Para entender este problema, es necesario que primero conozcamos la anatomía de los huesos de la pelvis de una mujer.
Anatomía de la Pelvis
La pelvis está conformada por dos huesos llamados ilíacos, unidos en la parte posterior por el hueso sacro, llamada articulación sacro-ilíaca. En la parte anterior, los huesos ilíacos terminan en los huesos púbicos que se unen en la llamada “sínfisis púbica”. Todos ellos forman el llamado “canal óseo del parto”.
Los huesos de la pelvis están articulados entre sí aunque sólo se mueven en el embarazo debido a la hormona llamada “relaxina” la cual es segregada por la placenta para relajar estas articulaciones y prepararse para el momento del parto. El movimiento de estas articulaciones (que hasta el embarazo habían permanecido inmóviles) puede producir dolor en algunas mujeres, que a muchas de ellas lo describen como agujetas.

La movilidad de la sínfisis del pubis puede producir dolor detrás del vello púbico, generalmente al andar deprisa o levantarse bruscamente. Si llegan a separarse los huesos púbicos de ambos lados puede producirse una “diástasis de pubis”, situación muy dolorosa para la gestante.
Historia
Existe evidencia histórica que el dolor en la región lumbar y el anillo pélvico relacionado al embarazo eran problemas conocidos y descritos hace ya muchos siglos. Hipócrates (siglo IV A.C.), lo describe como el ensanchamiento de la sínfisis púbica que solo ocurría en el primer parto y quedaba ensanchada para los siguientes embarazos, relacionando este hecho a la aparición de dolor.
Definición
En 1870, Snelling describe el “Síndrome Pélvico” de la siguiente forma: “la afección aparentemente consiste en la relajación de las articulaciones de la pelvis, iniciándose bruscamente luego del parto o en forma gradual durante el embarazo, permitiendo un grado de movilidad de los huesos de la pelvis que entorpece la marcha y ocasiona las sensaciones de dolor más peculiares y alarmantes”.
Es también llamado Disfunción Sínfisis-Pubis (DSP). La palabra Disfunción significa una pérdida o restricción de movilidad que origina un mensaje que llega a la médula espinal provocando un espasmo muscular que causará la disfunción y un dolor intenso.
Es un problema frecuente que se puede presentar en un tercio de las embarazadas quiénes lo consideran como un problema grave que interfiere en su calidad de vida, en la realización de las tareas del hogar, incrementa el ausentismo laboral y perturba su sueño.
Causa
Hasta la fecha, no se sabe exactamente cuál es la causa de este dolor pero se piensa que es una combinación de las hormonas con:
- Cambios posturales típicos en la embarazada:
- Es posible que, en mujeres susceptibles, la postura anormal del cuerpo que presentan durante el embarazo, resulta en estrés de las articulaciones y ligamentos, especialmente de la columna vertebral y pelvis, lo cual produciría finalmente dolor.
- Debilidad muscular de los glúteos
- La diferencia de los movimientos entre una pierna y otra, por ejemplo si un lado de la pelvis se mueve más que el otro al caminar o mover tus piernas, causa dolor, estrés e inflamación de las articulación, de los ligamentos y de los músculos de la pelvis.
- Contenido total de agua corporal:
- El contenido de agua corporal aumenta en un promedio de 8,5 litros. Esta retención de fluido, particularmente a nivel de columna vertebral y pelvis, aumenta la laxitud de estas articulaciones, lo que podría contribuir al dolor.
- Cambios hormonales:
- En particular por el efecto de la hormona relaxina encargada del aumento de la laxitud de los ligamentos alrededor de la pelvis y cuello uterino. Este “aflojamiento”, necesario para acomodar el feto en desarrollo y facilitar el parto, podría ser causante de distensión y aumento del rango de movimiento de las articulaciones sacro ilíacas y de la sínfisis, lo cual a su vez podría causar dolor.
El tamaño de la separación no tiene relación con la molestia que puedas sentir, muchas mujeres con una brecha normal sienten bastante dolor. Las mujeres con sobrepeso y que empezaron a tener menstruación antes de los 11 años tienen más tendencia a desarrollar disfunción de la sínfisis pública.
Síntomas
Dolor: en la zona púbica que frecuentemente se acompaña de dolor de espalda baja.
El síntoma característico de este cuadro es la presencia de un dolor pelviano que se da en forma de faja, es decir, que cubre desde la espalda hasta la pelvis. Asimismo, se trata de una molestia intermitente, es decir, hay días en que se presenta de forma muy intensa y otros en que no; es de inicio agudo; y habitualmente aparece cuando la mujer está caminando o realizando algún esfuerzo físico, como subir escaleras.
