¿Qué es el líquido amniótico?

Es un líquido claro y ligeramente amarillento que rodea el bebé dentro del útero (feto) durante el embarazo y que está contenido en el saco amniótico.


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Es uno de los componentes fundamentales para el desarrollo normal de un bebé durante el embarazo. Se encuentra presente ya a los 16 días de la fecundación, cuando el bebé es un pequeñísimo conjunto de células.


¿Qué contiene?

El líquido amniótico es un líquido completamente limpio. Tiene agua, proteínas, sales minerales como sodio, potasio y calcio, azúcar, hormonas y ¡uf! muchos nutrientes más.


¿Cuál es la función del líquido amniótico?

El líquido amniótico cumple numerosas funciones para el feto, a saber:

  • Protege a tu bebé de las lesiones externas al amortiguar golpes o movimientos súbitos.

  • Permite el movimiento libre del bebé lo que ayuda en el desarrollo normal de los músculos y de los huesos.

  • Mantiene al feto a una temperatura relativamente constante para el medio ambiente que lo rodea, protegiéndolo así de la pérdida de calor.

  • Permite el desarrollo apropiado de los pulmones: cuando respira el líquido se va preparando para el momento en que tome aire.

  • Prepara sus vías urinarias: toma grandes cantidades de líquido amniótico y luego lo hace pipí.

  • Es una fuente de nutrimentos y de líquido.

  • Desarrolla el gusto: Porque cuando el líquido pasa por su lengüita prueba el sabor de las cosas que hayas comido.

  • Es un medio útil para valorar la salud y la madurez fetal.

  • Es un medio útil para administrar medicación al feto.

  • Es un elemento favorecedor de la dilatación cervical en el momento del parto.

  • El líquido amniótico es también una valiosa fuente de células madre.


¿De dónde proviene el líquido amniótico?

La bolsa o membrana que envuelve al embrión se forma alrededor de 12 días después de la concepción. El líquido amniótico (LA) comienza a llenar esa bolsa de forma inmediata. En estas primeras semanas del embarazo, el líquido amniótico está compuesto principalmente de agua suministrada por la madre; el líquido pasa de tu sistema circulatorio al saco amniótico.

Hasta las 20 semanas, la participación materna es fundamental en la formación del LA, con algunas secreciones fetales, digestivas y respiratorias y escasa participación de la membrana amniótica. Existe, a esta edad gestacional (EG), una gran similitud entre el LA y el plasma materno, que puede considerarse una diálisis materna.

A partir de las 20 semanas, comienza la participación fetal en la formación del LA, cada vez más relevante, fundamentalmente a través de los riñones y pulmones. El funcionamiento renal fetal comienza hacia las 14 semanas, pero muy poco importante. Después de esto, el fluido está compuesto principalmente por orina fetal.

Durante el segundo trimestre, el bebé es capaz de inhalar el fluido de modo tal que entra en sus pulmones y también de tragarlo, promoviendo el desarrollo y el crecimiento normal de los pulmones y de su sistema digestivo. El bebé hace circular constantemente este líquido al tragarlo e inhalarlo, reemplazándolo a través de la exhalación y de la micción (orina) renovando el volumen total de líquido amniótico varias veces al día.

Al parecer, es la interacción entre estos- el flujo urinario fetal y la deglución- la encargada de mantener un balance adecuado en el volumen de líquido amniótico.


¿Cambia la cantidad de líquido amniótico durante el embarazo?

El volumen de líquido amniótico se mantiene por un balance entre la producción y la absorción, pero va aumentando aumenta conforme avanza el embarazo y el bebé crece.

Existen en promedio 30 ml a las 10 semanas, 190 ml a las 16 y alrededor de 780 ml entre las 32 y 35.

Después de las 36 semanas la cantidad de líquido se mantiene estable o puede comenzar a disminuir lenta y progresivamente hacia el final del embarazo pero nunca debe desaparecer.


¿Qué tipo de alteraciones pueden existir en el balance de la cantidad de líquido amniótico?

