Si padeces de dolor de espalda, no te preocupes. Alrededor de un 75 por ciento de mujeres embarazadas sufren de dolor de espalda. Es común que el dolor se presente en los últimos meses de embarazo o que se intensifique a medida que progresa el embarazo.

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El dolor podría incluso continuar después de que nazca el bebé, pero no te preocupes, que es muy probable que desaparezca en unos meses.

¿Qué me produce el dolor de espalda?

Es muy probable que tu dolor de espalda se deba al útero en crecimiento y a los cambios hormonales que estás experimentando.

El útero en expansión desplaza el centro de gravedad y estira y debilita los músculos abdominales, lo que hace que tu postura cambie y tu espalda se vea sometida a una presión adicional. El peso extra que estás llevando significa más trabajo para tus músculos y mayor estrés para tus articulaciones y esto explica por qué puede ser que sientas que el dolor de espalda empeora al final del día. Además, el útero también puede ejercer presión sobre un nervio.

Por otra parte, los cambios hormonales del embarazo distienden las articulaciones y los ligamentos que conectan los huesos pélvicos a la columna vertebral. Esto puede hacer que te sientas menos estable y tengas dolor al caminar, estar de pie o sentada por periodos de tiempo prolongados, al darte vuelta en la cama, al levantarte de un sillón bajo, salir de la tina (bañera), agacharte, o levantar objetos.

¿Qué clase de dolores son comunes en la parte baja de la espalda durante el embarazo?

Existen tres clases de dolor de espalda relacionado con el embarazo:

  • Dolor de cintura o un poco más arriba (dolor lumbar) cuando te paras, te sientas o cuando te acuestas. También se puede irradiar a las piernas.
    • Permanecer sentada o de pie durante periodos de tiempo prolongados y levantar objetos hacen por lo general que el dolor empeore, y éste tiende a ser más intenso al final del día
  • El dolor en la parte posterior de la pelvis y en la parte profunda de los glúteos.
    • Se siente más abajo que el dolor lumbar. Se puede sentir muy adentro de las nalgas, en una o ambas, o en la parte trasera de los muslos. Es posible que se desencadene a raíz de ciertas actividades tales como caminar, subir escaleras, entrar o salir de la tina, sentarse o levantarse de un sillón bajo, darse vuelta en la cama, girar el cuerpo y levantar cosas.
    • Las posiciones en que flexionas las caderas — como cuando te sientas en una silla o te inclinas hacia adelante mientras trabajas sentada en el escritorio — pueden empeorar el dolor pélvico posterior. Las mujeres con dolor pélvico posterior están también más predispuestas a tener dolor en el hueso púbico.

Algunas mujeres tienen síntomas de ambos tipos de dolor.

Semana 14 a 25

Los ligamentos que sostienen tu abdomen se han vuelto más elásticos y las articulaciones entre los huesos que forman la pelvis se han debilitado y suavizado. Además, la parte baja de tu columna vertebral se empieza a curvar hacia atrás para ayudarte en el equilibrio y que no te caigas de frente.

Todos estos cambios en conjunto pueden empezar a causarte dolor en la parte baja de tu espalda. Este dolor generalmente empieza entre el cuarto y séptimo mes del embarazo.

Puede ser una pequeña molestia o, si ya tenías problemas en la espalda desde antes de embarazarte, puede convertirse en algo que te impida realizar tus actividades diarias.

Semana 25 a 28

Los ligamentos que conectan los huesos de la pelvis a la columna, se hacen cada vez más elásticos porque ya se están preparando para que la pelvis se expanda en el momento del parto y el bebé pueda salir.

Las articulaciones en los huesos de la pelvis suelen doler porque no están acostumbradas a esta elasticidad y el dolor se puede presentar al frente en la parte media (pubis) y a los lados de tu línea media de la espalda.

Si hasta el momento no has tenido ninguna molestia en la espalda, es probable que se te presente en este mes.

En estas semanas has cambiado tu centro de gravedad y ajustas tu postura y la forma de moverte.  Tu columna vertebral se ha curvado aún más para compensar este cambio, si no lo hicieras, te caerías de panza, pero esto causa un esfuerzo en los músculos y ligamentos que pueden causar dolor.

