Lactancia Materna y trabajo: Consejos prácticos para trabajar y amamantar 1ra. parte
Complicaciones de parto / Postparto, Embarazo

Lactancia Materna y trabajo: Consejos prácticos para trabajar y amamantar 1ra. parte

Introducción

Cuando estamos amamantando a nuestro bebé  y debemos regresar a trabajar es muy común pensar que la única solución que hay es destetar a nuestro pequeño, sin embargo, si tu quieres seguir amamantando, lo puedes hacer. Muchas mamás disfrutan de este vínculo que persiste a pesar de que estén separadas de su bebé.

Lactancia Materna y trabajo: Consejos prácticos para trabajar y amamantar

La leche materna es, sin duda alguna, un excelente alimento para el bebé. De seguro, el mejor, pues lo provee de sustancias que él necesita para su desarrollo y crecimiento, además de ser un excelente inmunizante. Pero, alimentar a nuestros hijos no es sólo darles de comer. La ternura y el grado de intimidad que compartimos durante ese momento tan especial  le permitirán a nuestro bebé tolerar mejor nuestra ausencia en caso de tener que regresar al trabajo, por lo que la adaptación a la nueva situación será menos dolorosa.

Horario y lugar de trabajo

Conciliar la lactancia con el trabajo requiere elaborar un plan personalizado. No es lo mismo si la madre trabaja cerca o lejos de su domicilio, si tiene jornada completa o reducida,  si la jornada es intensiva o partida. Si dispone en el lugar de trabajo de espacios adecuados para amamantar directamente a su hijo o no.

Pero sean cuales sean las circunstancias siempre será posible encontrar una solución que se adapte mejor a cada caso, después de todo, como el pecho no tiene horario, se adapta perfectamente a cualquier programa de trabajo.

¿Cómo puedo prepararme?

Es importante que dediques, las primeras semanas posteriores al nacimiento del bebé, a recuperarte y establecer la lactancia sin pensar en que próximamente regresarás a trabajar. Una vez logrado esto, prepararte para amamantar cuando regreses al trabajo sólo consiste en seguir unos trucos y recomendaciones:

Extracción de leche: A partir de la tercera semana puedes empezar a practicar la extracción de la leche. La leche que vayas recolectando de estas sesiones la puedes guardar en el congelador para usarla posteriormente. Puede ser que en los primeros intentos obtengas poca leche, lo que no significa que tu producción sea insuficiente, solamente es cuestión de práctica.

Encuentra un lugar confiable para dejar al bebé: Primero hay que encontrar un lugar que te parezca confiable para dejar a tu bebé, lo ideal es que se quede con otra persona de tu familia, como una hermana o tu madre. Si eso no es posible, puedes buscar un lugar que esté de acuerdo al modo en que quieres que tu bebé sea tratado, cerca de tu lugar de trabajo, ya que de esa manera puedes ir a amamantarlo en lugar de tener que extraerte la leche.
En cualquier caso, debes asegurarte que la persona que alimentará al bebé cuando tú no estés, entiende y respeta las instrucciones que has dejado, especialmente en el caso de dejar leche extraída.

Formas de extracción de la leche: Es importante que decidas la forma en que te extraerás la leche, se puede hacer de forma manual – en la cual ordeñas tus pechos con tu propias manos y recolectas la leche en un recipiente para luego guardarla y conservarla- o en forma mecánica con algún aparato llamado “tiraleches o sacaleches”.
Un buen sacaleches debe ser capaz de drenar el pecho, lo que estimulará la producción de leche. Debe ser limpio, sin materiales contaminantes, fácil de usar y limpiar y no debe ser doloroso extraer la leche. Lo más importante al comprar un sacaleches es revisar que simule el patrón de succión del bebé, es decir, que succione el pecho y lo suelte, por lo menos cada dos o tres segundos.  Existen varios tipos de extractores:

  1. Sacaleches manuales: Este tiraleche se opera a mano. Son muy simples y fáciles de usar. Suelen tener un tamaño pequeño, por lo que son fáciles de llevar de viaje. Tú controlas la succión. Estos tiraleches no hacen ruido al manejarse. Tiene algunas desventajas: puede ser muy lento y si estás cansada, te puedes hartar de estar tú misma controlando la succión. Tienes que vigilar que vacíes bien tus senos para que la producción de leche continúe.

