Información General

Casi todas las mujeres experimentan algún grado de náuseas y vómitos durante el embarazo, particularmente durante el primer trimestre. Un trastorno a menudo llamado “náuseas matutinas del embarazo”, ya que los síntomas a menudo son más acentuados durante la mañana pero en realidad pueden suceder a cualquier hora del día.

Sin embargo, demasiados vómitos pueden interferir con el aumento de peso necesario para mantener el embarazo y causar deshidratación y desnutrición la cual puede ser dañina para la madre y el niño.

Causas

No se conoce el origen específico de la hiperémesis gravídica, pero entre los factores causales se encuentran:

  • Niveles altos de HGC (hormona gonadotropina coriónica), estrógenos y estradiol. Los niveles de estas hormonas propias del embarazo se elevan rápidamente durante las etapas iniciales del embarazo y pueden activar la parte del cerebro que controla las náuseas y el vómito. Muchas veces no se demuestran niveles hormonales elevados si no que es la embarazada misma la que presenta una mayor sensibilidad personal al efecto de estas hormonas.
  • También hay teorías que sugieren que su causa podría deberse a una disminución en la función de la glándula suprarrenal, liberando menor cantidad de hormona adrenocorticotrofina (que sirve para estimular la producción y secreción de cortisol el cual controla el metabolismo de los carbohidratos, proteínas y grasas). Esta teoría se basa en que la administración de esta hormona muchas veces hace desaparecer la enfermedad.
  • Cambios gastrointestinales. Durante todo el embarazo los órganos digestivos se desplazan para abrirle espacio al feto en crecimiento. Esto puede producir reflujo ácido y hacer que el estómago se vacíe con mayor lentitud, lo cual puede causar náuseas y vómitos.
  • Hay quienes indican que la hiperemesis tiene una base parcial o totalmente psicosomática y que su tratamiento debería realizarse solamente con psicoterapia.
  • Dieta alta en grasas. Investigaciones publicadas en la revista Epidemiology indican que las mujeres que mantienen una dieta alta en grasas tienen un riesgo mayor de desarrollar hiperémesis gravídica. El riesgo aumenta cinco veces más por cada 15 gramos adicionales diarios de grasas saturadas (tales como una hamburguesa con queso de 1/8 kg o 1/4 lb).
  • Helicobacter pylori. Una investigación publicada en la revista Obstetrics & Gynecology reportó que el 90% de las mujeres embarazadas con hiperémesis gravídica también están infectadas con esta bacteria, la cual algunas veces puede causar úlceras estomacales.

Las náuseas y los vómitos intensos durante el embarazo pueden ser un indicador de embarazo múltiple (gemelos o más), un trastorno de tiroides o, en casos extremadamente raros, una mola hidatiforme

La hiperémesis gravídica es más común en mujeres:

  • Embarazadas por primera vez.
  • Embarazadas adolescentes
  • Embarazadas de más de un bebé.
  • Menores de 24 años.
  • Con antecedentes de esta condición.
  • Que viven en el hemisferio occidental.
  • Obesas.

Síntomas y Diagnóstico

Es muy importante no confundir los vómitos simples del embarazo, pasajeros y que revierten fácilmente, con aquellos vómitos que aumentan en intensidad y frecuencia y que implican un riesgo para la embarazada.

Los vómitos generalmente van precedidos por náuseas, aparecen por la mañana y son desencadenados por olores fuertes, a tabaco, comida y perfumes entre otros.

La evolución de este cuadro es progresiva. El diagnóstico se realiza en base a síntomas, pruebas de laboratorio y al examen físico Los síntomas son inconfundibles y algunas veces hasta incapacitantes. Estos pueden ser:

  • Náuseas severas, especialmente después del primer trimestre.
  • Vómitos persistentes y excesivos. Se considera que el vómito es excesivo cuando ocurre más de tres o cuatro veces al día.
  • Vómitos no relacionados con los alimentos.
  • Pérdida de peso mayor de 2 kg ( 5 lb ) durante un período de una a dos semanas.