¿Qué puedo hacer para evitar el dolor de espalda?

Para proteger tu espalda de malas posturas, esfuerzo innecesario y daños que causen dolor, te sugerimos lo siguiente:

  • Evitar el reposo salvo que sea necesario por motivos médicos.
  • Postura. Presta atención a tu postura. Trata de mantener las caderas hacia adelante y la espalda recta. No camines arqueando la espalda ni sacando la panza.
    • Aprieta tus nalgas, hecha tus hombros para atrás y hacia abajo y párate derecha. Fíjate en cómo te paras, cómo te sientas y cómo te mueves.
  • Pararse. Evita en lo posible pasar mucho tiempo de pie, cambia de posición constantemente. Si tienes que estar parada durante un tiempo largo, descansa un pie sobre un banquito o caja (libro o lo que sea). Así aliviarás la tensión en la espalda.
  • Levantar objetos. Evita levantar objetos pesados o niños porque significa aun más esfuerzo para la espalda. Si tienes que levantar algo del piso, flexiona las rodillas, levanta poniendo la fuerza en tus piernas y no en tu espalda y mantén la espalda recta.
    • Divide el peso de los artículos que transportas. Una bolsa de compras en cada mano con la mitad del peso es mucho mejor que la presión dispareja que ejerce sobre la espalda una sola bolsa más pesada.
  • Calzado. Usa zapatos de tacón bajo con buen apoyo en el arco del pie. Evita usar zapatos de tacón alto porque ponen presión sobre los músculos de la cintura.
  • Agacharse y estirarse. Ten a mano las cosas que necesitas para que no debas agacharte ni estirarte para alcanzarlas. Recuerda que es más fácil perder el equilibrio cuando estás embarazada.
  • Sentarse. Siéntate en sillas que tengan buen apoyo para la espalda. Coloca una almohada pequeña detrás de la cintura para que tengas más apoyo cuando estés sentada. Si tienes que estar sentada por mucho tiempo, trata de levantarse cuando menos cada hora.
  • Dormir. El mejor apoyo para la espalda es un colchón firme más que uno blando. Si tu colchón es demasiado blando, coloca una tabla entre el colchón y la base. Duerme de costado en lugar de dormir boca arriba. Coloca una almohada entre las piernas cuando te acuestes de costado. La almohada te ayudará a mantener recta la columna vertebral y te dará más apoyo a la espalda.
    • A medida que avance el embarazo, usa otra almohada o un almohadón en forma de cuña para sostener el abdomen.
  • Agacharse y estirarse. Ten a mano las cosas que necesitas para que no debas agacharte ni estirarte para alcanzarlas. Recuerda que es más fácil perder el equilibrio cuando estás embarazada.
  • Apoyo. Usa pantalones de embarazo con una banda ancha de elástico que caiga debajo de la curva de la panza. Esa banda te ayudará a sostener el peso extra. También hay fajas especiales de apoyo abdominal que te brindan ese tipo de soporte lumbar. Puedes conseguirlas en tiendas de ropa para embarazadas.
  • Alivio del dolor. Por lo general no conviene tomar medicamentos para aliviar el dolor de espalda durante el embarazo. Antes de tomar cualquier tipo de remedio, consulta con tu médico. Puedes aliviar el dolor de espalda con una almohadilla térmica, una bolsa de agua caliente o compresas frías.
    • Aprende técnicas de relajación. Te pueden ayudar a sobrellevar las molestias y pueden resultarte especialmente útiles a la hora de acostarte, si es que el dolor de espalda es una de las cosas que te dificultan el sueño.
  • Ejercicios. Puedes hacer algunos ejercicios para fortalecer y estirar los músculos de la espalda. Eso te ayudará a mejorar la postura y fortalecer los músculos abdominales en preparación para el parto. No olvides consultar con tu médico qué ejercicios son buenos para ti y cuánto tiempo puedes mantener el programa de actividad física.
    • Mantenerte activa durante el embarazo puede ayudar a aliviar el dolor de espalda. Los ejercicios acuáticos y las salidas a caminar se pueden hacer sin riesgo durante el embarazo y son muy buenos para la espalda.
    • Presta atención a tu cuerpo. Si descubres que una actividad en particular te da dolor de espalda, simplemente deja de hacerla.