Sin embargo, a veces el sistema falla y esto da como resultado muy poca o demasiada cantidad de líquido amniótico.

  • Cuando se encuentra aumentado recibe el nombre de polihidramnios;

  • Cuando se encuentra disminuido se llama

Los problemas relacionados con el líquido amniótico se presentan aproximadamente en el 7 por ciento de los embarazos. Cantidades insuficientes o excesivas de líquido amniótico están ligadas a anormalidades en el desarrollo y complicaciones del embarazo. Las diferencias en la cantidad del líquido pueden ser la causa o la consecuencia del problema.

De acuerdo a la organización March of Dimes, alrededor del 4 por ciento de las mujeres embarazas presentan niveles bajos de líquido amniótico en algún momento, por lo general en el tercer trimestre. Entre aquellas que permanecen embarazadas dos semanas después de su fecha de parto, el 12 por ciento presenta esta complicación.


¿Cómo puedo saber si tengo algún problema en los niveles de líquido amniótico?

El médico seguramente sospechará que tienes este problema si estás perdiendo líquido, si el tamaño de tu útero está por debajo de lo normal para la etapa del embarazo en la que te encuentras o si estás sintiendo menos movimientos fetales.

El médico posiblemente estará también alerta si ya tuviste un bebé con bajo crecimiento. También si tienes hipertensión arterial crónica, preeclampsia, diabetes o lupus, o bien, si te pasaste de la fecha de parto.

Para averiguar qué es lo que está pasando, te pedirá una ecografía (ultrasonido). El técnico medirá los focos más grandes de líquido amniótico en cuatro secciones diferentes del útero y los sumará para ver en dónde te encuentras dentro del índice de líquido amniótico. Lo normal durante el tercer trimestre es que mida entre 5 y 25 centímetros (cm).

Si el nivel del líquido es de más de 25 centímetros, la mujer sufre de polihidramnios (en algunos países le llaman “hidramnios”).

Si la profundidad del líquido amniótico mide menos de 5 centímetros, la mujer embarazada sufre de oligohidramnios.


Polihidramnios

Alrededor del 2 por ciento de las mujeres embarazadas tienen demasiada cantidad de líquido amniótico, la mayoría de los casos son leves y vienen como resultado de una acumulación gradual de líquido excesivo durante la segunda mitad del embarazo.

Sin embargo, un porcentaje menor de mujeres sufren una rápida acumulación del líquido durante las primeras 16 semanas del embarazo.

¿Cuáles son las causas del polihidramnios?

Existen varias causas del hidramnios. Generalmente, se debe a una producción excesiva de líquido o a la existencia de un problema con el líquido absorbido, o ambos. Los factores relacionados con el hidramnios incluyen los siguientes: puede presentarse por causas maternas, fetales, de la placenta o idiopáticas.


Causas maternas

  • Diabetes Mellitus: El polihidramnios se observa en el 1.5 a 66% de todos los embarazos de mujeres diabéticas. La diabetes mellitus puede ser responsable de aproximadamente un 15% de todos los polihidramnios.

  • Isoinmunización (por incompatibilidad al Rh): Anticuerpos que destruyen los glóbulos rojos del bebé. Sin embargo representan sólo el 1% de las causas de polihidramnios.

  • Litio: El tratamiento materno con litio ha sido asociado con polihidramnios probablemente por el desarrollo de diabetes insípida fetal.

Causas placentarias: las causas más frecuentes de polihidramnios son el corioangioma placentario (tumor benigno de la placenta) y el síndrome de la placenta circunvalada (cuando presenta una depresión central, rodeada de una zona anular blanquecina engrosada), representando menos del 1%.


Causas fetales:

Malformaciones fetales: Representan el 20% aproximadamente de las causas de polihidramnios. Las malformaciones congénitas que con mayor frecuencia se asocian a polihidramnios son las del sistema gastrointestinal y sistema nervioso central (SNC).

  • Sistema gastrointestinal: representan el 39% de las malformaciones congénitas que se asocian a polihidramnios. Las más frecuentes son: atresia esofágica, atresia o estenosis duodenal, páncreas anular, hernia diafragmática y defectos de la pared abdominal (onfalocele y gastrosquisis).

