Cáncer y embarazo, Complicaciones

Cáncer de ovario

¿Qué son los ovarios?

Los ovarios son los órganos reproductores femeninos y están localizados en la pelvis. Hay dos de ellos, uno en cada lado del útero. Los ovarios producen óvulos y las hormonas femeninas estrógeno y progesterona.

ce05

El estrógeno y la progesterona controlan el desarrollo de las características del cuerpo femenino (por ejemplo, los senos, la silueta del cuerpo y el vello corporal), y regulan el ciclo menstrual y el embarazo.

¿Qué es el cáncer?

Las células normales y sanas del organismo crecen, se reproducen y reemplazan constantemente. A veces, algunas células se desarrollan anormalmente y comienzan a crecer y reproducirse fuera de control. Estas células pueden formar masas o tumores.

Los tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Los tumores benignos no se diseminan (metástasis) a otros tejidos del cuerpo. Los tumores malignos pueden invadir y destruir los tejidos y órganos cercanos a estos.
Las células cancerosas se pueden diseminar a otras partes del organismo y formar nuevas áreas cancerosas.

¿Qué es el cáncer del ovario?

El cáncer de ovario es una enfermedad en la cual las células de los ovarios empiezan a crecer sin control y pueden invadir tejidos cercanos o diseminarse por el cuerpo. Si no tienen la propiedad de poder invadir tejidos ni diseminarse son tumores benignos.

El cáncer que se diseminó al ovario pero que NO se originó ahí, no es cáncer de ovario.

En el ovario hay una proporción de tumores benignos muy alta. Los quistes ováricos son colecciones líquidas que pueden crecer y causar dolor y que suelen ser benignos

Clasificación del cáncer de ovario

El cáncer de ovario se clasifica según la célula que lo origina:

  • El más frecuente es el epitelial (90% de los casos), formado por las células que cubren el ovario en su superficie, típicos de las mujeres de más edad.
  • Los cánceres de células germinales se originan a partir de las células que dan lugar a los óvulos. Son más típicos de mujeres jóvenes y por lo general el índice de cura es alto.
  • Finalmente los del estroma son los que se originan en las células estromáticas en el tejido conectivo, el tejido que le da estructura al ovario. Su índice de cura también es alto. Puede aparecer a cualquier edad.

El cáncer de ovario durante el embarazo es una complicación relativamente rara, pero cuando ocurre, representa un desafío para el médico tanto en el diagnóstico como en el tratamiento.

El manejo o tratamiento de los tumores de ovario es muy importante por todas las complicaciones que pueden surgir por su causa: impactación pélvica que favorece la obstrucción de la labor de parto, hemorragia dentro del tumor, ruptura del quiste, infección y malignidad.

El cáncer de ovario tiene una incidencia de 1: 8,000 a 1: 20,000. Es el quinto cáncer más común entre las mujeres y provoca más muertes que cualquier otro cáncer del aparato reproductor.

Quistes o Tumores de ovario

 Un quiste de ovario es una acumulación de líquido dentro de un ovario. La mayoría de los quistes de ovario son de tipo folicular (los folículos donde se encuentran los óvulos) o de cuerpo lúteo (también llamado cuerpo amarillo, se forma cuando el óvulo sale del folículo y este folículo se transforma en el cuerpo amarillo) y miden entre 3 y 5 cm. A estos se les llama “quistes funcionales”

Casi el 90% de estos quistes funcionales desaparecerá en pocos meses sin tratamiento.

 Un quiste de ovario es más preocupante cuando la mujer no está ovulando (después de la menopausia o antes de la menstruación). Aun cuando la mayoría son benignos, algunos de ellos pueden ser cancerosos.

 Causa

 Aunque se desconocen las causas del cáncer de ovarios, existen algunas teorías:

  • El aumento de los niveles de hormonas antes y durante la ovulación, pueden estimular el crecimiento de células anormales.
  • Los errores genéticos pueden ocurrir por el desgaste mensual de la salida del óvulo.

Se reconocen algunos factores de riesgo:

  • Cuántos menos hijos tenga una mujer y cuánto más tarde en su vida dé a luz, más alto será el riesgo de presentar este tipo de cáncer. El riesgo disminuye con cada embarazo a término y más aun con la lactancia.
  • Genética: Ciertos defectos genéticos (anomalías en los genes BRCA1 o BRCA2) son responsables de un pequeño número de casos de cáncer ovárico.
    • Se usan análisis de sangre para determinar si una mujer tiene una de estas mutaciones. Estos análisis se recomiendan según el historial familiar de la mujer, historial personal de cáncer del seno o cáncer ovárico y sus antecedentes étnicos. Las mujeres que tienen uno de estos genes anormales deben acudir a un asesor genético para enterarse bien del riesgo de desarrollar cáncer ovárico y de la cirugía preventiva que puede reducir el riesgo
  • Historia familiar: Las mujeres con antecedentes personales de cáncer de mama o antecedentes familiares de cáncer de mama o cáncer de ovarios tienen un mayor riesgo de sufrir este tipo de cáncer.
  • Anticonceptivos: Las mujeres que toman estrogenoterapia solamente (no con progesterona) durante 5 años o más pueden tener un riesgo alto de cáncer ovárico. Sin embargo, las pastillas anticonceptivas disminuyen el riesgo de éste cáncer y es menor si se tomaron durante un tiempo largo.
  • Los fármacos para la fertilidad: en algunos estudios, los investigadores encontraron que el uso de Clomid por más de un año podría incrementar el riesgo de desarrollar tumores. Este riesgo se incrementa en las mujeres que no se embarazaron mientras tomaban este medicamento. Si estás tomando este tipo de fármacos, es importante que hables con tu médico acerca de los riesgos.
  • Edad: El riesgo se incrementa en las mujeres de más de 40 años. Las mujeres mayores tienen un riesgo más alto de padecer cáncer ovárico. La mayoría de las muertes por este tipo de cáncer se presentan en mujeres de 55 años en adelante.
  • Obesidad: en algunos estudios se ha observado la relación de cáncer de ovarios con obesidad. En general, parece ser que las mujeres obesas tienen un mayor riesgo.
  • Cirugía: la cirugía de trompas reduce casi en dos tercios el riesgo y la histerectomía (extracción del útero), en un tercio
  • Endometriosis.

