¿Qué son las hemorroides?
Es la inflamación y dilatación de los vasos sanguíneos que se encuentran dentro y alrededor del ano y en la parte baja del recto (la última parte del intestino grueso) que se hinchan y alargan por la presión ejercida en esa zona.
El ano es el esfínter de salida del tubo digestivo y está formado por dos músculos circulares. Por el interior y atravesando los músculos existe un entramado de venas que pueden dilatarse si se produce un aumento de la presión abdominal o las heces se acumulan en el recto (estreñimiento).
Si este aumento de presión es transitorio, las venas recobran su forma original una vez resuelta la causa. Sin embargo, si el aumento de presión es repetido y frecuente, o prolongado, las venas acaban por dilatarse y deformarse, proyectándose hacia el interior del canal anal, dando lugar a las hemorroides.
Mientras su tamaño es pequeño pueden pasar desapercibidas, sin dar síntomas. No obstante, a medida que aumentan de tamaño su presencia y sus efectos son cada vez más notorios.
Las hemorroides son muy similares a las várices de las piernas y pueden tener desde el tamaño de una pasa hasta el de una aceituna. Pueden provocar solamente comezón o incluso hasta dolor y algunas veces se llegan a romper y sangran.
Las hemorroides pueden estar dentro del ano (hemorroides internas), o bajo la piel alrededor del ano (hemorroides externas). Las internas pueden salir, a través del ano, hacia el exterior del cuerpo y a esto se le llama protrusión hemorroidal.
Clasificación
Las hemorroides pueden ser
- Externas cuando se localizan en la apertura del ano y generalmente no requieren de tratamiento médico a menos de que se forme un coágulo en alguna de las venitas. Pueden provocar comezón o dolor y algunas veces sangran. Tú misma las puedes sentir como bultos.
- Internas cuando se localizan en el canal anal. Generalmente no son dolorosas, aunque pueden provocar ardor y comezón y sangrar. Pueden salir hacia el exterior (a esto se le llama “prolapso hemorroidal) y se miden por severidad en cuatro grados:
- Primer grado: sangra, pero no se sale del canal anal.
- Sale durante los movimientos intestinales y evacuaciones pero se regresa sola. Puede dar ligeros sangrados.
- Tercer grado: se sale del canal anal y solamente regresa con ayuda manual. Sangra ligeramente.
- Cuarto grado: sobresale, no se puede volver a colocar en su lugar y contiene coágulos de sangre.
Síntomas
Los principales síntomas que pueden producir son:
- Sangrado: en forma de sangre roja, generalmente en pequeñas cantidades manchando las heces o el papel higiénico.
- Dolor: especialmente durante la dilatación anal para la deposición de las heces. Este dolor puede ser agudo e intenso durante la defecación o sórdido, profundo y continuo.
- Prolapso venoso: las venas dilatadas “salen” a través del ano, siendo visibles. No es imprescindible que las hemorroides sean visibles para que se produzca el resto de la sintomatología.
- Prurito (comezón) o ardor continuo, muy violento.
- Tenesmo rectal: sensación permanente de necesidad de defecuar o evacuar.
- Pueden formarse también fístulas o abscesos.
Estos síntomas hacen que la persona afectada con hemorroides evite hasta donde pueda la defecación. Se favorece así el estreñimiento que es el principal factor causante de las hemorroides, de modo que se cierra un círculo vicioso que cada vez complica más el cuadro.
De ahí la importancia de intentar evitar el estreñimiento durante el embarazo para reducir la aparición de las hemorroides o limitar su gravedad.
Factores que predisponen
Aunque básicamente son dos los factores que predisponen a la aparición de hemorroides: estar sentado o de pie durante muchas horas al día y la herencia genética; existen otros muchos que influyen de manera determinante en su manifestación antes o después en el tiempo y en la gravedad del trastorno.
Uno de los más importantes es el incremento de la presión dentro del abdomen. Es el caso del embarazo, la obesidad, el uso continuado de ropa ceñida o las situaciones en las que se produce una contracción intensa y continuada de los músculos abdominales como puede ser un esfuerzo físico prolongado e incluso, y curiosamente, los estornudos y la tos persistente.
Por último, otro factor determinante es el estreñimiento que, además de aumentar la presión abdominal, irrita y debilita los tejidos de sostén de las venas hemorroidales. El esfuerzo exagerado para expulsar la materia fecal aumenta la presión en los vasos sanguíneos de esa zona y la inflamación es el resultado del esfuerzo para evacuar el intestino. En algunas ocasiones esta presión hace que los vasos sanguíneos se rompan.
- Cuando hay estreñimiento las deposiciones son más duras y friccionan intensamente la superficie del conducto anal que se irrita, inflama y debilita. La constipación o estreñimiento es un problema común en el embarazo que puede agravar el de las hemorroides.
- A esto hay que agregarle que uno de los efectos de la hormona progesterona, que se encuentra muy elevada durante el embarazo, es el de relajar las paredes de las venas y esto permite que se inflamen más fácilmente. La progesterona también contribuye al estreñimiento porque ralentiza los movimientos de tus intestinos.
Hemorroides en el embarazo
Las hemorroides (también llamadas “almorranas”), son bastante comunes durante el embarazo, pueden presentarse desde el segundo trimestre pero son más frecuentes durante el tercer trimestre. Algunas mujeres las tienen por primera vez cuando están embarazadas, y en caso de que hayas tenido hemorroides antes del embarazo, es muy probable que ahora te vuelvan a salir.
Igualmente se pueden desarrollar durante la segunda parte de la labor de parto cuando ya estás pujando para ayudar a salir al bebé. De cualquier manera, generalmente se desaparecerán solas, o con la ayuda de unas simples medidas, después del parto.
