Introducción

Históricamente las mujeres han preparado el nacimiento de un hijo organizando la casa, la ropita del bebé y los enseres que debían llevar al hospital. Se preparaban para la llegada del bebé pero no para la experiencia del parto. Los padres desconocían los procesos que se sucedían en ese momento, la mujer se resignaba a padecer dolor y el hombre se situaba en la sala de espera aguardando con nerviosismo que el médico les informara sobre el resultado del misterioso evento.

Actualmente, a excepción de pocos casos, el padre y la madre viven juntos la experiencia del embarazo y el parto. Los progenitores se alejan de la ignorancia, recurren a la lectura de libros y revistas, plantean al médico sus dudas y acuden juntos a las clases de preparación para el parto. Hoy los padres se educan y preparan para la experiencia de recibir al bebé.

¿Cómo debo prepararme para el parto?

Durante los meses previos al parto, has estado hablando con distintas personas acerca de este momento: tu ginecólogo, la instructora del curso de preparación para el parto (psicoprofilaxis), el neonatólogo, entre otros, para llegar en las mejores condiciones anímicas y físicas al parto y estar preparada para vivir con plenitud y felicidad el nacimiento de tu hijo ya sea que nazca por vía natural o cesárea.

La tarea del ginecólogo o gineco obstetra durante el trabajo de parto es fundamental. Ideológicamente, debes compartir con tu médico su convencimiento de las bondades físicas y psicológicas del parto natural y debes saber que vas a disponer de sus conocimientos, paciencia y tiempo – que puede ser prolongado- para llegar a buen término.

A la hora de prepararse para el momento del nacimiento de tu bebé, es necesario distinguir dos mundos bien diferentes, pero que son complementarios:

  1. Por un lado se encuentra el mundo de la Afectividad en el que podríamos incluir la auténtica comunicación de los padres con el niño antes de nacer.
  • Durante el embarazo no sólo hay cambios físicos. Las cuestiones emocionales cobran cada vez mayor importancia. Dentro del cuerpo de la madre está creciendo un ser vivo, que es parte de ella y al que considera como algo que ya es suyo. No ha nacido, pero ya es su hijo. La preparación al parto proporciona los elementos para alimentar esa relación.
  • El bebé siente y reacciona a los estímulos externos, oye a la madre y todo ese cúmulo de sensaciones generan multitud de incógnitas en la embarazada que con una buena preparación va solucionando poco a poco. La adecuada canalización de los sentimientos maternales es una cuestión tan importante para el buen fin del embarazo como la dieta o como la supresión de situaciones de riesgo y aunque parezca algo natural, es algo que puede proporcionar mucha tranquilidad a la futura madre.
  • La evolución de la preparación al parto ha ido incluyendo paulatinamente importantes componentes afectivos y psicológicos asociados a la maternidad y constituye ya una herramienta bastante completa que proporciona a la futura madre las capacidades físicas y mentales para afrontar la llegada de su hijo.
  1. Y por el otro está el mundo de la Efectividad, dentro del cual podríamos incluir todo lo relativo a la tecnología y rigor científico.

¿Debo estar informada de todo lo que significa un parto?

Si, la información es una ventaja esencial de la preparación al parto. La información proporciona los conocimientos esenciales para comprender los procesos que se suceden en estas últimas semanas y para ayudarte a tomar decisiones.

parto

Una mujer que conoce paso a paso los cambios que va sufriendo su cuerpo, está preparada para afrontar cualquier circunstancia médica que se presente durante el parto. El conocimiento permite a la futura madre vivir con intensidad este momento, pues ya no se trata de una cuestión en la que ella es mera espectadora pasiva, que no entiende nada de lo que está pasando y se convierte en protagonista esencial del proceso.

¿Qué debe saber una pareja, en especial la embarazada, para esperar el parto?

Una pareja debe tener información clara sobre:

  • El embarazo en general.
  • Cómo saber cuándo está en trabajo de parto
  • Explicación sobre el proceso normal de parto con todas sus fases, así como las diferentes posiciones para dar a luz y las posibilidades que existen de que sea parto natural o por cesárea
  • Información sobre los sedantes para los dolores de parto.
  • Aprendizaje de las técnicas de respiración.
  • Ejercicios de relajación.
  • Información sobre el papel que cumple la pareja o acompañante en el momento del parto
  • Preparación para la lactancia.
  • Tips para los cuidados del bebé.

