Depresión Post- Parto
Complicaciones de parto / Postparto, Embarazo

Depresión Post- Parto

Definición

Tristeza y depresión posparto, depresión puerperal o depresión posnatal es una depresión nerviosa de moderada a intensa, que está relacionada con el embarazo y parto. Se puede presentar poco después del parto o hasta un año más tarde.

¿Es muy común tener depresión postparto? De hecho, según el Congreso Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG por su siglas en inglés), entre 14% y 23% de las mujeres sufren depresión en el embarazo, y hasta 70% de las embarazadas tienen algún síntoma de depresión en algún momento,

El fantasma de la depresión post parto

“Deseaba tanto tener este hijo y ahora que lo tengo me siento completamente desdichada”, “¿Qué me está pasando?”, “El parto fue magnífico, mucho mejor de lo que esperaba, y todo el mundo se portó maravillosamente conmigo, especialmente mi marido. Yo debería dar saltos de alegría”, “Tenía miedo que el bebé tuviera algún defecto al nacer, pero es perfecto”, ” Entonces, ¿Porqué estoy tan triste?”.

 El fantasma de la depresión post parto

No lo sabemos, pero NO estás sola. Casi un 80% de las mujeres sufren de algún problema emocional después del embarazo (post parto). Se sienten disgustadas, solas, con miedos, o sin ganas de acercarse al bebé y al mismo tiempo culpables por tener estos sentimientos.

Para la mayoría de las mujeres, estos síntomas son ligeros y desaparecen solos, pero hay un 10- 20% que desarrollan una forma más severa de cambios de humor llamada depresión post parto.

La depresión post parto no es una falla en el carácter o una debilidad. Algunas veces, es simplemente una complicación de dar a luz un bebé. Si tú tienes depresión post parto, un tratamiento rápido puede ayudarte a manejar los síntomas …y disfrutar de tu bebé.

¿Cuántos tipos de depresión post parto hay?

Existen tres tipos:

La “tristeza post parto” (baby blues en inglés) es un estado transitorio de emociones encontradas que le ocurre a un 50% de las mujeres que acaban de parir.

  • Este estado tiene su momento más fuerte a los 3 a 5 días después del parto y puede durar desde varios días hasta dos semanas. Una mujer que tiene este problema puede llorar fácilmente y puede tener dificultad para dormir o sentirse muy irritable, triste, en tensión emocional.
    • Dado que este problema es tan común, no se considera que sea un padecimiento. La tristeza post parto no interfiere con la habilidad de una mujer para cuidar a su bebé, no está relacionada a problemas mentales y no es causada por el estrés. Sin embargo, si existe una historia de depresión previa, puede convertirse en una depresión mayor. Si esto continúa, coméntaselo a tu médico.

La depresión post parto es la depresión nerviosa que se presenta después del parto. Algunos especialistas la llaman “Depresión post parto no Psicótica”.

  • Esta condición ocurre en un 10- 20% de las mujeres y se presenta generalmente unas semanas o unos meses después del parto con cambios de humor, de actitudes y trastornos del sueño, del apetito y disminución de la energía. Tiene una duración mayor y puede interferir con tu habilidad para cuidar al bebé.

La depresión psicótica es un problema serio que requiere tratamiento inmediato.

  • Es un problema raro que se presenta como a las 3 semanas del parto con aparición de cambios de humor muy marcados, confusión, alucinaciones y desorden mental y generalmente está asociada a otros problemas previos como depresión, psicosis bipolar o psicosis.
    • Si no se le da tratamiento, es muy probable que se repita después del periodo de post parto y después de cada parto posterior.

Otra complicación, llamada desorden obsesivo-compulsivo postparto, lleva a las mujeres a tener miedos extremos. En la mayoría de los casos, este desorden se manifiesta como obsesión por la higiene y seguridad del bebé, que puede llevarte a tomar medidas como lavarte las manos constantemente hasta hacerte daño, cerrar con llave puertas y ventanas por temor a intrusos, ocultar armas en tu casa para defenderte o no bañar a tu bebé por miedo a que se ahogue.

  • La psicosis postparto y el desorden obsesivo-compulsivo postparto pueden ser tratados con éxito, pero requieren atención psiquiátrica inmediata.

¿Quién puede tener depresión post parto?

La depresión post parto puede afectar a cualquier persona. Aunque es más reportado por las madres, también puede afectar a cualquiera de los nuevos padres –tanto al papá como a la mamá- y también puede afectar a los padres que adoptan un bebé.

¿Cuál es la causa?

La depresión post parto probablemente está causada por muchos diferentes factores que actúan conjuntamente incluyendo la historia familiar, la biología, personalidad, experiencias de vida y el medio ambiente (especialmente la falta de sueño); se sabe que no está relacionado ni con la edad ni con el número de hijos.

Los expertos mencionan que, entre esos “factores de riesgo”, están:

  • Si tuviste depresión post parto en los embarazos anteriores.
  • Tienes antecedentes familiares o personales de depresión
  • Tu embarazo no fue planeado.
  • Has experimentado mucha ansiedad durante el embarazo.
    • Investigaciones recientes indican que el haber sufrido ansiedad o depresión durante el embarazo, es uno de los factores de riesgo más importantes.
  • Sufres de síndrome pre menstrual severo.
  • Un matrimonio problemático o falta de apoyo de la pareja.
  • Pocos familiares o amigos con quienes puedes platicar o depender de.
  • Un bebé prematuro o con cualquier tipo de enfermedad.
  • Eventos estresantes durante el embarazo o después del parto como la pérdida de un ser querido, una mudanza, problemas económicos, problemas en el trabajo, etc., enfermedades o complicaciones durante el embarazo.
  • Has tenido problemas con las drogas o el alcohol.
  • Si tuviste una pérdida del embarazo: El riesgo en este caso es elevado aún en los casos de un embarazo no deseado. Igualmente es elevado el riesgo de presentar depresión en el caso de aborto.
  • Cambios fisiológicos: el momento del parto es un momento de grandes cambios para una mujer y el ajuste a esos cambios puede ser una de las causas de la depresión.
    • Cambios físicos: cambios en el tono muscular, dificultad para perder peso, cansancio después del parto, dolor en el perineo que no te permite descansar. La recuperación después de una cesárea puede tomar aún más tiempo que en el parto vaginal.
    • Cambios emocionales: Sentimientos de pérdida de una identidad y de libertad, te sientes abrumada por la responsabilidad de la maternidad, tienes estrés por el cambio de rutinas, cansancio por los patrones rotos de sueño y te sientes poco atractiva física y sexualmente.
    • Influencias en tu estilo de vida: Son muchos los factores de tu estilo de vida que pueden llevar a una depresión post parto. Entre ellos podemos mencionar a un bebé demandante, la atención a los hermanos, dificultad para amamantar, problemas financieros y falta de apoyo de tu pareja o de otras personas.
  • Desbalance hormonal: Parece poco probable que la depresión postparto esté relacionada con los importantes cambios hormonales que tienen lugar en el momento del nacimiento de tu bebé, aunque todavía no se disponen de evidencias al respecto.
    • Aunque los niveles de estrógenos, progesterona y otras hormonas relacionadas con la reproducción que pueden afectar a las emociones descienden bruscamente tras el parto, no se han encontrado diferencias entre las hormonas de las madres que desarrollan una depresión postparto y las de las que no. Una posible explicación es que probablemente algunas mujeres puedan ser más sensibles que otras a tales cambios.
  • De la misma manera, podría ser un desajuste en los neurotransmisores del sistema nervioso, o incluso podría tener un origen genético. Los estudios se han inclinado por la búsqueda en el campo biológico, pero no hay nada definitivo, lo que se sabe es que, para algunas mujeres, el parto resulta traumático.

Sin embargo, como ya lo mencionamos, una mujer puede sufrir una depresión postparto sin que se aprecie ninguna razón obvia para la misma.

¿Cuáles son los síntomas?

La depresión post parto, al principio, puede parecer una tristeza post parto (baby blues), pero los signos y síntomas son más intensos, más duraderos y eventualmente interfieren con tu habilidad para cuidar al bebé y manejar otras tareas diarias.

Los síntomas de la depresión post parto son diferentes para cada persona pero semejantes a los síntomas de la depresión que ocurre en otros momentos en la vida y entre ellos se incluyen:

Cambios en tus sentimientos:

Tristeza: La tristeza es desde luego el síntoma más frecuente de la depresión postparto. Se sienten bajas de ánimo, infelices y desgraciadas la mayor parte del tiempo aunque estos síntomas pueden empeorar en algún momento particular del día, como por las mañanas o por las tardes.

En ocasiones, pasan días malos y días buenos, siendo estos últimos realmente frustrantes ya que el día bueno previo hizo que se albergaran esperanzas de mejorar. A veces, les parece que no merece la pena vivir, precisamente en unos momentos en que deberían sentirse muy alegres.

 El fantasma de la depresión post parto

Irritabilidad: La irritabilidad con frecuencia acompaña a la sensación de tristeza. Puede estar irritable con sus otros hijos y ocasionalmente incluso con el recién nacido, aunque la mayoría de las veces lo está con su marido quien no suele comprender qué es lo que está pasando.

Ansiedad o ataques de pánico: Suele ser aguda y se puede presentar en forma de temor a quedarse sola con el bebé por miedo a que éste grite, no quiera comer, se ahogue, se caiga o se haga daño de cualquier otra forma. Algunas madres deprimidas perciben a su bebé como un objeto.

En vez de sentir que han dado a luz a la criatura más cariñosa y adorable del mundo se sienten distantes de su hijo, al cual perciben como un pequeño ser misterioso y extraño, cuyos pensamientos (de tener alguno) son insondables y cuyas necesidades y emociones deben ser en algún modo satisfechas. La tarea de la nueva madre deprimida que todavía no se ha “enamorado” de su hijo es realmente dura. No obstante, el amor surge al final, cuando el niño es mayor y más interesante.

Sin embargo, la depresión postparto puede desarrollarse aún cuando el amor por el recién nacido sea intenso. En estos casos, la madre teme desesperadamente perder a su precioso bebé por no cuidarlo bien, porque no se desarrolle adecuadamente, por una infección o bien teme que muera súbitamente. Un simple catarro puede causar una gran preocupación.

La madre puede obsesionarse con el peso del bebé y alarmarse si llora demasiado o incluso si pasa mucho tiempo en silencio, llegando a pensar: ¿habrá dejado de respirar? Es frecuente que la madre desee ser constantemente tranquilizada por su pareja, su familia, su médico o cualquier otra persona.

La ansiedad también puede hacer a la madre preocuparse por su propia salud. Puede sentir pánico cuando su pulso se acelera o si tiene alguna palpitación, llegando incluso a pensar que tiene algo malo en el corazón o que está al borde de un accidente cerebrovascular. En ocasiones se siente tan debilitada que piensa que tiene alguna enfermedad terrible y que nunca volverá a tener energía de nuevo. Estas sensaciones extrañas e inusuales le harán plantearse la pregunta ¿Me estoy volviendo loca? (La respuesta es NO).

El temor de quedarse sola con todas estas preocupaciones puede dar lugar a que incluso la mujer más capaz se sienta tan indefensa que no desee que su marido vaya al trabajo.

Sentimientos de vergüenza, culpa, o como si hubieras fallado totalmente.

Sentimientos negativos hacia el bebé o incluso pensar en hacerle daño. (Aunque estos sentimientos son aterradores, casi nunca se materializan. No obstante, debes comentarle al médico al respecto inmediatamente).