  • Sistema Nervioso Central (SNC): representan el 26% de las malformaciones congénitas que se asocian a polihidramnios. Las anormalidades del SNC que más frecuentemente se asocian a polihidramnios son los defectos del cierre del tubo neural tales como anencefalia, espina bífida o encefalocele. Sin embargo, otras malformaciones del SNC como hidrocefalia, microcefalia, holoprosencefalia, hidranencefalia o síndrome de Dandy Walker también pueden asociarse con polihidramnios.

  • Sistema cardiovascular: representan el 22%. Malformaciones tales como incompetencia valvular, estenosis valvular, arritmias o enfermedad de Ebstein pueden producir polihidramnios.

  • Sistema genitourinario: representan alrededor del 10%. Son generalmente anomalías renales unilaterales tales como hamartoma renal (tumor renal), riñón poliquístico o nefroma mesoblástico (tumor renal).

  • Sistema respiratorio: las malformaciones respiratorias producen polihidramnios al interferir con los movimientos respiratorios con la consecuente interrupción de la transferencia normal de líquido amniótico a través de los pulmones.

  • Sistema musculoesquelético: Las malformaciones del sistema musculoesquelético tales como displasia esquelética, osteogénesis imperfecta, acondroplasia, enanismo tanatofórico, distrofia miotónica o Síndrome de hipocinesia-acinesia fetal, producen polihidramnios secundario a la compresión o restricción del tórax fetal o disminución de los movimientos fetales.

  • Anemia fetal: En ocasiones aún menos frecuentes, la presencia de polihidramnios puede ser un signo de que el bebé tiene anemia grave ocasionada por una incompatibilidad de Rh o una infección como la quinta enfermedad. En ambos casos, el problema puede tratarse con una transfusión de sangre intrauterina. En el caso de la quinta enfermedad, es posible que el bebé se recupere sin ningún tratamiento.


Anomalías cromosómicas: trisomías 18 y 21.

Infecciones intrauterinas: la incidencia de infecciones intrauterinas en el polihidramnios es incierta, pero se sabe que tanto la rubéola, toxoplasmosis, citomegalovirus, parvovirus y sífilis producen hídrops fetal (hinchazón del bebé) de tipo no inmunológico.

Embarazo múltiple: la incidencia de polihidramnios en el embarazo múltiple varía entre el 7 y 12%. Las causas del mismo pueden ser las mismas que las de un embarazo único o ser propias del embarazo múltiple, tal como el síndrome de transfusión entre gemelos.


¿Cuáles son los síntomas del polihidramnios o hidramnios?

A continuación, se enumeran los síntomas más frecuentes del polihidramnios. Sin embargo, cada mujer puede experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:

  • Crecimiento acelerado del útero

  • Molestias en el abdomen

  • Contracciones uterinas

Los síntomas del polihidramnios pueden parecerse a los de otros trastornos médicos. Consulta siempre a tu médico para el diagnóstico.


Diagnóstico del polihidramnios

El médico puede sospechar un trastorno de este tipo porque la matriz ha crecido más de lo normal en relación al tiempo de gestación que se tiene. Al realizar la palpación del abdomen al doctor se le dificultará percibir las diferentes partes del bebé y puede ser también difícil identificar su latido cardiaco.

Además, tal vez tengas malestares abdominales poco comunes, mayor dolor de espalda, te falte el aire y presentes hinchazón excesiva en los pies y tobillos. Si tienes estos síntomas, el médico te pedirá una ecografía (ultrasonido).

La sospecha se confirma mediante la realización de un ultrasonido con el cual se mide la bolsa de líquido para calcular el volumen total. En algunos casos, la ecografía también resulta de utilidad para detectar otras causas del polihidramnios como un embarazo múltiple o un defecto congénito.