Síntomas

 Cada mujer puede experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas son los mismos para los tumores o quistes benignos que para los malignos y pueden incluir:

  • Incomodidad general en la parte baja del abdomen:
    • Sensación de hinchazón o de estar abotagada.
    • La pérdida del apetito o la sensación de llenura – aún después de una comida ligera.
    • Gases, indigestión y náusea.
  • Diarrea o estreñimiento, o la necesidad de orinar frecuentemente a causa del tumor que está creciendo, el cual puede presionar los órganos vecinos, como los intestinos o la vejiga.
  • Dolor pélvico o abdominal bajo; el área puede sentirse “pesada” (pesadez pélvica)
  • Pérdida o aumento de peso.
  • Sangrado por la vagina que ocurre entre periodos
  • Acumulación de fluido alrededor de los pulmones, lo cual puede dificultar la respiración.

En muchos casos, los síntomas pueden ser tan vagos que son ignorados fácilmente y algunos de ellos pueden confundirse con las molestias normales del embarazo. Los síntomas del cáncer del ovario pueden parecerse a los de otras condiciones o problemas médicos.

En muchas ocasiones sucedes que, cuando el cáncer se diagnostica, el tumor a menudo se ha diseminado más allá de los ovarios.

Si tienes cualquier duda, siempre consulta a tu medico y coméntalo con él.

Otros síntomas también son posibles con el cáncer ovárico; sin embargo, estos síntomas son igualmente comunes en mujeres que no tienen cáncer.

  • Ciclos menstruales anormales
  • Dolor de espalda por razones desconocidas que empeora con el tiempo
  • Crecimiento excesivo del vello que es áspero y oscuro
  • Ganas repentinas de orinar

Diagnóstico en el embarazo

 El diagnóstico es difícil para el médico ya que no hay signos ni síntomas específicos y la tensión normal en el embarazo de la pared abdominal y el crecimiento del útero y el desplazamiento de los intestinos, enmascaran la presencia de un tumor de regular tamaño y ocultan la de un tumor inicial (especialmente en su etapa precoz), salvo que surja una complicación como el desarrollo de una torsión de su base (pedículo) o de la ruptura de la cápsula que por lo común sucede en tumores de gran tamaño.

 Aún así, lo más común es que la embarazada sólo haya tenido síntomas vagos digestivos y que el tumor se detecte durante el ultrasonido de rutina o hasta el momento de la cesárea.

 Dependiendo de en qué momento del embarazo se encuentra el tumor de ovario, el médico lo podrá sentir -o no- al palpar el abdomen durante el examen físico. Si lo pudo sentir, esto le dará una pauta o guía para la decisión que debe tomar acerca de realizar la cirugía de inmediato o esperar y observar cuidadosamente con ultrasonidos el desarrollo del tumor.

 Si el quiste detectado permanece sin cambios o incluso ha crecido (semana 18), entonces el médico seguramente te hablará de la necesidad de hacer un ultrasonido y quizás una cirugía exploratoria (en ese momento se ha reducido el riesgo de aborto) para realizar una biopsia.

 El tejido extraído será analizado en el laboratorio por el médico patólogo quien establecerá si es maligno, el tipo de tumor y el estadio. Esto es sumamente importante para que tu médico pueda elaborar un plan de tratamiento adecuado para tu caso.

 Los diferentes estadios del cáncer de ovario son los siguientes:

  • Estadio I – Cáncer del ovario confinado a uno o ambos ovarios
  • Estadio II – Cáncer del ovario que se ha extendido más allá de los ovarios, pero está confinado a la pelvis (puede estar en el útero, vejiga ó recto)
  • Estadio III – Cáncer del ovario que ha invadido el peritoneo (la capa que cubre el abdomen) y/o los ganglios linfáticos
  • Estadio IV – Cáncer del ovario que ha invadido órganos distantes (metástasis)

Estudios de laboratorio e imagen

Es posible que el médico sugiera varios estudios de laboratorio y de imagen para confirmar tu estado de salud. A la fecha, ningún estudio de imagen ni de laboratorio alguna vez ha demostrado que pueda detectar o diagnosticar el cáncer ovárico en sus etapas iniciales.

El ultrasonido es seguro durante el embarazo, no así la tomografía ya que produce radiación.

La resonancia magnética se considera segura durante el embarazo y el médico puede solicitarla cuando el ultrasonido no ha dado suficientes datos.

El análisis de sangre con el marcador CA-125 no es enteramente certero durante el embarazo ya que la gestación en sí misma puede hacer que se eleve este nivel, sin embargo, si se eleva arriba del los 1000IU/ml, es probable que sea debido a cáncer.

Tratamiento:

El tratamiento será igual al que se le da a una mujer no embarazada:

  • Cirugía: es el primer paso en el tratamiento. El médico debe decidir cuándo la realizará. Es el más importante para extirpar el tumor y estudiar su extensión. En algunos estadios, este puede ser el único tratamiento.
  • Quimioterapia (generalmente se da posterior a la cirugía)
  • Radioterapia (posterior al parto)

Pero para establecer el plan de tratamiento tu médico debe considerar también estos factores:

  • edad gestacional,
  • deseo de otro embarazo y
  • el tipo de tumor y el estadio.
  • Tu estado de salud y tu opinión.

En algunos casos es conveniente que estos tumores sean extraídos durante la primera parte del 2do trimestre del embarazo (semana 18).