Desbordamiento: Las madres con depresión postparto tienen la sensación de no disponer de tiempo para nada, de no hacer nada bien y de no poder hacer nada para remediarlo. A estas pacientes les resulta realmente difícil el establecer nuevas rutinas para poder hacer frente al bebé y a la nueva situación que viven.

Cambios de humor marcados por altas y bajas exageradas.

Cambios en tu estilo de vida diaria

Tienes poco interés en cosas que normalmente te gusta hacer

Incapacidad para disfrutar: Lo que antes era un placer ahora no apetece y lo que antes interesaba ahora se convierte en aburrido. Esto es especialmente cierto en el caso de las relaciones sexuales.

Algunas mujeres recuperan el interés por el sexo (si es que en algún momento lo perdieron) antes de que transcurran 6 semanas del parto, pero las madres con depresión postparto suelen rechazar cualquier contacto sexual lo cual puede generar tensión en la pareja.

Fatiga: Todas las nuevas madres se sienten un poco abrumadas y fatigadas, pero la madre con depresión postparto se siente tan agotada que llega a pensar que padece alguna enfermedad física.

Insomnio: Cuando por fin te vas a la cama puede que tengas dificultad para conciliar el sueño, o si duermes, puede que te despiertes muy pronto, incluso aunque tu pareja sea quien se ocupe de alimentar al bebé durante la noche.

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Pérdida de apetito: Las madres deprimidas generalmente no tienen ni tiempo ni ganas de comer lo cual contribuye a que se sientan malhumoradas y agotadas. Algunas madres deprimidas comen en exceso para aliviar su malestar psicológico y luego se sienten culpables y molestas con su gordura.

Dificultad para concentrarse o recordar y para tomar decisiones.

Llamadas frecuentes al pediatra que nunca te dejan satisfecha y calmada.

Cambios en como piensas de ti misma y del bebé

Tienes problemas con tu propio cuerpo

Llegas a pensar incluso en cómo matarte (es urgente que te comuniques de inmediato con el psiquiatra).

Diagnóstico

Lo más importante es, desde luego, reconocer la depresión y diagnosticarla.

Muchas madres deprimidas no son conscientes de que tienen una enfermedad y se sienten avergonzadas de tener que admitir cómo les ha afectado su reciente maternidad. Algunas pueden llegar a creer que si dicen como se sienten realmente puede que les quiten a su hijo (esto NO ocurrirá).

Algunos médicos y enfermeras están preparados para reconocer la depresión postparto ya que conocen su existencia y se esfuerzan por detectarla, sin embargo, otros profesionales la pasan por alto o, lo que es peor, la ignoran considerándola como un simple “baby blue”.

Los síntomas son iguales que los de cualquier problema mental, especialmente la depresión. Cuando hables con tu médico, seguramente esto es lo que te preguntará:

  • Cuáles son tus síntomas, qué tanto te molestan y desde hace cuándo que los tienes.
  • Te preguntará también si ya habías tenido estos síntomas anteriormente
  • Si existe algún factor de riesgo para que estés deprimida como por ejemplo si hay problemas con tu pareja o en la familia u otra causa de estrés, enfermedades mentales en tu familia y sobre el uso de drogas y alcohol.
  • Es importante que hables con tu médico y le digas como te sientes realmente después del nacimiento de tu bebé. Si estás triste, desgraciada, irritable, incompetente, asustada y desinteresada por el bebé.

Tu médico te tranquilizará y te convencerá de que no eres una madre caprichosa, extravagante o una mala madre, y de que otras muchas personas han padecido y padecen la misma enfermedad. Explicarle a la madre que todo lo que le está pasando es consecuencia de que tiene una enfermedad llamada depresión postparto suele ser de gran ayuda ya que por lo menos sabrá a qué tiene que enfrentarse.

Pruebas y exámenes

 No existe un examen único para diagnosticar la depresión posparto. El diagnóstico se basa en los síntomas que le describes al médico.

Algunas veces, la depresión después del embarazo puede estar relacionada con otros trastornos médicos. El hipotiroidismo, por ejemplo, ocasiona síntomas como fatiga, irritabilidad y depresión. Las mujeres con depresión posparto deben hacerse análisis de sangre para buscar causas físicas de dicha depresión.

¿Cuál es el tratamiento?

La tristeza posparto o baby blues generalmente desaparece sola después de unos días o semanas, mientras tanto, descansa lo más que puedas y acepta ayuda de tus familiares y amigos.

Una vez que se establece el diagnóstico, la depresión postparto generalmente se trata con terapia y medicamentos. El tipo de tratamiento dependerá de la severidad de la depresión y de tus necesidades individuales. éstas son algunas formas de sobrellevarla:

Trátate bien. Asegúrate de que atiendes tus necesidades principales: intenta dormir y comer bien, y no te sientas culpable acerca de cómo te sientes ahora. El hecho de que tengas una depresión posparto no significa que seas una mala madre o que no quieras a tu hijito. Una vez que te sientas mejor, estos sentimientos disminuirán.

Pide ayuda. Una parte muy importante de ser una buena madre es saber cuándo pedir ayuda, de manera que no tengas miedo de hacerlo durante estos momentos difíciles. Ayuda quiere decir muchas cosas: desde familiares o amigos que te ayuden a cocinar o a limpiar la casa o a cuidar del bebé, hasta la ayuda de un psicólogo. Es necesario recibir ayuda para que te mejores.

Comparte tus sentimientos con otros. Dile a alguien a quien quieras cómo te sientes. Llama a un familiar o a una amiga que te sepa escuchar. Únete a un grupo para mamás para encontrar apoyo. Puede que te sorprenda saber cuántas mamás están experimentando sentimientos similares. Si tienes un esposo o pareja que te apoya, asegúrate de que sabe qué es lo que te está ocurriendo y cómo te puede ayudar.