¿Cuándo debo empezar a prepararme? 

Una pareja puede prepararse para el parto con información recibida a través del médico o de lecturas y cursos de psicoprofilaxis obstétrica. Para que tus últimas semanas sean de tranquilidad, en el caso de que el bebé tenga mucha prisa por venir al mundo, es mejor si empiezas a leer y a hacer tus preguntas a más tardar en la semana 30 del embarazo.

Una buena preparación proporciona, por una parte, información detallada de lo que ocurre en ese momento, de lo que el equipo médico va a hacer y de cómo la madre puede ayudar al buen fin del proceso.  Por otra parte, aporta los conocimientos para que la colaboración de la madre sea verdaderamente efectiva.

La embarazada, en especial, debe adquirir una actitud positiva que le permita colaborar con los profesionales, logrando que su parto sea vivido como una experiencia feliz. Una madre que no sabe cómo y cuándo empujar, que no sabe relajarse en las fases precisas, que no sabe controlar las contracciones y los dolores del momento, que se descontrola, que es incapaz de soportar el trance, se convierte en un elemento negativo en el momento clave del nacimiento del niño y puede constituir un factor de riesgo o de fuerte inconveniente para el parto.

Por el contrario, una madre informada y entrenada en todas estas cuestiones es una colaboradora eficaz del equipo médico y parte esencial del nacimiento sin problemas para su hijo.

Esto se logra conociendo y comprendiendo todas las posibles alternativas de su parto para que, llegado el mismo, nada la sorprenda ni la asuste. Debes compartir tus miedos con otras mamás que tengan tus temores y expectativas.

El aprendizaje de técnicas de respiración y de relajación para controlar las fases del momento de la expulsión te va a permitir manejar y atenuar las sensaciones dolorosas del parto, evitando un sufrimiento físico y psíquico innecesario, viviendo este acontecimiento como feliz y gratificante.

¿Cómo me puedo preparar para la labor de parto?

El esfuerzo que significa la labor de parto se ha comparado con la carrera de un maratón. Tu estado físico y las medidas que tomes para conservar tu nivel de energía jugarán un papel muy importante en cómo transcurrirá ese momento.  Si es tu primer embarazo, puedes pensar que vas a tardar más tiempo que cuando ya es el segundo o tercero.

  • Procura descansar lo más posible, no es el momento de fatigarte haciendo cosas.
  • Si tienes problemas para dormir, date un baño tibio antes de acostarte y toma un pequeño refrigerio para elevar el nivel de azúcar de tu sangre.
  • Aliméntate bien. Necesitarás todos esos nutrientes extras para el trabajo que te espera.

Y en vez de enfocarte a pensar “en el parto perfecto”, infórmate acerca de las diferentes posibilidades que se puedan presentar y decide tú misma cómo quieres resolverlas. Aprende acerca de las posiciones para la labor de parto, acerca del dolor y cómo se puede controlar, cómo van a cuidar a tu bebé al nacer, se queda contigo o ¿se lo llevan a la “cuna”?

¿Y el padre….qué papel juega?

Afortunadamente, el embarazo se vive cada vez más como una cuestión integral de la pareja y no como algo que compete exclusivamente a la madre.

Desde un principio se debe fomentar la implicación del padre en el embarazo. El padre ya no es ese señor que acompaña a su pareja embarazada al ginecólogo, no se entera de nada y confía en que su mujer tome buena nota de todo lo que dice el médico. Es pieza clave del proceso de gestación y responsable en buena medida del equilibrio emocional de su pareja.

Sabe también lo que pasa en el cuerpo de su pareja y debe aprender a reorganizar su vida cotidiana para participar activamente en la gestación; junto con su pareja han aprendido a relacionarse con su hijo y a responder ante todos los acontecimientos que se avecinan. El embarazo es cosa de dos y esa es una de sus principales virtudes.

¿Cuál es mi papel como padre en la sala de labor?

  1. La puedes ayudar a cambiar de posición o acompañarla a caminar cuando todavía puede hacerlo.
  2. Anímala y trata de mantenerla en calma.
  3. Puedes agregar hielo picado al agua que toma para disminuir la sensación de náusea.
  4. Es conveniente que la madre sepa que tiene toda tu atención.
  5. Espera con emoción el gran momento.
  6. Recuérdale constantemente que tiene que relajarse, que debe respirar lentamente y concentrarse en esto.
  7. Sigue apoyándola aunque se enoje, no te vayas, ella quiere que estés ahí. Recuerda que a veces la mujer maneja el dolor a gritos.
  8. Ayúdala a centrar su atención en algo diferente a las contracciones.

