión arterial requiere una atención detallada. La presión arterial puede elevarse en las pacientes normales en las siguientes circunstancias:

  • Temor: El temor eleva la presión arterial, por lo que la paciente debe estar tranquila y relajada.
  • Frío: Siempre que sea posible, la presión arterial debe tomarse en un ambiente cálido.
  • Vejiga llena: Esto puede hacer que la presión se eleve.
  • Ejercicio: Es importante que descanses 5 minutos antes de que te midan la presión arterial.
  • Obesidad: (Circunferencia en la mitad del brazo mayor de 29 cm). Las pacientes con sobrepeso no necesariamente tienen la presión arterial alta sino que los manguitos pequeños causan lecturas altas.

La lectura de una presión arterial elevada anormal debe repetirse después de 10 ó 15 minutos cuando ya estés tranquila y cómoda.

¿Cuál es la causa de la hipertensión?

La causa es desconocida en la mayoría de los casos, a esto se le llama “hipertensión esencial”. Se sabe que las arterias son más estrechas pero no se sabe la causa. Hay muchos factores que pueden contribuir a que esto suceda.

En algunos casos, la hipertensión si tiene una causa por ejemplo, problemas renales; a esto se le llama “hipertensión secundaria”.

¿Qué es la hipertensión en el embarazo?

La TA puede sufrir cambios normales durante el embarazo como por ejemplo, su descenso a mitad de la gestación. Pero en ocasiones, por anomalías que no se conocen del todo, puede producirse una elevación de la TA y derivarse de ello consecuencias negativas tanto para la madre como para el bebé.

El término hipertensión en el embarazo normalmente describe un espectro amplio de condiciones que pueden acompañarse sólo de elevaciones leves de la presión arterial, o llegar hasta hipertensión grave con daño de órganos.

Clasificación de las alteraciones hipertensivas en el embarazo

Existen varias alteraciones de la presión durante el embarazo. Algunas de ellas se inician antes del embarazo mientras que otras se desarrollan durante su curso:

  1. Hipertensión inducida por el embarazo (HIE) o hipertensión gestacional: aparece por primera vez durante el embarazo, también se le conoce como preeclampsia esencial y se caracteriza por:
    1. Ser un problema específico de la mujer embarazada en el que se eleva la presión arterial y desaparece después del parto o tras la primera semana de puerperio. Normalmente la preeclampsia incluye además de hipertensión arterial, aparición de albúmina en la orina (proteinuria) y edemas o hinchazones.
    2. Aparece después de la 20 semana. Si la preeclampsia se agrava puede desembocar en eclampsia: cuadro clínico caracterizado por convulsiones y coma.
    3. Esta es una condición mucho más peligrosa que la hipertensión crónica porque se acompaña de otras alteraciones asociadas en la embarazada. Hay un completo cambio de reacciones químicas que pueden causar convulsiones e incluso la muerte a la madre.
  2. Hipertensión crónica y embarazo: Se considera hipertensión arterial crónica a la hipertensión arterial existente desde antes del embarazo o a la que aparece antes de la semana 20ª de la gestación. O cuando la mujer continúa con hipertensión después del embarazo.
    1. La hipertensión arterial crónica puede cursar durante el embarazo sin grandes modificaciones pero otras veces pueden aparecer complicaciones diversas con efectos secundarios sobre corazón, cerebro, riñón.
    2. En cuanto al bebé, puede sufrir las consecuencias de un aporte limitado o dificultado de sangre a la placenta, de ahí la frecuencia con la que se produce crecimiento intrauterino retardado. Por otro lado, hay mayor riesgo de parto prematuro.
  3. Hipertensión preexistente que se agrava con el embarazo: Puede ser que una mujer hipertensa además se complique con la aparición de un cuadro superpuesto de preeclampsia; esto puede ocurrir en un 25-70%.Hipertensión tardía o transitoria: La presión arterial se aumenta al final del embarazo, en el parto o en el puerperio. Desaparece antes del final de la primera semana del puerperio y no hay hinchazón (edemas) ni cambios en la orina.
    1. Se presenta en la segunda mitad del embarazo. Puede aparecer eclampsia entre la 24-30 semana. Se diagnostica por el agravamiento de una hipertensión arterial preexistente junto con hinchazones (edemas) o presencia de proteínas en la orina (proteinuria) o ambos. Pueden aparecer alteraciones en la retina del ojo.
  4. Hipertensión tardía o transitoria: La presión arterial se aumenta al final del embarazo, en el parto o en el puerperio. Desaparece antes del final de la primera semana del puerperio y no hay hinchazón (edemas) ni cambios en la orina.