No te abandones “por fuera”. Cuidar tu aspecto físico a veces te puede ayudar por dentro. Haz que tu esposo o un familiar o amigo cuiden de tu bebé mientras tú te das una ducha relajante. Maquíllate, si lo haces normalmente. Sal de compras y elige cosas sólo para ti. También te puedes poner tus prendas favoritas en esos días que son particularmente difíciles. Sentirte mejor por fuera te ayudará a sentirte mejor por dentro.

Averigua cuándo puedes comenzar a hacer ejercicio para ponerte en forma después del parto.

Descansa. El cuidar de un recién nacido es muy cansado y podrías estar exhausta. Desafortunadamente, es común que las mamás que sufren de depresión posparto no puedan dormir cuando lo desean. Sin embargo, es importante descansar.

Puedes simplemente relajarte leyendo una revista o viendo la televisión. Pídele a un familiar o a una amiga que vigile a tu bebé, aunque sea por una hora, todos los días. Si no hay nadie que te pueda ayudar, puedes contratar a una niñera que tenga experiencia con recién nacidos.

Sal a la calle. Pon a tu bebé en su carriola (cochecito) y llévalo a dar un paseo, aunque sea alrededor de la cuadra, o sal con una amiga a un café cercano. El aire fresco, el sol y la compañía les harán mucho bien a tu bebé y a ti. Si un paseo es demasiado para ti en este momento, simplemente vete fuera, cierra los ojos, respira hondo, y siéntate al sol durante unos minutos. Te ayudará.

Tómate las cosas con calma. La llegada de tu bebé es una buena razón para tomarte las cosas con calma. Resiste la tentación de lavar la ropa mientras el niño duerme y deja que el resto de las tareas esperen. Haz que te traigan la comida, o pídele a tu pareja que te traiga algo de camino a la casa. Si el teléfono siempre está sonando en los momentos más inoportunos (por ejemplo cuando estás intentando que el bebé duerma, o cuando finalmente has podido encontrar un ratito para descansar) baja el volumen del timbre y regresa las llamadas cuando sea conveniente para ti.

Tu pareja: En este momento es importante que tu pareja se involucre de forma que él pueda comprender qué es lo que ha estado pasando (no olvidemos que él también ha estado sufriendo las consecuencias de la depresión postparto).

Posiblemente él sea quien mejor pueda apoyar, aunque también necesitará algo de apoyo para sí mismo, especialmente si es el primer hijo que tiene la pareja y si se ha sentido desplazado tras su llegada.

Este es un aspecto realmente importante ya que si el marido está resentido y no comprende hasta que punto su esposa necesita de su apoyo y ayuda podrán surgir más problemas. Es probable que él también se sienta aliviado por el diagnóstico y por recibir consejos sobre cómo actuar. La ayuda práctica con el recién nacido, una actitud comprensiva y afectiva y el ser positivo serán apreciados incluso cuando la depresión desaparezca.

Tratamiento con medicamentos

Los médicos de cabecera no siempre prescriben tratamiento farmacológico para sus pacientes con trastornos emocionales. Sin embargo, en ocasiones la naturaleza de la depresión es tal que hace necesario un tratamiento con fármacos antidepresivos. Estos medicamentos:

  • No son tranquilizantes ni estimulantes.
  • No son adictivos, no crean dependencia.
  • Necesitan dos semanas o más para empezar a hacer efecto.
  • Tu médico te dirá si puedes seguir con la lactancia.
  • Necesitan tomarse durante al menos 6 meses tras la depresión para reducir el riesgo de recaída.

Debes saber que el tratamiento necesitará su tiempo para hacer efecto y que será necesario el concertar algunas citas para que recibas el apoyo necesario hasta que te recuperes.

A muchas mujeres les parece más atractiva la posibilidad de recibir tratamiento con hormonas en lugar de con antidepresivos ya que consideran a éstas más naturales. Sin embargo, las evidencias disponibles sobre su eficacia son cuestionables y además no están exentas de efectos secundarios.

La progesterona parece funcionar mejor en supositorios, mientras que los estrógenos se aplican actualmente en forma de parches en la piel. No existe duda de que muchas mujeres creen que el tratamiento hormonal que han recibido les ha beneficiado, pero todavía está por demostrar que este sea algo más que un placebo, es decir que la curación se produce más por la esperanza puesta en el tratamiento que por el propio tratamiento en sí.

Con un tratamiento adecuado, la depresión generalmente desaparece en unos cuantos meses. Algunas mujeres siguen teniendo ligeros síntomas meses o años después.

La psicosis post parto requiere atención y tratamiento inmediato, por un medico psiquiatra, especializado y generalmente en un hospital donde estarás segura y con el tratamiento adecuado.

 ¿Cuánto dura la depresión post parto?

Es difícil de decir. Algunas mujeres se sienten mejor después de unas semanas, pero otras continúan sintiéndose deprimidas o “diferentes” durante muchos meses. Aquéllas que tuvieron síntomas más severos o que han estado deprimidas con anterioridad, tardarán más tiempo en recuperarse. Es importante que no te olvides de que puedes obtener ayuda para mejorar.

Pronóstico

Los medicamentos y la psicoterapia profesional con frecuencia pueden reducir o eliminar los síntomas de manera efectiva.

¿Puede prevenirse la depresión postparto?

Si. Existen tres formas de prevención: detectar precozmente el trastorno, tratarlo rápidamente y evitar sus consecuencias.

Durante el embarazo:

  • No intentes ser una super mujer. El tener un hijo es un trabajo que puede exigir dedicación exclusiva, de forma que durante tu embarazo intenta reducir tus compromisos (si trabajas, asegúrate de que te alimentas de forma suficiente y con regularidad y pon los pies en alto durante la hora de la comida).
  • No te mudes de casa mientras estés embarazada o hasta que tu hijo no tenga seis meses. Evita en lo que puedas el estrés.
  • Has amistad con otras parejas que estén esperando un hijo o que lo hayan tenido recientemente. Entre otras cosas, esto te ayudará a disponer de alguien que pueda cuidar a tu bebé cuando lo necesites.
  • Identifica a alguien en quién puedas confiar, es necesario disponer de algún amigo a quién acudir en caso de necesidad.
  • Ve a las clases de preparto junto con tu pareja.