¿Apoya o estorba que la pareja asista al parto?

Aunque muchos piensen que un hombre en el quirófano es un intruso, para la mayoría de los expertos, la presencia del padre en el parto de su bebé, ayuda a la mujer a tolerar el dolor y fortalece los lazos familiares.

Pero a pesar de las buenas intenciones del padre por acompañar a su mujer y darle la bienvenida al mundo a su hijo, es inevitable que se sienta nervioso y algunos, hasta aterrorizados de presenciar el parto.

¿Cuál es su papel dentro de la sala de partos?

Generalmente, el hombre se pone una bata y mascarilla esterilizadas, se lava manos y brazos y se sienta en la cabecera, a un lado de la madre, acompañándola y ayudándola a concentrarse en la respiración, mientras el equipo médico la asiste, hasta que les entregan el hijo a ambos.

Algunos doctores piden colaboración al padre, para que tome un papel más activo, por ejemplo, cortando el cordón umbilical del niño. Este tipo de intervenciones siempre son acordadas de antemano y sólo se hacen si el padre lo desea. No se trata de que él atienda el parto, es más, a la madre se le coloca una sábana por delante y así, el papá no necesita ver directamente todo el proceso si no se siente preparado para hacerlo.

¿Qué vivencia tiene el padre?

El nacimiento es el primer contacto directo que él tiene con su hijo. Aunque participe activamente en el embarazo de su mujer y asista a todos los controles prenatales y ecografías, él no siente al niño moverse en el vientre, no experimenta los cambios físicos y anímicos que tiene la mujer durante el embarazo, ni sufre las contracciones.

Por eso, el nacimiento de la criatura es su primera vivencia real de paternidad.
Al ser testigo del nacimiento de su bebé y tener un contacto temprano con él, el padre fortalece su lazo afectivo con el pequeño y se siente aún más comprometido en su cuidado, crianza y protección.

¿Esta experiencia es igual si el parto es por cesárea?

Si, lo mismo ocurre en una cesárea. Aunque para los padres es muy impactante ver la incisión y más aún cuando los médicos sacan al bebé del vientre materno, prima el deseo de conocer al hijo y estar al lado de la madre en ese momento tan importante. Puesto que se trata de una cirugía, es poco probable que el padre pueda intervenir.

A pesar de todo, y cualquiera sea el tipo de parto, algunos padres sienten esta experiencia como ajena, misteriosa y en algunos casos violenta. Por eso prefieren quedarse fuera. Lo importante es que no sea a la fuerza y su entrada sea solo si él lo desea.

4 semanas para el parto. Más controles médicos

Aunque todo lo que te ocurre sea normal, tendrás que visitar con más frecuencia a tu ginecólogo y comentarle tus molestias. Como siempre, te pesará, te tomará la tensión, comprobará los movimientos fetales (el bebé ahora se mueve menos, pero aún así debes percibirlo todos los días), te hará un tacto vaginal, etc.

Además, es fácil que te mande otras pruebas, así como análisis de orina cada 7-10 días para detectar la presencia de albúmina, un síntoma que, acompañado de subida de la tensión arterial, supone un riesgo para el embarazo.

Exudado vaginal.Si aún no te han hecho esta prueba (indicada entre las semanas 35-37), te la harán esta semana. Es indolora. Se toma una muestra del flujo vaginal y se hace un cultivo para saber si la madre es portadora de una bacteria (Streptococo agalacteae) que coloniza la vagina y que resulta muy peligrosa para el niño. Si la madre la porta, la tratarán con antibióticos durante el parto.

La última ecografía. Suele hacerse entre la semana 34 y la 36. Si el obstetra estima necesario hacer más, te lo dirá.

Tu alimentación. Sigue las indicaciones alimentarias que te haya dado tu médico, incluidos los suplementos de calcio y hierro. El niño tiene que engordar, pero sin pasarse, y a ti no te conviene acumular kilos que dificulten el parto y sean difíciles de eliminar en el postparto.

3 Semanas para el parto

Mejor no viajar. Ya te habrá indicado el ginecólogo que no es el momento oportuno para viajar en coche (menos aún para volar), aunque sí puedes hacer trayectos cortos dentro del área de influencia de un hospital.