Formas de extracción de la leche

    • Entre los manuales encontramos del tipo bocina y jeringa. Los de bocina son los que más dañan el pecho, son difíciles de limpiar y no sirven para recoger la leche. Desgraciadamente son los que más se conocen.

Formas de extracción de la leche

  1. Sacaleches eléctricos. Algunos de los tiraleches eléctricos solamente succionan el pecho y jamás lo sueltan, si es así, no te conviene, ya que te puede lastimar. No olvides revisar que succione y suelte el pecho de forma automática.  Este tipo de extractor tiende a ser más caros. Algunos se pueden utilizar con pilas y conectarlos a la corriente eléctrica.
    • La ventaja fundamental es que no te cansarás de realizar un movimiento repetitivo para poder extraer la leche, por lo tanto son fáciles de utilizar y menos cansado. Si la separación entre la madre y el bebé es prolongada como en el caso de las mujeres que trabajan fuera de casa, los bebés prematuros, o aquellos que tienen que ser hospitalizados por cualquier otra causa, los sacaleches eléctricos son una buena alternativa.

href=”https://www.infogen.org.mx/wp-content/uploads/2013/08/Lactancia_y_trabajo_2010_clip_image005.jpg”>Formas de extracción de la leche

    • La mayoría de los extractores vienen adaptados para extraer la leche solo de un pecho, pero también existen extractores  dobles  (que estimulan los dos pechos a la vez), obviamente, este último recorta el tiempo de extracción a la mitad.  Estos Tiraleches también se pueden conseguir para rentarse por tiempos determinados y así no tener que hacer una inversión fuerte.

Formas de extracción de la leche

Antes de comprarlo fíjate que simule el patrón de succión del bebé, es decir, que succione el pecho y lo suelte, por lo menos cada dos o tres segundos es decir  1.2 succiones por segundo.

Elige el método de acuerdo al tiempo que tengas en el trabajo: Elige el método que más te acomode de acuerdo tiempo del que vas a disponer para extraer tu leche. Si usas una bomba extractora eléctrica doble (sacaleches para ambos pechos) puedes extraerla en 10 a 15 minutos más 5 minutos adicionales para limpiar.
Aunque no se disponga del tiempo necesario para una extracción completa, más valen 5-10 minutos de extracción en el trabajo que nada.
Puedes evitar por completo la fórmula, si extraes suficiente leche en tu trabajo. Suma las horas que estarás separada de tu bebé, incluyendo el tiempo que utilizas para ir y regresar del trabajo y divide ese tiempo entre tres. Esa es la cantidad de veces que necesitas extraer tu leche durante tu jornada laboral.

Cómo ofrecer la leche extraída: Es conveniente evitar ofrecer al bebé biberones durante el primer mes de vida, ya que algunos pequeños pueden desarrollar preferencia por él. Una vez que la lactancia está bien establecida puedes ofrecer de vez en cuando leche con algún otro método para que se vaya acostumbrando el pequeño. Te será útil enseñarle a tomar la leche con una cucharita, vasito o algún otro método y de preferencia que lo haga la persona que se va a quedar a su cargo en tu ausencia. Estas sesiones deben realizarse unas dos semanas antes de que vuelvas al trabajo para no interferir con el establecimiento de la lactancia.

Consideraciones previas a que inicies la extracción

Antes de empezar una sesión de extracción de leche, indiferentemente de que ésta se realice de forma manual o con sacaleches es importante tener en cuenta que a pesar de que entre las propiedades de la leche humana está la de retrasar el crecimiento de bacterias, es importante observar unas mínimas normas de higiene como el lavado de manos y de los utensilios que se usen para la extracción.

La liberación de oxitocina (hormona que ayuda a la producción de la leche) y la salida de la leche, mejoran con estímulos externos: el llanto del bebé, una foto del niño o el suave masaje del pecho. La liberación de prolactina y la producción de leche son estimuladas por la “succión y vaciamiento del pecho”. Una vez que has encontrado una posición cómoda para sentarte tranquilamente. A continuación se realiza un suave masaje en el pecho, es importante no saltarse este paso ya que el masaje estimula a los alveolos y conductos de la leche. Se sugieren los siguientes pasos para el masaje:

La idea es estimular todo el pecho así que recorrerás tu glándula en forma circular  desde su base hasta el pezón, como si dibujaras un caracol en tu pecho. Para iniciar coloca la yema de tus dedos en un punto y oprime hacia caja  torácica haciendo varios movimientos circulares en cada sitio desde la parte exterior hacia areola en varios sitios.