El técnico de ecografías medirá los focos más grandes de líquido amniótico en cuatro secciones diferentes del útero, y los sumará para ver en dónde te encuentras dentro del índice de líquido amniótico. Lo normal durante el tercer trimestre es que mida entre 5 y 25 centímetros. Si el total supera los 25 cm se considera alto.


¿Qué consecuencias puede tener?

Para la madre: Aunque las mujeres que sufren de polihidramnios leve pueden tener pocos síntomas, las que se ven más severamente afectadas pueden sufrir de dolores abdominales y dificultades para respirar, ya que el útero oprime los órganos abdominales y los pulmones.

El exceso en la cantidad de líquido condiciona un crecimiento exagerado de la matriz que pone a la mamá en riesgo de desencadenar amenaza de parto pretérmino, ruptura de las membranas, accidentes con el cordón umbilical, desprendimiento de la placenta (cuando la placenta se desprende parcial o totalmente de la pared uterina antes del parto).

Las mujeres que sufren polihidramnios son más propensas a sufrir hemorragias severas después del parto.

Para el bebé: crecimiento fetal deficiente, muerte fetal y parto por cesárea.


Clasificación del polihidramnios

Clínicamente, el polihidramnios puede ser clasificado como agudo o crónico.

  • El polihidramnios agudo comienza bruscamente, ocurre usualmente en el segundo trimestre (antes de las 24 semanas de gestación), y se caracteriza por una rápida acumulación de líquido amniótico en un período de pocos días, que puede conducir al parto prematuro y al aborto. Este polihidramnios agudo causa conflictos de espacio frecuentemente intolerables por compresión del riñón, rechazo hacia arriba del corazón y de los pulmones y lentitud en la circulación abdominal.

  • En contraste, el polihidramnios crónico, se inicia más tardíamente, hacia el séptimo mes de la gestación, y tiene una evolución más lenta que hace que el embarazo sea más tolerable aunque por lo común termina también por parto prematuro.

En dos tercios de los casos, aproximadamente, se desconoce la causa del polihidramnios.


Tratamiento del polihidramnios

Si el examen por ultrasonido indica que una mujer sufre polihidramnios, es posible que el médico sugiera que se realice un examen por ultrasonido de alta resolución para diagnosticar o, lo que es más probable, eliminar la posibilidad de malformaciones congénitas y síndrome de transfusión fetal (en embarazos múltiples).

Los médicos generalmente hacen un monitoreo riguroso a las mujeres que sufren polihidramnios realizándoles exámenes por ultrasonido una vez por semana (o más a menudo) para controlar los niveles de líquido amniótico. Habitualmente también se recomienda realizar pruebas del bienestar fetal para revisar constantemente el desarrollo del bebé y si no hay signos de sufrimiento fetal.

Te harán también controles estrictos para observar que no haya signos de parto prematuro y ruptura temprana de las membranas. Si aún no te has hecho estudios de diabetes gestacional, te los pedirán ahora.

Cerca de la mitad de las veces, el polihidramnios se cura sin que sea necesario realizar ningún tipo de tratamiento. En otros casos, puede desaparecer cuando se corrige el problema que lo provoca. Por ejemplo, el tratamiento de los niveles elevados de azúcar en sangre en las mujeres que sufren diabetes o el tratamiento de determinados trastornos del ritmo cardíaco fetal (medicando a la madre).

Si la cantidad de líquido está muy aumentada se puede evacuar mediante una punción a través del abdomen de la mamá. Este procedimiento tiene el nombre técnico de amniocentesis evacuadora y se efectúa después de un análisis cuidadoso del beneficio que tiene el procedimiento mejorando la capacidad de respiración de la mamá y evitando las contracciones prematuras, contra el riesgo potencial de producir una ruptura de membranas o infección.

Si las complicaciones ponen en peligro el bienestar del bebé o de la madre, es posible que sea necesario un parto prematuro.

El objetivo del tratamiento es aliviar las molestias de la madre y continuar con el embarazo.


