Introducción
Cuando estamos amamantando a nuestro bebé y debemos regresar a trabajar es muy común pensar que la única solución que hay es destetar a nuestro pequeño, sin embargo, si tu quieres seguir amamantando, lo puedes hacer. Muchas mamás disfrutan de este vínculo que persiste a pesar de que estén separadas de su bebé.
La leche materna es, sin duda alguna, un excelente alimento para el bebé. De seguro, el mejor, pues lo provee de sustancias que él necesita para su desarrollo y crecimiento, además de ser un excelente inmunizante. Pero, alimentar a nuestros hijos no es sólo darles de comer. La ternura y el grado de intimidad que compartimos durante ese momento tan especial le permitirán a nuestro bebé tolerar mejor nuestra ausencia en caso de tener que regresar al trabajo, por lo que la adaptación a la nueva situación será menos dolorosa.
Horario y lugar de trabajo
Conciliar la lactancia con el trabajo requiere elaborar un plan personalizado. No es lo mismo si la madre trabaja cerca o lejos de su domicilio, si tiene jornada completa o reducida, si la jornada es intensiva o partida. Si dispone en el lugar de trabajo de espacios adecuados para amamantar directamente a su hijo o no.
Pero sean cuales sean las circunstancias siempre será posible encontrar una solución que se adapte mejor a cada caso, después de todo, como el pecho no tiene horario, se adapta perfectamente a cualquier programa de trabajo.
¿Cómo puedo prepararme?
Es importante que dediques, las primeras semanas posteriores al nacimiento del bebé, a recuperarte y establecer la lactancia sin pensar en que próximamente regresarás a trabajar. Una vez logrado esto, prepararte para amamantar cuando regreses al trabajo sólo consiste en seguir unos trucos y recomendaciones:
Extracción de leche: A partir de la tercera semana puedes empezar a practicar la extracción de la leche. La leche que vayas recolectando de estas sesiones la puedes guardar en el congelador para usarla posteriormente. Puede ser que en los primeros intentos obtengas poca leche, lo que no significa que tu producción sea insuficiente, solamente es cuestión de práctica.
Encuentra un lugar confiable para dejar al bebé: Primero hay que encontrar un lugar que te parezca confiable para dejar a tu bebé, lo ideal es que se quede con otra persona de tu familia, como una hermana o tu madre. Si eso no es posible, puedes buscar un lugar que esté de acuerdo al modo en que quieres que tu bebé sea tratado, cerca de tu lugar de trabajo, ya que de esa manera puedes ir a amamantarlo en lugar de tener que extraerte la leche.
En cualquier caso, debes asegurarte que la persona que alimentará al bebé cuando tú no estés, entiende y respeta las instrucciones que has dejado, especialmente en el caso de dejar leche extraída.
Formas de extracción de la leche: Es importante que decidas la forma en que te extraerás la leche, se puede hacer de forma manual – en la cual ordeñas tus pechos con tu propias manos y recolectas la leche en un recipiente para luego guardarla y conservarla- o en forma mecánica con algún aparato llamado “tiraleches o sacaleches”.
Un buen sacaleches debe ser capaz de drenar el pecho, lo que estimulará la producción de leche. Debe ser limpio, sin materiales contaminantes, fácil de usar y limpiar y no debe ser doloroso extraer la leche. Lo más importante al comprar un sacaleches es revisar que simule el patrón de succión del bebé, es decir, que succione el pecho y lo suelte, por lo menos cada dos o tres segundos. Existen varios tipos de extractores:
- Sacaleches manuales: Este tiraleche se opera a mano. Son muy simples y fáciles de usar. Suelen tener un tamaño pequeño, por lo que son fáciles de llevar de viaje. Tú controlas la succión. Estos tiraleches no hacen ruido al manejarse. Tiene algunas desventajas: puede ser muy lento y si estás cansada, te puedes hartar de estar tú misma controlando la succión. Tienes que vigilar que vacíes bien tus senos para que la producción de leche continúe.
- Entre los manuales encontramos del tipo bocina y jeringa. Los de bocina son los que más dañan el pecho, son difíciles de limpiar y no sirven para recoger la leche. Desgraciadamente son los que más se conocen.
- Sacaleches eléctricos. Algunos de los tiraleches eléctricos solamente succionan el pecho y jamás lo sueltan, si es así, no te conviene, ya que te puede lastimar. No olvides revisar que succione y suelte el pecho de forma automática. Este tipo de extractor tiende a ser más caros. Algunos se pueden utilizar con pilas y conectarlos a la corriente eléctrica.
- La ventaja fundamental es que no te cansarás de realizar un movimiento repetitivo para poder extraer la leche, por lo tanto son fáciles de utilizar y menos cansado. Si la separación entre la madre y el bebé es prolongada como en el caso de las mujeres que trabajan fuera de casa, los bebés prematuros, o aquellos que tienen que ser hospitalizados por cualquier otra causa, los sacaleches eléctricos son una buena alternativa.
- La mayoría de los extractores vienen adaptados para extraer la leche solo de un pecho, pero también existen extractores dobles (que estimulan los dos pechos a la vez), obviamente, este último recorta el tiempo de extracción a la mitad. Estos Tiraleches también se pueden conseguir para rentarse por tiempos determinados y así no tener que hacer una inversión fuerte.
Antes de comprarlo fíjate que simule el patrón de succión del bebé, es decir, que succione el pecho y lo suelte, por lo menos cada dos o tres segundos es decir 1.2 succiones por segundo.
