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El bebé

Vacunas

Muy poco después de que nuestros bebés vienen al mundo, se nos pide que les pongamos vacunas… Para algunos padres, todas las inyecciones que se administran en los dos primeros años de vida pueden parecer abrumadoras.

Los padres preguntan: “¿Qué son las vacunas?,” “¿Cómo funcionan las vacunas?,” “¿Qué probabilidades hay de que mi hijo contraiga una de las enfermedades que previenen las vacunas?” y, lo más importante, “¿Las vacunas son seguras para mi bebé?”

¿Qué es una vacuna?

Se trata de un conjunto de sustancias que se administran a los seres vivos con el objeto de que estos desarrollen una respuesta defensiva (inmunidad), contra ellas. En forma amplia, es un procedimiento que ayuda al sistema inmune a crear defensas (anticuerpos) contra diversas enfermedades

Los anticuerpos son proteínas producidas por el sistema inmune cuando el organismo entra en contacto con sustancias extrañas que pudieran causarle daño como químicos, virus, hongos, bacterias, etc. A estas sustancias extrañas se le da el nombre de “antígenos”

¿De qué están hechas las vacunas?

Las vacunas están hechas a base de virus o bacterias atenuadas o muertas o por toxoides -toxinas que segregan los microbios- también atenuados. Las vacunas también pueden estar hechas en base de virus o bacterias “sintéticas”, microorganismos artificiales que se desempeñan igual que los biológicos.

¿Cómo actúan las vacunas?

La vacuna activa nuestro sistema inmunitario (inmunización) de forma específica entrenándolo y organizando una línea de defensa (anticuerpos) para que cuando entramos en contacto con el microorganismo que produce la enfermedad esté listo para reconocerlo y eliminarlo (gracias al fenómeno llamado “memoria inmunológica”).

Cada anticuerpo es único y defiende al organismo de un tipo específico de antígeno. Estos pequeños guerreros habitan en la sangre. Se cuentan por miles en una persona adulta que tenga buenas defensas y en conjunto se les denomina inmunoglobulinas.

Los anticuerpos luchan contra las infecciones y generalmente permanecen en nuestro organismo, incluso después de que la enfermedad ha desaparecido, para impedir que te enfermes nuevamente. Al sistema inmunitario le lleva más de una semana aprender a combatir un microorganismo (antígeno) con el que no ha tenido contacto previo.

Las sustancias que se administran con las vacunas, tienen la información suficiente para que nuestro organismo reconozca al agente infeccioso sin ser capaces de desarrollar la enfermedad.

¿Para qué nos vacunamos?

La vacunación tiene dos objetivos: primero proteger al individuo contra las enfermedades a las cuales se dirigen las vacunas y segundo, proteger a la comunidad contra el riesgo de epidemias. Las vacunas no solo protegen frente a una enfermedad infecciosa a la persona vacunada sino también a los de su alrededor.

Cuando este hecho se multiplica por muchas personas vacunadas, hasta un número crítico, la circulación del agente en esa comunidad prácticamente desaparece y todo el grupo poblacional, vacunados o no, queda protegido. Esto se conoce como inmunidad de grupo o comunitaria.

¿Es igual la respuesta a cada vacuna?

La respuesta a cada vacuna no siempre es homogénea, puede variar atendiendo a distintos factores individuales y de la propia vacuna.

•Entre los individuales se encuentran la edad, la herencia, factores nutricionales, la existencia de otras infecciones, anticuerpos circulantes, bien maternos o administrados de forma exógena.

•Entre los factores relacionados con la propia vacuna se encuentran, la naturaleza y cantidad del antígeno, la vía de administración y la presencia de sustancias que aumenten la eficacia

¿Cuáles son las enfermedades que se previenen?

Difteria: Puede conducir a problemas respiratorios, fallo cardíaco, parálisis o muerte.