Precauciones en el momento del parto

También te observarán rigurosamente durante el parto. Debido al exceso de líquido amniótico, existe un riesgo mayor de prolapso del cordón umbilical (cuando el cordón desciende por el cuello uterino antes que el feto) o de desprendimiento prematuro de placenta cuando se rompe la bolsa de las aguas. Ambas complicaciones requieren cesárea de inmediato.

Es por eso que el médico te pedirá que vayas al hospital más temprano durante el trabajo de parto, o de inmediato si la bolsa de las aguas se rompe antes de que inicies el trabajo de parto. También tendrás mayor riesgo de padecer una hemorragia puerperal o posparto debido a que el útero está demasiado distendido y quizás no pueda contraerse bien, de modo que también te harán controles rigurosos después de dar a luz.

Si el líquido amniótico es de color distinto al normal ¿significa que hay riesgos para el bebé?

El líquido amniótico normal es traslúcido o amarillento. La coloración anormal que se detecta durante la amniocentesis o en el momento del parto a veces puede sugerir que hay algún problema. El líquido de color verde o marrón generalmente indica que el feto ha realizado una descarga de materia fecal (meconio). Esto puede ser una señal de sufrimiento fetal.

El líquido de color rosado sugiere que hay hemorragia, mientras que el líquido amniótico de color vino indica una hemorragia ocurrida en el pasado. Estas condiciones pueden tener poca o ninguna importancia, pero es posible que se sugiera realizar algún análisis para detectar las causas probables.


Oligohidramnios

¿Qué es el oligohidramnios?

Es un trastorno en el que la cantidad de líquido amniótico que circunda al feto es insuficiente.


¿Qué tan común es el oligohidramnios?

Alrededor del 8 % de las mujeres embarazadas tienen un nivel de líquido amniótico inferior al normal y solamente un 4% son diagnosticadas.

El oligohidramnios se puede presentar en cualquier momento durante el embarazo, aunque es más común durante el último trimestre. Aproximadamente el 12 por ciento de las mujeres cuyo embarazo se prolonga unas dos semanas después de la fecha probable de parto (alrededor de las 42 semanas de gestación) presentan oligohidramnios, dado que el nivel de líquido amniótico disminuye a la mitad a las 42 semanas de gestación.


¿Cuáles son las causas del oligohidramnios?

Los especialistas no siempre pueden saber cuál es la causa de que haya un nivel bajo de líquido amniótico. Es más común que suceda hacia finales del tercer trimestre, especialmente si te has pasado de la fecha de parto. Cuando más tarde aparezca esta complicación durante el embarazo, mejores serán las perspectivas para el bebé. Estas son algunas de las causas más comunes:

Rotura de membranas: Una pequeña rotura en las membranas amnióticas permite que parte del líquido se escape. Esto puede ocurrir en cualquier momento de tu embarazo pero es más común que suceda a medida que te acerques más al parto.

Podrás notar la pérdida de líquido amniótico si encuentras tu ropa interior mojada o puede ser que el médico la detecte durante un examen.

Es muy importante que le avises a tu doctor si sospechas que el líquido amniótico está goteando. La ruptura de membranas puede aumentar el riesgo de infección tanto para ti como para tu bebé porque las bacterias pueden ingresar al saco amniótico.

En algunas ocasiones, la ruptura cicatrizará por sí sola, la pérdida se interrumpirá y el líquido volverá al nivel normal. (Esto generalmente sucede si la pérdida de líquido se produce después de una amniocentesis).

Embarazo prolongado: cuando el embarazo se prolonga hasta la semana 42, es probable que disminuya el líquido amniótico como resultado de la declinación de la función de la placenta.

Problemas de la placenta: Un problema de placenta, como por ejemplo el desprendimiento parcial, en la que la placenta se desprende de la pared uterina. Esto impide que la placenta le lleve al bebé la sangre y los nutrientes suficientes y hace que el bebé deje de producir orina.

Ciertas afecciones o problemas maternos: Ciertas afecciones, por ejemplo, hipertensión arterial crónica, preeclampsia, deshidratación, diabetes y lupus, pueden ocasionar bajos niveles de líquido amniótico.

