La pareja infertil
Antes, Embarazo

Infertilidad en la Pareja

El sufrimiento y angustia de las parejas imposibilitadas para concebir, se considera como un problema de salud pública.

En muchos casos de infertilidad no hay evidencia de ninguna patología, pero el sufrimiento de las parejas hace que se considera un problema de salud pública.

¿QUÉ ES LA INFERTILIDAD?

Es la incapacidad para obtener un embarazo a término (hijos vivos) después de 12 meses de relaciones sexuales (coito) sin protección.

  • La infertilidad también incluye a aquellas parejas que tienen abortos a repetición, condición que es tanto o más angustiante que la ausencia de embarazo.

TIEMPO NORMAL PARA LOGRAR UN EMBARAZO

Las posibilidades de concebir en parejas saludables que tengan relaciones con regularidad, es aproximadamente de un 25 a un 30% mensual. Es por esto que se considera que un matrimonio debería lograr el embarazo en dentro del primer año.

¿ES COMÚN LA INFERTILIDAD?

Aproximadamente del 8% al 12% de las parejas experimentan algún problema de infertilidad durante su vida fértil.

Las causas son múltiples pero actualmente se puede identificar, en la mayoría de los casos, cuáles son los factores causantes de esterilidad o infertilidad.

¿QUÉ ES ESTERILIDAD?

 La esterilidad significa la imposibilidad definitiva e irreversible de procrear, lo cual constituye una situación muy infrecuente. Sin embargo, hay quienes aún utilizan este término para designar cualquier problema de infertilidad, sea ésta definitiva o no.

¿CÓMO SE CLASIFICA?

 La infertilidad puede ser primaria o secundaria.

  • Se entiende por infertilidad primaria cuando nunca ha habido hijos viables
  • Es secundaria a la que se establece a partir de un embarazo previo.

¿QUIÉN ES “EL CULPABLE”?

Del total de casos de infertilidad, 30% es causada por factores netamente masculinos; otros 30% por factores exclusivamente femeninos y otro 30% por factores compartidos. El 10% restante corresponde a casos en los cuales no es posible encontrar una causa con las técnicas habituales de diagnóstico.

  • Algunas veces, los problemas que causan infertilidad en las parejas están presentes al nacer y otras veces se desarrollan más tarde en la vida.

CAUSAS DE INFERTILIDAD EN LA MUJER

Todos los pasos durante la ovulación y la fertilización deben realizarse correctamente para poder quedar embarazada. Las principales causas pueden ser:

  • Trastornos auto inmunitarios, como el síndrome antifosfolípídico (SAFL).
  • Cáncer o tumor (como miomas o pólipos) en el útero y el cuello uterino.
  • Trastornos de la coagulación.
  • Diabetes Mellitus de difícil control.
  • Defectos congénitos que afectan el tracto reproductor.
  • Ejercicio excesivo.
  • Trastornos alimentarios: desnutrición u obesidad
  • Uso de ciertos medicamentos, entre ellos fármacos quimioterapéuticos.
  • Consumo excesivo de alcohol.
  • Edad avanzada.
    • En la mujer, la calidad y la cantidad de los óvulos disminuye progresivamente después de los 30 años.
    • En el hombre la edad está asociada a la disminución de la movilidad espermática y una mayor frecuencia de abortos.
  • Quistes ováricos y síndrome de ovario poliquístico (SOPQ).
  • Infecciones del tracto genital o enfermedad inflamatoria pélvica (EIP).
  • Cicatrización a raíz de infección de transmisión sexual, cirugía abdominal previa o endometriosis.
  • Cirugía para prevenir el embarazo (ligadura de trompas) o falla de la cirugía de recanalización de trompas.
  • Enfermedad tiroidea.
  • Muy poca o demasiada cantidad de ciertas hormonas.

OTRAS CAUSAS

  • Obstrucción de las trompas, que impide que los espermatozoides se encuentren con el óvulo. La principal causa de obstrucción tubárica es la infección por la bacteria Clamidia. El tratamiento lo debe de hacer la pareja al mismo tiempo.
  • Menstruaciones irregulares:Si hay menstruaciones irregulares se ovula con menor frecuencia que las mujeres normales. Si no hay ovulación, no puede haber fecundación ni embarazo.
  • Causa mixta:Se llama causa mixta cuando, por ejemplo, el moco cervical no es receptivo a la eyaculación o que haya problemas en la relación sexual.
  • Esterilidad sin causa aparente:Tratamientos médicos y/o inseminación intrauterina se han usado en estos casos.
    • Si el tratamiento falla, las parejas tienen la opción de continuar el mismo procedimiento, tomarse un tiempo o encarar técnicas de reproducción asistida.

INFERTILIDAD EN EL HOMBRE

La infertilidad masculina puede deberse a:

  • Producción o funcionamiento anormal de los espermatozoides debido a:
  • La no descendencia de los testículos.
  • Defectos genéticos.
  • Problemas de salud como la diabetes o problemas hormonales.
  • Infecciones como clamidia, gonorrea, paperas o VIH.
  • El agrandamiento de las venas en los testículos (varicocele) también puede afectar la calidad de los espermatozoides.
  • Problemas con la salida del espermatozoides debido a:
  • Problemas sexuales, como la eyaculación precoz o retrógrada.
  • Ciertas enfermedades genéticas, como la fibrosis quística.
  • Problemas estructurales, como una obstrucción en el testículo o daño o lesión en los órganos reproductores.
  • Sobreexposición a ciertos factores ambientales,como
    • Pesticidas y otras sustancias químicas, y radiación.
    • Fumar cigarrillos, alcohol, marihuana, esteroides anabólicos
    • Medicamentos para tratar infecciones bacterianas,
    • Presión arterial alta y depresión también pueden afectar la fertilidad.
    • La exposición frecuente al calor, como en saunas o jacuzzis, puede elevar la temperatura corporal y puede afectar la producción de esperma.
    • Daño relacionado con el cáncer y su tratamiento,que incluye radiación o quimioterapia. El tratamiento para el cáncer puede perjudicar la producción de esperma, a veces gravemente.
  • Obesidad.
  • Cicatrizacióna raíz de enfermedades de transmisión sexual, lesión o cirugía.
  • Vasectomíao falla de la vasovasostomía.
  • Insuficiencia renal

FACTORES DE RIESGO

Se ha demostrado que ciertos factores afectan la capacidad reproductiva tanto del hombre como de la mujer, como son: la edad, frecuencia coital, factores ambientales y hábitos tóxicos.

  • Edad: La influencia en el hombre es menor.
  • Frecuencia coital:Es necesaria una frecuencia coital de dos veces por semana, o de más de dos veces por mes durante el período fértil.
  • Factores medioambientales y hábitos tóxicos:
    • Ejercicio excesivo en ambos miembros de la pareja.

 ¿NECESITO VER A UN ESPECIALISTA?

 De acuerdo con la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva, debes considerar visitar a un especialista en reproducción si tienes menos de 35 años y haz tratado activamente de concebir por más de un año de relaciones sexuales sin protección, o 6 meses si tienes más de 35 años.

PREVENCIÓN

Algunos tipos de infertilidad no se pueden prevenir. Pero hay varias estrategias que pueden aumentar tus probabilidades de embarazo.

  • Parejas: Tengan relaciones sexuales regulares varias veces alrededor del momento de la ovulación para obtener la tasa de embarazo más alta.
  • Hombres: Evita drogas, tabaco y alcohol; altas temperaturas de los jacuzzis y baños calientes; exposición a toxinas industriales o ambientales; Haz ejercicio moderado.
  • Mujeres: Evita el tabaco, alcohol y las drogas ilegales; limita la cafeína; haz ejercicio moderado; evita los cambios extremos de peso.

PRONÓSTICO

 Hasta 1 de cada 5 parejas a quienes se les diagnostica la infertilidad finalmente logran quedar en embarazo sin tratamiento. Más de la mitad de las parejas con infertilidad resultan embarazadas después de un tratamiento, sin incluir técnicas avanzadas como la fecundación in vitro (FIV).

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REFERENCIAS

Diabetes Mellitus y Embarazo
Complicaciones, Embarazo, Otras

Diabetes Mellitus y Embarazo

Diabetes mellitus y embarazo

¿Qué es la diabetes mellitus?

La diabetes es una enfermedad crónica en la cual el cuerpo no puede regular la cantidad de azúcar en la sangre.

Metabolismo del azúcar y Causa de la diabetes

Para entender mejor la diabetes, es importante que primero entendamos el proceso normal del metabolismo de los alimentos que ingerimos por medio del cual el alimento se descompone y es empleado por el cuerpo para obtener energía. Durante este proceso suceden varias cosas:

  • Los alimentos se transforman durante la digestión en glucosa que es absorbida por la sangre.
  • Un órgano llamado páncreas, produce la insulina cuyo papel es movilizar la glucosa de la sangre y llevarla a los músculos, grasa y células del hígado donde puede almacenarse o utilizarse como energía para que el organismo pueda desarrollar todas sus actividades.

En los diabéticos este sistema se “descompone” y en vez de que la glucosa sea transportada dentro de las células, se acumula en la sangre y eventualmente es excretada por la orina

Esto se debe a que:

  • El páncreas no produce suficiente insulina.
  • Las células no responden de manera normal a la insulina.
  • Ambas razones anteriores.

Clasificación:

Existen 3 tipos principales de diabetes:

  1. La diabetes Tipo I generalmente se diagnostica durante la niñez. El cuerpo fabrica poca o nada de insulina y es necesario inyectarla diariamente para que el niño pueda vivir. La causa exacta se desconoce.
  2. La diabetes Tipo II es más común. Generalmente se presenta durante la vida adulta. El páncreas no fabrica suficiente insulina o desarrolla una resistencia a la insulina. Cuando tus células desarrollan una resistencia a la insulina, se rehúsan a aceptar a esta hormona como la llave para abrirle la puerta a la glucosa y como resultado, la glucosa permanece y se acumula en el flujo sanguíneo. Muchas de las personas que tienen Diabetes Tipo II ni siquiera saben que la tienen.
  3. Diabetes Gestacional es la elevación de los niveles de glucosa que se presenta en cualquier momento del embarazo en una mujer que NO es diabética.

Factores de riesgo

Cualquier cosa que aumente el riesgo de padecer de una enfermedad se llama factor de riesgo. Tener un factor de riesgo no significa que se va a padecer de diabetes; no tener un factor de riesgo no significa que no se va a padecer de cáncer.

Los factores de riesgo para la diabetes son tanto del ambiente como de la herencia, entre ellos encontramos:

  • Uno de los padres, hermano o hermana con diabetes
  • Obesidad
  • Edad arriba de los 45 años
  • Algunos grupos étnicos (afro-americanos , hispano-americanos)
  • Diabetes gestacional o haber tenido un bebé de más de 4.5 kg.
  • Presión arterial elevada
  • Niveles elevados en la sangre de triglicéridos
  • Niveles elevados de colesterol

Complicaciones de la diabetes

Después de muchos años, la diabetes puede llevar a otros problemas serios. Estos problemas se conocen como complicaciones de la diabetes y abarcan:

  • Problemas renales: alteraciones a nivel de los riñones que pueden llevar a insuficiencia renal.
  • Retinopatías: como hay exceso de glucosa (azúcar) en el organismo empieza haber mayor circulación de líquidos hiperosmolares (que tienen sustancias de mayor peso molecular) y la retina empieza a presentar problemas, debido a que ahí se encuentran venas muy pequeñas.
  • Debilitamiento del sistema inmunitario, lo cual puede llevar a infecciones más frecuentes.
  • Aumento de la probabilidad de sufrir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.
  • Deshidratación: por la pérdida de agua (orina en exceso) y también de electrólitos (sustancias que se encuentran en el agua).
  • Daño a los nervios en el cuerpo causando dolor, hormigueo, pérdida de la sensibilidad, problemas para digerir el alimento y disfunción eréctil.
  • En casos más graves puede presentarse coma por el aumento de la glucosa (azúcar) y llegar a la muerte.

Diabetes y Embarazo

Si tienes diabetes y estás embarazada, tu embarazo se considerará un embarazo de alto riesgo. Otros embarazos que presentan altos riesgos son los de mellizos (o más de dos bebés) y embarazos en mujeres pasada cierta edad. “Alto riesgo” no significa que tendrás problemas. Simplemente quiere decir que

  • Deberás prestar atención especial a tu salud: Aún cuando ya tengas experiencia en el manejo de tu diabetes, el embarazo puede crear nuevas circunstancias médicas.