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Después toma tu pecho desde la base, el pulgar en contraposición a los demás dedos y “recorre tus dedos hacia adelante”, imagina que fueran los rayos de una rueda de bicicleta y cada línea debes seguirla con tus dedos.- Después acariciar suavemente “peinando” hacia la areola Por último, se debe estimular el pezón tratando de que quede erecto
Al finalizar, frota suavemente el pezón y la areola, con el pulgar y el índice, para ayudar a desencadenar el reflejo de eyección (todo el masaje te tomará uno o dos minutos únicamente).

Manteniendo  la producción de leche: Básicamente,  la producción de leche depende de la cantidad de leche que sale de los pechos, entre más leche sale, más se produce. Por lo tanto, cuando una mujer regresa al trabajo, es muy importante que extraiga la leche al menos cada tres horas para mantener su producción de leche, esto, además de la succión que haga el bebé cuando esté contigo, ayudará a que produzcas lo suficiente para tu pequeño.

Amamantar antes de salir y al regresar del trabajo: Es importante que amamantes al bebé antes de irte al trabajo y en cuanto llegues a casa -y durante el resto del tiempo, que se encuentren juntos-, la lactancia deberá ser a libre demanda, es decir, las veces que el bebé quiera alimentarse y durante el tiempo que quiera.

Los fines de semana y festivos el bebé tomará sólo pecho facilitando así el mantenimiento de la producción de leche.

Extraer la leche en el horario de trabajo

Cuando estés trabajando, sácate la leche al menos cada tres horas. De acuerdo a la Ley Federal del trabajo, en el artículo 170, la madre tiene derecho a dos reposos de media hora cada uno después de haber dado a luz.

Al estarte extrayendo la leche, continúa el estímulo un par de minutos después de que haya salido la última gota de leche.

 Formas de extracción de la leche

Habla con tu jefe acerca de tu deseo de amamantar. Trata de que esté consciente de que si te ayuda a amamantar, es probable que tu bebé se enferme menos y tú no faltes al trabajo. Comunica a tus compañeros de trabajo que te extraerás la leche varias veces al día por si no te encuentran en cierto momento. También intenta que tu jefe disponga de un lugar privado para ti con corriente eléctrica para que te extraigas la leche, si usas extractor eléctrico.

Almacena la leche en forma estéril y en lugar fresco: Intenta mantener la leche dentro de un refrigerador o  al menos guárdala dentro de una hielera.
La leche extraída en el trabajo y transportada en la hielera se pone en el refrigerador cuando regresas a casa y servirá para que al día siguiente la persona que cuide al bebé lo alimente mientras estás ausente.

Respeta tus tiempo de descanso: El problema más grande al que se enfrentan las madres lactantes que trabajan fuera del hogar es la fatiga. El descanso adecuado te será indispensable, por lo que es recomendable que por las noches mantengas a tu bebé cerca de ti y lo amamantes acostada.

Destete o Ablactación
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Destete

Introducción

El destete o ablactación es el momento de la vida de tu bebé en el que se cambia de la leche materna a cualquier otra fuente de alimentación. El proceso de ablactación se inicia en el momento en el que tu bebé toma otra cosa que no sea la leche materna, puede ser fórmula o puede ser una cucharadita de plátano machacado. La ablactación es el reemplazo gradual de la leche materna con otros alimentos y medios de alimentación.

Cuándo se debe hacer es una decisión totalmente personal ya que puede estar influenciada por el momento en el que debes regresar a trabajar, tu salud o la de tu bebé, o simplemente el sentimiento de que ya llegó el momento de hacerlo.

 El destete o ablactación es el momento de la vida de tu bebé en el que se cambia de la leche materna a cualquier otra fuente de alimentación.

Sea cuando sea que lo hagas, es importante que entiendas que la ablactación es un proceso gradual en el que se va a necesitar paciencia y comprensión tanto de parte tuya como de la del bebé. La palabra en sí significa un “pasaje” de una relación a otra y no es, para nada, una pérdida o separación.

¿Qué quiere decir tener un bebé “ablactado” o “destetado”?

Cuando el bebé deja de tomar leche y se alimenta de otras fuentes diferentes a la leche materna, se considera que está ablactado. Aunque algunos bebés pueden “ablactarse” de la alimentación con biberón, este término se usa generalmente para los bebés que son alimentados con leche materna.