Si el diagnóstico se hace durante el primer trimestre, entonces tu médico tendrá que hablar contigo acerca de los riesgos que están involucrados con el tratamiento ya que, generalmente, los medicamentos anticancerosos pueden causar defectos al nacimiento en el bebé. La madre y sus familiares deben ser orientados e informados en relación con los efectos nocivos potenciales a corto y largo plazo por el uso de los medicamentos anticancerosos (quimioterapia).

 A pesar de esto, no se aconseja retrasar el tratamiento porque estos tumores son de rápido crecimiento y recurrentes. El daño potencial a la madre supera el posible daño que tendría el bebé. Después del primer trimestre, estos riesgos se reducen considerablemente.

 Generalmente la quimioterapia es compatible con el segundo y tercer trimestre del embarazo cuando el riesgo de malformaciones congénitas del feto expuesto a la quimioterapia se ha reducido.

 Si el tumor de ovario es detectado cerca del final del embarazo, la cirugía puede ser diferida hasta que se confirme que el bebé es viable y sus pulmones ya están maduros. Siempre se terminará el embarazo por cesárea. El médico aprovechará la cirugía para después sacar el tumor y los tejidos cercanos.

 Si el tumor no ha sido diagnosticado y al final del embarazo llega a obstruir el canal del parto, el médico tendrá que realizar una cirugía que facilite el parto y, al mismo tiempo, el manejo del tumor maligno, si no se hace esto habría riesgo de que el tumor se rompiera o de que el trauma del parto provoque hemorragia dentro del tumor que seguiría con infección severa.

Al término del embarazo generalmente te repetirá los estudios de imagen como ultrasonido, tomografía computarizada (CT) y resonancia magnética del abdomen y de la pelvis.

 Si el médico oncólogo (especialista en cáncer) lo considera necesario, después del parto prescribirá radioterapia o quimioterapia.

Complicaciones

 Una de las complicaciones más frecuentes de los tumores de ovario es la torsión que ocurre justamente cuando el útero está creciendo rápidamente (8 a 16 semanas) o cuando el útero está regresando a su tamaño (involucionando) después del parto.

 Si esto sucede se desarrolla una situación aguda que requiere una cirugía de emergencia.

 En el puerperio (post parto) son frecuentes las complicaciones que puedan surgir del traumatismo que tuvo el tumor en el momento del parto.

Pronóstico

 El cáncer de ovario raras veces se diagnostica en sus estadios iniciales y, por lo general, está bastante avanzado al momento de hacerse el diagnóstico.

  • Aproximadamente 3 de cada 4 mujeres con cáncer ovárico sobreviven un año después del diagnóstico.
  • Cerca de la mitad de las mujeres vive por más de 5 años después del diagnóstico.
  • Si el diagnóstico se hace al comienzo de la enfermedad y el tratamiento se recibe antes de que el cáncer se disemine por fuera del ovario, la tasa de sobrevida a 5 años es muy alta.

¿Dónde puedo obtener más información sobre el cáncer de ovarios?

  • Ovarian Cancer National Alliance (Alianza Nacional contra el Cáncer de Ovarios)
  • American Cancer Society (Sociedad Americana del Cáncer)

Referencias

Documento elaborado con la colaboración y supervisión del médico cirujano especialista en oncología Dr. Eduardo Maafs Molina.

 

Cáncer y embarazo, Complicaciones

Cáncer de cuello uterino (cáncer cervicouterino)

¿Qué es el cuello uterino?

Es el nombre que se le da a la parte más baja del útero. El útero es un órgano que sólo las mujeres tienen, y es el sitio donde los bebés crecen y se desarrollan cuando una mujer está embarazada.

Durante el embarazo, el útero aumenta de tamaño enormemente. Cuando una mujer no está embarazada, el útero es un órgano pequeño, en forma de pera que se encuentra entre el recto y la vejiga de la mujer. El cuello uterino es el que conecta el útero con el canal del nacimiento (la vagina) y puede ser visualizado y examinado por el ginecólogo durante un examen pélvico de rutina.

ce02

El cuello uterino está compuesto por tres capas de tejido:

  • Una capa externa conocida como membrana serosa
  • Una capa intermedia muscular
  • Una capa interna conocida como membrana mucosa compuesta por “células escamosas”. Esta capa interna tiene muchas glándulas pequeñitas que secretan una mucosidad lubricante.

Casi todos los cánceres cervicales surgen de las células de la capa interna.

¿Qué es el cáncer de cuello uterino?

El cáncer de cuello uterino (cervicouterino) es una enfermedad por la cual se forman células malignas (cancerosas) en los tejidos del cuello uterino.

El cáncer cervicouterino se desarrolla cuando las células en el cuello uterino comienzan a crecer sin control y pueden luego invadir tejidos cercanos o diseminarse a otras partes del cuerpo. Grandes colecciones de células que crecen anormalmente se llaman tumores. Algunos tumores no son realmente cáncer porque no pueden diseminarse o no amenazan la vida de las personas. Estos son llamados tumores benignos.

Los tumores que pueden diseminarse a otras partes del cuerpo o invaden tejidos cercanos son considerados cáncer y son llamados tumores malignos. Usualmente el cáncer cervicouterino es muy lento en crecer aunque en algunas circunstancias puede avanzar y diseminarse rápidamente.

El cáncer cervical es uno de los cánceres que más afecta a las mujeres jóvenes (en los 20s ó incluso en la adolescencia), por lo tanto, ninguna mujer que es sexualmente activa es demasiado joven para empezar los chequeos de detección temprana. Adicionalmente, el riesgo del cáncer cervical nunca disminuye, por lo tanto nadie es demasiada vieja para continuar con los chequeos.