Tal vez necesites consultar a médicos especializados: Para conseguir un feliz término de la gestación es imprescindible la participación de un equipo multidisciplinario a la cabeza del cual deben estar el diabetólogo, el obstetra y el neonatólogo

  • Acude a tu ginecólogo y planea tu embarazo desde al menos 6 meses antes de la fecundación.

Millones de embarazos de alto riesgo producen bebés en perfecto estado de salud, sin que se vea afectada la salud de la mamá. Las claves son el cuidado y la atención especial.

Influencia del embarazo sobre la diabetes 

En la placenta se producen hormonas como el cortisol, adrenalina, estrógenos y progesterona las cuales tiene el efecto de bloquear la acción de la insulina materna lo cual finalmente se traduce en hiperglucemia.

El mayor de estos efectos (resistencia a la insulina) está dado por la hormona de crecimiento del bebé que se llama “lactógeno placentario” la cual se comienza a elevar desde la semana 24 (sexto mes) y alcanza su pico máximo entre las 28 a 32 semanas de embarazo.

Por lo que a la diabetes preexistente se refiere, si bien al principio pueden disminuir algo las necesidades insulínicas, a partir de la segunda mitad del embarazo tienden a aumentar, con la consiguiente tendencia a hiperglucemia (elevación de los niveles de azúcar en la sangre de la madre) y cetosis (acidosis sanguínea) si no se establece un control metabólico adecuado.

Durante este periodo puede haber descontroles severos que ameriten el ajuste en las dosis de insulina. Es en este tiempo cuando se desarrollan las complicaciones fetales (fetopatía diabética)

Influencia de la diabetes en el embarazo

Al ser la diabetes una enfermedad previa al embarazo (preexistente), lo convierte a éste en un embarazo de alto riesgo por lo que, el equipo médico tendrá una estrecha vigilancia del bebé y un control estricto de la glucosa en la madre para asegurar el desarrollo adecuado del bebé y para evitar complicaciones al nacimiento originadas por la exposición constante del bebé a los niveles elevados de glucosa en su madre.

El embarazo idealmente en una paciente con diabetes tipo 2 debería de ser un evento planeado y con control de la glucosa previo al mismo en forma estricta con insulina, ya que al inicio de la gestación descontroles severos de más de 160 mg en ayuno pueden terminar en abortos del primer trimestre o bien en malformaciones congénitas.

Repercusiones maternas:

  • Las mujeres con diabetes pueden tener problemas de presión arterial alta que pueden causar complicaciones durante el embarazo.
    • La presencia de presión arterial alta durante el embarazo aumenta el riesgo de sufrimiento fetal agudo o crónico y de que la madre presente preeclampsia, un problema médico grave que puede causar convulsiones y problemas en los riñones o el hígado de la madre.
    • La preeclampsia también aumenta el riesgo del nacimiento de un niño muerto.
  • La mujeres con nefropatía (enfermedad del riñón causada por la diabetes) e hipertensión tienen mayor riesgo de preeclampsia y retraso del crecimiento del bebé dentro del útero.
  • La diabetes provoca Hidramnios: En esta afección, el saco amniótico que rodea al bebé contiene una cantidad mayor de líquido amniótico y esto puede provocar trabajo de parto y parto prematuro.
  • Está demostrado que la diabetes favorece la existencia de una mayor frecuencia infecciones urinarias o vaginales que pueden terminar en amenazas de partos prematuros, muerte del bebé en útero, etc.
  • El embarazo puede contribuir a un empeoramiento de la retinopatía diabética, sobre todo la proliferativa no conocida o no tratada.
  • Se ha descrito una mayor mortalidad entre las mujeres embarazadas diabéticas con cardiopatía isquémica.

Repercusiones en el bebé:

Un bebé de madre diabética es, por definición, un bebé que nació de una madre que padece de Diabetes Mellitus, pero se refiere en especial a aquél que nació de una madre que tuvo un nivel elevado de azúcar en la sangre (glucosa), durante todo el embarazo y que puede presentar:

  1. Macrosomía: Esta complicación se desarrolla entre la semanas 28 a 36 y puede ser evitada teniendo un control estricto de la glucosa en este periodo. Los bebés pesan más de 4 kilos, cara con cachetes grandes y nariz chata. El cuello se ve corto por exceso de grasa y las manos regordetas. A pesar del gran tamaño del bebé, el funcionamiento de su organismo es inmaduro y durante los primeros días pueden presentarse problemas.
    • Los bebés de estas madres crecen tanto porque el azúcar en exceso en la sangre de la madre pasa al feto, quien entonces produce insulina para contrarrestar y esto favorece la acumulación de dicha azúcar como grasa.
    • La grasa se acumula en los hombros y tronco haciendo dificultosos los partos y con riesgo de trauma durante el parto. Sus órganos y sistemas también son más grandes, en especial el hígado, las glándulas adrenales y el corazón.
  2. Los niños nacidos de madres diabéticas, tienen cinco veces más probabilidades que uno normal, de tener alteraciones respiratorias (membrana hialina). La insuficiencia respiratoria o Síndrome de distrés respiratorio (SDR) en el bebé a su nacimiento se debe a la falta de producción en sus pulmones de una substancia llamada agente tensoactivo que es necesario para que se pueda llevar a cabo la respiración.
  3. En el tercer trimestre aumenta la posibilidad de tener óbitos tardíos. Esta es la complicación más temida por todos, ya que representa la muerte intrauterina del bebé entre las 38 a 39 semanas y puede ser secundaria tanto a un descontrol severo agudo como por descontrol crónico de la enfermedad (se piensa que los bebés con macrosomía acabaron con la dotación de oxígeno antes de su nacimiento).
  4. Falla cardiaca o sea la pérdida de la capacidad del corazón para bombear la sangre a todo el cuerpo. Cuando hay falla cardiaca, muchos órganos no reciben suficiente oxígeno y reducen su capacidad de funcionar adecuadamente. Se asocia también a la enfermedad vascular en particular con daño renal (del riñón) y una mayor incidencia de muerte del bebé.
  5. Hipocalcemia (baja de calcio en la sangre) que se pueden traducir en espasmos musculares e incluso crisis convulsivas, e ictericia (color amarillo de la piel) en el recién nacido por inmadurez de su hígado.
  6. Al nacer, estos bebés pueden tener un episodio de hipoglucemia (que se les baja el nivel normal de azúcar que deben de tener en la sangre) poco después de su nacimiento y esto es debido a la alta producción de insulina que tiene el bebé (la sustancia que moviliza el azúcar de la sangre hacia los tejidos del organismo) como una respuesta a los altos niveles de glucosa que recibe de la madre.
    • Es por esto que se debe tener una medición constante de los niveles de azúcar en su sangre durante las primeras horas después del nacimiento.
  7. Aumento en la incidencia de anomalías congénitas por hiperglicemia (elevación de los niveles de azúcar en la sangre) cuando la madre no ha tenido un buen control metabólico en el primer trimestre del embarazo.
  • La incidencia de anomalías mayores (cardíacas, del tubo neural, genitourinarias, gastrointestinales, y músculo esqueléticas) es  varias veces mayor que en la población general:
  1. La cetoacidosis puede llevar a una tasa de hasta el 50% de mortalidad fetal.

A todas estas complicaciones potenciales detectables en el bebé a su nacimiento se le llama en conjunto: Fetopatía diabética.

A largo plazo, parece también que estos niños pueden ser más proclives al desarrollo de obesidad o diabetes que la población general.

Aunque la mayoría de los bebés se encuentran bien después de nacer, algunos deben permanecer por un tiempo en una sala de cuidados especiales de recién nacidos. Lo bueno es que con la debida planificación y el control adecuado de la diabetes, puedes reducir el riesgo de que tu bebé padezca estos problemas.

Control de la diabetes antes del embarazo

Si tienes diabetes, el mejor momento para controlar tu nivel de glucosa en sangre, también denominado nivel de azúcar en sangre, es antes de quedar embarazada. Desde varios meses antes de concebir, acude a una cita con tu especialista para que sepas qué medidas puedes y debes tomar para reducir el riesgo de problemas posteriores.

Es importante lograr este óptimo control antes de la concepción, para evitar o disminuir la presencia de anomalías congénitas en el bebé

  • Durante las primeras 8 semanas de embarazo, se empiezan a formar el cerebro, el corazón, los riñones y los pulmones del bebé.
  • Los niveles altos de azúcar en la sangre son especialmente perjudiciales para los bebés durante esta etapa temprana del embarazo. Demasiada glucosa en la sangre puede causar defectos de nacimiento.

Lamentablemente, la mayoría de las mujeres no se da cuenta de que está embarazada hasta las 5 ó 6 semanas aproximadamente después de la concepción.

Al mismo tiempo, es importante que tu médico te hable claramente acerca de los posible problemas derivados en caso de embarazo, los métodos anticonceptivos que deberás seguir hasta que se considere que estás en el mejor momento para embarazarte, la modificación del tratamiento con insulina según los resultados de tus análisis, etc.

Controlar los niveles de glucosa puede requerir de cambios en tus medicamentos, en la dieta y en tu programa de ejercicios.

Además de normalizar los niveles de glucosa, la atención antes de la concepción también le permite a tu médico:

  • Diagnosticar y tratar los problemas médicos que puedas tener a causa de la diabetes, como presión arterial alta, enfermedades del corazón, enfermedades de los riñones y problemas de la vista
  • Darte información general sobre cómo puedes adelgazar, si fuera necesario, mediante una alimentación saludable y ejercicios.
  • Aconsejarte tomar multivitaminas o suplementos vitamínicos prenatales que contienen por lo menos 400 microgramos de ácido fólico para ayudar a prevenir defectos del tubo neural

Tu médico desaconsejará un embarazo cuando:

  • Hay un mal control metabólico (tu diabetes no está bien controlada).
  • Tienes retinopatía proliferativa (el daño a tus ojos es importante)
  • Tienes cardiopatía isquémica (deficiencia en la irrigación de la circulación del corazón)
  • La enfermedad ha causado nefropatía con deterioro de la función del riñón.

Si No deseas embarazarte: es prioritario y urgente establecer un método anticonceptivo eficaz.

Control de la diabetes durante el embarazo

Inmediatamente después de recibir el diagnóstico de embarazo, debes acudir de inmediato con tu médico endocrinólogo para que se inicie el control que llevarás durante este período, es muy importante controlar los niveles de azúcar.

La meta es mantenerlos tan cercanos a lo normal como sea posible desde antes de quedar embarazada y durante toda la gestación. Aun cuando te enteres de que estás embarazada ya avanzado el embarazo, hay mucho que puedes hacer.

Para que puedas lograr esto, tu médico diseñará junto contigo un plan de cuidado y control de la diabetes que incluye:

  • Una dieta saludable y un plan de comidas
  • Rutina de actividad física
  • Tratamiento médico que deberás tomar siguiendo estrictamente las recomendaciones de tu médico.

El embarazo es causa de una serie de cambios en el cuerpo. Por eso, aún cuando ya tengas experiencia en el cuidado de tu salud, es posible que necesites cambiar la forma en que maneja su diabetes y que tus necesidades muden a medida que avanzas en el embarazo y se acerca la fecha de parto.

Las consultas rutinarias con médicos especialistas te asegurarán la mejor atención posible. El equipo médico que deberá atenderte está compuesto por varios especialistas entre los que se incluyen:

  • Un médico especializado en la atención de la diabetes, como un endocrinólogo o un diabetólogo.
  • Un ginecólogo obstetra con experiencia en atención a mujeres embarazadas con diabetes.
  • Un dietista o nutriólogo con experiencia en dietas para diabéticos -en especial, para embarazadas- que te ayude a planificar tus comidas. Al comer saludablemente puedes controlar el azúcar en la sangre y lograr una buena nutrición.
  • Especialistas que diagnostiquen y traten complicaciones relacionadas con la diabetes, tales como oftalmólogos y optometristas para los problemas de la visión, nefrólogos para los problemas de los riñones y cardiólogos para los problemas del corazón. Si ya sufres complicaciones relacionadas con la diabetes, deberán observar estos problemas durante tu embarazo.
  • Si suben tus niveles de ansiedad, informa a tu ginecólogo. Si necesitas ayuda para resolver estos problemas, pide que te recomiende un especialista.
  • Pediatra o neonatólogo para el bebé. Un neonatólogo, es un médico que atiende a bebés recién nacidos.