La naturaleza del dolor pélvico se ha descrito como tipo estocada (puñal) la del dolor lumbar como un dolor sordo y en la zona torácica como quemante. Se ha reportado que el dolor es leve a moderado en el 50% de los casos y severo en el 25% de las embarazadas.
El dolor posparto es de menor intensidad que el dolor presente durante el embarazo. Además se ha observado que el dolor pélvico es de mayor intensidad que el lumbar durante el embarazo y se invierte la situación luego del parto.
- Puede haber también dolor en la cadera.
- En el área del pubis se siente un como clic y el dolor viaja hacia la cara interna de los muslos o entre las piernas.
- Dolor que por lo general empeora al separar las piernas, caminar, subir o bajar las escaleras, o dar vueltas en la cama.
- Dolor que se acrecienta durante la noche y puede que no te deje dormir.
- Levantarte para ir al baño en el medio de la noche puede resultar muy doloroso.
En cuanto a los cambios de la percepción de los movimientos, se ha descrito sensación de atrapamiento (“catching”) de los muslos y también sensación en las piernas “como si estuvieran paralizadas”.
Por último, se han descrito cambios en la coordinación de los movimientos.
- Hay una limitación en los movimientos de las piernas.
- La habilidad para caminar es desigual, una pierna se mueve mejor que la otra.

¿En qué momento del embarazo se puede presentar este problema?
La presentación del dolor pélvico relacionado al embarazo, varía ampliamente tanto de caso en caso como en el tiempo. Frecuentemente la aparición del dolor ocurre alrededor de la semana 18 a de embarazo y la máxima intensidad se observaría entre la semana 24 a a 36 a .
El dolor durante el primer trimestre de embarazo puede predecir un fuerte dolor en el tercero. Además, en el posparto el dolor desaparece en el 93% de los casos en los primeros 3 meses, el 7% de los casos restantes tienen un alto riesgo de dolor pélvico prolongado. Si tuviste esta molestia en tu embarazo anterior, es muy probable que se presente en el próximo embarazo.
Lo ideal es esperar a que los síntomas desaparezcan totalmente antes de volver a embarazarte.
¿Cómo se diagnóstica?
El diagnóstico se hace en base a los síntomas que presenta la persona
El médico te hará una revisión médica completa y especialmente revisará:
- Las pruebas de estabilidad pélvica,
- Los movimientos que causan dolor.
- En dónde se localiza el dolor
- Tipo de dolor
- Hacia donde se irradia el dolor
Los estudios de rayos X y de tomografía generalmente no ayudan para hacer el diagnóstico. Muchas mujeres con DSP reportan mucho dolor, no habiendo realmente una separación en la articulación, así que el grado de separación de la articulación no tiene relación con el dolor.
Tratamiento
Respecto al tratamiento, los especialistas mencionan que el dolor sólo se puede manejar con analgésicos, básicamente paracetamol. Sin embargo, también son de gran ayuda las terapias kinesiológicas que refuerzan la musculatura tanto abdominal como pélvica.
Lo que se recomienda es que las mujeres que ya lo han tenido y han pasado una mala experiencia en embarazos previos, realicen ejercicios kinesiológicos antes de embarazarse o dentro de los primeros meses de gestación.
Generalmente tu médico te enviará con el especialista en este tipo de problemas: fisioterapeutas y especialistas en rehabilitación física que te indicarán una serie de medidas que te ayudarán a lograr un equilibrio para que mejores el apoyo y la postura articular de los huesos de la cadera y para aliviar el dolor.
- Los ejercicios — especialmente para los músculos del abdomen y del suelo pélvico — constituyen una parte importante del tratamiento y están dirigidos a mejorar la estabilidad de la pelvis y la espalda.
- La hidroterapia puede ser útil algunas veces. La cirugía sólo se usa para tratar los casos más graves de diástasis y con frecuencia no da resultado.
- Muchos médicos recomiendan para esta condición el uso de una faja especial o un cinturón pélvico, para que te ayude estabilizar la cadera.

Otras terapias que pueden ser útiles incluyen la osteopatía y la quiropráctica, pero es esencial que veas a un médico que tenga experiencia en tratar a mujeres embarazadas.
¿Cómo puedo ayudar a disminuir las molestias?
Tú también puedes ayudar a lograr que las actividades diarias de cada día sean menos molestas y lograr que tu parto sea más fácil
- Hacer ejercicios de Kegel y ejercicios para el abdomen inferior regularmente te puede ayudar a reducir la sobrecarga sobre la pelvis durante el embarazo. Para hacer de manera sencilla y sin riesgos un ejercicio para el abdomen inferior, colócate sobre las manos y rodillas y nivela la espalda de manera que quede prácticamente plana. Respira profundamente y luego a medida que exhalas, haz un ejercicio de Kegel y al mismo tiempo introduce y saca tu ombligo. Sostén esta contracción por unos 5-10 segundos sin dejar de respirar y sin mover la espalda. Relaja lentamente los músculos al final del ejercicio.