Haemophilus influenzae Tipo b: Puede conducir a lesiones cerebrales permanentes y hasta la muerte. Recuerda que esta enfermedad no es la que comúnmente se conoce como el flu.

Hepatitis A: Infección del hígado muy contagiosa. Puede resultar en enfermedades graves del hígado que van y vienen hasta por 6 meses.

Hepatitis B: Causa enfermedades crónicas a largo plazo. Puede conducir a enfermedad hépatica crónica o cáncer.

Sarampión: Puede conducir a diarrea, infección de oído, neumonía, lesiones cerebrales y hasta la muerte.

Parotiditis (Paperas): Puede conducir a la pérdida de la audición; dolorosa inflamación de los testículos; o meningitis (infección de la capa del cerebro y la espina dorsal).

Pertusis, también conocida como la tos ferina: Puede conducir a la neumonía, ataques repentinos, lesiones cerebrales y hasta la muerte.

Neumococo: Causa neumonía, meningitis, infecciones del torrente sanguíneo, y algunas infecciones de oído. Puede conducir a lesiones cerebrales permanentes y hasta la muerte.

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Polio: Puede conducir a dificultades respiratorias, parálisis y hasta la muerte.

Rubéola, también conocida como el sarampión alemán: La rubéola puede causar que las mujeres embarazadas pierdan sus bebés o tengan bebés con defectos de nacimiento tales como la sordera, la ceguera, enfermedades cardíacas, y lesiones cerebrales.

Tétanos, también conocido como trismo: Puede conducir a la rigidez de la mandíbula de modo que el individuo no puede abrir la boca ni tragar. En algunos casos es causa de muerte.

Varicela: Puede complicarse con infecciones bacteriales de la piel y los pulmones.

Meningococo: La enfermedad puede ser fatal. Puede resultar en sordera y problemas neurológicos. Se suministra 4 dosis de la vacuna a los infantes y a los niños aprendiendo a caminar. La vacuna también puede usarse en niños mayores que tienen riesgo de una infección por neumococo.

¿Cuándo se deben aplicar las vacunas?

El calendario de vacunación puede variar de país en país pero en líneas generales las vacunas que se aplican son las mismas y a la misma edad.

El de México es el siguiente:

Mantener las vacunas al día es muy importante para la salud de tu bebé. El bebé necesitará más de una dosis para casi todas las vacunas para cuando cumpla 2 años.

Las vacunaciones se necesitan desde el nacimiento hasta la niñez. Es importante que te cerciores de que tu hijo reciba todas las vacunas hasta los 18 años (continúa con los refuerzos). Las vacunas son administradas usualmente durante las visitas al médico o en una clínica. Es posible que tu médico te dé varias vacunas en una visita.

¿Cómo se administran las vacunas?

La principal vía de administración suele ser la inyectada aunque también se usan otras como la vía oral o intranasal (esta última es novedosa).

Es muy importante señalar que no puede cambiarse la vía de administración establecida para cada vacuna, ya que se modifica su respuesta.

¿Por qué en algunas vacunas es precisa una única dosis y en otras es necesario administrar varias dosis?

No todos los componentes activos de las vacunas poseen la misma capacidad para desencadenar una respuesta protectora y, además, la respuesta protectora puede variar con la edad (en general es mayor en el adulto y menor en el niño pequeño) o con las características del individuo (las personas con algunas deficiencias inmunológicas o en tratamiento con medicamentos que disminuyen la respuesta inmune, presentan una menor respuesta).

Por ello, para cada vacuna y para cada edad existe una pauta de administración con la que se ha demostrado mayor eficacia. Para alcanzar la eficacia deseada es necesario cumplir la administración de todas las dosis.

Además hay enfermedades frente a las cuales la respuesta protectora disminuye con el paso de los años lo que hace necesario la administración de una “dosis de recuerdo” (por ejemplo, en el caso de los adultos es lo que ocurre con la vacuna frente a la difteria tétanos).