El médico debe de establecer la diferencia entre estas alteraciones ya que esto es muy importante para el pronóstico y el tratamiento.

Síntomas

Elevación de la presión arterial: Estés o no embarazada, la hipertensión no suele producir ningún malestar físico por esa razón es importante medirla a menos una vez al mes. Normalmente la presión arterial a lo largo del embarazo (en una persona con presión arterial normal), baja en el segundo trimestre y sube ligeramente después.

También, la presión arterial puede variar mucho durante el día, en un embarazo normal y en los enfermos hipertensos crónicos, las cifras están más elevadas durante la mañana, y bajan a lo largo de la tarde hasta alcanzar su punto más bajo por la noche.

Los investigadores han observado que la presión alta no aparece súbitamente. Excepto en la Preeclampsia, donde se observa que la presión arterial se eleva repentinamente en la semana 22. Prácticamente es imposible prevenirla, pero sí es posible detectarla y manejarla, por eso es primordial que acudas periódicamente al médico y en cada consulta te tome la presión arterial. En la Preeclampsia, las cifras más altas se observan durante la noche, esto es importante que el médico lo tenga en cuenta a la hora del tratamiento.

Edema (hinchazón): La presencia de edemas o hinchazones no siempre significa que existe riesgo de preeclampsia. Su localización más frecuente es en la cara y en las manos, con carácter persistente a pesar de reposo.

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En un embarazo normal el volumen corporal se incrementa en 2-3 litros, mientras que la Preeclampsia puede llegar a 20 litros. Unos de los controles que mejor indica este aumento del volumen es la medida del peso. Si el incremento del peso cambia de manera aguda, o las cifras aumentan más de 500gr. por semana, debería pensarse en un cuadro de retención de líquidos.

Proteinuria (elevación de las proteínas en la orina): La presencia de proteínas en la orina en un embarazo normal es frecuente y no significa que algo está mal. Sin embargo hay que ponerle atención debido a que en la Preeclampsia es un signo muy frecuente; la proteína que más se pierde es la albúmina.

La proteinuria debe medirse en la orina recolectada durante 24 horas. Normalmente la proteinuria aparece después del incremento de peso y después de que se elevó la presión arterial.

Sistema nervioso central: Los síntomas más frecuentes son dolores de cabeza (cefaleas), frecuentemente de localización frontal u occipital (duele la parte frontal o la base de la cabeza), acompañadas de nerviosismo, sensación de mareo, somnolencia, zumbidos de oídos, etc… que suelen ser síntomas premonitorios de preeclampsia.

¿Cómo afecta al embarazo la hipertensión crónica?

Cuando se detecta la TA elevada antes de la semana 20 del embarazo se dice que es porque la madre ya era hipertensa (hipertensión crónica). Generalmente, como son mujeres jóvenes, no suelen saber que tienen la presión arterial elevada y la primera noticia de esta alteración la tienen al controlarse el embarazo.

En general no hay aumento de riesgo en la mayoría de las mujeres con hipertensión crónica leve si no existen otras complicaciones. No obstante, si la hipertensión se acompaña de otros trastornos como la diabetes, los riesgos son mucho más altos para la madre y el bebé.