Un masaje suave en esa zona puede ayudar a disminuir el esfuerzo y la tensión muscular.

Pregunta a tu médico si puedes ir con un fisioterapista que te enseñe a hacer algunos ejercicios sencillos y seguros especiales para el dolor.

¿Podría ser ciática?

Cuando el dolor en la parte baja de la espalda irradia a las nalgas y los muslos, se confunde muchas veces con ciática, una afección que no es común. La verdadera ciática, que puede ser causada por una hernia o una inflamación de un disco en la parte inferior de la columna vertebral, afecta sólo a alrededor del uno por ciento de las mujeres embarazadas.

Si tienes ciática, el dolor de pierna será por lo general más intenso que el de espalda. Posiblemente sientas también dolor debajo de la rodilla, que puede incluso irradiarse al pie y los dedos de éste. Es probable que también sientas una sensación de cosquilleo u hormigueo en las piernas o te parezca que están como dormidas.

Si la ciática es intensa, también puedes tener sensación de adormecimiento en la ingle o en la zona genital. Incluso puede suceder que tengas dificultad al orinar o al evacuar. O es posible que sufras del problema opuesto, es decir, de incontinencia (dificultad para contener la orina o las heces).

Si piensas que tienes ciática, díselo a tu médico. Llámalo de inmediato si observas pérdida de sensibilidad o debilidad en una o ambas piernas o si sientes pérdida de sensibilidad en la ingle, vejiga o ano.

¿Quiénes están más predispuestas a tener este tipo de dolor?

La propensión al dolor en la parte baja de la espalda es mayor si ya has sufrido este tipo de dolor, ya sea antes de quedar embarazada o durante un embarazo anterior. También presentas mayor riesgo si llevas un estilo de vida muy sedentario, eres poco ágil y los músculos de tu espalda y abdomen están débiles.

Si estás embarazada de mellizos o gemelos, o incluso de más bebés, aumentan las posibilidades de tener dolor de espalda. La obesidad puede ser un factor de riesgo.

¿Cuándo debo llamar a mi médico?

Si sientes dolor en la cintura a finales del segundo trimestre o durante el tercer trimestre y, a pesar de haber hecho todo lo posible, el dolor no disminuye o aumenta, consulta con tu médico. Esto puede ser también un signo de una infección renal o  parto prematuro, en especial si no tuviste dolor de espalda hasta ese momento.

El dolor fuerte de espalda de todo tipo puede ser un signo de problemas, como cálculos o infección de los riñones. Cerciórate de consultar con tu médico si tienes:

  • Dolor fuerte de espalda que no mejora con compresas de calor o frío ni con el uso de prendas de apoyo lumbar
  • Dolor irradiado, entumecimiento, cosquilleo o debilidad en las piernas (el dolor se irradia a partir de un punto central)
  • Fiebre

Referencias

https://www.acog.org/For_Patients/Search_Patient_Education_Pamphlets__Spanish/Files/Como_aliviar_el_dolor_de_espalda_durante_el_embarazo
http://espanol.babycenter.com/a700142/dolores-en-la-parte-baja-de-la-espalda-durante-el-embarazo
http://nacersano.marchofdimes.com/embarazo/dolor-de-espalda.aspx
http://www.tuespaldasana.com/dolencia/embarazo-y-dolor-de-espalda/tema/sintomas-del-dolor-de-espalda-en-el-embarazo
http://www.espalda.org/divulgativa/su_espalda/embarazadas/embarazadas.asp
http://www.clinicarehabilitacion.com/articulos/dolor-espalda-ejercicio-embarazadas
http://www.mayoclinic.org/healthy-living/pregnancy-week-by-week/in-depth/pregnancy/art-20046080
http://www.babymed.com/pregnancy-symptoms/back-pain-pregnancy

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