La importancia de la alimentación en el primer año de vida del bebé

El primer año de vida constituye una de las etapas de crecimiento intenso en la vida del ser humano, de hecho, se estima que a los cuatro meses de vida un bebé sano duplica su peso con el que nació y lo triplica al cumplir un año de edad, es decir, un bebé que nace con un peso de 3 Kg. al cuarto mes pesará 6 kg y al año 9 kg. Esta velocidad de crecimiento, no será superada en ninguna otra etapa en la vida del menor.

Debido a este crecimiento acelerado, la alimentación durante el primer año de vida juega un papel muy importante. En general, se sabe que si durante los primeros 4 a 6 meses de vida el bebé es alimentado con leche materna de forma exclusiva y a libre demanda, las necesidades de energía, proteínas y de nutrimentos inorgánicos del bebé estarán cubiertos sin ningún problema. Una vez transcurrido este período, las necesidades del bebé dejan de satisfacerse por lo cual es necesario que consuma otros alimentos además de la leche materna.

¿Cuáles son las ventajas de continuar amamantando al bebé?

Existen muchas razones importantes:

  1. En primer lugar,  porque la leche materna  continúa aportando nutrientes al bebé, por ejemplo, provee la mitad o más de los nutrientes que necesita el bebé durante su segundo semestre de vida, y una tercera parte durante el segundo año de vida.
  2. La lactancia materna no solamente es un alimento que lo nutre fisiológicamente, también  representa un vínculo afectivo muy fuerte  que hará de su hijo  una persona segura en si misma . La relación con sus padres,  será la base para crear sus vínculos afectivos en la adolescencia y adultez, por lo tanto los comentarios de que amamantarlo más allá de un año lo harás un pequeño dependiente son falsos.
  3. En muchos estudios científicos se ha demostrado que el incremento en  la  duración de lactancia materna se asoció a un incremento consistente y estadísticamente significativo en el cociente intelectual y el desarrollo cognoscitivo del bebé.
  4. La lactancia materna contribuye a la salud y bienestar de la madre, reduce el riesgo de cáncer de ovario.
  5. La lactancia materna, reduce  el riesgo de cáncer del seno, especialmente si el período de lactancia es de 1 1/2 a 2 años
  6. Las hormonas que se generan mientras se amamanta siguen relajando a la madre y por lo tanto haciéndolas unas mujeres mas dispuestas a atender a sus hijos.
  7. El amamantamiento es una forma fácil de dar consuelo, ya que el pecho da consuelo al niño cuando está cansado, enfermo, molesto o lastimado.

Fisiología del destete

El proceso fisiológico del destete es complejo e involucra ajustes tanto biológicos como bioquímicos, nutricionales y psicológicos tanto para la madre como para el bebé.
Cambios en la composición de la leche materna: Durante el proceso del destete, la composición de la leche materna se va ajustando para cubrir las necesidades del bebé en crecimiento de tal manera que, aunque el volumen disminuye, la cantidad de nutrientes necesarios y la protección inmunológica permanecen.
Los estudios acerca de la composición química de la leche materna muestran que cuando la demanda cae debajo de los 400 mililitros por día, se incrementa la concentración de sodio y otras sales inorgánicas. La grasa, el hierro y las proteínas también se incrementan mientras que los niveles de calcio permanecen iguales y los de zinc se disminuyen.

La concentración de los niveles inmunológicos se mantiene durante el destete gradual, sin embargo cuando hay un destete brusco estos niveles se incrementan rápidamente.

Tipos de destete

Primero que nada es conveniente recordar que la producción de leche básicamente depende de la frecuencia con que se vacíe la glándula mamaria, por lo tanto, entre más seguido se alimente un bebé, más leche se producirá. Cuando vamos a destetar trabajaremos en sentido inverso, espaciaremos la frecuencia con que se vacía la glándula y así poco a poco se disminuirá la producción de leche.

Existen varios tipos de destete, el planeado, el  abrupto  y  el natural.

Destete planeado o paulatino: En éste la pareja lactante decide que llegó su momento para destetar y lo lleva a cabo lentamente para permitirle al bebé que vaya asimilando el cambio poco a poco.  De esta forma paulatinamente la madre sustituirá la lactancia por otros alimentos y otros tipos de atención y cariño (comunicación).

Destete abrupto: La forma menos adecuada para destetar a un bebé es hacerlo abruptamente, es decir de un día para otro  y  tampoco  es aconsejable el uso de inyecciones para suprimir la producción láctea.  Este tipo de destete solamente se sugiere para casos en que es inevitable, por ejemplo, cuando una madre con cáncer debe iniciar un tratamiento de quimioterapia sin demora.