Tipos de cáncer cervical

Existen varios tipos de cáncer cervical:

  • El carcinoma de células escamosas es el más común y constituye cerca del 80 al 90% de todos los casos. Este tipo de cáncer se origina en la capa superficial de células del cuello del útero, las células escamosas.
  • La segunda forma más común es el adenocarcinoma que se origina de las células que forman las glándulas en la cérvix. El porcentaje de cánceres de la cérvix que son adenocarcinomas se ha aumentado desde los años 1970s, aunque nadie sabe exactamente por qué.
  • Cerca del 3% al 5% de los cánceres cervicales tienen características de ambos escamosos y adenocarcinomas y son llamados carcinomas adenoescamosos o mixtos.
  • Existen otros tipos de cáncer poco frecuentes como el carcinoma neuroendocrino y de célula pequeña.

Los cánceres son caracterizados por las células de las cuales se originan.

Factores de riesgo

Aunque hay varios factores de riesgo asociados al cáncer cervical, nadie sabe exactamente por qué una mujer lo adquiere y otra mujer no.

  • Uno de los factores de riesgo más importantes para el cáncer cervicouterino es la infección con un virus llamado VPH (virus del papiloma humano). un virus común que se disemina a través de las relaciones sexuales. Existen muchos tipos diferentes (también llamadas cepas) de VPH y algunas cepas llevan a cáncer cervical. Otras cepas pueden causarverrugas genitales, mientras que otras no causan ningún problema en absoluto. Medicamentos hormonales. Algunos investigadores sugieren que las hormonas en los anticonceptivos pueden hacer que la mujer sea más susceptible a lesiones por VPH. Igualmente afirman que tomar anticonceptivos orales durante más de cinco años seguidos, incrementan el riego de tener cáncer de cuello uterino, especialmente cuando empezó a tomarlos antes de los 25 años.
  • Múltiples compañeros sexuales masculinos.
  • Inicio de relaciones sexuales a muy temprana edad.
  • Duchas vaginales: porque la ducha vaginal destruye la flora bacteriana normal del cuello del útero y de la vagina, las mujeres que se duchan una vez a la semana o más seguido, incrementan el riesgo de padecer cáncer cervicouterino.
  • Enfermedades que debilitan el sistema inmunológico: VIH, trasplantes de órganos, enfermedad de Hodgkin, etc.
  • Las fumadoras tienen por lo menos dos veces más el riesgo de desarrollar el cáncer del cuello uterino que las no fumadoras.
  • Exposición a químicos: las mujeres que trabajan en granjas o en la industria manufacturera y que están expuestas a ciertas substancias químicas que pueden incrementar su riesgo.

Signos y síntomas

El desarrollo del cáncer cervical generalmente es muy lento y comienza como una afección precancerosa llamada displasia. Pueden pasar años para que los cambios se conviertan en cáncer cervical. Habitualmente no se presentan signos perceptibles de cáncer de cuello uterino temprano sino hasta que las células malignas han invadido los tejidos cercanos.

Sin embargo, esta afección se puede detectar por medio de un estudio de Papanicolaou vaginal y es 100% tratable. La mayoría de las mujeres a quienes se les diagnostica cáncer cervical en la actualidad no se han sometido a citologías vaginales regulares o no han tenido un seguimiento por resultados anormales en éstas.

Habitualmente no se presentan signos perceptibles de cáncer de cuello uterino temprano sino hasta que las células malignas han invadido los tejidos cercanos. Sin embargo, existe la posibilidad de detectarlo desde el inicio con los exámenes anuales.

Las mujeres deben someterse a exámenes anuales, incluso una prueba de Papanicolaou para detectar células anormales en el cuello uterino. El pronóstico (posibilidad de recuperación) es mejor cuando el cáncer se encuentra temprano.

A medida que el tumor crece en tamaño, puede producir una variedad de síntomas incluyendo:

  • Sangrado vaginal anormal entre periodos, después de la relación sexual o después de la menopausia.
  • Menstruaciones con sangrado más fuerte y prolongado.
  • Flujo vaginal anormal (puede tener mal olor) y que no cesa.
  • Dolor de espalda ó pélvico
  • Dolor al orinar

Muchos de estos síntomas no son específicos del cáncer de cuello uterino y podrían estar presentes en otros padecimientos. Sin embargo, es importante que acudas de inmediato a tu ginecólogo si tienes cualquiera de ellos.

El cáncer cervical puede diseminarse a la vejiga, los intestinos, los pulmones y el hígado. Con frecuencia, no hay problemas hasta que el cáncer esté avanzado y se haya propagado. Los síntomas del cáncer cervical avanzado pueden ser:

  • Dolor de espalda
  • Fracturas o dolor en los huesos
  • Fatiga
  • Fuga o filtración de orina o heces por la vagina
  • Dolor en las piernas
  • Inapetencia
  • Dolor pélvico
  • Hinchazón en una sola pierna
  • Pérdida de peso

Diagnóstico

Para detectar (encontrar) y diagnosticar el cáncer de cuello uterino, tu médico va a utilizar pruebas que examinan el cuello uterino.

Si no estás embarazada, el médico puede utilizar los siguientes procedimientos:

  • Prueba de Papanicolaou: procedimiento para recoger células de la superficie del cuello uterino y la vagina. Las células son examinadas bajo un microscopio para determinar si son anormales. Este procedimiento también se llama “prueba Pap” o prueba de Papanicolaou.
  • Prueba del virus del papiloma humano (VPH): prueba de laboratorio que se usa para analizar el ADN (material genético) para determinar si hay ciertos tipos de infección por el VPH. Esta prueba también se llama prueba de ADN para el VPH.
  • Colposcopia: procedimiento mediante el cual se usa un espejo vaginal llamado colposcopio (un instrumento con aumento y luz que se introduce en la vagina) para que el médico pueda determinar si hay áreas anormales en la vagina o el cuello uterino.
  • Biopsia: si se encuentran células anormales en una prueba de Papanicolau, seguramente tu médico te hará una biopsia de tejido del cuello uterino, para que un patólogo la observe bajo un microscopio y determine si hay signos de cáncer.
  • Examen pélvico: se le llama así al examen de la vagina, el cuello uterino, útero, las trompas de Falopio, los ovarios y el recto. El médico introduce uno o dos dedos cubiertos con guantes lubricados en la vagina, mientras que con la otra mano ejerce una ligera presión sobre el abdomen para palpar el tamaño, la forma y la posición del útero y los ovarios. También se introduce un colposcopio en la vagina y el médico observa la vagina y cuello uterino para detectar signos de enfermedad. Habitualmente aprovechará este momento para tomar una muestra del tejido del cuello uterino (prueba de Papanicolaou).
  • Tomografía computarizada, Resonancia magnética o ultrasonido para comprobar hasta dónde ha llegado el cáncer.