Tú también formas parte del equipo. Eres el miembro más importante. Los médicos pueden ofrecerte consejos profesionales, pero tú serás la responsable de llevar a cabo las medidas que se necesitan día a día para controlar la diabetes.

Con el fin de evitar complicaciones, es necesario que sigas estrictamente las recomendaciones que te harán tu equipo médico.

Seguramente tu equipo médico te programará visitas prenatales frecuentes para examinar los niveles de glucosa y hacer otros exámenes.

Tratamiento de la diabetes en el embarazo

En la actualidad no existe ningún tratamiento que cure la diabetes, pero el nivel de glucosa en sangre puede controlarse con una medicación adecuada y un buen manejo del estilo de vida que incluye: comer lo que se debe comer y cuando se debe comer, mantener un peso adecuado y hacer suficiente ejercicio.

Es importante repetirlo: si tienes los niveles de glucosa en sangre controlados desde antes del embarazo y durante el embarazo, es muy factible que puedas tener una gestación y un bebé saludables y sin complicaciones.

Control de los niveles diarios de azúcar en la sangre: El objetivo del tratamiento de la diabetes en el embarazo es evitar complicaciones en el bebé, y para esto el médico te explicará que es necesario tener como meta el llevar los niveles de glucemia a los observados en un embarazo normal.

Si tomamos en cuenta que dichos niveles son hasta 110 mg en personas sin embarazo y que durante la gestación disminuyen en promedio 20 mg, por el consumo de glucemia de origen materno por el bebé, entonces podremos concluir que estos niveles en ayuno deben oscilar entre los 80 a 90 mg.

Otra consideración importante es que la hiperglucemia posprandial (elevación de la glucosa después de haber ingerido alimentos) es la principal causa de los problemas en el bebé y sobretodo de la macrosomía.

Por estas razones a nivel mundial se recomienda que los niveles de glucemia se mantengan durante la gestación como sigue:

  • Ayuno < o =a 95 mg.
  • 1 hr después de los alimentos < o = a 140 mg
  • 2 hs después de los alimentos < o = a 120 m

Seguramente tu médico te pedirá que te midas, varias veces al día, los niveles glucosa en sangre usando el dispositivo especial con tiras reactivas que te permite hacerlo en tu hogar. La mayoría de los médicos recomienda que las embarazadas lo hagan por lo menos cuatro o cinco veces al día.

Puedes llevar un registro de tus niveles de azúcar en la sangre. Anota los resultados cada vez que te midas la glucosa en la sangre. Tanto tú como tus médicos pueden usar este “Registro de glucosa en sangre” para determinar si el plan para el control la diabetes te está dando resultado.

                                                                 diabemb

La prueba de hemoglobina glicosilada: Otra forma de saber si estás logrando los niveles deseados es hacerse una prueba de sangre llamada hemoglobina glicosilada. Los resultados de esta prueba muestran tus niveles promedio de azúcar en la sangre durante los últimos 2 ó 3 meses. Anota el objetivo que tus médicos hayan fijado para ti.

Labor del especialista en diabetes: tu médico buscará una adecuada compensación del metabolismo de tu glucosa mediante el establecimiento de un régimen dietético y un tratamiento insulínico idóneo.

  • La dieta de la embarazada diabética no debe variar de la que vienes realizando desde antes del embarazo, a no ser por la necesidad de un discreto aumento en el aporte de proteínas y ocasionalmente del aporte de calcio, hierro y ácido fólico. Durante el embarazo no deberás engordar más de 12 kg de peso.
  • Medicamentos: Si usabas insulina antes del embarazo para controlar la diabetes, la dosis de insulina generalmente aumentará mientras estás embarazada. Durante el embarazo puedes usar insulina sin riesgo. La insulina NO causa defectos congénitos. Si usabas una bomba de insulina antes de quedar embarazada, probablemente la seguirás usando. A veces, sin embargo, es posible que necesites cambiar a inyecciones de insulina.
    • La insulina se aplica por vía subcutánea (insulina de acción rápida, duración 6 horas o insulina de acción intermedia, duración 12-16 horas). Estas dos solas o mezcladas en pautas de tres a cuatro inyecciones al día (dosis múltiples de insulina)
    • Si generalmente tomabas medicamentos orales, tu médico podría recomendar cambiar la dosis o indicarte usar insulina mientras estás embarazada.

Los requerimientos de insulina tienden a incrementarse durante el embarazo porque las hormonas producidas por la placenta hacen que se disminuya la respuesta normal a la insulina. El médico te enseñará a ajustar la cantidad de insulina que debe administrarse en cada pinchazo; para ello se basará en la valoración de glucosa en sangre capilar que hagas en tu domicilio.

Riesgo de Hipoglucemia: Ten en cuenta que aunque te examines rigurosamente la glucosa en la sangre, durante el embarazo tienes un mayor riesgo de tener niveles bajos de glucosa (hipoglucemia). La hipoglucemia puede ocurrir si no consumes suficientes alimentos, omites una comida, no comes a la hora adecuada del día o haces demasiado ejercicio. Los síntomas de hipoglucemia son los siguientes:

  • Mareos
  • Temblores
  • Hambre repentina
  • Sudor
  • Debilidad

Si crees que estás presentando síntomas de hipoglucemia, mídete el nivel de glucosa en la sangre de inmediato. Si se encuentra debajo de 60 mg/dL, come o bebe algo, como un vaso de leche, unas galletas de soda o tabletas especiales de glucosa. Asegúrate de que los miembros de tu familia sepan lo que deben darte.

¿La hipoglucemia puede dañar al bebé? Por lo general el bebé es muy resistente a la hipoglucemia materna, ya que sus niveles de glucosa en sangre son inferiores en aproximadamente 20 mg en comparación con su madre y, para que se presenten alteraciones, los niveles deben ser menores de 20 mg. Para que esto suceda, los niveles maternos deben ser iguales o menores de 40 mg, por lo que solo las hipoglucemias severas pueden comprometer la salud del bebé.

Hiperglucemia: El nivel de glucosa en la sangre también puede subir demasiado, lo que se llama hiperglucemia. Cuando el nivel de glucosa está demasiado alto, el organismo puede producir unas sustancias que se llaman cetonas y que pueden ser perjudiciales para tu bebé.

Los síntomas del nivel alto de glucosa en la sangre incluyen:

  • Orinar con frecuencia
  • Sed
  • Pérdida de peso

La hiperglucemia puede ocurrir si comes más de lo habitual, estás enferma o menos activa de lo normal. Si tienes hiperglucemia, llámale de inmediato a tu endocrinólogo. Es posible que necesites cambiar tu alimentación, rutina de ejercicios o los medicamentos.

Labor del Nutriólogo: Para lograr los objetivos mencionados, el especialista te diseñará un plan de alimentación con una dieta que reúna las características de ser balanceada, completa, equilibrada, suficiente e inocua.

  • Balanceada: se refiere a que debe de contener todos los tipos de alimentos (frutas, vegetales, cereales, leche y sus derivados, carne, grasas).
  • Equilibrada: significa que debe de contener Carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales
  • Completa: significa que todos los tipos de alimentos deben de ser consumidos en todos los servicios (desayuno, comida y cena).
  • Suficiente: significa que la alimentación debe de estar en cantidad y calidad adecuada para cada persona, en función de su edad, complexión y estado fisiológico (infancia, adolescencia, embarazo, edad adulta y senectud)
  • Finalmente la alimentación debe de ser inocua, es decir, higiénica y libre de agentes patógenos que nos pudieran causar enfermedades.

La cantidad de calorías que deberás consumir cada día depende de tu peso, la duración del embarazo, tu edad y nivel de actividad y la glucemia. En el embarazo es importante vigilar tu aumento de peso.

Es posible que te pida que escribas en el registro de glucosa, lo que comes durante varios días para que los médicos puedan establecer una estadística comparativa con la dosis del medicamento, el ejercicio que hagas y los niveles de glucosa.

Ejercicio: Otra parte vital de un embarazo saludable es el ejercicio. El ejercicio ayuda a mantener normalizados los niveles de glucosa y ofrece muchos otros beneficios, por ejemplo, controla el peso, aumenta la energía, te ayuda a dormir mejor y reduce los dolores de espalda, el estreñimiento y la hinchazón abdominal debido a gases.

Colabora con tu médico para decidir el tipo y la cantidad de ejercicio que son adecuados para ti. Es beneficioso tratar de hacer por lo menos 30 minutos de ejercicio casi todos los días de la semana.

Labor del obstetra: Cumplirá los siguientes objetivos:

  • Primero que nada tu médico te hará algunas pruebas para controlar tu inmunidad frente a determinadas infecciones (rubéola, toxoplasmosis, etc.).
  • Buscará igualmente la posibilidad de infecciones sobreañadidas (urinarias o vaginales).
  • En cada visita prenatal controlará tu ganancia de peso y de la tensión arterial.
  • Vigilará a lo largo del embarazo el adecuado crecimiento, bienestar y madurez de tu bebé.

Para la valoración del crecimiento del bebé, estudio de la implantación de la placenta y del volumen de líquido amniótico el médico te hará periódicamente pruebas o exámenes especiales.

A medida que progresa el embarazo, el ginecólogo te pedirá algunas pruebas o exámenes especiales para determinar el tamaño y el estado del bebé. Estas pruebas o exámenes le permiten detectar posibles problemas y tomar medidas para tratarlos.

Además del ultrasonido del primer trimestre, se puede hacer un examen de ecografía especializada en el segundo trimestre para detectar defectos congénitos visibles. Los exámenes de ecografía se pueden repetir en las semanas posteriores para dar seguimiento al desarrollo del bebé. A partir de la semana 32–34 de embarazo seguramente te pedirá también:

  • Evaluación por monitor en reposo: Este examen mide la frecuencia cardíaca (el ritmo del corazón) del bebé por medio de un monitor electrónico fetal.
  • Perfil biofísico: Este examen usa la ecografía (ultrasonido) para examinar la respiración, los movimientos del cuerpo y el tono muscular del bebé, así como la cantidad de líquido amniótico. También se registran los cambios en la frecuencia cardíaca del bebé con un monitor electrónico fetal. Los resultados de estos exámenes pueden revelar información detallada sobre el estado del bebé.
  • Evaluación por monitor con contracciones: Este examen mide cómo reacciona la frecuencia cardíaca del bebé cuando el útero se contrae.

Para evaluar el bienestar del bebé, tu médico tendrá en cuenta también todo lo que le relates con respecto a los movimientos del bebé.

En la actualidad, con adecuado control de la diabetes y la oportuna vigilancia obstétrica, el embarazo de una gestante diabética no tiene por qué no finalizar por vía vaginal; no obstante, la presencia de determinadas circunstancias puede conducir en muchos casos a la práctica de cesárea (inmadurez del cuello uterino, macrosomía, nefropatía grave con hipertensión, retinopatía proliferativa con hemorragias retinianas importantes, causas obstétricas independientes de la diabetes, etc.).

Clasificación del descontrol de la glucosa en el embarazo 

El descontrol de la glucosa en el embarazo se clasifica en:

  • Leve cuando la glucemia de ayuno se encuentra entre 96 a 119 mg/dl
  • Moderado cuando esta se encuentra entre 120 a 139 mg/dl y
  • Severo cuando es > o= a 140 mg.

Las mujeres con descontrol leve se tratan con dieta únicamente. En caso de descontrol moderado el médico te pedirá que inicies con el plan de alimentación por 2 semanas, y en caso de que no se controle la glucemia solo con la dieta, te iniciará el tratamiento con insulina.

Las mujeres con descontrol severo son internadas para iniciar tratamiento dietético y médico con insulina al mismo tiempo.

Durante el parto

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Seguramente tu médico programará la fecha del parto aunque es posible que el trabajo de parto ocurra naturalmente. El trabajo de parto se podría inducir (provocar mediante medicamentos u otros métodos) antes de la fecha prevista del parto, especialmente si surgen problemas con el embarazo.

Entre los factores que tu equipo de médicos considerará para decidir qué tipo de parto es mejor para ti y para tu bebé, pueden incluirse los siguientes:

  • El tamaño y la posición del bebé.
  • La maduración pulmonar del bebé.
  • Los movimientos del bebé.
  • La frecuencia cardíaca del bebé.
  • La cantidad de líquido amniótico.
  • Tus niveles de glucosa en sangre y presión arterial.
  • Tu estado de salud general.