Riesgos maternos: Los riesgos de hipertensión crónica grave en el embarazo son varios, entre ellos:

  • Aumento de presión sanguínea
  • Insuficiencia cardíaca congestiva
  • Hemorragias cerebrales
  • Insuficiencia renal
  • Abruptio placentae o desprendimiento normoplacentario (desprendimiento temprano de la placenta)
  • Trastornos de coagulación

Riesgos para el bebé: Los riesgos para el feto y el recién nacido dependen de la gravedad de la enfermedad y pueden incluir, pero no se limitan a:

  • Retardo de crecimiento intrauterino: es una disminución del crecimiento fetal debido a la insuficiencia de flujo sanguíneo (si no le llega suficiente sangre oxigenada y con nutrientes, el bebé no puede desarrollarse a un ritmo adecuado).
  • Nacimiento prematuro (antes de las 37 semanas de embarazo)
  • La muerte del feto

Diagnóstico

Para hacer el diagnóstico, el médico hará un buen examen físico general y te dirigirá una serie de preguntas que le ayudarán a evaluar y establecer el diagnóstico: debe investigar si hay antecedentes de hipertensión arterial antes del embarazo o si este problema empezó con la gestación, revisará si estás hinchada (con edema), verá si hubo un incremento en el peso que sea superior a los 500 gr recomendados y tomará en cuenta si existe algún factor de riesgo como la edad, si es el primer bebé, si son gemelos, si hay aumento del líquido amniótico, si fumas, el tipo de dieta que llevas, etc.

  • Medirá la presión arterial en posición sentada, con el brazo situado a la altura del corazón, evitando factores extrínsecos que puedan modificarla, confirmando mediante dos tomas separadas al menos en 6 horas. Esta medición se repetirá en cada una de las visitas programadas.
  • En caso de que detecte que hay hipertensión arterial, pedirá también una exploración neurológica completa, que incluye estudio del fondo de ojo y electrocardiograma (EKG).

Los análisis de laboratorio recomendados para las mujeres con hipertensión crónica o que desarrollan hipertensión en el segundo trimestre del embarazo son los siguientes:

  1. Hemoglobina y hematocrito para estudiar la concentración de la sangre
  2. Estudio de coagulación: recuento de plaquetas (recuerda que hay peligro de formación de coágulos).
  3. Química sanguínea: para estudiar los niveles de ácido úrico y creatinina.
  4. Orina: para estudiar la presencia de proteína (albúmina) en la orina. El grado de proteinuria puede fluctuar ampliamente durante el transcurso del día, incluso en casos graves, por lo tanto una simple muestra aleatoria puede no mostrar proteinuria relevante y es por eso que se pide que se junte la orina de 24 horas.
  5. Ultrasonido: para confirmar si el crecimiento del bebé está retardado.
  6. La prueba de monitorización fetal no estresante y la prueba estresante de respuesta a las contracciones, resultan útiles cuando el médico necesita hacer una evaluación fetal rápida. Las pruebas sin estrés se realizarán al menos cada semana, si la madre siente que hay disminución de los movimientos del bebé o existen indicios clínicos o del ultrasonido, de retardo en el crecimiento del bebé dentro del útero.

Todos los valores anormales merecen precaución y seguramente tu médico te pedirá que los repitas para su confirmación.

Control materno fetal en la hipertensión crónica durante el embarazo

Toda mujer con hipertensión arterial crónica que quede embarazada, debe ser vigilada cuidadosamente. Tu médico te pedirá que acudas a consulta cada 15 días hasta la semana 30 y después cada semana a partir de entonces. En la consulta te hará: medición de la presión arterial y toma de peso.

 Control materno fetal en la hipertensión crónica durante el embarazo

Una forma eficaz de llevar un control de tu TA es que periódicamente tu misma te la tomes en casa y lleves un registro de esta toma. Así se puede evitar la confusión que puede derivarse de la habilidad de la TA de elevarse cuando llegas a la consulta médica. Esto le permitirá al médico saber cuál es la actividad física que puedes realizar y podrá valorar la necesidad de recomendar o no algún medicamento. No siempre es necesario tomarlo durante todo el embarazo.