Cáncer de cuello uterino durante el embarazo

Durante el embarazo, tu ginecólogo hará únicamente los tres primeros estudios. Cuando se ha confirmado el diagnóstico de cáncer en cuello uterino, es importante para el médico saber también el estadio o extensión del tumor que le va describir el tamaño, el grado de penetración y la diseminación dentro y fuera del cuello uterino (cérvix). Esto le ayudará a planear el tratamiento más adecuado para cada persona en particular.

Para lograr esto tendrá que utilizar la información que obtenga a través de los resultados de la biopsia y varios estudios de imagen como el ultrasonido, e incluso la resonancia magnética.

Tratamiento:

El tratamiento del cáncer de cuello uterino puede ser por:

  • Cirugía que puede incluir la extracción del útero
  • Radioterapia
  • Quimioterapia

El tipo de tratamiento va a depender de qué tan temprano se haya diagnosticado el cáncer, de la localización del tumor, el tipo de tumor, la edad de la mujer , su salud en general y su futura vida reproductiva y de si está o no embarazada.

No debemos olvidar que una herramienta valiosa como es la radioterapia, aplicada sobre la pelvis, provocará la muerte fetal.

Tratamiento durante el embarazo

El diagnóstico de cáncer será devastante para la embarazada y sus familiares. En el tratamiento estará involucrado un equipo médico de especialistas que puedan dar respuesta a temas como terminación contra continuidad del embarazo, retraso del tratamiento definitivo, tipo de tratamiento que se debe implantar durante el embarazo así como la planeación del momento y tipo de parto.

El tratamiento para pacientes embarazadas con carcinoma invasivo del cérvix debe individualizarse en base a la evaluación del riesgo materno y fetal. Para decidir el tratamiento del cáncer de cuello uterino durante el embarazo, el equipo médico tiene que tomar en cuenta el estadio del cáncer y la etapa del embarazo y el deseo de la embarazada de continuar con el embarazo.

La limitada experiencia que se tiene con un cáncer cervical diagnosticado durante el embarazo, hace que cualquier tratamiento que se proponga, aparte de la establecida terapia estándar para mujeres no embarazadas, sea experimental.

Dado que no se ha demostrado que el embarazo tenga un efecto adverso en el cáncer, cuando el diagnóstico se establece en la segunda mitad del embarazo y dependiendo de estadio del tumor, es muy probable que tu médico te diga que es posible seguir con el embarazo siempre adelantando el parto y haciéndolo por cesárea. Es probable que, al mismo tiempo, te hagan histerectomía (te quiten el útero) y ya una vez que te has recuperado de la cirugía, inicies los tratamientos de quimioterapia y radiaciones.

En los casos en los que el cáncer es detectado en el primer trimestre del embarazo y el tumor se clasifica en estadio II, generalmente se le sugiere a la embarazada interrumpir el embarazo para dar inicio inmediato al tratamiento. La radiación de la pelvis en este momento resultará en un aborto espontaneo Tu médico te hará ver que un retraso de seis meses en el tratamiento es demasiado para un cáncer progresivo.

Cuando se desea mantener el embarazo, el médico discutirá contigo las posibles opciones de tratamiento, su naturaleza y riesgos. El médico puede contemplar una linfadedectomía en la cual se extraen ganglios linfáticos y se estudian para determinar el riesgo que existe de continuar con el embarazo.

La quimioterapia neoadyvante durante el embarazo puede ser utilizada para estabilizar o reducir el tamaño del cáncer cervical.

La traquelectomía o remoción por medio de cirugía del cuello uterino, es un procedimiento que tiene muchos riesgos y debe ser ejecutada por un cirujano con mucha experiencia. El uso de estos tratamientos depende del estadio del cáncer.

Para los casos de cáncer de cuello uterino detectados precozmente (in situ) o para los casos de cáncer detectados durante el último trimestre del embarazo, es probable que el médico pueda diferir el tratamiento hasta el nacimiento del bebé.

En este caso, tu ginecólogo y el oncólogo necesitarán una vigilancia cercana. Repetirán la prueba de Papanicolaou cada dos meses durante el embarazo. Si llegara a surgir la sospecha de diseminación del cáncer, entonces se tendrá que realizar la biopsia que permita un diagnóstico y estadificación exactos.

El parto puede ser por vía vaginal cuando las lesiones no son muy grandes, pero generalmente tu ginecólogo preferirá la cesárea para evitar sangrados e infecciones

Pronóstico

El pronóstico (probabilidad de recuperación) depende de los siguientes aspectos:

  • La edad y el estado general de salud de la embarazada.
  • El estadio del cáncer (si el cáncer afecta parte del cuello uterino, todo el cuello uterino o se diseminó hasta los ganglios linfáticos u otros lugares del cuerpo).
  • El periodo del embarazo en el que se estableció el diagnóstico. Es muy probable que si se diagnosticó en el último trimestre, tiene un pronóstico grave y esto se debe, principalmente, al estadio del tumor y no al embarazo en sí mismo.
  • El tipo de cáncer de cuello uterino.
  • El tamaño del tumor.

Documento elaborado con la colaboración y supervisión del médico cirujano especialista en oncología Dr. Eduardo Maafs Molina.

Referencias.