¿Son peligrosas?
No. Las hemorroides generalmente no son peligrosas. En la mayoría de los casos los síntomas durarán unos cuantos días y no todas las personas tienen molestias.
¿Por qué son más comunes durante el embarazo?
Por distintas razones, el embarazo te vuelve más propenso a las hemorroides y a las várices en las piernas e incluso, algunas veces, en la vulva. Esto se debe a que el útero en crecimiento ejerce presión sobre las venas de la pelvis y la vena cava inferior, una vena grande en el lado derecho del cuerpo que lleva la sangre desde las extremidades inferiores hacia el corazón.
Como consecuencia, el regreso de la sangre desde la mitad inferior de tu cuerpo puede ser más lento, lo cual aumenta la presión sobre las venas debajo del útero y hace que se dilaten o ensanchen más.
El estreñimiento, otro problema común durante el embarazo, también puede producir o agravar las hemorroides. Esto se debe a que cuando tienes dificultades para mover el vientre es normal que intentes hacer fuerza y cuando haces fuerza es más fácil que te salgan hemorroides.
Asimismo, un incremento de la hormona progesterona durante el embarazo hace que se relajen las paredes de las venas y es por eso que se hinchan con mayor facilidad. La progesterona también contribuye al estreñimiento al hacer más lento el movimiento en el conducto intestinal.
Diagnóstico
El medico hará una revisión del ano y del recto buscando vasos sanguíneos inflamados y alargados. Hará un examen digital del recto y probablemente utilizará un anoscopio o proctoscopio para verificar internamente el recto en su totalidad.
Tratamiento
¿Qué puedo hacer para sentirme mejor?
El tratamiento médico de las hemorroides se inicia tratando de mejorar los síntomas:
- Asientos de agua tibia. Coloca una bandeja o tina de plástico sobre el escusado para que puedas sumergir la zona rectal y simplemente sentarte un momento a permitir que el agua tibia te disminuya las molestias.
- Puedes agregarle bicarbonato y hamamelis o lavanda que ayudan a disminuir la inflamación.
- Puedes aplicarlo varias veces al día y esto ayudará a disminuir las molestias y el dolor. Algunas mujeres prefieren ponerse compresas heladas de agua con hamamelis.
- Trata de alternar los tratamientos calientes con los fríos, empieza con los fríos.
- Después de evacuar, limpia la zona afectada, cuidadosamente pero por completo, con papel higiénico blanco, suave y sin perfume, dado que produce menos irritación que sus variantes perfumadas y de color.
- Algunas mujeres prefieren hacerlo con toallitas prehumedecidas hechas especialmente para gente con hemorroides.
- Uso externo de una crema hemorroidal. Pregunta a tu médico cuál es la más conveniente antes de tratar alguno. La mayoría de estos productos sólo deben usar por un periodo corto ya que el uso continuado produce más inflamación.
- Incrementa la fibra y los líquidos para suavizar la material fecal.
- Evita los alimentos muy sazonados y el consumo de alcohol.
En algunos casos, será necesaria la cirugía. El médico destruirá todo este tejido hemorroidal.
¿Cuándo debo llamar al médico?
Si todas estas medidas no ayudan, sigues con dolor o tienes sangrado, llama de inmediato a tu médico.
La mayoría de las veces, te sentirás mejor después del parto pero en algunas ocasiones será necesario que veas a un especialista que te ayude a disminuir las hemorroides. Es raro que se requiera de cirugía para corregir el problema.
Prevención
¿Cómo puedo evitar las hemorroides?
Las hemorroides no pueden prevenirse, pero puedes minimizar algunos factores de riesgo, evitando el estreñimiento, comiendo una dieta saludable con fibra.
La Asociación Americana del Embarazo también sugiere:
- Hidrátate bien y bebe suficientes líquidos.
- Come frutas y vegetales
- Que tu dieta sea alta en fibra ya sea porque ingieres hasta 20 gramos de fibra en tu dieta o con la ayuda de suplementos de fibra. Acompaña esto con algo de ejercicio, incluso puede ser una caminata de 30 minutos a buen paso.
- No te detengas cuando sientas ganas de ir al baño, trata de no hacer mucho esfuerzo y no te quedes sentada ya que pones presión sobre el área.
- Haz los ejercicios de Kegel diariamente para mejorar la circulación en el área rectal y fortalecer los músculos alrededor del ano. Esto, además de ayudarte a disminuir las posibilidades de que tengas hemorroides, te ayudará a fortalecer también los músculos alrededor de la vagina y de la uretra lo cual es muy conveniente para el parto y para la recuperación posterior.
- Evita estar sentada o parada por periodos largos de tiempo. Si tu trabajo te exige que estés sentada, levántate a ratos y camina por unos minutos. En tu casa, acuéstate del lado izquierdo cuando vayas a dormir, leer, o cuando veas televisión. De esta manera quitas la presión de las venas rectales y ayudas a mejorar el regreso de la sangre venosa de la parte baja de tu organismo, al corazón.
Referencias
- http://espanol.babycenter.com/a700187/-hemorroides-durante-el-embarazo
- http://nacersano.marchofdimes.com/embarazo/hemorroides.aspx
- http://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-salud/embarazo-maternidad/posparto/sin012074wr.html
- http://www.mayoclinic.org/healthy-living/pregnancy-week-by-week/expert-answers/hemorrhoids-during-pregnancy/faq-20058149
- http://www.babyzone.com/pregnancy/prenatal-care/managing-hemorrhoids-during-pregnancy_71309
- http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2278306/
- http://americanpregnancy.org/pregnancyhealth/hemorrhoids.html