Ejercicio. Para mantenerte en forma, fortalecer el corazón y evitar subidas de azúcar, puedes y debes caminar una hora diaria, salvo que estés con amenaza de parto prematuro, y has de seguir practicando los ejercicios de preparación al parto, sobre todo los de relajación.

Ni baños ni sexo. A partir de la pérdida del tapón mucoso es mejor la ducha que el baño, para evitar la dilatación del cuello del útero y la posible entrada de gérmenes. Y es preferible posponer ya las relaciones sexuales.

Encajamiento. Seguramente en esta semana el niño ya debe estar cabeza abajo y encajará su coronilla en la pelvis materna. Es la postura más cómoda para él, la que adoptan el 96% de los bebés y la que le va a permitir nacer por vía vaginal.

Presión pélvica. Con el encajamiento sentirás un gran alivio en la zona de las costillas y en el diafragma y respirarás mejor. Pero a cambio notarás más presión en la vejiga y en la pelvis. No te asustes si notas cierta urgencia para orinar y ardores esporádicos, es normal. Pero NO lo es, si se producen pérdidas, si aparece dolor durante la micción o si orinas y, justo después, tienes más ganas y apenas salen unas gotas. Habla con tu médico, pueden ser signos de incontinencia o de infección urinaria que conviene controlar.

Prevenir la incontinencia. Para prevenir la incontinencia, debes seguir practicando a diario los ejercicios de preparación al parto que fortalecen y flexibilizan la musculatura perineal y además, mantenerte en el peso indicado por el médico, ya que los recién nacidos de peso elevado y cabezas de mayor tamaño predisponen a que te hagan episiotomía (corte en el periné).

Síndrome del nido. En esta etapa a muchas mujeres les entra la ansiedad por tenerlo todo preparado y despliegan una gran energía en este empeño. Se conoce como “síndrome del nido” y has de tener cuidado, porque puede generarte mucho estrés (el estrés puede adelantar el parto). En realidad ¿qué necesitas? No tienes por qué ponerte a pintar su habitación, ni debes agobiarte por las cosas del bebé que aún no tienes y que podrás adquirir cuando él ya esté aquí.

1 Semana para el parto

Es prioritario recuperar la calma, ahorrar energías, pensar en positivo y poner en práctica la respiración de relajación aprendida en la preparación al parto (otra razón para asistir a las clases).

Pérdida del tapón mucoso. En esta última semana quizá aparezca por la vagina una sustancia grisácea y densa con algún hilillo de sangre. Es el tapón mucoso que cerraba el cuello uterino y protegía al bebé de infecciones. Si se desprende solo, es porque se ha producido una ligera dilatación: el parto no es inmediato, pero está cerca. Si el tapón se desprende tras una revisión ginecológica, el dato es menos relevante, ya que se debe a la manipulación médica, no a una dilatación.

Rotura de la bolsa. A veces, sin contracciones, se rompe la bolsa de aguas y sale el líquido amniótico a borbotones. Ve al hospital sin prisa pero sin pausa; aunque no te duela nada, el parto se puede producir en las próximas 24 horas. Además, una bolsa abierta es un foco de entrada para cualquier infección.

Contracciones de parto. En algún momento de esta semana notarás un dolor intenso en los riñones que se desplaza hasta la parte baja del abdomen y después se calma. Se trata de una contracción y ésta sí es de las de parto. Lo más probable es que hasta dentro de media hora no tengas otra. De momento serán soportables y de corta duración, pero aumentarán en ritmo y se irán intensificando. Cuando se produzcan cada 15 minutos y sean rítmicas, más largas e intensas, habrá llegado el momento de coger la bolsa y salir hacia el hospital.

Es importante desarrollar un plan de acción para el momento del parto:

Hacer por adelantado un plan de acción para el momento de la labor de parto y el parto mismo, les permitirá pensar en todas las alternativas con una mente clara y racional. Tómate tiempo para discutir con tu pareja y, si es posible, con el médico, las distintas alternativas.