El destete abrupto es difícil para ambos, ella y su bebé, esto se debe a varias razones;  La  incomodidad física y las potenciales complicaciones para la salud de la madre, ya que a pesar de que la madre deja de dar el pecho, su cuerpo sigue produciendo la leche y al no  ser extraída sus pechos se congestionarán y esto puede desembocar en una mastitis (inflamación de la glándula mamaria) o en un absceso.

Para evitar este tipo de situaciones debemos extraer solamente un poco de leche, de forma que  no se sientan  los pechos adoloridos, pero teniendo cuidado de no vaciar completamente la glándula mamaria, ya que  esto hará que se produzca más leche.  Poco a poco se espaciará la extracción de leche hasta que, en un par de semanas, ya no se tenga que hacer más.

Debido a que la lactancia materna no solo es un método de alimentación, sino una fuente de intimidad y consuelo, cuando es eliminado de repente, el bebé puede sentir que su madre le ha quitado su amor y cariño,  aparte de haberle quitado el pecho.  En consecuencia, éste no es un buen momento para separarse del bebé, ya que él necesita saber que su madre aún le ama.

En este tipo de casos NO es recomendable vendarse los pechos,  debido a que cualquier presión constante en los pechos puede obstruir un conducto y generar una infección en la glándula. Para aliviar un poco la molestia por la congestión de los pechos,  se pueden  colocar  de compresas frías.
Cuando el destete se hace rápidamente, los pechos pueden estar demasiado llenos ya que el cuerpo de la mujer responde lentamente a las señales que se le envían al cerebro de que quieres que se reduzca la producción. Es muy común que continúes produciendo leche 45 días después de haber terminado totalmente con el proceso. Algunas mujeres siguen experimentando secreción de leche durante varios meses o más. Se cree que el estímulo psicológico es el que contribuye a que suceda esto ya que las madres continúan teniendo contacto cercano con sus bebés después del destete.
El cambio súbito hormonal puede causar a la madre una depresión, especialmente cuando ella no estaba muy convencida de iniciar el destete o si ella tiene tendencia a la depresión.
Destete natural: Por último en el destete natural será el bebé quien determine el momento en que ha superado su  necesidad de ser amamantado. Es importante recalcar que cada pequeño lo logrará en diferentes tiempos, así como a  cada pequeño le saldrán los dientes en diferentes meses.

Lo mejor es que el destete se dé en forma lenta y gradual, para que tanto la madre como el bebé aprendan otra forma de alimentación y de comunicación, ya que el amamantamiento no solamente significa alimento sino un lugar  donde sentirse seguro y confiado para continuar con su desarrollo.

Cuando se amamanta a un bebé que tiene más de un año, es común sentirse presionada por amigos y familiares a destetar, ya que nuestra sociedad no está acostumbrada a las lactancias prolongadas (amamantar  más allá del tiempo que la mayoría de las madres en nuestra sociedad lo hacen ) , por lo tanto es muy recomendable buscar un grupo de apoyo para compartir experiencias con otras madres que se encuentran en circunstancias similares.

Cambios de la madre durante el destete

La madre puede experimentar varios cambios físicos durante el destete:

  • Ajuste de la dieta: La mayoría de las mujeres encuentran que tienen que ajustar sus dietas y eliminar las calorías extras que necesitaban para producir leche porque si continúan comiendo igual, subirán de peso.
  • Cambio en el tamaño de los pechos: Sus pechos estarán un poco blandos al principio pero generalmente regresan al la talla que tenían antes del embarazo unos meses después de haber terminado con la lactancia.
  • Presencia de la menstruación: Si la madre no tenía menstruación (amenorrea) por la lactancia, la suspensión generalmente estimulará el regreso de la fertilidad y de la menstruación. El sistema hormonal de la madre regresa a sus niveles de antes del embarazo.

¿En qué momento es mejor iniciar la ablactación?