Cáncer y embarazo, Complicaciones

Cáncer de tiroides en el embarazo

¿Qué es el cáncer?

El cuerpo está compuesto por millones de millones de células vivas. Las células normales del cuerpo crecen, se dividen formando nuevas células y mueren de manera ordenada. Durante los primeros años de vida de una persona, las células normales se dividen más rápidamente para facilitar el crecimiento. Una vez que se llega a la edad adulta, la mayoría de las células sólo se dividen para remplazar las células desgastadas o las que están muriendo y para reparar lesiones.

El cáncer se origina cuando las células en alguna parte del cuerpo comienzan a crecer de manera descontrolada. Existen muchos tipos de cáncer, pero todos comienzan debido al crecimiento sin control de células anormales.

En la mayoría de los casos, las células cancerosas forman un tumor. Las células cancerosas a menudo se trasladan a otras partes del organismo donde comienzan a crecer y a formar nuevos tumores que remplazan al tejido normal. A este proceso se le conoce como metástasis. Ocurre cuando las células cancerosas entran al torrente sanguíneo o a los vasos linfáticos de nuestro organismo.

Los diferentes tipos de cáncer se pueden comportar de manera muy distinta. Por esta razón, las personas con cáncer necesitan un tratamiento que sea específico para el tipo particular de cáncer que les afecta.

¿Qué es el cáncer de tiroides?

Es el crecimiento y proliferación anormal de las células del tiroides que forman un tumor o nódulo dentro de la glándula. Es el más común de los cánceres llamados “endócrinos”. Aunque la gran mayoría de los nódulos tiroideos son benignos (99%), o sea, no cancerosos, una pequeña proporción de estos nódulos sí contienen cáncer de tiroides. Es por esta posibilidad que la evaluación de un nódulo tiroideo está dirigida a descubrir un potencial cáncer de tiroides.

El cáncer de tiroides es uno de los pocos cánceres que ha incrementado su tasa de incidencia y puede presentarse en cualquier grupo de edad, desde la infancia hasta la edad mayor. El número es mayor en mujeres que en hombres.

Aunque el embarazo NO es la causa del cáncer de Tiroides, se ha visto que las mujeres tienen tres veces más tendencia que los hombres a padecer este tipo de cáncer y esto se incrementa con la edad.

Para poder entender el cáncer de tiroides, resulta útil conocer sobre la estructura normal y el funcionamiento de esta glándula.

¿Qué es el tiroides?

 La glándula tiroides es una glándula endócrina localizada debajo del cartílago tiroideo (la manzana de Adán), en la parte delantera del cuello. En la mayoría de las personas no se puede ver o palpar. Esta glándula, en forma de mariposa, tiene dos lóbulos, el lóbulo derecho y el lóbulo izquierdo, que están unidos por un istmo angosto.

Tiroides

La glándula Tiroides está encargada de “fabricar” dos hormonas principales llamadas T3 y T4, las cuales ayudan a regular el metabolismo de una persona.

Estas hormonas son también necesarias para el desarrollo normal de órganos como el corazón y el cerebro en los niños y para el funcionamiento normal de la reproducción humana.

La glándula tiroidea tiene dos tipos principales de células:

  • Las células foliculares usan yodo de la sangre para producir la hormona tiroidea, la cual ayuda a regular el metabolismo de una persona. Demasiada hormona tiroidea (una afección llamada hipertiroidismo) puede causar que una persona tenga palpitaciones aceleradas o irregulares, dificultad para dormir, intranquilidad, hambre, pérdida de peso y una sensación de calor. Por otra parte, muy poca hormona (hipotiroidismo) causa que una persona sea más lenta, se sienta cansada y gane peso.
    • La cantidad de hormona tiroidea segregada por la tiroides es regulada por la glándula pituitaria, en la base del cerebro, la cual produce una sustancia llamada hormona estimulante de tiroides (TSH, por sus siglas en inglés).
  • Las células C (también llamadas células parafoliculares) producen calcitonina, una hormona que ayuda a controlar cómo el cuerpo usa el calcio.

Otras células menos comunes en la glándula tiroidea incluyen las células del sistema inmunitario (linfocitos) y las células de apoyo (estromales).

Cada tipo de célula genera diferentes tipos de cáncer. Las diferencias son importantes porque afectan cuán grave es el cáncer y el tipo de tratamiento que se necesita.

En la glándula tiroides se pueden originar muchos tipos de crecimientos y tumores. La mayoría de estos son benignos (no cancerosos), pero otros son malignos (cancerosos), es decir, se pueden propagar a los tejidos cercanos y a otras partes del cuerpo.

El embarazo tiene un impacto profundo en la glándula Tiroides la cual aumenta casi un 10% en tamaño y casi un 50% en la producción de sus hormonas (T3 y T4) las cuales permanecen elevadas hasta el parto. Existe también una fuerte evidencia de que el nivel en sangre de la hormona estimulante del tiroides, la TSH, disminuye durante el embarazo.

En el embarazo, además, hay que tener en cuenta dos factores, el tiroides de la madre y el tiroides del niño. Cada cual tiene su propia personalidad y requiere sus propias atenciones.

Tiroides del bebé: Durante el embarazo el embrión primero y el feto después están muy protegidos. Tienen dos posibilidades de utilizar las hormonas tiroideas: las que él mismo fabrica y las de su madre que pasan la placenta.

Tiroides de la Madre: modificaciones inducidas por el embarazo: El embarazo es un impacto importante para tu tiroides que modifican, naturalmente, los niveles de hormonas tiroideas en tu sangre. El tiroides de la madre durante el embarazo lleva una carga adicional de trabajo.

En el embarazo el tiroides de la madre puede crecer un poco. Esto ocurre entre un 10 – 15 % de los casos. Posteriormente regresa a su tamaño normal.

Nódulos y agrandamientos tiroideos benignos

Los cambios en el tamaño y la forma de la tiroides a menudo se pueden palpar o incluso pueden ser descubiertos por ti misma o por tu médico.