Conforme se acerca la fecha es importante que decidan:

  • Cuando llegue la semana 36 debes tener identificado el sitio de atención del parto, ya sea que lo hayas escogido o sea asignado por tu seguro médico; debes verificar tu documentación y es recomendable tener un folder para llevar los exámenes y ecografías, y alista una maleta con las cosas que requieres y las que necesita tu bebé; en la mayoría de instituciones dan la información de los elementos básicos.
  • Quién te acompañará dentro de la sala de partoEsta es una decisión muy personal. Algunas mujeres prefieren que esté presente su pareja, una amiga y hasta su suegra. Si tú eres de esas, primero averigua con el hospital cuáles son las reglas.  Pero otras prefieren la menos gente posible. Piensa bien lo que prefieres para que no haya malentendidos.
  • Detalles sobre el transporte y la ruta a seguir. Practícala un día y toma el tiempo, piensa en rutas alternas por si llegaras a encontrarte con alguna obstrucción. Recórrela a diferentes horas. Ya en el hospital asegúrate de saber cuál es la entrada que debes usar.
  • Cómo te comunicarás con tu médico

Y solucionar por adelantado todo aquello que pueda presentarse de improviso y causarte estrés:

  • quién se quedará con los hermanos (si no es tu primer bebé)
  • quién tomará las decisiones en caso de no estar disponible la persona designada,
  • posibles donantes de sangre,
  • asuntos financieros, etc.
  • guarda una tarjeta en tu bolsa de mano en la que hayas escrito el nombre de tu pareja y los teléfonos a donde lo pueden llamar, el nombre y dirección del hospital donde te vas a atender y el nombre del médico que te va a atender. Esto es como seguridad por si la labor de parto se inicia fuera de casa.

La consulta prenatal con el pediatra

Es muy importante buscar un pediatra ya durante el embarazo para poder contar con su ayuda en cuanto lleguen a su casa. El pediatra tendrá que ser accesible e infundir confianza en la mamá, estimulando su autoestima y logrando que ella logre realizar lo que le parezca mejor, aunque se equivoque

Es muy importante preguntarle al médico acerca de sus horarios de atención y de disponibilidad, es decir, cómo ubicarlo ante una urgencia, sobre todo de noche o los fines de semana. Además, es muy útil combinar en este momento cual será la estrategia a seguir en casos de urgencia. Generalmente el pediatra conoce los centros de atención de guardia de la ciudad donde ejerce, y tiene sus preferencias al respecto.

Por otra parte, se puede conversar acerca del parto y el post-parto, algunos profesionales están presentes en el momento del parto y otros realizan el seguimiento de sus pacientes visitándolos en el sanatorio, y esto también se acuerda en esta entrevista.

Además, todas las dudas que tengan los padres se pueden resolver tranquilamente, y sin el bebé en brazos. Por ejemplo, cómo se cuida el cordón umbilical, cómo debe dormir el bebé, qué piensa el pediatra del uso del chupón, qué aconseja respecto de la lactancia, etc.

Al pediatra también le sirve…

Para el médico, la entrevista prenatal es una oportunidad única de conocer y asistir a la pre-historia del bebé. Ya que no apremia el tiempo para pesar, mediar y revisar, el pediatra se toma todo este tiempo para iniciar el vínculo con la familia, detectar los temas que angustian a los padres y charlar sobre esto, así como también explicarles los cuidados básicos del bebé.

A su vez, conocer detalladamente los antecedentes del embarazo, y los hábitos y costumbres de esa familia, producen un pensamiento clínico menos técnico, y mucho más ajustado a la necesidad de cada familia. Esto favorece enormemente la tarea del profesional, y enriquece la relación.

Prepara a los hermanos mayores y a las mascotas

Es probable que el nuevo bebé desajuste aún más el mundo de los hermanos que el tuyo. Afortunadamente la familia ha tenido varios meses para hacerse a la idea y hay varias cosas que pueden hacer  para prepararlos más.

Puedes explicarles porqué lloran los bebés, cómo se les debe cuidar, porqué duermen tanto, cómo se les cambia el pañal, etc.

No te olvides de pedirle a alguien que cuide de ellos cuando tu partas hacia el hospital y cuando te vean por primera vez después del parto, deja al bebé en su cuna y…abre los brazos para recibirlos con alegría. Esto les ayudará a entender que siguen siendo importantes para ti.

Con las mascotas, tú misma estarás presente para ir controlando su acceso al cuarto del bebé y dar el tiempo necesario para que se vaya adaptando a la nueva presencia. Piensa si tendrás que hacer arreglos para llevarlo a algún hospedaje cuando te vayas al hospital.

Referencias

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