Es muy común que escuches comentarios diciendo que  a cierta edad la leche materna ya no nutre a tu bebé y esto es totalmente falso, la leche materna  sigue conteniendo vitaminas, minerales, proteínas, etc., mientras se siga produciendo.  Y lo más importante, le seguirá proveyendo de anticuerpos para mantenerlo sano  y, en caso de que se enferme, la enfermedad sea más benigna.
La Academia de Pediatría Americana recomienda que se alimente al bebé solamente con leche maternal hasta los seis meses y después de eso se le puede acompañar con una variedad de alimentos sólidoshasta que cumpla un año de edad. En ese momento hay menos problema de inflamación del pecho al suspender la lactancia porque al disminuir la demanda, automáticamente disminuye la producción. Es importante que recuerdes que la leche materna es el alimento más importante para tu bebé en el primer año de su vida.
Esta es solo una recomendación y cada pareja lactante deberá decidir cuándo es el momento adecuado para que ellos lleven a cabo el destete. Puede ser antes o después de lo indicado, lo importante es que la lactancia se viva feliz y contenta,  y que tomemos decisiones hasta después de habernos informado.

Si deseas revisar un poco más de esta información la puedes accesar en la página de Internet de la Organización Mundial de la salud en la siguiente liga:
http://www.who.int/child-adolescent-health/NUTRITION/infant_exclusive.htm
Desde los seis meses en adelante, la mayoría de los bebés muestran deseos de comer algo diferente a la leche materna. Esto es lo que inicia el destete pero el tiempo que se vaya a tardar varía mucho de bebé a bebé. El rechazo súbito a amamantarse no es un signo de que el bebé está listo para ser destetado sino más bien está indicando que hay algún problema. Ojo, muchas madres malinterpretan este mensaje y destetan completamente a su bebé sin buscar más cuál fue la causa.
La ablactación no tiene porqué ser una propuesta absoluta, algunas mujeres deciden hacerlo durante el día pero continúan amamantando durante la noche dependiendo de sus trabajos y horarios. Esto obedece a lo que más convenga tanto a la madre como al bebé, lo mejor de todo es ser flexible.

Fisiológicamente, el bebé a partir de los seis meses es capaz de masticar sólidos aún cuando no le hayan brotado todos los dientes y está aprendiendo a “masticar y tragar”. Esto es indispensable para la introducción de sólidos. Algunos creen que este reflejo se aprende después de que el bebé ha alcanzado un cierto nivel de desarrollo neurológico. Si le das de comer sólidos antes, el bebé empujará la comida para afuera con su lengua.

La ablactación o destete debe de ser gradual

La ablactación no es un evento, es un proceso y como tal, debe ser gradual tanto para que los senos tengan tiempo de ajustarse como para facilitarles, a ti y al bebé, el paso al nuevo tipo de alimentación. Como ya lo mencionamos anteriormente, dejar de amamantar o de extraerse la leche de manera repentina y sin preparación, puede tener repercusiones para ambos, y además puede causar una obstrucción en los conductos lácteos o una infección en la glándula mamaria (mastitis).
Por otro lado, se ha asociado a la ablactación temprana, es decir, antes de los 4 meses de edad con el desarrollo de sobrepeso y obesidad, así como con alergias alimentarias en etapas posteriores.
Aunque algunos bebés están muy contentos alimentándose de leche materna indefinidamente y esperarán a que su mamá sea la que tome la decisión de terminar con esto, otros empezarán a dar señales sutiles –y no tan sutiles- de que ya están listos para nutrirse de otra manera. Pueden expresar enojo o irritabilidad cuando los acercas al pecho o pueden disminuir notoriamente los periodos de alimentación.
Estos son otros signos de que el bebé ya está listo y puedes iniciar el destete:

  1. ¿Ya desapareció el reflejo de rechazo de la lengua? Este reflejo hace que el bebé instintivamente empuje hacia afuera de su boca cualquier objeto. Si aún está presente y tu bebé quiere vomitar cada vez que le das sólidos, entonces quizás no está listo para dejar el pecho.
  2. Si ya se puede sentar solo, entonces ya puedes tenerlo en esa posición para darle de comer.
  3. ¿Tu bebé mira con interés la comida o trata de agarrarla cuando la ve? Si tu bebé muestra interés en tu comida, puede ser que ya esté listo para que lo introduzcas a los sólidos.
  4. ¿Tu bebé está muy distraído cada vez que lo pones al pecho y tarda cada vez más para terminar? Esto quiere decir que quizás tu bebé ya está listo para la ablactación.

¿Cómo puedo facilitar este proceso?