El término médico para una glándula tiroides anormalmente agrandada es bocio. Algunos bocios son difusos, es decir que toda la glándula está agrandada. Otros bocios son nodulares, lo que significa que la glándula está agrandada y tiene uno o más nódulos (protuberancias).

Existen muchas razones por las que la glándula tiroides pudiera estar más grande de lo usual y, en la mayoría de los casos, esto no es cáncer. Los bocios difusos y nodulares usualmente son causados por un desequilibrio en ciertas hormonas. Por ejemplo, cuando no se obtiene suficiente yodo en la dieta pueden ocurrir cambios en los niveles hormonales y causar un bocio.

A las masas o protuberancias en la glándula tiroides se les llama nódulos tiroideos. La mayoría de los nódulos tiroideos son benignos, pero alrededor de uno de 20 es canceroso (lea la próxima sección). Algunas veces estos nódulos producen demasiada hormona tiroidea, lo que causa hipertiroidismo.

La mayoría de los nódulos son quistes llenos de líquido o de hormona tiroidea almacenada llamada coloide.

Los nódulos sólidos tienen poco líquido o coloide. Estos nódulos tienen más probabilidad de ser cancerosos que los nódulos llenos de líquido. Aun así, la mayoría de nódulos sólidos no son cáncer. Algunos tipos de nódulos sólidos, como los adenomas y los nódulos hiperplásicos, tienen demasiadas células, pero estas células no son cancerosas.

Tipos de cáncer de Tiroides

 Existen cuatro tipos:

  1. El más común es el cáncer papilar tiroideo. Es una de las formas más curables y tiene el 97% de éxito. Los carcinomas papilares suelen crecer muy lentamente, y por lo general se original en un solo lóbulo de la glándula tiroides.
  2. El cáncer folicular tiroideo también es muy común y también tiene un porcentaje de éxito en la curación bastante elevado. Éste es más común en los países donde las personas no reciben suficiente yodo en la alimentación. Por lo general, estos cánceres no se propagan a los ganglios linfáticos, aunque se pueden propagar a otras partes del cuerpo, tal como los pulmones o los huesos.
    • Probablemente, el pronóstico para el carcinoma folicular no es tan favorable como el del carcinoma papilar, aunque sigue siendo muy favorable en la mayoría de los casos.
  3. Los otros dos tipos son bastante raros e incluyen al cáncer medular tiroideo y al cáncer anaplástico tiroideo. Este cáncer a menudo se propaga rápidamente hacia el cuello y otras partes del cuerpo, y es muy difícil de tratar.
    • Estos dos tipos de cáncer tiroideo son más difíciles de curar.

Síntomas

La mayoría de los nódulos tiroideos no causan ningún síntoma. El médico generalmente los descubre durante el examen físico de rutina o es probable que tú misma notes un bulto en la parte anterior del cuello cuando te mires en el espejo o alguien de tu familia lo note. Cualquier nódulo o “bolita” en el cuello que no desaparece en dos semanas, debe ser evaluado por el médico.

Los síntomas varían dependiendo del tipo de cáncer tiroideo, pero pueden abarcar

  • Tos
  • Dificultad para deglutir
  • Agrandamiento de la glándula tiroides
  • Ronquera o cambios en la voz
  • Hinchazón en el cuello
  • Tumor (nódulo) tiroideo

Algunas personas con nódulos tiroideos se pueden quejar de dolor en el cuello, la mandíbula o el oído. Si el nódulo es suficientemente grande, puede causar dificultad para tragar, “un cosquilleo en la garganta”, o dificultad respiratoria si ejerce presión en el tubo respiratorio. Raras veces, se puede producir ronquera si el nódulo irrita el nervio que va a la laringe.

Dado que el cáncer de tiroides tiene un patrón de crecimiento muy lento, cuando existen estos síntomas es importante que se lo reportes al médico quien seguramente te hará los estudios necesarios para establecer el diagnóstico.

Causa

No se sabe cuál es la causa de los nódulos tiroideos no cancerosos. A veces, la falta de yodo en la dieta puede hacer que la glándula tiroides produzca nódulos. Algunos nódulos autónomos tienen un defecto genético que los hace crecer.

No hay evidencia científica de que el embarazo empeore el pronóstico del cáncer de tiroides que se diagnostica durante el embarazo o de que los embarazos subsecuentes van a incrementar el riesgo de que el cáncer recurra. Tampoco hay evidencia de que el cáncer de tiroides complique el embarazo.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo asociados al cáncer de tiroides incluyen una historia familiar con algún pariente cercano con este tipo de cáncer, el género (las mujeres tienen una mayor incidencia de cáncer de tiroides), la edad (la mayoría de los casos ocurren en personas mayores de 40 años aunque este padecimiento puede afectar a cualquier grupo de edad, desde la infancia hasta la edad madura) y previa exposición de la glándula tiroidea a la radiación.

La exposición puede ocurrir a raíz de:

  • Radioterapia en el cuello (especialmente en la niñez)
  • Exposición a la radiación por desastres en plantas nucleares

Otros factores de riesgo son antecedentes familiares de cáncer tiroideo y de bocio crónico.

Clasificación por estadios del cáncer de Tiroides

La clasificación por etapas (estadios) o estadificación es el proceso de determinar si el cáncer se ha propagado y, de ser así, hasta dónde. La etapa de un cáncer es uno de los factores más importante para seleccionar las opciones de tratamiento y para predecir su probabilidad de cura.

La clasificación por etapas se basa en los resultados del examen físico, la biopsia y los estudios por imágenes (ecografía, gammagrafía con yodo radioactivo, CT, MRI, radiografía del tórax, y/o PET).