En otros casos como la gripe es necesario vacunarse todos los años ya que el virus, a partir del cual se fabrica la vacuna, cambia habitualmente todos lo años.

¿Puedo ponerle a mi hijo las vacunas por separado?

En general los médicos están de acuerdo en que no hay un riesgo asociado por ponerle ciertas vacunas juntas a tu hijo, juntas como por ejemplo la DTPa/VPI /Hib. También hay ciertas dificultades para poder obtener las vacunas por separado porque los fabricantes no disponen de ellas sueltas. Por otra parte, hay vacunas que deben suministrarse con un intervalo de, al menos, cuatro semanas y esto haría que todo el proceso de vacunación se alargara mucho.

¿Cuáles pueden ser las reacciones luego de su aplicación?

Debido a que las vacunas provocan una infección menor al entrar al cuerpo, pueden generar algunas reacciones molestas que dependen de las vacunas que se aplicaron. En líneas generales puede aparecer:

•Fiebre y malestar general,

•enrojecimiento y dolor en el área donde fue aplicada la vacuna.

Los síntomas suelen desaparecer a las 24 ó 48 horas después de su aplicación.

Recuerda llamar al pediatra quien será la persona indicada para asesorarte en el caso de que sea necesario bajar la fiebre con algún medicamento.

Reacciones alérgicas: En muy raras ocasiones los individuos experimentan algunos efectos secundarios más graves como reacciones alérgicas. Asegúrate de decirle a tu médico si tu bebé o en tu familia existe alergia a algún medicamento o alimento o si existen ciertas condiciones bajo las cuales la vacunación no es aconsejable.

Síntomas de dicha reacción incluyen dificultad al respirar, respiración sibilante, mareo, desmayo, urticaria, latidos cardíacos irregulares y debilidad. Este tipo de reacción ocurre en unos minutos o algunas horas después de la inyección. Llama a tu médico de inmediato si tu bebé tiene cualquiera de estos síntomas.

¿Por qué no puedo esperar hasta que mi hijo empiece el colegio para ponerle las vacunas?

Las vacunas deben empezar al momento del nacimiento y haber terminado en su mayor parte a la edad de dos años. Al vacunar a tu hijo/a a tiempo (antes de los dos años), lo puedes proteger de infecciones e impedir que contagie a otros en la escuela o guardería. Los niños menores de cinco años son muy susceptibles a contraer enfermedades porque sus sistemas inmunológicos no han desarrollado las defensas necesarias para luchar contra las infecciones.

¿Qué pasa si el bebé no recibió las vacunas a tiempo?

Si tu hijo no recibe las vacunas en el tiempo que indica el calendario de vacunación, se le puede aplicar un calendario acelerado que soluciona esta deficiencia en su inmunidad. De acuerdo a su edad, se le administran o no todas las vacunas, pues algunas no pueden ser aplicadas a mayores de 2 años, como la de las paperas, o a niños mayores de 6 años, como la de difteria tipo infantil.

Si en cambio, el ciclo de vacunaciones se interrumpe, no es necesario volver a empezar, pero sí es importante terminarlo. La responsabilidad radica en los padres para que el bebé no padezca ninguna enfermedad que podría haber sido prevenida.

¿Existen contraindicaciones para aplicar alguna vacuna?

En líneas generales no se deben vacunar a los niños que:

•padecen alguna enfermedad con fiebre superior a los 37.6 °C, •a los que fueron sometidos a una transfusión de sangre reciente y •a los que tengan antecedentes alérgicos con algunos de los componentes de la vacuna. Por ejemplo, cuando una persona es alérgica al huevo, entonces, esta persona debe de evitársele a toda costa las vacunas que se elaboran a base del mismo como es el caso de la vacuna contra el Sarampión. •De la misma manera, las vacunas pueden no estar indicadas o ser efectivas en una persona con enfermedades como el SIDA y el Cáncer o con ciertos tratamientos médicos que afectan al sistema inmune.