Te pedirá también que te realices análisis de laboratorio con regularidad para controlar los valores de una serie de sustancias en sangre y orina relacionadas con la hipertensión, que acudas con el oftalmólogo para que te haga un fondo de ojo y te hará un electrocardiograma para valorar tu corazón. Medirá también el bienestar de tu bebé.
Los estudios fetales pueden comenzar en el segundo trimestre y pueden incluir:

  • Ultrasonidos y controles del ritmo cardíaco fetal para controlar el crecimiento y estado del bebé. Si los resultados de las pruebas son normales, es posible que no sea necesario repetirlas a menos que cambie la condición de la madre.
  • Prueba sin estrés – mide la frecuencia cardíaca del bebé en respuesta a los movimientos naturales del feto.
  • Perfil biofísico – prueba que combina la ecografía con la prueba sin estrés.
  • Estudio del flujo por Doppler – tipo de ecografía que utiliza ondas sonoras para medir el flujo sanguíneo que entra y sale por el cordón umbilical.

Tratamiento

A diferencia de la presión arterial alta crónica, tu médico te recomendará no hacer excesivo ejercicio físico, ya que te beneficia más hacer un reposo relativo reduciendo tu actividad física y descansando más tiempo. Así mejora la perfusión sanguínea (la llegada de sangre y por lo tanto de nutrientes) a la placenta y a tu bebé.

No se debe reducir la sal de la dieta, esto se recomienda solamente cuando, antes del embarazo, se sabía que la TA elevada respondía a la restricción de sal. Sólo en este caso y cuando existen problemas del riñón es cuando se restringe la sal en la dieta. Evidentemente, es preciso dejar de fumar tabaco y otras sustancias, así como beber alcohol.
Cuando el reposo no es suficiente y la TA diastólica (la baja) es mayor de 100 mm, el médico iniciará el tratamiento con medicamentos para evitar complicaciones.  En algunas ocasiones, cuando la mujer hipertensa ya estaba en tratamiento desde antes del embarazo, es probable que necesite continuar tomando sus medicamentos antihipertensivos durante la gestación. Si es necesario, tu obstetra cambiará el medicamento habitual por otro antihipertensivo más seguro para el embarazo. Recuerda, un bebé sano depende de una madre sana, así, tu médico usará los medicamentos cuando exista un beneficio marcado para ti.
Si la elevación de la T.A es más grave, y el médico sospecha o ha diagnosticado la presencia de preeclampsia, entonces te pedirá que ingreses al hospital para una valoración y control más completo.

  • Cuando se ha hecho el diagnóstico de preeclampsia, generalmente se adelantará el parto en beneficio de la madre. Cualquier retraso sería nada más o porque hay duda en el diagnóstico o por inmadurez del feto
  • Cuando la preeclampsia se presenta mucho antes de llegar a término (semana 34-36 del embarazo), el médico tratará de prolongar el embarazo para permitir un mayor desarrollo y maduración del bebé. En este momento es muy importante que ambos estén monitorizados muy cercanamente en algún centro hospitalario adecuado para esta emergencia. Si se observa algún deterioro, será razón para que el ginecólogo decida adelantar el parto.

En la mayoría de las embarazadas la hipertensión disminuye progresivamente luego del parto y su estado de salud se normaliza hacia la sexta semana después del nacimiento del bebé; al mismo tiempo que desaparece la pérdida de proteínas en la orina.

Prevención

Los programas de control prenatal son la mejor forma de disminuir las complicaciones que pueden ocurrir durante el embarazo. Tu médico iniciará el control y cuidado específico desde el principio del embarazo.

Cuando una mujer hipertensa crónica desea embarazarse es muy importante conocer la causa y gravedad de la hipertensión para llevar un tratamiento adecuado.

Las mujeres que padecen hipertensión crónica deben consultar a su médico antes de intentar quedar embarazadas. Una consulta previa al embarazo permitirá a tu médico asegurarse de que tu presión arterial se encuentra bajo control y evaluará cuáles son los medicamentos que tomas para controlarla. Si es necesario, los cambiará por otros que sean seguros para  el embarazo.