Si ha sufrido previamente una depresión, esto no significa que vayas a tenerla de nuevo en el siguiente parto. Sin embargo, tras el parto es necesario que te pongas en contacto con tu médico de cabecera para que éste vigile la posible aparición de cualquier signo de recurrencia de la depresión postparto y así comenzar lo antes posible con el tratamiento.

Una vez que el bebé haya nacido:

  • Aprovecha cualquier oportunidad para descansar. Aprende a echar cabezadas o pequeñas siestas. Tu pareja podrá encargarse de alimentar al bebé por la noche, utilizando, si lo deseas, incluso tu propia leche extraída con anterioridad.
    • Si estás fatigada, acomoda tu sueño al del bebé.
    • No reprimas tus sentimientos, si deseas llorar, hazlo.
  • No permitas que la información que te dan otras personas acerca del cuidado del bebé te abrume, sigue siempre las indicaciones de tu pediatra y cuando pidas ayuda a tu madre o amigas, no permitas que te controlen la vida.
  • No se supone que debas de ser una “super mamá”. Sé honesta contigo misma acerca de lo que puedes hacer y atrévete a pedir ayuda, tus miedos y dudas son normales.

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  • Aliméntate adecuadamente. Las ensaladas, los vegetales frescos, la fruta, los zumos, la leche y los cereales son alimentos muy adecuados para este momento y que además no necesitan de mucha cocina.
  • Encuentra tiempo para disfrutar con tu pareja.
  • Intenta intimar con tu pareja, incluso aunque todavía no te apetezca tener relaciones sexuales completas, un beso, un abrazo, una caricia, o un mimo pueden ser bastante reconfortables hasta que regrese el deseo sexual al completo.
  • Encuentra tiempo para hacer algo tuyo, aunque sean solamente 15 minutos. Trata de leer, hacer ejercicio (la caminata es beneficiosa para ti y fácil de realizar), tómate un baño o medita.
  • No seas muy crítica contigo misma ni con tu pareja. La vida se hace bastante dura en estos momentos y el cansancio y la irritabilidad de ambos puede conducir a discusiones frecuentes que no harán más que debilitar su relación en unos momentos en que ésta debería ser más fuerte.
  • Lleva un diario. Cada día, escribe acerca de tus emociones y sentimientos, saca todo. En cuanto empieces a sentirte mejor, relee lo que escribiste y te dará cuenta de lo mejorada que estás.
  • Finalmente, a pesar de que la depresión postparto ya esté instaurada cuando se te diagnostique, no te desesperes, aún cuando solamente puedas hacer una sola cosa en un día, es un paso adelante en la dirección correcta. Habrá día en las que no lo logres, no te enojes contigo misma. el apoyo, el consejo y la medicación marcarán la diferencia y acelerarán tu recuperación. Nunca es tarde.

¿Cuándo debo pedir ayuda profesional?

Llama a tu médico si:

  • Tienes cambios de humor o te sientes deprimida y ya han pasado algunos días después del parto.
  • Si sientes que no puedes con las actividades diarias de tu vida incluyendo el cuidado del bebé
  • Si tienes fuertes sentimientos de depresión o enojo a los 2 o 3 meses del parto

Pídele a tu médico que te recomiende un psicólogo o psiquiatra de confianza con quien puedas tener una entrevista. En el caso de que hayas experimentado depresión postparto anteriormente es importante que te contactes durante el embarazo con los profesionales que te atendieron la última vez.

Si te dieron algún medicamento, seguramente volverán a dártelo inmediatamente después del parto. Esto reduce considerablemente la posibilidad de volver a padecerla.

Algunas personas prefieren comenzar a tomar la medicación no bien los síntomas aparecen, sin embargo de esta forma va a ser más difícil de tratar.

¿Cuál es el futuro de la depresión postparto si no se trata?

Si se deja sin tratamiento, la depresión post parto puede interferir con el lazo de amor entre la madre y el bebé y causar problemas familiares.

Los bebés de las madres que no han sido tratadas tienen mayores posibilidades de presentar problemas de comportamiento como por ejemplo dificultad para dormir o para alimentarse, berrinches e hiperactividad. Es común que tengan también retraso en el desarrollo del lenguaje.

¿Si estoy amamantando puedo tomar un antidepresivo?

Dile a tu médico si estás amamantando,

Los efectos de las medicinas antidepresivas en los bebés lactantes no se han estudiado y por lo tanto no hay muchos datos sobre ello. Pregúntale a tu médico si, con el medicamento que te receta, puedes continuar con la lactancia o es necesario que suspendas.

Referencias

Durante, Semanas 25 - 40

Depresión durante el embarazo

¿Qué es la depresión?

La depresión es un trastorno del estado de ánimo, en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, enojo, frustración  y miedo, interfieren con las actividades de la vida diaria. Es una enfermedad biológica, que involucra cambios bioquímicos en el cerebro.

Los síntomas de depresión en el embarazo o después del parto son los mismos que se experimentan en cualquier otra época de la vida. La depresión puede ser un poco más difícil de identificar cuando estás embarazada o acabas de tener un bebé ya que este es un periodo en el que sufres muchos cambios y ajustes.

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¿Es normal sufrir depresión o ansiedad durante el embarazo?

El embarazo generalmente se presenta como una etapa en la que las mujeres están rebosantes de alegría por estar esperando un bebé. Esto es especialmente cierto en nuestra cultura, en la que valoramos muchísimo la maternidad.