- No trates de forzarte a realizar una actividad si te está causando dolor. Si es posible, deja de hacerla. Si continúas y el dolor empeora, puede ser más difícil remediarlo después.
- Tu actividad diaria debe ser tranquila y con pausas de descanso.
- Descansa regularmente, con la espalda recta y bien apoyada.
- Descansa sentándote sobre una pelota grande (del tipo que se usa en los gimnasios) o recostándote sobre tus manos y rodillas, esto quita peso a tu pelvis y te ayuda a mantener una posición estable.
- Evita empujar o cargar cosas pesadas (los carritos del super cuando van pesados, molestan provocando dolor fuerte en la región púbica).
- Cuando te vistas, siéntate para ponerte la ropa. Por ejemplo cuando te pongas los pantalones, colócalos sobre los pies y después al pararte súbelos. No trates de ponerte la ropa interior y los pantalones estando de pie.
- Cuando subas las escaleras, sube un escalón a la vez, primero con la pierna ágil después sube la otra pierna en el mismo escalón. Repítelo con cada escalón.
- Evita separar las piernas y hacer movimientos bruscos que te obliguen a abrir las piernas demasiado, como cuando entras o sales el automóvil o de la tina. Si necesitas separar las piernas, hazlo de manera lenta, con cuidado.
- Si practicas la natación, recuerda que mientras estás en el agua puede parecer que la natación te ayuda, sin embargo te puede causar un incremento de dolor cuando sales.
- Puedes aplicarte el cojín eléctrico, en las áreas que sientas dolor.
- Duerme con una almohada entre las piernas puede ayudarte a aliviar el dolor temporalmente
- Si el dolor es intenso y requieres de un analgésico, consulta con tu medico para que te indique qué analgésico puedes tomar
Complicaciones
Cuando la DSP no es tratada debidamente, se puede presentar una condición parecida llamada Diastasis Sínfisis –Pubis (DSP) en la cual la articulación se afloja demasiado y queda una separación anormal entre los dos huesos pélvicos.
En una mujer normal, no embarazada la separación de esta articulación es de 4 a 5mm y durante el embarazo aumenta de 2 a 3 mm. Si esta separación es mayor de 10mm se diagnostica como DSP y se puede confirmar por medio de rayos X.
Preguntas frecuentes
¿Cuánto tardaré en recuperarme de los dolores pélvicos después del parto?
Un estudio reciente mostró que alrededor del 60 por ciento de las mujeres con disfunción de la sínfisis púbica experimentan aún algunos síntomas después del parto. En la mayoría de las mujeres los síntomas mejoran después del nacimiento del bebé, aunque un pequeño porcentaje siguen teniendo dolor al año de nacer tu bebé.
Probablemente los especialistas en fisioterapia te aconsejen seguir con fisioterapia después del nacimiento y si es posible, conseguir ayuda para cuidar a tu bebé durante las primeras semanas. Algunas mujeres que han padecido estas molestias descubren que experimentan dolor cada mes justo antes del periodo menstrual, lo cual es provocado por hormonas que tienen un efecto similar a la relaxina.
¿Puedo tener un parto natural o me harán cesárea?
Generalmente se recomienda el parto natural como la mejor opción para la mayoría de las mujeres con dolor pélvico con la excepción de una minoría que tiene síntomas severos y no pueden mantener la posición de parto. Para ellas, se considera como mejor opción, un parto por cesárea.
Es importante que el médico tenga en cuenta tu problema y que no des a luz acostada sobre tu espalda.
Referencias
http://www.natalben.com/dolor-en-el-embarazo/tercer-trimestre-embarazo-pelvico-genital-contraccion
http://espanol.babycenter.com/a2000016/dolor-en-la-pelvis-durante-el-embarazo
http://www.emol.com/tendenciasymujer/Noticias/2012/07/28/23008/Dolor-pelvico-en-el-embarazo-una-molestia-que-hasta-puede-invalidar.aspx
http://www.facemama.com/embarazo/dolor-de-pelvis-durante-el-embarazo.html
http://www.parents.com/pregnancy/my-body/aches-pains/pelvic-pain-pregnancy/
http://www.nhs.uk/conditions/pregnancy-and-baby/pages/pelvic-pain-pregnant-spd.aspx
http://www.athletico.com/2012/02/08/pelvic-pain-during-pregnancy-what-is-symphysis-pubic-dysfunction/
http://www.pregmed.org/pelvic-pain-during-pregnancy.htm
http://www.webmd.boots.com/pregnancy/guide/pelvic-girdle-pain-pgp-spd
http://www.pelvicinstability.org.uk/faq.asp