Control de la glucosa en sangre durante el trabajo de parto y el parto

Mantener tus niveles de glucosa en sangre bajo control ayuda a garantizar que el bebé no tendrá un nivel bajo de glucosa en sangre inmediatamente después del nacimiento. Cuando estés en trabajo de parto estarás físicamente activa, por lo tanto, es posible que no necesites mucha insulina.

Mientras te encuentres en trabajo de parto, se examinarán rigurosamente los niveles de glucosa (generalmente cada hora). Si fuera necesario, podrías recibir insulina directamente en vena en un suero. Si usas una bomba de insulina, es posible que puedas usarla durante el trabajo de parto. Las mujeres que usan bombas de insulina deben colaborar con sus equipos médicos durante el trabajo de parto para llevar un control de los niveles de glucosa y ajustar las configuraciones de la bomba.

Si tienes un parto quirúrgico, es posible que tus niveles de glucosa en sangre aumenten debido al estrés de la cirugía. Los médicos monitorizarán de cerca tus niveles de glucosa en sangre y probablemente utilicen un suero para administrar la insulina y la glucosa en vena a fin de mantener tus niveles bajo control.

Labor del pediatra neonatólogo: Cuidará del recién nacido, previniendo o tratando las posibles complicaciones, antes referidas, tales como dificultad respiratoria, hipoglucemia, hipocalcemia, ictericia, etc.

De particular importancia es el diagnóstico precoz de las anomalías congénitas mayores o menores que el niño pueda presentar.

Cambios en la rutina diaria durante el embarazo

Días en los que estás enferma: Cuando estás enferma, tus niveles de glucosa en sangre pueden aumentar rápidamente y puede producirse cetoacidosis diabética. Habla con tu equipo médico acerca de lo que debes hacer si te enfermas. Asegúrate de saber lo siguiente:
  • Qué hacer si tienes náuseas o vómitos.
  • Con qué frecuencia debes controlar tu nivel de glucosa en sangre.
  • Con qué frecuencia debes controlar tu nivel de cetonas en orina o sangre.
  • Cuándo debes llamar a tu médico.
Lejos de tu hogar: Cuando estés lejos de tu hogar, durante varias horas o durante un viaje más largo, es recomendable que estés preparada para enfrentar problemas. Asegúrate de tener siempre contigo lo siguiente:
  • Un bocadillo o una comida.
  • Alimentos o bebidas para tratar el nivel bajo de glucosa en sangre.
  • Tus medicamentos y suministros para la diabetes.
  • Tu medidor de glucosa en sangre y sus suministros.
  • Tu kit de glucagón.
  • Los números telefónicos para emergencias de su equipo médico.

Tratamiento y cuidados después del embarazo

No existe ningún inconveniente, sino más bien al contrario, para el establecimiento de la lactancia natural. Los expertos hacen hincapié en que las mujeres con diabetes lacten a sus bebés. La lactancia materna le brinda al bebé la mejor nutrición para mantenerse saludable y es beneficioso para la madre también.

Mediante la lactancia, las madres que acaban de dar a luz pueden perder el peso adicional adquirido durante el embarazo. Además, permite que el útero regrese más rápidamente al tamaño que tenía antes del embarazo.

Deberás examinarte el nivel de glucosa en la sangre rigurosamente después del parto. Esto es vital para determinar tus necesidades continuas de medicamentos o decidir la mejor dosis. La mayoría de las mujeres que usaban insulina antes del embarazo deben poder usar las dosis de insulinas previas al embarazo al poco tiempo de dar a luz.

Habla con tu nutriólogo sobre la cantidad y los tipos de alimentos que pueden darte las calorías adicionales que vas a necesitar para asegurar una producción adecuada de leche. Comer bocadillos (meriendas) pequeñas durante el día puede ser útil.

Si se presenta descontrol de la glucosa mayor o igual a 160 mg, seguramente el endocrinólogo te pedirá que continúes con la insulina durante la lactancia (la insulina no pasa a la leche materna.

Al término de la lactancia, te harán nuevamente análisis para nivelar tu diabetes.

Por último, y de cara al futuro, antes de que tú y tu pareja empiecen a tener relaciones sexuales otra vez, es importante seleccionar un método anticonceptivo para evitar un embarazo no planificado. El médico te recomendará un método anticonceptivo transitorio (anticonceptivos orales, métodos de barrera o dispositivos intrauterinos) o uno definitivo (ligadura de trompas, vasectomía). Lo que se considere más oportuno.

Pronóstico

En cuanto al bebé: el tratamiento preventivo ayuda a asegurar la recuperación. En general, los síntomas se resuelven en unas semanas. Sin embargo, cuando el corazón está crecido entonces tardará meses para resolver el problema.

En cuanto a la madre: Desafortunadamente, muchas diabéticas llegan al consultorio cuando la gestación ya se encuentra adelantada o, incluso, cuando se presentan señales de serias complicaciones. Si los niveles de glucosa no son rigurosamente controlados durante la gestación, existe un riesgo muy aumentado de mortalidad perinatal, abortos, anomalías congénitas y traumatismos durante el parto.

Por otro lado, las embarazadas que tienen un seguimiento médico adecuado, tienen la misma posibilidad de tener un bebé sano que las mujeres no diabéticas.

  • Si tienes diabetes, el mejor momento para controlar tu nivel de glucosa en sangre, también denominado nivel de azúcar en sangre, es antes de quedar embarazada. Los niveles altos de glucosa en sangre pueden ser perjudiciales para tu bebé durante las primeras semanas de embarazo, incluso antes de saber que estás embarazada.
  • Mantener tu nivel de glucosa en sangre lo más cercano posible a los valores normales antes de su embarazo y durante este es la medida más importante que puedes tomar para mantenerte sana y tener un bebé sano.
  • Antes de quedar embarazada, puedes planificar y prepararte para tener un embarazo saludable y un bebé sano. Si tienes diabetes y ya estás embarazada, puedes asegurarte de que estás haciendo todo lo que puedes para cuidar tu salud y tu diabetes durante el embarazo.
  • Acudir a las citas con los médicos especialistas te garantizará el mejor cuidado.
  • Durante el embarazo, el medicamento para la diabetes más seguro es la insulina. Tu equipo médico trabajará contigo para elaborar una rutina personalizada de uso de insulina. No es seguro tomar algunos medicamentos durante el embarazo y antes de quedar embarazada debes hablarlo con tu médico para que él te diga cuáles debes dejar o cuales debes suplir con otros medicamentos que no hagan daño a tu bebé en desarrollo.
  • Durante su embarazo te harán pruebas para controlar la salud del bebé.
  • Mediante el amamantamiento, puedes dar al bebé un comienzo saludable.

Referencias

 

Complicaciones, Durante, Otras

Enfermedades crónicas y embarazo

Introducción

Ser mamá es la ilusión de la mayoría de las mujeres, pero qué pasa cuando alguna condición crónica impide el embarazo por afectar y/o poner en riesgo la salud de la mamá. Un elemento básico a considerar para la maternidad, son las enfermedades crónicas, que en general pueden poner en riesgo la salud de madre e hijo.

¿Qué se considera una enfermedad crónica?

Crónica se considera a toda condición de salud que presenta un periodo largo de evolución o bien que no tenga determinada su temporalidad, en cuanto a tratamiento y cura, por ello este tipo de enfermedades son consideradas también como padecimientos degenerativos.

Para considerarse “crónico degenerativo” un padecimiento no tiene que ser grave, de hecho algunas de las enfermedades  de este tipo se encuentran en el terreno de lo común. Tal es el caso de: la diabetes, hipertensión, hipotiroidismo, hipertiroidismo y hasta obesidad, condiciones que son cada día más frecuentes entre la población en edad reproductiva.

También existen otro tipo de padecimientos crónicos que se desarrollan por algún tipo de defecto congénito y para los cuales también se deben tener cuidados especiales En este caso, cuando se habla de embarazo es necesario consultar con el médico en cada caso particular, pues el manejo y tratamiento depende del estado general de la mujer y su historia clínica.

¿Qué sucede si tengo una enfermedad crónica y quiero embarazarme?

Hace años era inviable que estas mujeres pudieran tener un hijo, pero actualmente, entre otras cosas, gracias a los avances farmacológicos, sus embarazos transcurren sin grandes problemas.

Tu médico te informará acerca del efecto que puede tener el embarazo sobre la enfermedad y del efecto que ésta y su medicación tendrán en el feto; éste puede ser el caso de mujeres con: diabetes, asma, enfermedad inflamatoria intestinal, psicosis maníaco-depresiva, patología autoinmune, artritis reumatoide, enfermedades cardiacas, renales, tiroideas o fenómenos tromboembólicos, hipertensión arterial (HTA), infección por el virus de la hepatitis B (VHB), infección por el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana), tuberculosis o fenilcetonuria.

Si padeces de alguna de estas enfermedades crónicas que implican la necesidad de continuar con un tratamiento médico,  es necesario que consultes a tu médico antes de buscar un embarazo para que la gestación tenga lugar en las mejores circunstancias. El equipo médico sólo autorizará el embarazo cuando la enfermedad esté bajo control gracias a un tratamiento.

A partir de ese momento y hasta después del parto, deberás tener una mayor supervisión médica, tanto por parte del médico especialista en tu enfermedad como por parte del equipo obstétrico.

El embarazo está contraindicado cuando se sufren determinadas enfermedades graves, como afecciones cardíacas severas que podrían poner en peligro la vida de la madre.

Afortunadamente, estos casos son poco frecuentes y la mayoría de las veces es posible tener un hijo gracias al tratamiento de la enfermedad.

Diabetes mellitus

Si tienes este tipo de diabetes deberías hablar con tu obstetra antes de quedar embarazada. El embarazo en una mujer diabética, -independientemente del tratamiento- requiere controles muy estrictos porque es muy difícil mantener niveles estables de glucosa en sangre durante el embarazo.

Antes de la concepción, es necesario evaluar las complicaciones renales y oculares atribuibles a la diabetes. En el transcurso del embarazo se hará un seguimiento estricto de la glicemia (nivel de la glucosa en sangre) para adaptar las necesidades de insulina.

Las ecografías permitirán controlar la ausencia de malformaciones y el crecimiento del feto. Por lo general, el parto se provoca al principio del noveno mes para prevenir el riesgo de complicaciones durante las últimas semanas (muerte fetal in útero) y evitar que el bebé sea demasiado grande (macrosomía) y con poca maduración pulmonar, una complicación muy frecuente en madres diabéticas. Por otro lado, el índice de cesáreas es más elevado en estos casos.

Sin embargo si los niveles de glucosa en sangre han sido bien controlados puede esperarse un embarazo sin complicaciones asociadas y un desencadenamiento de parto espontáneo.

A continuación respondemos algunas de las preguntas más frecuentes que se formula una mujer diabética que busca un embarazo y dudas que le pueden surgir en el transcurso de los nueve meses de gestación.

¿Por qué se considera un embarazo de alto riesgo?: La hiperglucemia (concentración de glucosa en sangre mayor a lo normal) elevada y por tiempos prolongados está asociada a interrupciones espontáneas del embarazo, malformaciones del bebé, exceso de peso del bebé y, como consecuencia, partos más dificultosos.

¿Si tengo retinopatía diabética puedo embarazarme?: No es una contraindicación para quedar embarazada, pero requiere de tratamiento previo al embarazo (idealmente con láser) y un control permanente con el médico oftalmólogo durante todo el transcurso del embarazo.

¿Si tengo proteinuria puedo embarazarme?: No está demostrado que la nefropatía diabética (enfermedad renal causada por la diabetes) se agrave durante el embarazo. Con tratamientos farmacológicos puede manejarse sin riesgos importantes para el bebé. En el caso particular de que la proteinuria esté asociada a insuficiencia renal (que se manifiesta por el aumento de la creatinina en sangre), NO se aconseja el embarazo.

¿Mi hijo corre riesgos de ser diabético en el futuro si soy diabética insulino-dependiente?: El riesgo existe, pero es sólo un poco mayor que el de la población general. Se puede estudiar el riesgo mediante marcadores específicos en sangre del bebé lo que puede permitir, en algunos casos, tratamientos preventivos.