Elige el método de acuerdo al tiempo que tengas en el trabajo: Elige el método que más te acomode de acuerdo tiempo del que vas a disponer para extraer tu leche. Si usas una bomba extractora eléctrica doble (sacaleches para ambos pechos) puedes extraerla en 10 a 15 minutos más 5 minutos adicionales para limpiar.
Aunque no se disponga del tiempo necesario para una extracción completa, más valen 5-10 minutos de extracción en el trabajo que nada.
Puedes evitar por completo la fórmula, si extraes suficiente leche en tu trabajo. Suma las horas que estarás separada de tu bebé, incluyendo el tiempo que utilizas para ir y regresar del trabajo y divide ese tiempo entre tres. Esa es la cantidad de veces que necesitas extraer tu leche durante tu jornada laboral.
Cómo ofrecer la leche extraída: Es conveniente evitar ofrecer al bebé biberones durante el primer mes de vida, ya que algunos pequeños pueden desarrollar preferencia por él. Una vez que la lactancia está bien establecida puedes ofrecer de vez en cuando leche con algún otro método para que se vaya acostumbrando el pequeño. Te será útil enseñarle a tomar la leche con una cucharita, vasito o algún otro método y de preferencia que lo haga la persona que se va a quedar a su cargo en tu ausencia. Estas sesiones deben realizarse unas dos semanas antes de que vuelvas al trabajo para no interferir con el establecimiento de la lactancia.
Consideraciones previas a que inicies la extracción
Antes de empezar una sesión de extracción de leche, indiferentemente de que ésta se realice de forma manual o con sacaleches es importante tener en cuenta que a pesar de que entre las propiedades de la leche humana está la de retrasar el crecimiento de bacterias, es importante observar unas mínimas normas de higiene como el lavado de manos y de los utensilios que se usen para la extracción.
La liberación de oxitocina (hormona que ayuda a la producción de la leche) y la salida de la leche, mejoran con estímulos externos: el llanto del bebé, una foto del niño o el suave masaje del pecho. La liberación de prolactina y la producción de leche son estimuladas por la «succión y vaciamiento del pecho». Una vez que has encontrado una posición cómoda para sentarte tranquilamente. A continuación se realiza un suave masaje en el pecho, es importante no saltarse este paso ya que el masaje estimula a los alveolos y conductos de la leche. Se sugieren los siguientes pasos para el masaje:
La idea es estimular todo el pecho así que recorrerás tu glándula en forma circular desde su base hasta el pezón, como si dibujaras un caracol en tu pecho. Para iniciar coloca la yema de tus dedos en un punto y oprime hacia caja torácica haciendo varios movimientos circulares en cada sitio desde la parte exterior hacia areola en varios sitios.
Después toma tu pecho desde la base, el pulgar en contraposición a los demás dedos y “recorre tus dedos hacia adelante”, imagina que fueran los rayos de una rueda de bicicleta y cada línea debes seguirla con tus dedos.- Después acariciar suavemente “peinando” hacia la areola Por último, se debe estimular el pezón tratando de que quede erecto
Al finalizar, frota suavemente el pezón y la areola, con el pulgar y el índice, para ayudar a desencadenar el reflejo de eyección (todo el masaje te tomará uno o dos minutos únicamente).
Manteniendo la producción de leche: Básicamente, la producción de leche depende de la cantidad de leche que sale de los pechos, entre más leche sale, más se produce. Por lo tanto, cuando una mujer regresa al trabajo, es muy importante que extraiga la leche al menos cada tres horas para mantener su producción de leche, esto, además de la succión que haga el bebé cuando esté contigo, ayudará a que produzcas lo suficiente para tu pequeño.
Amamantar antes de salir y al regresar del trabajo: Es importante que amamantes al bebé antes de irte al trabajo y en cuanto llegues a casa -y durante el resto del tiempo, que se encuentren juntos-, la lactancia deberá ser a libre demanda, es decir, las veces que el bebé quiera alimentarse y durante el tiempo que quiera.
Los fines de semana y festivos el bebé tomará sólo pecho facilitando así el mantenimiento de la producción de leche.
Extraer la leche en el horario de trabajo
Cuando estés trabajando, sácate la leche al menos cada tres horas. De acuerdo a la Ley Federal del trabajo, en el artículo 170, la madre tiene derecho a dos reposos de media hora cada uno después de haber dado a luz.
Al estarte extrayendo la leche, continúa el estímulo un par de minutos después de que haya salido la última gota de leche.
Habla con tu jefe acerca de tu deseo de amamantar. Trata de que esté consciente de que si te ayuda a amamantar, es probable que tu bebé se enferme menos y tú no faltes al trabajo. Comunica a tus compañeros de trabajo que te extraerás la leche varias veces al día por si no te encuentran en cierto momento. También intenta que tu jefe disponga de un lugar privado para ti con corriente eléctrica para que te extraigas la leche, si usas extractor eléctrico.
Almacena la leche en forma estéril y en lugar fresco: Intenta mantener la leche dentro de un refrigerador o al menos guárdala dentro de una hielera.
La leche extraída en el trabajo y transportada en la hielera se pone en el refrigerador cuando regresas a casa y servirá para que al día siguiente la persona que cuide al bebé lo alimente mientras estás ausente.
Respeta tus tiempo de descanso: El problema más grande al que se enfrentan las madres lactantes que trabajan fuera del hogar es la fatiga. El descanso adecuado te será indispensable, por lo que es recomendable que por las noches mantengas a tu bebé cerca de ti y lo amamantes acostada.