Cuando estás embarazada algunas veces te despiertas en la noche preocupada por el momento del parto. Probablemente hayas escuchado innumerables historias sobre lo que cada una sintió y eso hace que veas que se acerca la fecha con mucha aprensión. La gran pregunta de todas las mujeres es,
¿Cuánto dolor voy a tener yo durante el parto?
El dolor es algo subjetivo, es decir ante un mismo estímulo cada persona lo percibe con intensidad diferente. De tal manera que aunque no podemos contestar la pregunta específicamente, sí podemos tratar de identificar algunas causas del dolor y los métodos para tratar con ellos.
Las tres causas mayores del dolor son: emocionales, funcionales, y fisiológicas.
Las causas emocionales del dolor
El miedo y la desinformación aumentan la sensación de dolor. La educación para el parto es una manera buena para combatir este problema aunque no lo elimine, las técnicas no invasivas de relajación física y psicológica son una opción segura que habría que priorizar.
Para poder participar plenamente en el proceso del parto es necesario tener un buen conocimiento de lo que está pasando. La educación no se da solamente en las clases, se recomienda también: leer, ir a visitar el sitio donde va a nacer nuestro bebé, hablar con tu médico sobre las diferentes opciones y cuáles son sus ventajas y desventajas.
Las causas funcionales y fisiológicas del dolor en la labor de parto
Es lógico pensar que el estímulo doloroso nazca a consecuencia de las modificaciones en las estructuras maternas provocadas por el propio parto. Así pues, la fuente del dolor de parto debe ser buscado en la biomecánica del mismo.
Las contracciones del útero.Tus músculos están trabajando y esto puede causar dolor, pero tú puedes ayudar a que este proceso sea menos doloroso y más rápido si te tranquilizas y tratas de relajarte. Aguantar tu respiración y pelear con las contracciones puede impedir la dilatación del cuello del útero y el parto. También puede resultar en más dolor porque al útero le hace falta oxígeno debido a la tensión de todo tu cuerpo
La dilatación del cuello del útero: el cuello del útero, que se encoge y se dilata para favorecer el paso del feto, creando así el denominado canal del parto. Los ligamentos del útero sufren un estiramiento, mientras que las articulaciones de la pelvis y las raíces nerviosas de la zona lumbo-sacra se comprimen.
El descenso del bebé por el canal del parto: Durante la expulsión son sometidas a un proceso de distensión (fuente de sensación dolorosa) las estructuras del suelo de la pelvis y del periné.
La posición que adoptes durante el trabajo de parto, es muy importante. Ciertas posiciones, como el acostarte boca arriba, pueden ser dañinas y dolorosas. Cambiar de posición continuamente y permanecer móvil ayudan a reducir este dolor.
Procedimientos médicos: los procedimientos médicos cómo la ruptura de la bolsa amniótica (en algunos casos es necesario que el médico rompa mecánicamente la bolsa), exámenes vaginales y la monitorización del bebé, pueden causar dolor, algunos de ellos porque limitan la movilidad y otros porque causan ansiedad.
Algunos factores médicos como pueden ser el tamaño y la posición del bebé, influyen también en el dolor que puedes experimentar.
A veces, el dolor inusual puede ser señal de problemas.
¿Cuáles son los beneficios del dolor de parto?
El dolor es parte de la fisiología del parto y el nacimiento. Tiene una función y un sentido que beneficia a la madre y al hijo.
Así lo afirma el Dr. Denish Walsh, profesor en la Universidad de Nothingam. El dolor, explica Walsh, es necesario y beneficioso, y no debe eliminarse como una regla pues se priva a la madre y al hijo de experiencias y hormonas muy importantes.
El dolor más intenso se produce durante las contracciones, las que son provocadas por una hormona llamada oxitocina.
La oxitocina tiene también otros efectos, y es conocida como la hormona del amor, porque actúa sobre el cerebro ayudando a sentirse en unión con otros, y ayuda a liberar otras hormonas que hacen sentirse bien y disminuyen el dolor (produciéndose “analgesia” en forma natural), como las endorfinas.