Durante el embarazo, ¿es necesario aumentar los controles diarios de la glucemia?: Es un período en el que hay que mantener un perfecto control glucémico, por lo que serán necesarios varios controles diarios para llegar a una dosis justa de insulina. El especialista te dará un programa que deberás seguir estrictamente.

¿Cuáles son los riesgos para mi bebé cuando tengo hiperglucemias prolongadas?: El mal equilibrio de las glucemias en las primeras semanas de la concepción puede ser el origen de malformaciones congénitas. Durante el transcurso del segundo y tercer trimestre los riesgos de la hiperglucemia son aumento exagerado de peso del bebé (macrosomía).

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¿Puedo continuar inyectándome la insulina en la piel del abdomen?: La inyección subcutánea es muy superficial y no trae ningún riesgo al bebé, además la piel abdominal es un lugar en donde la absorción de la insulina es muy buena.

¿Por qué la importancia de controlar regularmente la presión arterial?: El riesgo de hipertensión arterial está aumentado, si la detección es precoz se puede iniciar un tratamiento que evite complicaciones.

¿El embarazo favorece las infecciones urinarias?: En el caso de diabetes, las infecciones urinarias son frecuentes y pueden alterar el control metabólico de las glucemias. Debe controlarse mediante cultivos de orina durante todo el embarazo, para prevenir complicaciones.

¿Cuáles son los riesgos inmediatos del recién nacido?: Lo habitual son las hipoglucemias, especialmente en los bebés macrosómicos. En los casos de bebés prematuros el riesgo es la inmadurez pulmonar.

¿Puedo volverme diabética durante el embarazo si no lo era?: Sí. Se llama diabetes gestacional y es la que se diagnostica durante el embarazo. Durante el embarazo, debido a la acción de hormonas placentarias, se desarrolla lo que se conoce como diabetes gestacional.

¿Es importante la dieta que siga durante el embarazo? El nutriólogo te enseñará a controlar el azúcar de sangre controlando lo que se come, cuánto carbohidratos (los azúcares y los almidones, se convierten en el azúcar de sangre en nuestros cuerpos). Comer menos carbohidratos previene que se eleve el nivel de azúcar en la sangre. Algunos carbohidratos se digieren más lentamente y por lo tanto elevan el nivel menos que otros.

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En una dieta adecuada, se determinarán las cantidades correctas de los diversos alimentos y diseñarán un menú basado en tu horario, los alimentos que te gustan, tus niveles de azúcar de sangre y necesidades alimenticias en el embarazo. El desayuno es generalmente muy pequeño porque las hormonas del embarazo -que elevan el nivel de la glucosa en sangre- están en los niveles más altos por la mañana.

Hipertensión arterial

¿A qué se llama tensión arterial? A la presión que ejerce la sangre al pasar por las arterias o vasos sanguíneos que van desde el corazón a todo el organismo.

  • La presión arterial considera normal está en un rango de: 90/60 y 120/80 mm Hg
  • Valores por encima de 140/90 mm de mercurio son indicativos de presión arterial alta o hipertensión
  • Valores por debajo de 90/60 son indicativos de tensión arterial baja o hipotensión.

Cuando las cifras de presión sanguínea son superiores a 140/90 mmHg se considera una persona hipertensa. Las causas de hipertensión arterial pueden relacionarse con problemas en las arterias renales, producción de sustancias que inducen una constricción de los vasos sanguíneos y hasta tumores, como los de las glándulas suprarrenales.
Otras veces, no se encuentra ninguna razón que la justifique y a esto se denomina hipertensión esencial. Es más frecuente en personas mayores de 40 años pero puede ocurrir a cualquier edad.

La tensión arterial en el Embarazo: Antes del embarazo, conviene valorar las consecuencias de la hipertensión arterial en el organismo y adaptar el tratamiento.

Durante el embarazo la tensión puede sufrir ligeras variaciones. Generalmente en el primer control se establece la tensión arterial de base. La tensión arterial suele bajar los primeros meses de embarazo.

Algunos medicamentos podrían provocar anomalías en el feto, como los inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina, que son susceptibles de generar malformaciones renales.

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De ahí la importancia de consultar al cardiólogo antes de quedar embarazada. Durante el embarazo, el equipo médico comprueba frecuentemente la tensión arterial y vigila la aparición de posibles síntomas de preeclampsia. Asimismo, controla regularmente el crecimiento del feto, ya que la hipertensión podría provocar un crecimiento intrauterino retardado.

Hipotiroidismo

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La glándula tiroides, ubicada a nivel del cuello, es una de las más importantes del organismo. A partir de un sustrato, el yodo, esta glándula produce hormonas que intervienen en la regulación de muchas funciones como la reproductiva, el control de la temperatura corporal y la tensión arterial.

La hormona tiroidea más importante es la tiroxina y cuando sus niveles plasmáticos son inferiores a lo normal provoca síntomas clínicos como cansancio, somnolencia, sequedad de la piel, incremento del peso, caída de cabello, entre otros.

A veces su causa es la falta de ingestión de suficiente yodo (proviene del agua que ingerimos) y se lo denomina bocio endémico o falta de capacidad de la glándula para aprovechar el yodo de la alimentación. A este cuadro se los denomina hipotiroidismo. El hipotiroidismo se trata con la administración de hormona tiroidea exógena (T4).

Es muy importante que si buscas un embarazo o si estás embarazada, te encuentres bajo correcta medicación, ya que niveles bajos de tiroxina están asociados a riesgos de interrupción del embarazo durante el primer trimestre, parto prematuro y a complicaciones en la madre como  preeclampsia (hipertensión del embarazo).

Además algunos estudios preliminares demostraron que los niños nacidos de madres con hipotiroidismo durante el embarazo tenían un coeficiente intelectual disminuido y trastornos en el desarrollo psicomotor. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que, con el tratamiento adecuado, los embarazos con hipotiroidismo pueden ser totalmente saludables y sin complicaciones futuras en el bebé.

Hipertiroidismo

Es un cuadro caracterizado por un exceso de actividad o producción de hormona tiroidea. Cuando sus niveles plasmáticos son superiores a lo normal provoca síntomas clínicos como taquicardia, irritabilidad, insomnio, exoftalmía, sudoración e hipertensión arterial, entre otros.
Esta enfermedad puede agravarse con el embarazo debido a que la placenta produce tiroxina (la hormona que está en exceso). Debes programar tu embarazo con tu médico de cabecera y sólo buscarlo cuando tu enfermedad se encuentre compensada.

Asma

El asma severo y sin control puede complicar el embarazo aunque estos riesgos desaparecen si la embarazada se encuentra bajo control médico a lo largo de toda la gestación. Solamente las crisis muy severas de asma en la madre, y que lleven a una muy mala oxigenación materna, pueden llegar a provocar en el bebé falta de oxigenación (hipoxemia fetal) que pueden afectar su salud.

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En la actualidad estos episodios no son frecuentes ya que existen una amplia gama de medicamentos que se pueden usar y que no afectan al embarazo ni al bebé.

¿Qué puedo hacer para evitar las complicaciones? Lo ideal es hacer controles en conjunto con el obstetra y el neumólogo o alergista, para un control adecuado de la enfermedad, y tener la seguridad de un embarazo y parto sin complicaciones.
También será importante que sigas los siguientes consejos:

  • No fumes.
  • Evita el contacto con productos que te produzcan una crisis. Trata de identificar todos los factores desencadenantes de tus crisis para poder evitarlos. Los más comunes son el polen, hongos domésticos, humo del cigarrillo y productos de limpieza hogareña. Si estabas realizando un tratamiento “desalergizante” con inyecciones puedes continuarlo sin problemas, incluso estos tratamientos pueden comenzarse durante el embarazo.
  • Prevén las enfermedades más comunes: En lo posible evita resfríos, gripes y otras infecciones respiratorias.
  • Toma el medicamento prescrito por tu médico. Ante una crisis, tómalo lo antes posible. En presencia de un acceso asmático, inicia en forma inmediata para evitar la deprivación de oxígeno de tu bebé, si no mejoras, concurre a algún centro médico asistencial para un tratamiento más enérgico.

¿Qué sucede con la “falta de aire” del último trimestre del embarazo? La “falta de aire” en el último trimestre es un síntoma habitual en todas las embarazadas, pero suele alarmar a una mujer asmática aunque no sea peligrosa. Sin embargo a medida que se agranda el útero, la capacidad pulmonar a veces se ve modificada y puede ser motivo de accesos asmáticos, en estos casos, comienza con tu medicación lo antes posible.

¿Mi hijo corre riesgos de ser asmático? Las alergias y el asma tienden a heredarse, por lo que es importante alejar a tu bebé del contacto con sustancias alergénicas, alimentándolo a pecho exclusivamente por los primeros 6 meses de vida.

Enfermedad Celíaca

¿Qué es la enfermedad celíaca? La enfermedad celíaca, también conocida como enteropatía inducida por el gluten, es una lesión que afecta la parte superior del intestino delgado, lugar donde se produce la mayor absorción de nutrientes. A pesar de no ser una complicación propia del embarazo, la mamá con esta patología la conoce desde antes del embarazo con lo cual mantiene una dieta estricta y correcta durante el mismo.

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¿Por qué se produce? La patología se produce por una hipersensibilidad genética a sustancias que se encuentran en el gluten de trigo, avena, cebada y centeno, que provocan alteraciones de las vellosidades del intestino y anulan su función de absorción.

¿Cuáles son los síntomas? Los síntomas pueden ser variados, desde dolores tipo cólicos, flatulencia (gases) o diarrea explosiva.

¿Cuál es el tratamiento? La enfermedad mejora suprimiendo el gluten de la dieta y reaparece al incorporarlo, con lo cual en la dieta se debe suprimir los alimentos que contengan estas harinas pero a su vez cubrir todos las recomendaciones alimentarias para el embarazo.

¿Qué alimentos se deben suprimir de la dieta? Los alimentos que no se pueden ingerir son los siguientes cereales (y todos los alimentos derivados o que los contengan):

  • Trigo
  • Avena
  • Cebada
  • Centeno

La lista es larga con lo cual toda paciente que posea la enfermedad debe leer muy bien las etiquetas de los alimentos para saber cuál es su composición.

¿Qué alimentos se pueden utilizar? Las harinas que se pueden utilizar sin problema son las siguientes:

  • Maíz
  • Arroz
  • Soja
  • Almidón puro de trigo
  • Mandioca

¿Qué es la intolerancia a la lactosa? En la primera etapa de la enfermedad también se puede producir intolerancia a la lactosa. La lactosa es el hidrato de carbono de la leche y su presencia en el intestino con ausencia de una enzima puede producir diarreas o cólicos, con lo cual, en la dieta se debe suprimir la leche y los yogures, reemplazándolos por leche sin lactosa.
A pesar de todas las recomendaciones se aconseja consultar con un especialista para tener una dieta ordenada y equilibrada y consumir los alimentos que no contengan las harinas antes mencionadas

Enfermedad de Von Willebrand

¿Qué es la enfermedad de Von Willebrand? La enfermedad de Von Willebrand es una a alteración hereditaria en la coagulación de la sangre, debida a un déficit en el factor VIII coagulatorio y prolongación en el tiempo de sangrado.
Se caracteriza por retardo en la formación del coágulo en el proceso de cicatrización de las heridas. Se transmite en forma autosómica dominante de padres a hijos, lo que significa que siempre es heredada por los hijos de padres con esta enfermedad.

La tendencia a la hemorragia en las mujeres afectadas, es afortunadamente muy baja, por lo cual muy pocas veces se la diagnostica. Se piensa que es una enfermedad que padece el 1% de la población, lo que le otorga el privilegio de ser la “coagulopatía hereditaria” más frecuente.

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¿Cómo se detecta? A veces esta enfermedad se diagnostica durante la infancia debido al retraso en la cicatrización de heridas, hemorragias muy frecuentes nasales o en las encías, o por la aparición de hematomas por golpes sin importancia. También puede dar su primer síntoma en la pubertad, con la primera menstruación, causando menstruaciones más abundantes y más largas. Es muy raro que sean causa de complicaciones importantes como anemias refractarias al tratamiento o hemorragias importantes.

¿Qué pasa durante el embarazo? Durante la gestación, esta enfermedad no aumenta los riesgos de interrupciones del embarazo, pero en los pocos casos que están asociados con tendencia a la hemorragia, hay riesgos de hemorragia postparto. Los cambios hormonales del embarazo pueden alterar los factores de la coagulación y podrían incluso normalizar el factor VIII, disminuido habitualmente en esta enfermedad.