Embarazo de gemelos, mellizos o múltiples bebés: Corres riesgo de presentar un nivel bajo de líquido amniótico si estás embarazada de gemelos, mellizos o más bebés, en caso de producirse el síndrome de transfusión intergemelar, en el que uno de los gemelos tiene muy poco líquido amniótico mientras que el otro genera demasiado.

Anomalías fetales: Si detectan que tienes bajos niveles de líquido amniótico durante el primer o segundo trimestre, significa que tu bebé tiene una anomalía congénita. Si sus riñones no están en su lugar o no se están desarrollando adecuadamente o bien si las vías urinarias están bloqueadas, el bebé no producirá la orina suficiente para mantener el nivel apropiado de líquido amniótico.

Factores externos: Un grupo de medicamentos utilizados para tratar la presión sanguínea alta, (como por ejemplo, captopril) pueden dañar los riñones del feto y provocar oligohidramnios severo y muerte fetal.

Las mujeres que tienen presión sanguínea alta crónica deben consultar al médico antes de quedar embarazadas a fin de asegurarse de que su presión sanguínea esté controlada y de que cualquier medicamento que tomen no les provocará problemas durante el embarazo.


¿Qué problemas puede causar el oligohidramnios al bebé?

Los problemas relacionados con la escasez de líquido amniótico difieren según la etapa en que se encuentre el embarazo.

Cuando el oligohidramnios se produce durante el primer trimestre del embarazo, es más probable que se presenten consecuencias graves. La escasez de líquido amniótico al principio del embarazo puede hacer que los órganos del feto se compriman y puede provocar defectos de nacimiento, como malformaciones en los pulmones y en los miembros.

El oligohidramnios que se desarrolla durante la primera mitad del embarazo también aumenta el riesgo de aborto espontáneo, parto prematuro o parto de un bebé muerto.

Si se origina en el segundo trimestre del embarazo, impide el adecuado crecimiento del bebé y la adecuada formación de sus pulmones. Las causas son múltiples y entre ellas, se encuentran alteraciones genéticas del bebé, malformaciones del aparato urinario o es el resultado de una ruptura de membranas que pasó desapercibida. Esta anormalidad puede causar muerte fetal.

Si tiene lugar en el tercer trimestre condiciona que las diferentes partes del bebé compriman el cordón umbilical y producir un cese intermitente de la oxigenación del bebé y con ello cambios en su frecuencia cardiaca. También las causas son diversas:

  • Puede ser el resultado de una ruptura de membranas,

  • Acompañar a un retardo del crecimiento del bebé,

  • Ser el resultado de una disminución crónica de la oxigenación fetal o

  • Ser producto de una alteración en la función de la placenta.


Cerca del momento del parto, el oligohidramnios puede aumentar el riesgo de complicaciones durante el trabajo de parto y el nacimiento. Existe una elevada probabilidad de que a las mujeres que sufren oligohidramnios se les tenga que hacer una cesárea.


¿Por qué el oligohidramnios es un problema en el embarazo?

Como ya lo mencionamos, el líquido amniótico es importante para el desarrollo de los órganos del feto, especialmente los pulmones. La cantidad insuficiente de líquido durante períodos prolongados puede ocasionar un desarrollo anormal o incompleto de los pulmones llamado hipoplasia pulmonar.

La restricción del crecimiento intrauterino (crecimiento fetal pobre) también está relacionada con las cantidades reducidas de líquido amniótico.

El oligohidramnios puede ser una complicación en el momento del parto, aumentando el riesgo de compresión del cordón umbilical y de aspiración de meconio espeso (primera defecación del bebé).

¿Cuáles son los síntomas del oligohidramnios?

A continuación, se enumeran los síntomas más comunes del oligohidramnios. Sin embargo, cada mujer puede experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:

  • Pérdida del líquido amniótico cuando la causa es la ruptura del saco amniótico

  • Cantidad reducida del líquido amniótico según la ecografía.


Los síntomas del oligohidramnios pueden parecerse a los de otros trastornos médicos. Consulta siempre a tu médico para confirmar el diagnóstico.