Sin embargo, para muchas de ellas, es un período de miedo, tristeza,  confusión, estrés e incluso depresión -sobre todo entre las semanas  6 y 10  del embarazo y durante el tercer trimestre que es cuando la mujer se prepara para el recibimiento de su bebé- y no porque sean malas mamás, sino porque los cambios hormonales que ocurren durante este periodo, cuando se suman a situaciones difíciles o estresantes, pueden provocar una depresión.

Durante muchos años los investigadores creían, de forma equivocada, que las hormonas del embarazo protegían a las mujeres de las depresiones. Se pensaba que era después de tener al bebé, una vez que los niveles hormonales descendían, cuando las mujeres estaban más expuestas a la depresión. Ahora, sin embargo, se cree que el rápido incremento de los niveles hormonales que se da al inicio del embarazo puede variar la química del cerebro y conducir a la depresión.

Al menos una de cada diez mujeres sufre problemas de depresión durante el embarazo y las mujeres que han padecido anteriormente de depresión, corren mayor riesgo de adquirirla en ésta etapa.Algunos estudios han demostrado que las mujeres que sufren de depresión durante el embarazo,  desarrollarán depresión postparto, por esto es muy importante conocer los síntomas para detectarla a tiempo e iniciar su tratamiento.

La ansiedad o la angustia son condiciones que se pueden y que se deben tratar durante el embarazo, sin embargo, a menudo, no se diagnostican porque muchas mujeres no les dan importancia a sus sentimientos: piensan que se deben a los cambios de humor temporales que acompañan el embarazo.

Es importante que tu doctor sepa cómo te sientes. La salud emocional es tan importante como la salud física y, de hecho, tu salud emocional puede afectar a tu salud física.

Las investigaciones muestran, por ejemplo, que la depresión y la ansiedad pueden incrementar el riesgo de tener un bebé prematuro. Si los síntomas de la depresión no se tratan, esto puede poner en peligro la capacidad para cuidar de ti misma y de tu bebé.

Factores de riesgo que activan la depresión

No existe una causa única. Por el contrario y, como ya lo mencionamos, es probable que la depresión se produzca por una combinación de factores:

  • Alteraciones hormonales, propias del embarazo: el rápido aumento de los niveles hormonales al principio del embarazo pueden cambiar la química cerebral y llevar a la depresión o hacerte sentir más ansiosa que lo normal. La ansiedad es otra condición que debe de ser
  • Historial familiar o personal de depresión: si ya en otra ocasión tuviste depresión o ansiedad extrema, o si hay alguna historia de depresión en tu familia, es posible que tú puedas presentar depresión durante el embarazo. Aunque nunca hayas experimentado una depresión o un problema serio de ansiedad, es posible que estés más susceptible a estos problemas ahora, si has tenido tendencia a sentirte angustiada, ansiosa o triste en determinados momentos.
  • Pérdida de embarazos previos: Si has abortado o si has perdido un bebé con anterioridad, y si la pérdida es reciente o repetida, entonces quizás no has tenido tiempo de recuperarte emocional y físicamente y eso te hace más vulnerable a presentar una depresión en el siguiente embarazo.
  • Complicaciones durante el embarazo: esto puede ser una fuerte carga emocional, sobre todo si tienes que quedarte varias semanas en reposo en cama o si te tienen que hacer muchas pruebas genéticas. Soportar pruebas complicadas y sufrir por la salud de tu bebé, es muy complicado y exige mucho de ti. Al mismo tiempo, dejas de trabajar y ya no puedes hacer nada de lo que antes ocupaba tu tiempo, esto dificulta que mantengas el balance emocional.
  • Habla con tu médico acerca tu bienestar emocional. Si tomas las medidas en este momento, te evitará los problemas más adelante y te permitirá disfrutar de tu nuevo bebé.
  • Problemas de relación con la pareja: Si estás en esta situación, acude ahora a pedir ayuda profesional, no cometas el error de creer que el bebé viene a solucionar todo porque su llegada en realidad únicamente aumentará la presión entre ustedes.
  • Problemas en el trabajo: ¿Problemas económicos?, ¿estás pensando en cambiarte de trabajo?, ¿estás planeando tu estancia en casa después de años de estar trabajando? Cualquier problema importante como estos puede lanzarte a una depresión.
  • Historial de abusos o traumas: las mujeres que han sobrevivido a un abuso verbal, sexual, físico o emocional, pueden tener baja estima y una sensación de inseguridad y de aislamiento. Todo esto contribuye a un alto riesgo para la depresión porque el embarazo puede disparar estos recuerdos dolorosos cuando observas los cambios que suceden en tu cuerpo para los que no tienes ningún control y esto te recuerda lo incapaz que te sentías cuando abusaban de ti.
  • Situaciones estresantes: Como puede ser la muerte de un ser querido, o el rompimiento con la pareja o alguien cercano o la pérdida del trabajo. El embarazo no es el momento para las grandes decisiones o cambios. No es el momento para cambiarte de casa.
  • Tratamientos de fertilidad:Si tuviste dificultad para embarazarte, es muy probable que estuviste bajo un gran estrés y aún puedes estar sufriendo los efectos de todos los tratamientos que te hicieron. Encima, es muy común que tengas miedo de perder este embarazo que tanto trabajo te costó.
  • Otros factores de riesgo: Si eres joven, eres madre soltera o tienes un embarazo no deseado.

Signos  y síntomas de la depresión durante el embarazo

Algunos de estos síntomas, son comunes entre las mujeres saludables durante el embarazo, pero cuando se combinan e interfieren con tu capacidad de funcionar, entonces es probable que la depresión tenga algo que ver.