Preguntas Frecuentes

¿Es importante conservar la cartilla de vacunación de mi bebé y la mía?

La necesidad de revacunación es muy variable por lo que es conveniente que cada persona conserve de forma escrita frente a qué se ha vacunado y en la fecha en que se vacunó. En los niños habitualmente consta en la cartilla de vacunación y en los adultos en las tarjetas de vacunación laborales o, en el caso de algunos viajeros, en el Certificado de Vacunación Internacional.

La Leche Materna ¿Puede darle al bebé la protección que necesita sin necesidad de vacunas?

La leche materna puede darle a tu bebé protección contra algunas enfermedades pero esta protección es temporal y no propia porque tu bebé no ha formado los anticuerpos para esa enfermedad. Además, las vacunas se pueden administrar a los niños alimentados al seno materno sin el temor de que la leche materna interfiera con efecto de protección que le va a proporcionar la vacuna.

Si la enfermedad no es tan seria, ¿valdrá la pena aplicarle la vacuna para prevenirla?

La mayoría de las vacunas para niños, protegen contra enfermedades que pueden llegar a ser muy serias y hasta poner en peligro la vida. Algunas vacunas son para enfermedades que por lo general no se consideran “muy serias”, como la vacuna para prevenir la Varicela. La mayoría de los niños se recuperan bien de esta enfermedad con muy poco tratamiento médico. Sin embargo, la Varicela puede llegar a ocasionar cicatrices permanentes, enfermedad seria o poner al niño en riesgo de complicaciones severas.

Aplicar varias vacunas al mismo tiempo, ¿ no será demasiada carga para el organismo del bebé?

Las vacunas cuyo objetivo es el de prevenir 12 distintas enfermedades, se recomiendan en los niños en el periodo de vida desde el nacimiento hasta los 12 años de vida. No todas las vacunas están programadas para administrarse al mismo tiempo. Sin embargo, el sistema inmune de nuestro cuerpo puede manejar el hecho de producir anticuerpos para varias enfermedades tiempo después de que se administró una vacuna cuyo objetivo era el de inmunizar contra varias enfermedades al mismo tiempo. De hecho, eso es lo que tu cuerpo hace todo el día y todos los días cuando se expone a todos los microbios que se encuentran a su alrededor. Tu Pediatra podrá decirte qué vacunas pueden darse juntas al mismo tiempo.

¿ Valdrá la pena aplicar tantas vacunas para enfermedades que ya no se presentan actualmente?

Es verdad que muchas enfermedades de la infancia son muy raras en la actualidad, pero esto se debe a que los niños vacunados están protegidos y no porque los virus y las bacterias ya no existan. Y aún enfermedades que han sido eliminadas, o más bien, prevenidas como la Polio, Difteria y el Sarampión, todavía existen en un número significativo en otras partes del mundo. Viajeros de otros países pueden acarrear la enfermedad infectando a otra gente que no ha sido vacunada por lo que sí vale la pena la aplicación de las vacunas.

¿Es verdad que la vacuna contra la Tosferina puede ocasionar el Síndrome de Muerte de Cuna?

No existen pruebas hasta el momento. Se cree que cualquier asociación entre la vacuna de la Tosferina y el Síndrome de Muerte de Cuna es coincidencia. Lo anterior se basa en que niños pequeños no vacunados que murieron de este Síndrome son generalmente de la misma edad a la que les corresponde la administración de esta vacuna. Dicho de otra manera, la edad a la que usualmente mueren es a la misma edad a la cual les corresponde vacunarse según el esquema de vacunación.

Referencias

http://www.aepap.org/familia/vacunas.htm

Vacunas antes del Embarazo
Antes, Embarazo

Vacunas antes del Embarazo

Probablemente no recuerdes cuando fue la última vez que te vacunaron, pero si planeas embarazarte es tiempo de que obtengas esta información  Hay enfermedades infecciosas que se pueden prevenir, como la rubéola,  que puede ser grave para ti y para tu hijo si las padeces cuando estás embarazada.