¿Cuál es el tratamiento? En la mayoría de las veces no se requiere de tratamientos especiales, pero en los casos con antecedentes de hemorragias nasales espontáneas, o post extracción dental, el ginecólogo tendra la precaución de disponer en el día de parto plasma o concentrado de factor VIII, o crioprecipitados, que se utilizan en forma endovenosa para el tratamiento durante el parto o el postparto.

Fenilcetonuria (PKU)

Es una enfermedad metabólica, que se transmite genéticamente (produce una alteración en la enzima fenilalanina hidroxilasa, produciéndose un aumento de los niveles de fenilalanina en sangre).
Actualmente, se ha comprobado que las mujeres jóvenes que padecen esta enfermedad, deben seguir estrictamente una dieta especial desde tres meses antes del embarazo y continuarlas durante el mismo.

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De esta manera, pueden controlar los niveles de fenilalanina en la sangre para poder tener un bebé sano. Necesitarán realizarse análisis de sangre por lo menos una vez a la semana durante todo el embarazo para asegurarse de que los niveles de fenilalanina en la sangre no sean muy elevados.

Epilepsia

El embarazo puede influir de distintos modos en la epilepsia, cuyo tratamiento debe mantenerse y, en caso necesario, adaptarse. Por lo general, la enfermedad no incide en el desarrollo del embarazo ni en el parto en sí, salvo en las formas de epilepsia favorecidas por una respiración rápida (en cuyo caso la mujer debe limitar sus esfuerzos expulsivos).

En cambio, las malformaciones fetales son más frecuentes por razones genéticas o debido al consumo de medicamentos antiepilépticos, en particular cuando es necesario tomar más de uno. Lo ideal sería tomar un único medicamento contra la epilepsia durante el embarazo. El médico receta suplementos de ácido fólico antes de la concepción y durante el primer trimestre, ya que los antiepilépticos reducen su nivel.

Estos suplementos ayudan a prevenir posibles defectos del tubo neural (espina bífida). Durante el último mes, y en función del tratamiento que siga, la futura madre deberá tomar suplementos de vitamina K, ya que algunos antiepilépticos dificultan su absorción y exponen al recién nacido a complicaciones hemorrágicas.
Por último, dado que los antiepilépticos entran en la placenta, es posible que el bebé presente un síndrome de abstinencia, algo que los pediatras deberán tener en cuenta. La lactancia está contraindicada en la mayoría de los casos.

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Es importante mantener la dosis de medicación mínima que controle el riesgo de crisis epiléptica y de ser posible, que sea un solo medicamento; incluso algunos investigadores recomiendan retirar la medicación previo al embarazo, si en los dos o tres años previos no se han presentado crisis.

Enfermedades cardíacas

El trabajo del corazón de una mujer embarazada aumenta desde el primer mes de gestación hasta el segundo mes después del parto. Un organismo sano tolera este incremento sin ningún problema, pero no ocurre lo mismo cuando el corazón está enfermo (aunque la paciente haya sido operada).

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El médico autorizará el embarazo en función de la gravedad de la enfermedad y de los riesgos que pueda entrañar. Algunos medicamentos recetados en cardiología pueden estar contraindicados durante la gestación. Además, es necesario adaptar el tratamiento en función de cada caso antes de la concepción.

Enfermedad tromboembólica o trombosis

Si tú, o algún pariente próximo han sufrido una flebitis o una embolia pulmonar, deberás informar al médico en cuanto sepas que estás embarazada. En efecto, el embarazo constituye un factor de riesgo que, en una mujer propensa, puede desencadenar una flebitis o una embolia pulmonar, preeclampsia o aborto recurrente.
Se recomienda la utilización de medias de compresión (actualmente disponibles en diseños muy actuales) y, en determinados casos, un tratamiento anticoagulante durante el embarazo y el puerperio.

Cáncer

Los tipos de cáncer más frecuentes en la mujer joven son los de mama, cuello uterino y tiroides, los melanomas y las enfermedades de la sangre (hemopatías).
Cuando el tratamiento del cáncer no ha eliminado la posibilidad de un embarazo, éste suele ser autorizado entre dos y cinco años después de superar la enfermedad.

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Es posible que el cáncer se detecte al inicio del embarazo, en cuyo caso deberá ser tratado por un equipo multidisciplinario. El cáncer en sí mismo y la cirugía no afectan al bebé, pero la quimioterapia puede causar defectos al nacimiento y, por lo tanto, el médico preferirá iniciar su administración hasta que el bebé pueda ser viable y se adelante el parto.
Para una información más amplia, consulta en la sección de “Complicaciones”: https://2022.infogen.org.mx/category/embarazo/complicaciones/ , el tipo de cáncer que sea de   tu interés.

Lupus eritematoso sistémico (SLE)

Este trastorno autoinmune puede provocar síntomas similares a los de la artritis, enfermedad renal y erupción cutánea, y también incrementar el riesgo de aborto espontáneo o de parto prematuro.

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Sin embargo, cuando una mujer afectada no ha presentado síntomas durante por lo menos seis meses, lo más probable es que disfrute de un embarazo saludable. La atención médica antes de la concepción es importante para determinar cuál es el mejor momento para quedar embarazada.

Enfermedad renal

Las mujeres que padecen enfermedad renal crónica deben consultar a su médico antes de quedar embarazadas para determinar si el embarazo es seguro para ellas y para su bebé.
Algunas mujeres con enfermedad renal grave pueden sufrir más daño renal durante el embarazo y sus bebés pueden estar expuestos a un riesgo mayor de muerte y de falta de desarrollo.
Otras mujeres que padecen enfermedad renal leve por lo general tienen embarazos saludables, aunque deben asegurarse de que su presión arterial esté bajo control desde antes del embarazo.

Anorexia o bulimia

La anorexia y la bulimia son enfermedades psicológicas que pueden hacer que las personas afectadas se obsesionen con su peso corporal y quieran disminuirlo constantemente.
Los laxantes y los diuréticos pueden dañar al bebé en desarrollo y deben evitarse durante el embarazo. La desnutrición del bebé en desarrollo puede provocar disminución en el crecimiento fetal y bajo peso al nacer.
Es importante controlar este problema antes del embarazo.

Esclerosis múltiple

La esclerosis múltiple es una enfermedad que provoca trastornos neurológicos, que evoluciona por brotes y de forma muy imprevisible. El embarazo es posible cuando la esclerosis múltiple se mantiene estable y no requiere ningún tratamiento inmunodepresor.
De todas formas, será el médico quien valore la situación en función de la evolución de la enfermedad (que varía mucho de una mujer a otra) y los tratamientos necesarios.
Por lo general, los síntomas no empeoran durante el embarazo, pero la enfermedad puede evolucionar en los meses siguientes al parto. El seguimiento médico no presenta ninguna particularidad: basta con vigilar la posible aparición de una infección urinaria. La epidural no está contraindicada durante el parto.

VIH O Sida

Es importante que tu médico sepa si tú o tu pareja han tenido conductas de alto riesgo, si te han puesto alguna transfusión sanguínea, si sospechas que alguno de ustedes dos tiene enfermedades de transmisión sexual.
El sida es una enfermedad viral que se transmite por vía sexual, sanguínea y de madre a hijo a través de la leche materna. El embarazo no parece incidir en la evolución de la enfermedad en una mujer seropositiva (que sea portadora del virus y no presente ningún síntoma de la enfermedad). Sin embargo, cuando no se sigue ningún tratamiento, el virus se transmite de madre a hijo durante el embarazo o el parto en el 25% de los casos.
Este índice ha disminuido de forma considerable gracias a los actuales tratamientos antivirales. Las embarazadas seropositivas son derivadas a 
centros obstétricos especializados.

Consecuencias para el niño. El riesgo de transmisión del virus de la madre al hijo es proporcional a la carga viral (cantidad de virus presentes en el organismo de la mujer). Sin embargo, es imposible determinar durante el embarazo si el feto está o no contaminado, ya que con la punción de sangre fetal se correría el riesgo de inocular el virus a un feto seronegativo.

La mitad de los niños que son seropositivos al nacer desarrollan la enfermedad. En cuanto a los demás, los especialistas no tienen la suficiente perspectiva para evaluar la evolución de su estado de salud.

Posibles soluciones. Las mujeres seropositivas son informadas de los riesgos que corre el feto y pueden optar por una interrupción del embarazo (cuando éste es legal). En caso de seguir adelante con el embarazo, se someten a una supervisión médica y obstétrica combinada con el seguimiento de un especialista.

El tratamiento que siguen estas embarazadas reduce significativamente el riesgo de transmisión de la madre al feto y se basa en la administración de medicamentos antivirales durante el embarazo y el parto. Cuando la carga viral es baja y el número de glóbulos blancos es suficiente, el equipo obstétrico puede autorizar el parto por vía vaginal; en caso contrario, debe practicarse una cesárea.

Después del nacimiento, el equipo de pediatría se encarga del seguimiento del recién nacido, que recibe sistemáticamente un tratamiento con antivirales durante seis semanas. Por el momento se desconocen los efectos a largo plazo del tratamiento antiviral in útero y durante los primeros años de vida.

La lactancia está contraindicada. La ayuda psicológica es esencial para la madre, a quien se aconseja el uso de un anticonceptivo eficaz combinado con el preservativo.

En mujeres seronegativas con pareja seropositiva, existe la posibilidad de inseminación artificial con semen lavado y libre de virus.

Referencias

Alteraciones del Líquido Amniótico
Complicaciones, Embarazo, Otras

Alteraciones del líquido amniótico: oligohidramnios, polihidramnios

¿Qué es el líquido amniótico?

Es un líquido claro y ligeramente amarillento que rodea el bebé dentro del útero (feto) durante el embarazo y que está contenido en el saco amniótico.

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Es uno de los componentes fundamentales para el desarrollo normal de un bebé durante el embarazo. Se encuentra presente ya a los 16 días de la fecundación, cuando el bebé es un pequeñísimo conjunto de células.

¿Qué contiene?

El líquido amniótico es un líquido completamente limpio. Tiene agua, proteínas, sales minerales como sodio, potasio y calcio, azúcar, hormonas y ¡uf! muchos nutrientes más.

¿Cuál es la función del líquido amniótico?

El líquido amniótico cumple numerosas funciones para el feto, a saber:

  • Protege a tu bebé de las lesiones externas al amortiguar golpes o movimientos súbitos.
  • Permite el movimiento libre del bebé lo que ayuda en el desarrollo normal de los músculos y de los huesos.
  • Mantiene al feto a una temperatura relativamente constante para el medio ambiente que lo rodea, protegiéndolo así de la pérdida de calor.
  • Permite el desarrollo apropiado de los pulmones: cuando respira el líquido se va preparando para el momento en que tome aire.
  • Prepara sus vías urinarias: toma grandes cantidades de líquido amniótico y luego lo hace pipí.
  • Es una fuente de nutrimentos y de líquido.
  • Desarrolla el gusto: Porque cuando el líquido pasa por su lengüita prueba el sabor de las cosas que hayas comido.
  • Es un medio útil para valorar la salud y la madurez fetal.
  • Es un medio útil para administrar medicación al feto.
  • Es un elemento favorecedor de la dilatación cervical en el momento del parto.
  • El líquido amniótico es también una valiosa fuente de células madre.

¿De dónde proviene el líquido amniótico?

La bolsa o membrana que envuelve al embrión se forma alrededor de 12 días después de la concepción. El líquido amniótico (LA) comienza a llenar esa bolsa de forma inmediata. En estas primeras semanas del embarazo, el líquido amniótico está compuesto principalmente de agua suministrada por la madre; el líquido pasa de tu sistema circulatorio al saco amniótico.

Hasta las 20 semanas, la participación materna es fundamental en la formación del LA, con algunas secreciones fetales, digestivas y respiratorias y escasa participación de la membrana amniótica. Existe, a esta edad gestacional (EG), una gran similitud entre el LA y el plasma materno, que puede considerarse una diálisis materna.

A partir de las 20 semanas, comienza la participación fetal en la formación del LA, cada vez más relevante, fundamentalmente a través de los riñones y pulmones. El funcionamiento renal fetal comienza hacia las 14 semanas, pero muy poco importante. Después de esto, el fluido está compuesto principalmente por orina fetal.