Cuando los vómitos persisten, puede haber síntomas de deshidratación:

  • Aturdimiento o desmayo.
  • Sequedad de la piel, ojos hundidos, mucosas y labios secos
  • Disminución en la cantidad de orina.
  • Piel pálida y puede estar amarillenta.
  • Aumento de la frecuencia del pulso
  • Disminución de la presión arterial
  • en un último período aparecen trastornos nerviosos, como pérdida de los reflejos, solo se lo observa cuando no ha sido tratada en forma correcta

En los resultados de laboratorio se encuentra una elevación en la concentración de los glóbulos rojos, urea y ácido úrico. Hay también pérdida de electrolitos: potasio, sodio y cloro, lo que lleva a una alcalosis metabólica (desbalance del equilibrio ácido-básico)

Es importante que el médico haga un ultrasonido obstétrico para descartar la posibilidad de un embarazo múltiple o una enfermedad trofoblástica (mola)

Tratamiento

Es importante que una mujer embarazada consulte al médico si está experimentando náuseas y vómitos severos.

En los casos leves, es suficiente el control del estado nutricional para prevenir la aparición de una desnutrición o deshidratación. En estos casos es suficiente el reposo, aumentar la frecuencia de las comidas y disminuir la cantidad de las mismas. Es muy conveniente tomar algún alimento seco antes de levantarse y permanecer en reposo un tiempo después.

El tratamiento específico de la hiperemesis gravídica severa será determinado por tu médico basándose en lo siguiente: tu embarazo, tu estado general de salud y tus antecedentes médicos

  • Qué tan avanzado está el trastorno
  • Tu tolerancia a ciertos medicamentos, procedimientos o terapias
  • Las expectativas para la evolución del trastorno
  • Tu opinión o preferencia

Los objetivos del tratamiento pueden incluir:

  • Reducir las náuseas y vómitos
  • Sustituir los líquidos y electrolitos
  • Mejorar la nutrición y el aumento de peso

Ultrasonido: tu médico hará un ultrasonido para revisar la salud del bebé.

La dieta: en casos leves, el médico te pedirá que hagas cambios en tu dieta ingiriendo más proteínas y carbohidratos complejos tales como nueces, queso, galletas saladas y leche.

Las náuseas que no presentan complicaciones se pueden manejar con alimentos secos, como galletas y comidas pequeñas y frecuentes. Es recomendable que estos alimentos sean ingeridos en pequeñas cantidades a lo largo del día.

Es importante para la mujer embarazada mantener el consumo de líquidos y se recomienda su ingestión en los momentos del día cuando ella puede sentir menos náuseas. Las aguas de soda u otras aguas efervescentes frías pueden ser de ayuda.

También se deben evitar los alimentos muy grasosos y descansar tanto como sea posible.

La medicación para prevenir las náuseas está reservada para los casos en que el vómito es persistente y lo bastante severo como para representar un riesgo potencial para la madre y el feto.

Los casos más graves pueden requerir hospitalización y administración de líquidos por vía intravenosa (sueros), posteriormente el médico te permitirá iniciar una dieta líquida clara, para luego continuar con pequeñas comidas durante el día.

Es preciso recordar que las mujeres embarazadas deben mantener un nivel mucho mayor de calorías, proteínas, hierro y folatos que las mujeres que no están embarazadas. El médico te indicará los niveles suficientes y la manera de mantenerlos.

A las mujeres con hiperemesis gravídica se les sugiere, con frecuencia, buscar tratamiento psicoterapéutico debido a que los problemas emocionales no sólo pueden agravar la condición sino que también pueden ser originados por la misma.

Aunque existen pocos estudios sobre tratamientos alternativos, la acupuntura, la acupresión y algunos tratamientos homeopáticos han sido efectivos para controlar los síntomas. Por otra parte, hay mujeres que aseguran que se han mejorado con jengibre. Se debe consultar al médico acerca de estos métodos.

Asimismo, se puede necesitar una evaluación para descartar problemas hepáticos o gastrointestinales.

Complicaciones

Los vómitos persistentes pueden llevar a los desgarros esofágicos de Mallory-Weiss (laceraciones de la mucosa donde se une el estómago con el esófago y ocasionan sangrado) y las deficiencias nutricionales a una encefalopatía de Wernicke (síndrome asociado a la deficiencia de tiamina que puede causar desorientación, confusión y coma).

Expectativas (pronóstico)

Las náuseas y el vómito generalmente alcanzan su punto máximo entre las semanas de gestación 2 y 12 y se resuelven generalmente alrededor de la segunda mitad del embarazo.

Con adecuada identificación de los síntomas y cuidadoso seguimiento, este malestar rara vez representa complicaciones serias para el bebé o la madre.

No se prolonga después del embarazo, pero puede recurrir en los siguientes.

Preguntas Frecuentes

¿Puedo hacer algo para evitar que esto me suceda?

R: Desafortunadamente, no parece haber una forma de prevenir esta condición. Se desconoce la causa específica y los factores de riesgo son muy generales.

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