Muchas madres toman la decisión de ablactar con sentimientos encontrados. Por un lado, saben que esto les dará libertad y flexibilidad para poder moverse y además se dan cuenta con orgullo de que su bebé ya ha terminado una etapa importante de su vida.
Pero por otro lado, amamantar es una actividad íntima que establece un lazo importante entre la madre y el bebé –y a algunas madres se les dificulta terminar con esto. Para muchas mamás, la ablactación es el momento en el que realizan que su bebé ya nunca más dependerá tanto de ellas como en estos primeros meses de su vida.
Si, es muy probable que vayas a tener una serie de sentimientos y es importante que entiendas que tu bebé puede estar en la misma situación. Siempre recuerda que existen muchas otras formas de mantener y nutrir el lazo que los une en la vida por venir.
La ablactación puede facilitarse si el bebé ha tomado alguna otra leche que no sea la maternal en algunas ocasiones. Así que puede ser una buena idea que, a partir de los 4 a 7 meses de edad, de vez en cuando le des un biberón de fórmula de leche comercial (recomendada por tu pediatra).

Esto te permitirá mayor flexibilidad al permitir que otros miembros de tu familia te ayuden a alimentar al bebé cuando tú estés ocupada o te encuentres ausente a la hora de la comida. Si el bebé está cerca del año de edad, sería mejor ponerle la leche en vaso en vez de biberón.

¿Por dónde empiezo?

No hay una regla general, pero si tú eres la que tomaste la decisión de suspender la leche materna y pasar a fórmula, es importante recordar que el proceso debe ser gradual para que tanto tú como tu bebé se vayan ajustando emocionalmente al cambio.

  1. Puedes empezar con suspender una toma a la semana hasta que el bebé en ese momento ya esté comiendo o sólidos o fórmula. La comida del medio día sería la más conveniente para iniciar porque es la más pequeña y la que te causa más inconvenientes en cuanto al horario, sobre todo para las madres que trabajan.
  2. Todos los días, a la hora de esa comida, ofrécele un biberón o leche en vaso en vez del pecho. Continúa amamantando en los horarios acostumbrados el resto del día.
  3. A la semana, sustituye otra sesión de amamantamiento por el biberón o el vaso.
  4. Una por una, dejando siempre pasar suficiente tiempo para que tanto tú como el bebé se acostumbren al cambio, sustituye todas las sesiones de amamantamiento por el biberón o el vaso.
  5. Si tienes los pechos llenos debido al nuevo horario de lactancia, extrae solamente la cantidad de leche que sea necesaria para aliviar la presión y las molestias que sientas.

Terminarías en mes y medio más o menos o podrías extenderte más tiempo, fíjate en el bebé, NO en el calendario. Muchas madres dejan la toma de la noche hasta el último porque permanece como un momento especial de acercamiento mutuo y es quizás el momento en el que tu bebé te necesita más.

Este método tiene la ventaja de que permite a tu bebé ajustarse a los cambios y también permitirá que la producción de leche se vaya disminuyendo poco a poco evitando la inflamación y la infección de las glándulas mamarias (mastitis) que es tan dolorosa.
Otro enfoque es dejar la decisión a tu bebé de terminar totalmente con ese tipo de alimentación. Una vez que ya está comiendo tres comidas de sólidos al día, permite que se acerque al pecho únicamente cuando lo pida. En este caso te encontrarás con que dejas de producir leche porque ya no hay demanda y es probable que necesites sacarte la leche con un tira leche para mantener la producción hasta que el bebé ya no quiera.
Para facilitar el proceso te sugerimos:

  1. Pon a tu bebé a realizar alguna actividad en el momento en el que generalmente lo pones al pecho.
  2. Acorta el tiempo de alimentación. Si generalmente se quedaba cinco minutos (o lo que sea), trata de dejarlo dos minutos menos. Dependiendo de su edad, continúa con algún alimento sólido o con un poco de biberón con fórmula.
  3. Evita sentarte en el sitio donde generalmente le das de mamar o usar la ropa que generalmente usas para esto (en caso de que tengas algo especial).
  4. Retrasa el momento de la ablactación si tu bebé se está adaptando a alguna otra circunstancia importante de su vida. Hacerlo cuando acaba de entrar a la guardería, ha estado enfermo o cuando le están saliendo los dientes, no es una buena idea.
  5. Trata también de cambiar tu rutina para que te encuentres ocupada en el momento en el que usualmente lo alimentabas.
  6. Pídele a tu pareja que participe en este proceso y que trate de distraer al bebé en un momento típico de alimentación
  7. Si el bebé se acostumbra a hacer algo, como chuparse el dedo o aferrarse a una cobija o muñeco de peluche,  déjalo, lo necesita para ajustarse al cambio emocional de la ablactación.