Durante el segundo trimestre, el bebé es capaz de inhalar el fluido de modo tal que entra en sus pulmones y también de tragarlo, promoviendo el desarrollo y el crecimiento normal de los pulmones y de su sistema digestivo. El bebé hace circular constantemente este líquido al tragarlo e inhalarlo, reemplazándolo a través de la exhalación y de la micción (orina) renovando el volumen total de líquido amniótico varias veces al día.

Al parecer, es la interacción entre estos- el flujo urinario fetal y la deglución- la encargada de mantener un balance adecuado en el volumen de líquido amniótico.

¿Cambia la cantidad de líquido amniótico durante el embarazo?

El volumen de líquido amniótico se mantiene por un balance entre la producción y la absorción, pero va aumentando aumenta conforme avanza el embarazo y el bebé crece.

Existen en promedio 30 ml a las 10 semanas, 190 ml a las 16 y alrededor de 780 ml entre las 32 y 35.

Después de las 36 semanas la cantidad de líquido se mantiene estable o puede comenzar a disminuir lenta y progresivamente hacia el final del embarazo pero nunca debe desaparecer.

¿Qué tipo de alteraciones pueden existir en el balance de la cantidad de líquido amniótico?

Sin embargo, a veces el sistema falla y esto da como resultado muy poca o demasiada cantidad de líquido amniótico.

  • Cuando se encuentra aumentado recibe el nombre de polihidramnios;
  • Cuando se encuentra disminuido se llama

Los problemas relacionados con el líquido amniótico se presentan aproximadamente en el 7 por ciento de los embarazos. Cantidades insuficientes o excesivas de líquido amniótico están ligadas a anormalidades en el desarrollo y complicaciones del embarazo. Las diferencias en la cantidad del líquido pueden ser la causa o la consecuencia del problema.

De acuerdo a la organización March of Dimes, alrededor del 4 por ciento de las mujeres embarazas presentan niveles bajos de líquido amniótico en algún momento, por lo general en el tercer trimestre. Entre aquellas que permanecen embarazadas dos semanas después de su fecha de parto, el 12 por ciento presenta esta complicación.

¿Cómo puedo saber si tengo algún problema en los niveles de líquido amniótico?

El médico seguramente sospechará que tienes este problema si estás perdiendo líquido, si el tamaño de tu útero está por debajo de lo normal para la etapa del embarazo en la que te encuentras o si estás sintiendo menos movimientos fetales.

El médico posiblemente estará también alerta si ya tuviste un bebé con bajo crecimiento. También si tienes hipertensión arterial crónica, preeclampsia, diabetes o lupus, o bien, si te pasaste de la fecha de parto.

Para averiguar qué es lo que está pasando, te pedirá una ecografía (ultrasonido). El técnico medirá los focos más grandes de líquido amniótico en cuatro secciones diferentes del útero y los sumará para ver en dónde te encuentras dentro del índice de líquido amniótico. Lo normal durante el tercer trimestre es que mida entre 5 y 25 centímetros (cm).

Si el nivel del líquido es de más de 25 centímetros, la mujer sufre de polihidramnios (en algunos países le llaman “hidramnios”).

Si la profundidad del líquido amniótico mide menos de 5 centímetros, la mujer embarazada sufre de oligohidramnios.

Polihidramnios

Alrededor del 2 por ciento de las mujeres embarazadas tienen demasiada cantidad de líquido amniótico, la mayoría de los casos son leves y vienen como resultado de una acumulación gradual de líquido excesivo durante la segunda mitad del embarazo.

Sin embargo, un porcentaje menor de mujeres sufren una rápida acumulación del líquido durante las primeras 16 semanas del embarazo.

¿Cuáles son las causas del polihidramnios?

Existen varias causas del hidramnios. Generalmente, se debe a una producción excesiva de líquido o a la existencia de un problema con el líquido absorbido, o ambos. Los factores relacionados con el hidramnios incluyen los siguientes: puede presentarse por causas maternas, fetales, de la placenta o idiopáticas.

Causas maternas

  • Diabetes Mellitus: El polihidramnios se observa en el 1.5 a 66% de todos los embarazos de mujeres diabéticas. La diabetes mellitus puede ser responsable de aproximadamente un 15% de todos los polihidramnios.
  • Isoinmunización (por incompatibilidad al Rh): Anticuerpos que destruyen los glóbulos rojos del bebé. Sin embargo representan sólo el 1% de las causas de polihidramnios.
  • Litio: El tratamiento materno con litio ha sido asociado con polihidramnios probablemente por el desarrollo de diabetes insípida fetal.

Causas placentarias: las causas más frecuentes de polihidramnios son el corioangioma placentario (tumor benigno de la placenta) y el síndrome de la placenta circunvalada (cuando presenta una depresión central, rodeada de una zona anular blanquecina engrosada), representando menos del 1%.

Causas fetales:

Malformaciones fetales: Representan el 20% aproximadamente de las causas de polihidramnios. Las malformaciones congénitas que con mayor frecuencia se asocian a polihidramnios son las del sistema gastrointestinal y sistema nervioso central (SNC).

  • Sistema gastrointestinal: representan el 39% de las malformaciones congénitas que se asocian a polihidramnios. Las más frecuentes son: atresia esofágica, atresia o estenosis duodenal, páncreas anular, hernia diafragmática y defectos de la pared abdominal (onfalocele y gastrosquisis).
  • Sistema Nervioso Central (SNC): representan el 26% de las malformaciones congénitas que se asocian a polihidramnios. Las anormalidades del SNC que más frecuentemente se asocian a polihidramnios son los defectos del cierre del tubo neural tales como anencefalia, espina bífida o encefalocele. Sin embargo, otras malformaciones del SNC como hidrocefalia, microcefalia, holoprosencefalia, hidranencefalia o síndrome de Dandy Walker también pueden asociarse con polihidramnios.
  • Sistema cardiovascular: representan el 22%. Malformaciones tales como incompetencia valvular, estenosis valvular, arritmias o enfermedad de Ebstein pueden producir polihidramnios.
  • Sistema genitourinario: representan alrededor del 10%. Son generalmente anomalías renales unilaterales tales como hamartoma renal (tumor renal), riñón poliquístico o nefroma mesoblástico (tumor renal).
  • Sistema respiratorio: las malformaciones respiratorias producen polihidramnios al interferir con los movimientos respiratorios con la consecuente interrupción de la transferencia normal de líquido amniótico a través de los pulmones.
  • Sistema musculoesquelético: Las malformaciones del sistema musculoesquelético tales como displasia esquelética, osteogénesis imperfecta, acondroplasia, enanismo tanatofórico, distrofia miotónica o Síndrome de hipocinesia-acinesia fetal, producen polihidramnios secundario a la compresión o restricción del tórax fetal o disminución de los movimientos fetales.
  • Anemia fetal: En ocasiones aún menos frecuentes, la presencia de polihidramnios puede ser un signo de que el bebé tiene anemia grave ocasionada por una incompatibilidad de Rh o una infección como la quinta enfermedad. En ambos casos, el problema puede tratarse con una transfusión de sangre intrauterina. En el caso de la quinta enfermedad, es posible que el bebé se recupere sin ningún tratamiento.

Anomalías cromosómicas: trisomías 18 y 21.

Infecciones intrauterinas: la incidencia de infecciones intrauterinas en el polihidramnios es incierta, pero se sabe que tanto la rubéola, toxoplasmosis, citomegalovirus, parvovirus y sífilis producen hídrops fetal (hinchazón del bebé) de tipo no inmunológico.

Embarazo múltiple: la incidencia de polihidramnios en el embarazo múltiple varía entre el 7 y 12%. Las causas del mismo pueden ser las mismas que las de un embarazo único o ser propias del embarazo múltiple, tal como el síndrome de transfusión entre gemelos.

¿Cuáles son los síntomas del polihidramnios o hidramnios?

A continuación, se enumeran los síntomas más frecuentes del polihidramnios. Sin embargo, cada mujer puede experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:

  • Crecimiento acelerado del útero
  • Molestias en el abdomen
  • Contracciones uterinas

Los síntomas del polihidramnios pueden parecerse a los de otros trastornos médicos. Consulta siempre a tu médico para el diagnóstico.

Diagnóstico del polihidramnios

El médico puede sospechar un trastorno de este tipo porque la matriz ha crecido más de lo normal en relación al tiempo de gestación que se tiene. Al realizar la palpación del abdomen al doctor se le dificultará percibir las diferentes partes del bebé y puede ser también difícil identificar su latido cardiaco.

Además, tal vez tengas malestares abdominales poco comunes, mayor dolor de espalda, te falte el aire y presentes hinchazón excesiva en los pies y tobillos. Si tienes estos síntomas, el médico te pedirá una ecografía (ultrasonido).

La sospecha se confirma mediante la realización de un ultrasonido con el cual se mide la bolsa de líquido para calcular el volumen total. En algunos casos, la ecografía también resulta de utilidad para detectar otras causas del polihidramnios como un embarazo múltiple o un defecto congénito.

El técnico de ecografías medirá los focos más grandes de líquido amniótico en cuatro secciones diferentes del útero, y los sumará para ver en dónde te encuentras dentro del índice de líquido amniótico. Lo normal durante el tercer trimestre es que mida entre 5 y 25 centímetros. Si el total supera los 25 cm se considera alto.

¿Qué consecuencias puede tener?

Para la madre: Aunque las mujeres que sufren de polihidramnios leve pueden tener pocos síntomas, las que se ven más severamente afectadas pueden sufrir de dolores abdominales y dificultades para respirar, ya que el útero oprime los órganos abdominales y los pulmones.

El exceso en la cantidad de líquido condiciona un crecimiento exagerado de la matriz que pone a la mamá en riesgo de desencadenar amenaza de parto pretérmino, ruptura de las membranas, accidentes con el cordón umbilical, desprendimiento de la placenta (cuando la placenta se desprende parcial o totalmente de la pared uterina antes del parto).

Las mujeres que sufren polihidramnios son más propensas a sufrir hemorragias severas después del parto.

Para el bebé: crecimiento fetal deficiente, muerte fetal y parto por cesárea.

Clasificación del polihidramnios:

Clínicamente, el polihidramnios puede ser clasificado como agudo o crónico.

  • El polihidramnios agudo comienza bruscamente, ocurre usualmente en el segundo trimestre (antes de las 24 semanas de gestación), y se caracteriza por una rápida acumulación de líquido amniótico en un período de pocos días, que puede conducir al parto prematuro y al aborto. Este polihidramnios agudo causa conflictos de espacio frecuentemente intolerables por compresión del riñón, rechazo hacia arriba del corazón y de los pulmones y lentitud en la circulación abdominal.
  • En contraste, el polihidramnios crónico, se inicia más tardíamente, hacia el séptimo mes de la gestación, y tiene una evolución más lenta que hace que el embarazo sea más tolerable aunque por lo común termina también por parto prematuro.

En dos tercios de los casos, aproximadamente, se desconoce la causa del polihidramnios.

Tratamiento del polihidramnios

Si el examen por ultrasonido indica que una mujer sufre polihidramnios, es posible que el médico sugiera que se realice un examen por ultrasonido de alta resolución para diagnosticar o, lo que es más probable, eliminar la posibilidad de malformaciones congénitas y síndrome de transfusión fetal (en embarazos múltiples).

Los médicos generalmente hacen un monitoreo riguroso a las mujeres que sufren polihidramnios realizándoles exámenes por ultrasonido una vez por semana (o más a menudo) para controlar los niveles de líquido amniótico. Habitualmente también se recomienda realizar pruebas del bienestar fetal para revisar constantemente el desarrollo del bebé y si no hay signos de sufrimiento fetal.

Te harán también controles estrictos para observar que no haya signos de parto prematuro y ruptura temprana de las membranas. Si aún no te has hecho estudios de diabetes gestacional, te los pedirán ahora.

Cerca de la mitad de las veces, el polihidramnios se cura sin que sea necesario realizar ningún tipo de tratamiento. En otros casos, puede desaparecer cuando se corrige el problema que lo provoca. Por ejemplo, el tratamiento de los niveles elevados de azúcar en sangre en las mujeres que sufren diabetes o el tratamiento de determinados trastornos del ritmo cardíaco fetal (medicando a la madre).

Si la cantidad de líquido está muy aumentada se puede evacuar mediante una punción a través del abdomen de la mamá. Este procedimiento tiene el nombre técnico de amniocentesis evacuadora y se efectúa después de un análisis cuidadoso del beneficio que tiene el procedimiento mejorando la capacidad de respiración de la mamá y evitando las contracciones prematuras, contra el riesgo potencial de producir una ruptura de membranas o infección.