Tu historial de salud e inmunizaciones

El médico  pediatra que te atendió de pequeña, o tu cartilla nacional de vacunación que tal vez la tengan tus padres, tiene toda la información  sobre las inmunizaciones que has recibido.

Esta información la deberá tener tu obstetra para saber cuáles vacunas se te tendrán o no que aplicar antes de que concibas a tu bebé, así como qué enfermedades  propias de la infancia has padecido, como la varicela que, en la mayoría de los casos, te garantiza inmunidad durante la etapa adulta.

Pero si, por ejemplo, de pequeña no has padecido rubéola, varicela, sarampión o paperas y te piensas embarazar, corres un  riesgo muy alto de sufrir severas complicaciones si contraes alguna de estas enfermedades durante el embarazo, tu médico probablemente te recomendará que te vacunes  y pospongas  la concepción  un mes  o más, después de haber sido inmunizada.

¿Cómo funcionan las vacunas?

Los organismos minúsculos que invaden el cuerpo causan infecciones que pueden hacer que te enfermes. Cuando adquieres una infección, tu cuerpo entra a combatir estos organismos y crea una defensa especial (anticuerpos) contra ellos. En muchos casos, una vez que tu cuerpo ha creado esta defensa, ya eres inmune a ese tipo de infección y no se va a repetir en el futuro.

Las vacunas usualmente contienen una pequeña cantidad del organismo que causa la infección. En general, la vacuna contiene la cantidad necesaria del organismo para ayudar a tu cuerpo a defenderse de la infección, pero no contiene lo suficiente como para que se enferme. De este modo, las vacunas permiten que formes inmunidad a una infección sin haber tenido la enfermedad primero.

Existen tres tipos principales de vacunas:

  • Aquellas que contienen un organismo activo, pero debilitado
  • Aquellas que contienen una organismo inactivado
  • Aquellas que contienen toxoides (proteínas químicamente modificadas que vienen de bacterias)

Generalmente, las vacunas con virus activos no son recomendadas para las mujeres embarazadas.

¿Cuándo se debe considerar la aplicación de una vacuna?

El mejor momento para hablar sobre las vacunas es durante la visita al médico antes del embarazo. Algunas infecciones pueden ser dañinas para tu bebé si llegaras a contagiarte durante el embarazo, pero, en algunos casos, la vacuna que evita la infección, también puede ser peligrosa.

¿Cuáles son las vacunas que se recomienda aplicar antes del embarazo?

Estas son algunas vacunas que se recomiendan antes del embarazo:

  • Gripe (influenza). Vacúnese contra la influenza una vez por año durante la temporada de la gripe (octubre a mayo). Protege a la madre y a su bebé contra la gripe de temporada y la H1N1, un tipo de gripe que se propagó por el mundo en el año 2009. Si te enfermas de influenza durante el embarazo, tienes más probabilidades que otros adultos de tener complicaciones graves como la neumonía.
  • HPV. Esta vacuna protege contra la infección que causa verrugas genitales. También puede causar cáncer del cuello uterino. Se recomienda que las mujeres hasta los 26 años de edad se apliquen la vacuna contra el HPV. Más de la mitad de los hombres y las mujeres activas sexualmente se infectan con el HPV en algún momento en sus vidas.
    • Si decides aplicártela antes del embarazo, ten en cuenta que requiere tres dosis y los expertos aconsejan que NO la recibas durante el embarazo.
  • MMR. Esta vacuna protege contra el sarampión. El sarampión es una enfermedad grave que causa urticaria, tos y fiebre. También puede producir diarrea, infección de oído, neumonía, daño en el cerebro o incluso la muerte. Si te contagias sarampión durante el embarazo, puedes correr el riesgo de aborto espontáneo. Se recomienda tener al día todas las vacunas de rutina para adultos antes de quedar embarazada.
    • Ten en cuenta que aun cuando en tu cartilla de vacunación esté registrado que te aplicaron esta vacuna, algunas veces la inmunidad puede disminuir por lo que es mejor que te apliquen el refuerzo.
  • TDP. Esta vacuna se recomienda para todos los que cuidan o cuidarán a un bebé pequeño, familiares y amistades cercanas. Previene la tosferina (también llamada tos convulsiva). La tosferina se contagia fácilmente y es muy peligrosa para el bebé. Si estás pensando en quedar embarazada, pregunta a tu obstetra si debes aplicarte esta vacuna o el refuerzo.
    • Si no te han aplicado un refuerzo de la vacuna del Tétanos en los últimos 10 años, es momento de que te apliquen el refuerzo. Y pregúntale a tu obstetra si es conveniente que te aplique de una vez la vacuna TDP que te inmunizará también, no sólo contra la Difteria y el Tétanos, sino también contra la Tosferina que podría ser muy peligrosa para tu recién nacido.
  • Hepatitis B Si tienes un riesgo alto de contraer esta enfermedad que ataca el hígado, entonces estaría bien que te la aplicaran antes del embarazo. La Hepatitis B puede transmitírsele al bebé durante el embarazo y puede ser causa de prematuridad.
    • La vacuna se aplica en tres dosis pero no es necesario esperar para concebir hasta que se aplique la tercera, puedes continuar aplicándotela durante el embarazo.
  • Varicela. La varicela es una infección que causa comezón en la piel, sarpullido y fiebre. Se contagia fácilmente y puede causar defectos congénitos si la contraes durante el embarazo. También es muy peligrosa para tu bebé. Si estás pensando en quedar embarazada y nunca te aplicaste la vacuna ni te enfermaste de varicela, coméntalo con tu médico.
    • Necesitarás dos dosis con una separación de 4 a 8 semanas entre la primera y la segunda. Se recomienda esperar un mes después de la segunda dosis para buscar el embarazo.

Aunque el esquema de las vacunas contra hepatitis A y B tenga alguna variación, generalmente la mujer queda bien inmunizada. El refuerzo de triple viral es único, así como el de la triple bacteriana DPT.

Se recomienda aplicarlas tres meses antes del embarazo. Si no te la aplican y durante el embarazo te haces alguna herida, te pueden aplicar la vacuna de tétanos y difteria con seguridad.

Si tienes 26 años o menos, es probable que tu médico te recomiende que recibas la vacuna contra el virus HPV (también llamada Gardasil). HPV se refiere al virus de papiloma humano. HPV es la infección de transmisión sexual muy común. Puede causar verrugas genitales, cáncer del cuello uterino y otros tipos de cáncer. Más de la mitad de los hombres y las mujeres activas sexualmente se infectan con el HPV en algún momento en sus vidas.

¿Se puede averiguar qué vacunas nos pusieron en la infancia?

Mediante un análisis de sangre se puede averiguar si la mujer está inmunizada contra diferentes enfermedades infecciosas.

La ausencia de defensas o anticuerpos, indica que la mujer no fue vacunada, la vacuna no fue efectiva o, si no existe vacuna, que no ha pasado la enfermedad.

Por lo tanto, todas las mujeres en edad reproductiva deberían planificar sus embarazos empezando por comprobar si tienen defensas contra las infecciones más frecuentes, por ejemplo, la rubéola, la varicela, la toxoplasmosis…

¿Y si no estoy vacunada?

Si te embarazas y no estás inmunizada, debes evitar el contacto con personas infectadas. Hay infecciones difíciles de distinguir, como una rubéola de una roséola, por lo cual, ante cualquier proximidad de alguien con un brote que carezca de un origen claro, debes distanciarte. El embarazo no es el momento para vacunarte.

Referencias