  • Tristeza o desesperanza persistente.
  • Una sensación de que nada es ya divertido ni agradable.
  • Miedo de estar sola o de salir.
  • Frecuentemente tienes ganas de llorar.
  • Tienes dificultad para pensar claramente o tomar decisiones, no puedes concentrarte y te falla la memoria.
  • Fatiga extrema que nunca se acaba.
  • Alteraciones del sueño: o te cuesta trabajo dormirte, tienes insomnio o, por el contrario, duermes demasiado.
  • Pérdida de interés en las actividades que normalmente disfrutas
  • Ansiedad
  • Cambios de hábitos alimenticios: deseo de comer todo el tiempo o de no querer comer nada.
  • Cambios repentinos de humor: pasas de la alegría acompañada de una gran actividad, a la irritabilidad extrema, agitación, o llanto excesivo (por ejemplo, te irritas fácilmente con los otros niños o con tu pareja).
  • Inseguridad
  • Sentimientos de culpa
  • Pérdida de energía

La depresión con frecuencia no es diagnosticada apropiadamente durante el embarazo, ya que las personas que rodean a la mujer embarazada, y ella misma, consideran que estos síntomas sedeben a las alteraciones hormonales.

Esta suposición puede ser  peligrosa para la madre y para el bebé aún no nacido. Es conveniente que si tienes dos o más síntomas de depresión  lo platiques con tu ginecólogo para que pueda derivarte a un especialista, quien será el  responsable de dar el tratamiento indicado.

 La depresión es una enfermedad que puede ser controlada y tratada totalmente, lo importante es buscar ayuda y apoyo. Es importante que el tratante, sea un médico especialista en  psiquiatría o salud mental, ya  que debe tener el conocimiento de los cambios hormonales y del manejo farmacológico, situaciones que no son del conocimiento de los psicólogos.

Si estás bajo tratamiento antidepresivo antes de saber que estás embarazada, debes  avisar a tu médico de inmediato sin suspender tu tratamiento hasta que él  decida continuarlo o cambiarlo.

¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad?

Llama a tu doctor si te sientes abrumada y nerviosa todos los días o si estás teniendo:

  • Ataques de pánico. Éstos pueden venir sin ningún aviso e incluyen: latidos muy rápidos del corazón, mareos o desorientación, palmas de las manos sudorosas, falta de aliento y sentir que estás a punto de tener un ataque al corazón o de desmayarte.
  • Preocupación frecuente y recurrente acerca de la salud de tu bebé o una sensación frecuente de que algo terrible está a punto de pasar.

¿Cómo se clasifica?

La depresión puede  clasificarse en:

  • Depresión mayor: Es una enfermedad grave que interfiere con la habilidad de la persona para trabajar, estudiar, dormir, comer, disfrutar. Puede aparecer una vez en la vida de la persona, pero es más común que ocurra varias veces
  • Distimia:Es un tipo de depresión mas leve, las personas con esta enfermedad, tienen síntomas de largo plazo, pueden llevar a cabo sus actividades día a día pero no siempre funcionan bien y pueden tener episodios de depresión mayor.

¿Cuál es el tratamiento contra  la depresión  durante  el embarazo?

Si sientes que tienes uno o más síntomas de la depresión por una o dos semanas, debes platicar con tu médico para que él te oriente y canalice con el especialista indicado, que en éstos casos es el  médico psiquiatra o de salud mental, al que muchas personas le tienen  aberración pues se piensa que ir a verlos  no es bien visto socialmente y las amistades y/o familiares  pueden no considerar bien, saber que vas a ver al psiquiatra.

Pero el tratamiento de la depresión necesita por lo general tratamiento farmacológico y en ocasiones terapias individuales y él médico especialista es la persona que está preparada para manejar ambas cosas y poder darte el apoyo que necesitas en esos momentos en que no sabes a ciencia cierta qué está pasando con tu vida y tus sentimientos.

Las opciones de tratamiento pueden incluir:

  • Grupos de apoyo
  • Psicoterapia
  • Medicamentos

Es importante informarle a tu médico especialista acerca de tus síntomas y dificultades para  que él vea  las opciones más apropiadas y tome la decisión de prescribir los medicamentos que han sido aprobados para ser utilizados durante el embarazo y así proteger a tu bebé de los efectos indeseables que puedan tener.

Tanto el ginecólogo como el médico psiquiatra deberán estar en contacto  y coordinados para examinar tú caso y tomar en cuenta los beneficios y riesgos del tratamiento.

No afrontes sola la depresión, platica,ya  sea con tu pareja o  tu médico ginecólogo, o con alguien de tu confianza, qué es lo que estás sintiendo.

¿Tienes dudas acerca de la seguridad de los medicamentos antidepresivos durante el embarazo?

El tema de dar tratamiento para la depresión durante el embarazo es una controversia entre los especialistas. Generalmente se examinan cuatro categorías de riesgo con respecto al uso potencial de los medicamentos durante el embarazo:

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  1. Posibilidad de que sea causa de aborto: No existe ninguna evidencia  que sugiera que la exposición a los nuevos antidepresivos durante el embarazo, incremente el riesgo de aborto.
  2. Posibilidad de que cause deformidades en el bebé: No hay estudios que demuestren que hay una incidencia incrementada de defectos al nacimiento por la ingesta de estos medicamentos.
  3. Posibilidad de que cause problemas en el crecimiento del bebé en el útero: Un estudio realizado en Canadá demostró que el crecimiento de los bebés expuestos a estos medicamentos era igual al de los bebés que no fueron expuestos a ningún medicamento y tampoco alteró su fecha de nacimiento.
  4. Posibilidad de que cause adicción para el bebé. En cuanto a este punto, hay diferencia de opiniones ya que se reportan casos de recién nacidos con estrés por la carencia del antidepresivo después del parto, pero lo más común que se ha encontrado es ligeros problemas respiratorios, llanto excesivo, dificultades para comer y dormir e irritabilidad transitoria. Un estudio sugería que los bebés  tienden a estar un poco más “letárgicos”  y que tienen un movimiento de ojos más rápido. Sin embargo, también se ha visto que estos bebés tienen habilidades congnitivas iguales a los de los bebés no expuestos a los antidepresivos de nueva generación.