¿Y cómo puedo saber si no lo estoy haciendo demasiado rápido?

Los siguientes síntomas indican que estás destetando al bebé con demasiada rapidez:

Por parte del bebé:

  1. vómitos o diarrea (debido al cambio repentino en la dieta)
  2. irritabilidad
  3. ansiedad

Por parte de la madre:

  1. se sienten demasiado llenos los pechos
  2. los pechos están hinchados
  3. tienes fiebre
  4. no te sientes bien
  5. te duelen los pechos o están sensibles al tacto
  6. los pechos se sienten calientes
  7. te sientes triste debido al cambio hormonal

¿Cómo se deja de extraer la leche?

Emplea los mismos principios del destete para ajustarte gradualmente al cambio; por ejemplo, si sueles extraerte la leche 6 veces en un lapso de 24 horas, reduce este número a 5 por un par de días, luego a 4, etc., hasta que ya no tengas que hacerlo más.

¿Cómo se puede disminuir el dolor?

Debido a la presión en los pechos por la producción de leche que ya no va a mamar el bebé, te sentirás incómoda durante unos días. Si los sientes llenos y sensibles al tacto, extrae, ya sea con la bomba o con las manos, sólo la cantidad de leche que sea necesaria para aliviar las molestias. Así se reduce la probabilidad de que se obstruyan los conductos lácteos o se congestionen los pechos.

Utiliza un buen sujetador, cómodo y que no restrinja la circulación. NO te vendes los pechos; esta práctica es obsoleta y puede resultar muy incómoda y causar una obstrucción en los conductos lácteos o una infección mamaria

Consejos prácticos para el destete inesperado o repentino:

Para reducir la hinchazón y las molestias en los pechos mientras disminuye la producción de leche, puedes aplicarte una bolsa de hielo por períodos de 15 a 20 minutos, al menos 4 veces al día, o según sea necesario. Coloca un paño entre el hielo y la piel, nunca lo apliques directamente y evita aplicarlo en los pezones.

Otra alternativa consiste en utilizar hojas de col verde cruda, frías y lavadas, como “compresas” dentro del sujetador (aplasta las venas de las hojas para ablandarlas). Cámbialas aproximadamente cada 2 horas o cuando se marchiten. Utilízalas hasta que disminuya la producción de leche, Muchas mujeres sienten alivio en apenas 2 horas.

Pídele a tu médico que te recete algún medicamento para el dolor como ibuprofeno o acetaminofeno. Los medicamentos que se usaban anteriormente para interrumpir la producción de leche están en desuso debido a que producen graves efectos secundarios.

¿Cuándo debo llamar al médico?

Llama a tu médico si tienes síntomas de infección mamaria:

  • fiebre, dolores en el cuerpo o malestar general
  • dolor, sensibilidad al tacto o calor en los pechos.

Consejos adicionales

Los bebés que tienen alrededor de un año y ya comen una variedad de alimentos, por lo general pueden pasar directamente a tomar leche en vaso, mientras que los bebés más pequeños generalmente necesitan tomar biberón. Consulta a tu médico acerca del tipo de nutrición que debe recibir el bebé después de destetarlo.

Las últimas sesiones que se eliminan en el proceso del destete generalmente son a primera hora de la mañana, a la hora de la siesta y al acostarse. No te apures con el proceso, sobre todo si te gusta acurrucarte con el bebé antes de dormir, tanto como a él. Ten en cuenta que puede ser necesario reducir el ritmo del destete si el bebé se pone irritable, si se vuelve más dependiente, si se enferma o si le están saliendo los dientes.

Es importante tener expectativas realistas en cuanto al destete. Cuando se les permite seguir su propio ritmo, los bebés generalmente siguen amamantando hasta después de cumplir el primer año de edad. A medida que van aprendiendo a comer cosas nuevas y a tomar en vaso, amamantar se convierte en una fuente de consuelo más que de alimentación. De ser así, el bebé se destetará gradualmente cuando esté preparado.

Para las madres que se entristecen cuando llega el momento de destetar al bebé, sobre todo si deben hacerlo de forma repentina, es importante tener quien la apoye y anime durante este período, pues aunque se sienta preparada, podría experimentar una sensación de pérdida. La falta de la cercanía física que tenía con el bebé mientras lo amamantaba se puede compensar con cariño y contacto físico adicional.