Madre e hijo viven juntos las contracciones y sus molestias, y en respuesta buscan las mejores posiciones y movimientos, y liberan varias sustancias y hormonas (adrenalina, prostaglandinas, endorfinas, oxitocina, etc.). Estas sustancias apuran, demoran o intensifican las contracciones, de manera que madre e hijo participan en el mecanismo del dolor, y en el avance del trabajo de parto, de acuerdo con lo que están sintiendo.
El dolor físico de las contracciones se asocia con el dolor emocional de la separación que ocurrirá con el hijo al nacer.
Sentirlo, asumirlo, darle un sentido y acogerlo, ayuda a culminar esta separación y aceptar plenamente el momento después, disminuyendo las depresiones post parto, aumentando la fuerza personal, y dándose una oportunidad única de curar traumas anteriores.
El dolor del trabajo de parto estimula también la energía sexual, y bien conducido puede ayudar a alcanzar una sexualidad más madura.
El proceso es trascendental para la mujer, las alteraciones llevan a experiencias traumáticas.
¿Qué distingue al dolor del parto de otros tipos de dolor?
Principalmente, su ritmo, puesto que está caracterizado por continuas contracciones y expansiones, malestar y bienestar, aceleraciones y ralentizaciones.
Este ritmo tiene la función de favorecer la adaptación gradual de la mamá y del niño al trabajo del parto y, por lo tanto, a la intensificación del dolor.
Espera lo inesperado
Tanto el proceso de la labor de parto como el parto en sí mismo son impredecibles. No puedes saber por adelantado qué tipo de control del dolor vas a necesitar sino hasta que ya estés en labor. Igualmente puede suceder que las características específicas de tu proceso hagan que tu médico se decida a tomar una opción que no habían considerado en el plan original.
De lo que sí estamos seguros es de que mientras más sepas acerca del proceso del parto y de las diferentes opciones que tienes para controlar el dolor, mejor será tu experiencia general de este momento tan significativo para tu vida.
El dolor es fisiológico ¡el sufrimiento no!
Muchas veces durante el parto, el dolor pierde su sentido y se transforma en una tortura sin utilidad ninguna.
Esto ocurre especialmente cuando la mujer no puede reaccionar al dolor, como cuando no se puede mover, o se siente sola y sin apoyo, o siente la presión de su pareja o familiares, no encuentra su propio ritmo entre contracción y pausa, o no consigue conectarse con su hijo en ambientes desfavorables (ruido, gritos, exceso de gente, etc.) que hacen aparecer miedos y angustias.
Las intervenciones médicas como tactos vaginales, amniotomías (romper la bolsa), inducciones o aceleraciones del parto (sueros), pueden agregar dolores que descontrolan el proceso.
¿Qué opciones existen para controlar el dolor durante el trabajo de parto?
Existe un amplio rango de opciones para reducir el dolor entre las que puedes elegir.
En general, tú y tu médico eligen recurrir al método de alivio del dolor más seguro y eficaz tanto para ti como para el bebé. La elección estará determinada por:
Tus preferencias y las de tu familia
Tu estado de salud
La salud del bebé
La recomendación de tu médico
La decisión que tomes es una decisión personal.
Algunas mujeres dirán que ellas quieren estar conscientes durante todo el proceso y no quieren nada que les impida sentir plenamente este momento.
Otras pueden pensar que no quieren aguantar este dolor si ya hay métodos para aliviarlo.
Y… ¿Cuál es la mejor opción?
La respuesta depende tanto de tus preferencias como del proceso de la labor de parto. Así, nos damos cuenta de que no hay un método estandarizado que sea apropiado para todas las parturientas y más bien cada mujer tendrá sus propias necesidades y cada parto será diferente.
La elección que hagas se irá utilizando durante el proceso de la labor de parto el cual se volverá más intenso y más doloroso, hasta el momento mismo del nacimiento.