Sin embargo, podemos decir también que hay muy poca investigación todavía acerca del daño causado al bebé por el antidepresivo que se le recete a la madre durante el embarazo.

Riesgo para la salud del bebé durante su niñez: En contraste, existe actualmente una gran evidencia que demuestra que la depresión durante el embarazo que NO fue tratada puede afectar al bebé incluso hasta su adolescencia y provocar problemas de conducta y emocionales como por ejemplo déficit de atención e hiperactividad o incluso una depresión durante la adolescencia.

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La depresión durante el embarazo, ¿puede causarle daño a mi bebé?

La depresión no tratada, puede tener riesgos peligrosos para la madre y el bebé ya que puede llevar a la madre a una pobre nutrición, al alcoholismo o tabaquismo, lo que puede ocasionar  nacimiento prematuro, bajo peso al nacer, o problemas de desarrollo del bebé.

Cuando una mujer está deprimida, no tiene la energía, fuerza o deseo  para cuidarse ella misma o a su bebé por lo que los problemas surgen. La depresión tampoco te permite formar un vínculo con tu bebé en desarrollo.

Algunas mujeres no le dicen a nadie sobre los síntomas que tienen por miedo, vergüenza, pena o culpa de sentirse deprimidas cuando deberían de sentirse felices. Les preocupa que sus allegados piensen que no serán buenas madres.

¿Hay algo más que yo pueda hacer?

Al mismo tiempo que estás con el tratamiento que te haya indicado tu médico, hay varias cosas que puedes hacer para sentirte mejor:

Apoyo: No es raro que te sientas fatigada constantemente durante el embarazo –aún cuando no estés deprimida. Es muy importante que busques apoyo para ti misma y que comuniques tus necesidades a los que te rodean. Pide ayuda con el quehacer de la casa, con la preparación de los alimentos y otras de las tareas diarias. No pienses que es tu obligación hacerlo todo tu sola.

Ejercicio: Los beneficios del ejercicio durante la depresión están muy bien documentados. Siempre consulta con tu ginecólogo antes de empezar y cuando hagas algún cambio.

El ejercicio ayuda en el tratamiento de la depresión al elevar los compuestos que ayudan a levantar el ánimo, reduciendo el cortisol (que se considera la hormona de la depresión), te da perspectiva de la vida, un sentimiento de logro alcanzado y te eleva la autoestima, todo lo cual ayuda a elevar los niveles de serotonina (un neurotransmisor que se considera como clave en el desarrollo de la depresión).

No es necesario cansarte con largas jornadas, se ha visto que con 10 minutos diarios puedes tener efectos benéficos. La caminata es, quizás, la forma más accesible de ejercicio porque no tiene ningún costo y puedes empezar de inmediato en cualquier lugar.

Manejo del estrés: La depresión puede empeorar con el estrés. El embarazo y los cambios anticipados que se esperan con la llegada del bebé a su vida, pueden ser muy estresantes para la mujer. Si aprendes a manejar esto, se puede reducir la depresión. El primer paso es identificar la fuente de estrés y encontrar la mejor forma de reducirlo como por ejemplo evitar una situación determinada, no hacer cambios importantes de vida o usar técnicas de relajación una vez al día o antes de enfrentarla.

Es importante identificar si ese estrés me lo estoy causando yo misma (tratando de ser perfecta o de hacer demasiadas cosas). Marca cuáles son tus prioridades y deja lo no necesario a un lado.

Promueve tu sueño: Un sueño adecuado es importante para promover un embarazo saludable y para prevenir el empeoramiento de una depresión. En algunas ocasiones, el sueño se altera durante el embarazo debido a los cambios hormonales y a la incomodidad física.

Busca diferentes posiciones para dormir y trata de hacer una rutina de tu ciclo de dormir y el del ejercicio. Desarrolla algún ritual que te ayude a relajarte en el momento de dormir como un baño tibio, o leer un  rato. Date siempre un tiempo para relajarte y descansar antes de dormir.

Cambios dietéticos: Es importante que, aunque no tengas hambre,  comas una dieta balanceada y en horarios regulares. Asegúrate de estar tomando las calorías recomendadas por tu médico y los suplementos vitamínicos que te hayan recetado.

Bájale al azúcar refinado, a la cafeína y al chocolate. El uso de calcio y vitaminas del complejo B es también benéfico para disminuir los síntomas. Por supuesto, es esencial que evites el alcohol.

Toma cápsulas de Omega 3: Por años se ha sabido que el Omega 3 ayuda en muchos temas de salud como un gran antioxidante, pero en los últimos estudios realizados, los investigadores han mostrado que tomar un suplemento diario de Omega 3, puede ayudar con los síntomas de depresión. Asegúrate que estás tomando una versión libre de mercurio y siempre pregúntale a tu médico cuál es la dosis adecuada para ti.

Busca compañía y socializa: las mujeres deprimidas generalmente evitan la presencia de otros porque creen que no serán buena compañía. Al contrario, estar con otras personas es una excelente forma de obtener una perspectiva y esto te ayudará con los síntomas de depresión.

Considera la posibilidad de unirte a un grupo de mujeres embarazadas con depresión o de cualquier grupo donde se trabaje este problema.

Date tiempo para hacer algo que te gusta: La mayoría de las personas deprimidas pierden la capacidad de divertirse con ellas mismas. Si evitas las actividades que te gustan, esto nada más se va a empeorar.

Continúa haciendo lo que te gusta aún cuando no te sientas con ganas de hacerlo, descubrirás que aún eres capaz de divertirte aunque sea por periodos cortos.

El tratamiento toma su tiempo: Las demandas iniciales del embarazo son excitantes pero enormes. Para sentirte mejor va a tomar un tiempo y poco a poco te sentirás mejor y con capacidad de manejar las presiones diarias y las demandas del embarazo y de la maternidad. Sé realista en cuanto a las demandas que haces de ti misma.

Referencias