En consecuencia, nunca sobra hacer énfasis en la importancia del control prenatal. La hipertensión es la causa más común de muerte materna y fetal. Previniendo se asegura el bienestar tanto del bebé como el  de la madre y se previenen las complicaciones.

¿Quiénes están en riesgo de ser hipertensas?

Se han identificado algunos grupos de mujeres en las cuales es más probable que se presente esta alteración:

Factores personales de la embarazada:

  • Adolescentes y mujeres mayores de35 años
  • Primigestas (primer hijo) independientemente de su edad
  • Mujeres con sobrepeso
  • Con antecedentes familiares o personales de eclampsia o preeclampsia.
  • Con enfermedades asociadas: lupus, diabetes, obesidad, enfermedad renal crónica, mola.
  • Embarazo múltiple (gemelos o trillizos).
  • Isoinmunización  Rh (problemas con el Rh del bebé).
  • Intervalos entre embarazos de menos de 2 años y más de 10.

Pronóstico

Hipertensión crónica:La mayoría de las mujeres con hipertensión crónica tendrán una hipertensión leve a moderada (presiónarterial menor de 160/110 mmHg) y tienen un riesgo bajo de complicaciones perinatales. La probabilidad de complicaciones aumenta en las mujeres que tienen hipertensión severa o con enfermedadcardiovascular o renal preexistente.

Hipertensión gestacional: Las mujeres con hipertensión gestacional tienen un riesgo perinatal similar al de las mujeres que tienen la presión arterial normal Sin embargo, aquellas que se presentan hipertensas antes de la semana 34 del embarazo, tienenun riesgo aumentado de complicaciones perinatales, ya que se calcula que el 40% de ellas desarrollará preeclampsia.

Preeclampsia: El pronóstico es particularmente malo en la preeclampsia que ocurre antes de las 34 semanas de gestación.

Algunos estudios indican que la hipertensión arterial transitoria se repite en embarazos ulteriores y a menudo predice el desarrollo futuro de hipertensión arterial crónica.

Preguntas frecuentes

¿Qué es la Eclampsia?:
La eclampsia es la aparición de convulsiones o coma secundarios a la enfermedad hipertensiva (preeclampsia) gestacional. Puede ocurrir desde la semana 20 hasta 48 horas después del parto. Es el cuadro más grave, que requiere para su tratamiento la sedación de la madre y la interrupción del embarazo.

¿Si soy hipertensa, qué posibilidades tengo de sufrir una eclampsia o preeclampsia durante el embarazo?:
Las mujeres hipertensas presentan una mayor probabilidad de desarrollar preeclampsia que las que tienen una presión arterial normal.
Eso obliga al médico a un seguimiento estricto como gestación de alto riesgo.

¿Cuándo nazca mi bebé, seguiré siendo hipertensa?:
Existen distintas situaciones en relación con la hipertensión y el embarazo:

  1. La hipertensa esencial que descubre su hipertensión cuando se le efectúan los primeros controles durante la gestación. En este caso, como en el de la hipertensa que ya lo sabía previamente, seguirán siendo hipertensas después.
  2. Hipertensión gestacional, con o sin preeclampsia. La hipertensión aparece durante el embarazo y desaparece al concluir éste. Puede repetir en siguientes embarazos y en un cierto porcentaje de mujeres se pueden volver hipertensas años después.

¿Puedo tomar cualquier medicamento para bajar la presión arterial?:
No, en el embarazo nunca debes tomar ningún medicamento si no ha sido recetado por tu médico. Algunos medicamentos de los que se utilizan para bajar la presión arterial no son seguros durante el embarazo.

¿Siendo hipertensa puedo dar de mamar a mi bebé?:
Todos los medicamentos antihipertensivos pasan a la leche materna en mayor o menor grado, pero aún no se conocen los efectos adversos que pueden ocasionar en el lactante. Si tu hipertensión arterial es leve y deseas amamantar a tu bebé, es probable que el médico pueda considerar la posibilidad de suspenderte la medicación antihipertensiva pero siempre con control de tu TA. Si la elevación de tu TA es más grave o debe ser controlada con medicamentos, se debería discontinuar o suspender la lactancia.