Los métodos naturales para aliviar el dolor te pueden ayudar a relajarte y controlar el dolor, especialmente en las primeras etapas de la labor de parto.
Apoyo emocional de otras personas: sin importar la decisión que tomes, la presencia de alguna persona que te quiere tiene un gran efecto para ayudarte a soportar el dolor. Sus palabras, sus caricias y su simple presencia física, te acompañan y apoyan en esos momentos. Hay momentos en los que no soportas perderlos de vista.
Cambios de posición: la mayoría de las parturientas encuentran que si permanecen en movimiento durante el proceso de la labor de parto, los dolores son mucho más soportables, especialmente durante las contracciones. Cuando la madre cambia de posición, altera la relación que existe entre la contracción, la posición de la cabeza del bebé y su pelvis. En algunas ocasiones se recomienda movimiento para rotar a un bebé que no viene bien colocado o para corregir la lentitud de la labor de parto.
Técnicas de relajación: en todas las clases de preparación para el parto te enseñarán diferentes técnicas de relajación y respiración.
Agua caliente: algunas mujeres encuentran que una ducha caliente o incluso un baño de pies caliente la conforta y alivia.
Sin embargo, existen situaciones en las que tu médico deberá usar todos los recursos disponibles.
No farmacológicos en primer lugar y como segundo recurso, los farmacológicos, con las madres informadas quienes serán finalmente quiénes decidan.
Medicamentos y anestesia en el parto normal
Conforme la labor de parto avanza, muchas mujeres usan una combinación de métodos naturales con medicación.
Todos los medicamentos para el dolor (analgésico o anestésico) tienen un potencial riesgo para la madre o el feto, alteran la fisiología normal del parto o nacimiento, y aumentan los partos operatorios (cesáreas y fórceps).
¡No hay medicamentos seguros!
Analgésicos: actúan de manera sistémica, es decir, afectan a todo el cuerpo, y pueden provocar efectos secundarios en la madre, como somnolencia y náuseas. Esta medicación también puede llegar al bebé, sus efectos dependerán de la cantidad utilizada y de lo cerca del nacimiento que se haya administrado.
Tranquilizantes: no alivian el dolor pero te ayudarán a calmarte y a relajarte si estás muy ansiosa. Pueden tener efectos significativos sobre la madre y el bebé, algunas mujeres experimentan una pérdida del control que les resulta desconcertante mientras que a otras les cuesta recordar los detalles del parto.
Gas y aire (Entonox): Esta es una mezcla de oxígeno con gas de óxido nitroso que inhalas a través de una mascarilla durante las contracciones y tú misma lo controlas. El gas toma cerca de 15 a 20 segundos para actuar, así que se respira justo cuando inicia una contracción y es mejor cuando se inhala profunda y lentamente.
Es fácil de usar. No quita totalmente el dolor pero lo reduce y esto lo hace más soportable. No hay riesgo de sobredosis y se elimina rápidamente. No perjudica al bebé y la contracción uterina no se afecta.
Anestesia local: es la opción que elige la mayoría. Elimina la sensibilidad en zonas específicas del cuerpo y se puede utilizar tanto en el parto vaginal como en el parto por cesárea. Una de las más empleadas es la llamada epidural, que proporciona un alivio continuo del dolor del ombligo para abajo, incluyendo las paredes vaginales, durante todo el proceso del parto. Puede dificultar los pujos para expulsar el bebé y provocar una disminución de la tensión arterial, pero los riesgos para el bebé son mínimos.
Como todo, tiene sus razones médicas y sus consecuencias. Precisamente por eso no debería administrarse sin tener todo en cuenta y ofrecer tratamientos alternativos a quien los desee.
La anestesia daña la fisiología del parto y daña el apego.
Al colocar anestesia peridural la mujer no puede caminar o moverse y deberán controlarse los latidos del niño(a) con un monitor (con unas correas que se amarran a la panza de la madre). Debe además ponerse un suero en una vena, para administrar oxitocina artificial para producir contracciones.