Si las complicaciones ponen en peligro el bienestar del bebé o de la madre, es posible que sea necesario un parto prematuro.

El objetivo del tratamiento es aliviar las molestias de la madre y continuar con el embarazo.

Precauciones en el momento del parto

También te observarán rigurosamente durante el parto. Debido al exceso de líquido amniótico, existe un riesgo mayor de prolapso del cordón umbilical (cuando el cordón desciende por el cuello uterino antes que el feto) o de desprendimiento prematuro de placenta cuando se rompe la bolsa de las aguas. Ambas complicaciones requieren cesárea de inmediato.

Es por eso que el médico te pedirá que vayas al hospital más temprano durante el trabajo de parto, o de inmediato si la bolsa de las aguas se rompe antes de que inicies el trabajo de parto. También tendrás mayor riesgo de padecer una hemorragia puerperal o posparto debido a que el útero está demasiado distendido y quizás no pueda contraerse bien, de modo que también te harán controles rigurosos después de dar a luz.

Si el líquido amniótico es de color distinto al normal ¿significa que hay riesgos para el bebé?

El líquido amniótico normal es traslúcido o amarillento. La coloración anormal que se detecta durante la amniocentesis o en el momento del parto a veces puede sugerir que hay algún problema. El líquido de color verde o marrón generalmente indica que el feto ha realizado una descarga de materia fecal (meconio). Esto puede ser una señal de sufrimiento fetal.

El líquido de color rosado sugiere que hay hemorragia, mientras que el líquido amniótico de color vino indica una hemorragia ocurrida en el pasado. Estas condiciones pueden tener poca o ninguna importancia, pero es posible que se sugiera realizar algún análisis para detectar las causas probables.

Oligohidramnios

¿Qué es el oligohidramnios?

Es un trastorno en el que la cantidad de líquido amniótico que circunda al feto es insuficiente.

¿Qué tan común es el oligohidramnios?

Alrededor del 8 % de las mujeres embarazadas tienen un nivel de líquido amniótico inferior al normal y solamente un 4% son diagnosticadas.

El oligohidramnios se puede presentar en cualquier momento durante el embarazo, aunque es más común durante el último trimestre. Aproximadamente el 12 por ciento de las mujeres cuyo embarazo se prolonga unas dos semanas después de la fecha probable de parto (alrededor de las 42 semanas de gestación) presentan oligohidramnios, dado que el nivel de líquido amniótico disminuye a la mitad a las 42 semanas de gestación.

¿Cuáles son las causas del oligohidramnios?

Los especialistas no siempre pueden saber cuál es la causa de que haya un nivel bajo de líquido amniótico. Es más común que suceda hacia finales del tercer trimestre, especialmente si te has pasado de la fecha de parto. Cuando más tarde aparezca esta complicación durante el embarazo, mejores serán las perspectivas para el bebé. Estas son algunas de las causas más comunes:

Rotura de membranas: Una pequeña rotura en las membranas amnióticas permite que parte del líquido se escape. Esto puede ocurrir en cualquier momento de tu embarazo pero es más común que suceda a medida que te acerques más al parto.

Podrás notar la pérdida de líquido amniótico si encuentras tu ropa interior mojada o puede ser que el médico la detecte durante un examen.

Es muy importante que le avises a tu doctor si sospechas que el líquido amniótico está goteando. La ruptura de membranas puede aumentar el riesgo de infección tanto para ti como para tu bebé porque las bacterias pueden ingresar al saco amniótico.

En algunas ocasiones, la ruptura cicatrizará por sí sola, la pérdida se interrumpirá y el líquido volverá al nivel normal. (Esto generalmente sucede si la pérdida de líquido se produce después de una amniocentesis).

Embarazo prolongado: cuando el embarazo se prolonga hasta la semana 42, es probable que disminuya el líquido amniótico como resultado de la declinación de la función de la placenta.

Problemas de la placenta: Un problema de placenta, como por ejemplo el desprendimiento parcial, en la que la placenta se desprende de la pared uterina. Esto impide que la placenta le lleve al bebé la sangre y los nutrientes suficientes y hace que el bebé deje de producir orina.

Ciertas afecciones o problemas maternos: Ciertas afecciones, por ejemplo, hipertensión arterial crónica, preeclampsia, deshidratación, diabetes y lupus, pueden ocasionar bajos niveles de líquido amniótico.

Embarazo de gemelos, mellizos o múltiples bebés: Corres riesgo de presentar un nivel bajo de líquido amniótico si estás embarazada de gemelos, mellizos o más bebés, en caso de producirse el síndrome de transfusión intergemelar, en el que uno de los gemelos tiene muy poco líquido amniótico mientras que el otro genera demasiado.

Anomalías fetales: Si detectan que tienes bajos niveles de líquido amniótico durante el primer o segundo trimestre, significa que tu bebé tiene una anomalía congénita. Si sus riñones no están en su lugar o no se están desarrollando adecuadamente o bien si las vías urinarias están bloqueadas, el bebé no producirá la orina suficiente para mantener el nivel apropiado de líquido amniótico.

Factores externos: Un grupo de medicamentos utilizados para tratar la presión sanguínea alta, (como por ejemplo, captopril) pueden dañar los riñones del feto y provocar oligohidramnios severo y muerte fetal.

Las mujeres que tienen presión sanguínea alta crónica deben consultar al médico antes de quedar embarazadas a fin de asegurarse de que su presión sanguínea esté controlada y de que cualquier medicamento que tomen no les provocará problemas durante el embarazo.

¿Qué problemas puede causar el oligohidramnios al bebé?

Los problemas relacionados con la escasez de líquido amniótico difieren según la etapa en que se encuentre el embarazo.

Cuando el oligohidramnios se produce durante el primer trimestre del embarazo, es más probable que se presenten consecuencias graves. La escasez de líquido amniótico al principio del embarazo puede hacer que los órganos del feto se compriman y puede provocar defectos de nacimiento, como malformaciones en los pulmones y en los miembros.

El oligohidramnios que se desarrolla durante la primera mitad del embarazo también aumenta el riesgo de aborto espontáneo, parto prematuro o parto de un bebé muerto.

Si se origina en el segundo trimestre del embarazo, impide el adecuado crecimiento del bebé y la adecuada formación de sus pulmones. Las causas son múltiples y entre ellas, se encuentran alteraciones genéticas del bebé, malformaciones del aparato urinario o es el resultado de una ruptura de membranas que pasó desapercibida. Esta anormalidad puede causar muerte fetal.

Si tiene lugar en el tercer trimestre condiciona que las diferentes partes del bebé compriman el cordón umbilical y producir un cese intermitente de la oxigenación del bebé y con ello cambios en su frecuencia cardiaca. También las causas son diversas:

  • Puede ser el resultado de una ruptura de membranas,
  • Acompañar a un retardo del crecimiento del bebé,
  • Ser el resultado de una disminución crónica de la oxigenación fetal o
  • Ser producto de una alteración en la función de la placenta.

Cerca del momento del parto, el oligohidramnios puede aumentar el riesgo de complicaciones durante el trabajo de parto y el nacimiento. Existe una elevada probabilidad de que a las mujeres que sufren oligohidramnios se les tenga que hacer una cesárea.

¿Por qué el oligohidramnios es un problema en el embarazo?

Como ya lo mencionamos, el líquido amniótico es importante para el desarrollo de los órganos del feto, especialmente los pulmones. La cantidad insuficiente de líquido durante períodos prolongados puede ocasionar un desarrollo anormal o incompleto de los pulmones llamado hipoplasia pulmonar.

La restricción del crecimiento intrauterino (crecimiento fetal pobre) también está relacionada con las cantidades reducidas de líquido amniótico.

El oligohidramnios puede ser una complicación en el momento del parto, aumentando el riesgo de compresión del cordón umbilical y de aspiración de meconio espeso (primera defecación del bebé).

¿Cuáles son los síntomas del oligohidramnios?

A continuación, se enumeran los síntomas más comunes del oligohidramnios. Sin embargo, cada mujer puede experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:

  • Pérdida del líquido amniótico cuando la causa es la ruptura del saco amniótico
  • Cantidad reducida del líquido amniótico según la ecografía

Los síntomas del oligohidramnios pueden parecerse a los de otros trastornos médicos. Consulta siempre a tu médico para confirmar el diagnóstico.

¿Cómo se diagnostica?

Además del examen físico y los antecedentes médicos, el médico puede sospechar que hay oligohidramnios cuando: estás perdiendo líquido, tu abdomen no crece conforme lo esperado o cuando al realizar la palpación se perciben las diferentes partes del bebé muy juntas entre sí o si estás sintiendo menos movimientos fetales

El médico posiblemente estará también alerta si ya tuviste un bebé con bajo crecimiento. También si tienes hipertensión arterial crónica, preeclampsia, diabetes o lupus, o bien, si te pasaste de la fecha de parto.

La sospecha se confirma por ultrasonido y según algunas autoridades se le clasifica en leve, moderado y severo.

En el ultrasonido pueden medirse las bolsas de líquido amniótico para calcular la cantidad total del mismo. El técnico medirá los focos más grandes de líquido amniótico en cuatro secciones diferentes del útero y los sumará para ver en dónde te encuentras dentro del índice de líquido amniótico. Lo normal durante el tercer trimestre es que mida entre 5 y 25 centímetros (cm). Si el total es menor a los 5 cm se considera bajo.

Mediante la ecografía también se puede observar el crecimiento fetal, la estructura de los riñones y el tracto urinario y detectar la orina en la vejiga del feto.

Pueden realizarse estudios de flujo por Doppler (un tipo de ecografía que se utiliza para medir el flujo sanguíneo) con el fin de estudiar las arterias de los riñones.

Tratamiento

Si tienes un nivel bajo de líquido amniótico, el médico hará un seguimiento riguroso de tu bebé para asegurarse de que esté creciendo normalmente. La manera en que el médico lleve adelante tu embarazo dependerá de qué tan avanzado esté, de cómo se encuentre tu bebé y de si tienes otras complicaciones.

El bebé será vigilado a través de ecografías frecuentes y cardiotocografías en reposo, así como también perfiles biofísicos y posiblemente estudios Doppler. Te dirán que tomes mucho líquido, que cuentes las patadas fetales y que informes inmediatamente al médico si notas que tu bebé está menos activo. Asimismo, muchos médicos recomiendan la reducción de la actividad física o incluso aconsejan el reposo en cama.

Si estás cerca al término del embarazo, te inducirán el parto. En algunos casos, posiblemente necesites tener al bebé antes, por ejemplo, si tienes preeclampsia grave o si tu bebé no se está desarrollando bien en el útero.

Alrededor del 40 a 50 % de los casos se solucionan en pocos días, sin que sea necesario realizar ningún tipo de tratamiento.

En caso de oligohidramnios moderado, además de los exámenes por ultrasonido, es probable que el médico recomiende que se realicen análisis del bienestar del feto como, por ejemplo, pruebas de estrés durante las contracciones, que miden el ritmo cardíaco del feto. Estas pruebas pueden indicarle al médico si existe sufrimiento fetal. En tal caso, es probable que el médico aconseje que se induzca el parto para evitar que se produzcan problemas más graves.

Los bebés en gestación con deficiencia de crecimiento, cuyas madres sufren de oligohidramnios, están expuestos a un riesgo mayor de sufrir complicaciones tales como, asfixia (falta de oxígeno), tanto antes como durante el parto. Las madres de bebés que presentan estos problemas se deben controlar cuidadosamente y a veces es necesario internarlas.

Los niveles bajos de líquido amniótico pueden aumentan el riesgo de complicaciones durante el parto. El principal peligro es que el nivel de líquido disminuya tanto que los movimientos del bebé o tus contracciones compriman el cordón umbilical.

Durante el parto, el médico puede pasar una sonda flexible a través del cuello uterino, de modo que pueda bombear una cantidad constante de solución salina tibia hacia el saco amniótico para reducir el riesgo de compresión del cordón. Si el bebé no puede tolerar el parto sin correr riesgos, el médico recomendará hacer una cesárea.

Prevención

En vista de que poco puede hacerse para prevenir las condiciones que conllevan al polihidramnios, no hay manera de evitar el trastorno en sí.

Referencias