¿Cómo se diagnostica?

Además del examen físico y los antecedentes médicos, el médico puede sospechar que hay oligohidramnios cuando: estás perdiendo líquido, tu abdomen no crece conforme lo esperado o cuando al realizar la palpación se perciben las diferentes partes del bebé muy juntas entre sí o si estás sintiendo menos movimientos fetales

El médico posiblemente estará también alerta si ya tuviste un bebé con bajo crecimiento. También si tienes hipertensión arterial crónica, preeclampsia, diabetes o lupus, o bien, si te pasaste de la fecha de parto.

La sospecha se confirma por ultrasonido y según algunas autoridades se le clasifica en leve, moderado y severo.

En el ultrasonido pueden medirse las bolsas de líquido amniótico para calcular la cantidad total del mismo. El técnico medirá los focos más grandes de líquido amniótico en cuatro secciones diferentes del útero y los sumará para ver en dónde te encuentras dentro del índice de líquido amniótico. Lo normal durante el tercer trimestre es que mida entre 5 y 25 centímetros (cm). Si el total es menor a los 5 cm se considera bajo.

Mediante la ecografía también se puede observar el crecimiento fetal, la estructura de los riñones y el tracto urinario y detectar la orina en la vejiga del feto.

Pueden realizarse estudios de flujo por Doppler (un tipo de ecografía que se utiliza para medir el flujo sanguíneo) con el fin de estudiar las arterias de los riñones.


Tratamiento

Si tienes un nivel bajo de líquido amniótico, el médico hará un seguimiento riguroso de tu bebé para asegurarse de que esté creciendo normalmente. La manera en que el médico lleve adelante tu embarazo dependerá de qué tan avanzado esté, de cómo se encuentre tu bebé y de si tienes otras complicaciones.

El bebé será vigilado a través de ecografías frecuentes y cardiotocografías en reposo, así como también perfiles biofísicos y posiblemente estudios Doppler. Te dirán que tomes mucho líquido, que cuentes las patadas fetales y que informes inmediatamente al médico si notas que tu bebé está menos activo. Asimismo, muchos médicos recomiendan la reducción de la actividad física o incluso aconsejan el reposo en cama.

Si estás cerca al término del embarazo, te inducirán el parto. En algunos casos, posiblemente necesites tener al bebé antes, por ejemplo, si tienes preeclampsia grave o si tu bebé no se está desarrollando bien en el útero.

Alrededor del 40 a 50 % de los casos se solucionan en pocos días, sin que sea necesario realizar ningún tipo de tratamiento.

En caso de oligohidramnios moderado, además de los exámenes por ultrasonido, es probable que el médico recomiende que se realicen análisis del bienestar del feto como, por ejemplo, pruebas de estrés durante las contracciones, que miden el ritmo cardíaco del feto. Estas pruebas pueden indicarle al médico si existe sufrimiento fetal. En tal caso, es probable que el médico aconseje que se induzca el parto para evitar que se produzcan problemas más graves.

Los bebés en gestación con deficiencia de crecimiento, cuyas madres sufren de oligohidramnios, están expuestos a un riesgo mayor de sufrir complicaciones tales como, asfixia (falta de oxígeno), tanto antes como durante el parto. Las madres de bebés que presentan estos problemas se deben controlar cuidadosamente y a veces es necesario internarlas.

Los niveles bajos de líquido amniótico pueden aumentan el riesgo de complicaciones durante el parto. El principal peligro es que el nivel de líquido disminuya tanto que los movimientos del bebé o tus contracciones compriman el cordón umbilical.

Durante el parto, el médico puede pasar una sonda flexible a través del cuello uterino, de modo que pueda bombear una cantidad constante de solución salina tibia hacia el saco amniótico para reducir el riesgo de compresión del cordón. Si el bebé no puede tolerar el parto sin correr riesgos, el médico recomendará hacer una cesárea.


Prevención

En vista de que poco puede hacerse para prevenir las condiciones que conllevan al polihidramnios, no hay manera de evitar el trastorno en sí.


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