Al dejar de sentir las contracciones, la mujer pierde conexión con su cuerpo y con su hijo.
La epidural puede interferir en el ritmo natural del parto, y se asocia a tasas mayores de partos instrumentales y cesáreas que a la larga son fuente de dolor y de riesgos para madres e hijos.
El parto será necesario tenerlo acostada en la camilla, y al no sentir el pujo, la matrona o el médico (y no la mujer) deciden cuando se puja.
Las madres que han usado peridural interrumpen la producción natural de hormonas, las que alcanzan menores niveles que en un parto sin anestesia. La oxitocina artificial no produce efectos sobre el cerebro como la oxitocina natural, además es muy importante mencionar que la oxitocina natural protege el cerebro del recién nacido(a) de los traumas hipóxicos (falta de oxigenación) del parto y nacimiento. Al nacer, madre e hijo no estarán tan bien preparados y en sintonía para iniciar el apego y la lactancia y los problemas para dar pecho a sus hijos serán más frecuentes.
Los niños que tienen la oportunidad de vivir plenamente el apego al nacer, se adaptan mejor, tienen menos problemas en los primeros días (como regulación de temperatura, hipoglucemia (baja del nivel de azúcar en la sangre), ictericia, etc.), y una mejor lactancia, que se inicia más precozmente y es más prolongada.
El trabajo de parto es un trabajo de dos: madre e hijo. La oxitocina (la hormona del amor) liberada en cada contracción les ayuda a sentirse unidos y mancomunados, ambos responden juntos.
El dolor adquiere sentido y se puede tolerar.
El trabajo conjunto, en coordinación y armonía, prepara el nacimiento, cuando todas las sustancias liberadas en la sangre de ambos (oxitocina, adrenalina, ACTH, prolactina: hormona de la ternura y lactancia, etc.) alcancen las dosis y mezclas adecuadas.
Anestesia General: generalmente se hace en casos de emergencia.
Entiende los pros y los contras:
Cada una de las técnicas para control del dolor tiene sus pros y sus contras. Las técnicas de relajación y de respiración pueden darte una sensación de control, pero no disminuyen el dolor. La medicación puede quitar el dolor, pero cualquier medicamento puede afectar a tu bebé.
Si te dan la analgesia justo antes de que nazca el bebé, entonces tu cuerpo procesará este medicamento y tu bebé nacerá alerta y listo para enfrentarse al mundo. Pero si recibes la analgesia mucho tiempo antes, el bebé podría nacer deprimido.
Puntos a considerar antes de elegir:
Para elegir el mejor método o los mejores métodos que sean adecuados para ti, debes hablar con tu médico y preguntar:
¿Qué involucra el método que elija?
¿Cómo me afectará?
¿Cómo afectará a mi bebé?
¿Qué tan pronto actúa si decido utilizarlo?
¿Cuántodurasuacción?
¿Puedo combinarlo con otros métodos?
¿En qué momento de la labor de parto me lo deben aplicar?
Escucha atentamente las respuestas, pregunta nuevamente lo que no entiendas y decidan juntos el camino que sea más adecuado para ti y tu bebé.
Es conveniente permanecer flexible y ver cómo se va desarrollando tu labor de parto, podría ser que necesiten alterar los planes si hay algún cambio inesperado.
Conclusión:
El dolor del parto nace a consecuencia de las modificaciones en las estructuras maternasprovocadas por el propio parto.
Entre el dolor de parto y la mecánicadel mencionado parto existe una mutua influencia.
De la anterior conclusión se deduce que:
Toda acción encaminada a facilitar la biomecánica del parto contribuirá también a disminuir el dolor del mismo.
Toda acción encaminada a erradicar (o disminuir) el dolor del parto contribuirá también a mejorar la biomecánica del propio parto.
Referencias:
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http://www.rednacer.cl/dolor-en-el-parto.html
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http://matronasubeda.objectis.net/area-cientifica/articulos-cientificos/entonox-como-analgesia-en-el-parto