El sistema más comúnmente usado para describir las etapas del cáncer de tiroides es el sistema TNM delAmerican Joint Committee on Cancer (AJCC)

El sistema TNM se basa en tres piezas clave de información:

  • La letra T indica el tamaño del tumor primario y si éste ha crecido hacia el interior de las áreas cercanas.
  • La N describe la extensión de la propagación a los ganglios o nódulos linfáticos adyacentes (regionales). Los ganglios linfáticos son grupos de células del sistema inmunológico, tienen la forma de un frijol, y es el lugar donde a menudo se propagan primero los cánceres.
    • Las células de los cánceres de tiroides pueden pasar a los ganglios linfáticos en las áreas del cuello y tórax.
  • La M indica si el cáncer se ha propagado (ha producido metástasis) a otros órganos del cuerpo. (El cáncer de tiroides se propaga con más frecuencia a los pulmones, el hígado y los huesos).

 Los números o las letras que aparecen después de la T, N y M proveen más detalles acerca de cada uno de estos factores. Los números del 0 a 4 indican la gravedad en forma creciente. La letra X corresponde a una categoría que no puede ser evaluada porque la información no está disponible

Diagnóstico

El cáncer de tiroides no está asociado a ningún síntoma en las primeras etapas, pero conforme avanza la enfermedad, se pueden presentar síntomas como ronquera, tos, dificultad para tragar, inflamación del cuello y la formación de bolitas o nódulos que son descubiertas por la misma persona al tocarse esa zona del cuello.

Los nódulos generalmente se descubren durante el examen del cuello que hace el médico por otra razón, como por ejemplo durante el examen físico de rutina o cuando estás enferma con un catarro o gripe. La conversación entre el ginecólogo y la embarazada, la observación y la exploración clínica, permiten el diagnóstico de las alteraciones tiroideas, tanto funcionales como morfológicas.

Tu médico palpará el cuello en la zona donde se encuentra esta glándula para ver si toda la glándula está aumentada de tamaño, si existe un solo nódulo, o si tienes muchos bultos o nódulos en esta glándula.

ce07

Una vez que se descubre el nódulo, tu médico tratará de determinar si es el único problema que tienes en el tiroides o si ha sido afectada toda la glándula. Los exámenes de laboratorio iniciales pueden incluir pruebas de sangre para medir los niveles de hormona tiroidea (tiroxina o T4) y hormona estimulante de la tiroides (TSH) en la sangre para saber si tu glándula tiroides está funcionando normalmente. La mayoría de las personas afectadas con nódulos tiroideos suelen tener pruebas de función tiroidea normales.

Rara vez es posible determinar, solo con el examen físico y los exámenes de sangre, si un nódulo es canceroso y por eso la evaluación de un nódulo de tiroides con frecuencia requiere de pruebas especializadas como una punción de tiroides con aguja fina, y otros estudios especializados de imagen.

  • Punción de la tiroides con aguja fina: Una punción con aguja fina de un nódulo tiroideo puede sonar atemorizante, pero la aguja que se utiliza es muy pequeña y se puede utilizar anestesia local. Este procedimiento sencillo se puede realizar en el consultorio del doctor. Con la aguja fina el médico extrae células del nódulo que serán luego examinadas en el microscopio. El resultado puede ser reportado como benigno, sospechoso, maligno, o inadecuado. Cualquier embarazada que tenga un nódulo de más de 1 cm. deberá ser evaluada con este procedimiento.
    • Esta es la herramienta más importante para el diagnóstico de un nódulo tiroideo que se ha descubierto durante el embarazo y se les hace a todas las gestantes que están antes de la semana 20 del embarazo. Es segura, no muy costosa y ayuda a distinguir a la embarazada que se puede mantener en observación de la que necesita cirugía inmediata.
  • Centellograma tiroideo: El centellograma tiroideo utiliza una pequeña cantidad de una sustancia radiactiva, generalmente yodo radiactivo, para obtener una imagen de la glándula tiroides. No se debe utilizar este método durante el embarazo.
  • Ultrasonido o Ecografía de la tiroides: Esta prueba de alta sensibilidad puede determinar si un nódulo es sólido o quístico (de contenido líquido), y puede determinar el tamaño exacto del nódulo. Ciertas características ecográficas de los nódulos son más frecuentes en los nódulos cancerosos que en los no cancerosos.
    • Este estudio puede ayudar al médico para llevar a cabo la biopsia con aguja fina, especialmente si el nódulo es pequeño o difícil de palpar.
  • Tiroglobulina: La tiroglobulina es una proteína producida por la glándula tiroides. La medida del nivel de esta proteína en la sangre no se puede utilizar para diagnosticar cáncer de tiroides, aunque puede ser útil después del tratamiento. Una manera común de tratar el cáncer de tiroides es mediante la extirpación quirúrgica de la mayor parte de la tiroides y luego usar yodo radioactivo para destruir cualquier célula de tiroides remanente. Estos tratamientos deben causar un nivel muy bajo de tiroglobulina en la sangre dentro de varias semanas.
    • Si el nivel no es bajo, esto podría significar que aún existen células del cáncer de tiroides en el cuerpo. Un nuevo aumento en el nivel después de haber estado bajo, es un signo de que el cáncer podría estar regresando.

Tratamiento

El tratamiento que se dará a un nódulo tiroideo descubierto en una mujer embarazada, es similar al que se da a las no embarazadas excepto por el hecho de que las radiaciones con yodo radioactivo están contraindicadas.

El equipo médico, que incluye a un grupo de médicos especialistas: ginecólogo, oncólogo, endocrinólogo, anestesiólogo, etc., elaborará un plan específico para tu caso tomando en cuenta una serie de factores incluyendo el tipo de cáncer, el tamaño y la localización del tumor, el estadio del cáncer, los efectos colaterales del tratamiento, la etapa del embarazo, tu edad, tu salud y voluntad.

Las decisiones que tome el equipo médico estarán hechas para dar a la madre la mayor posibilidad para recuperarse del cáncer y al mismo tiempo minimizar los riesgos para el bebé evitando aquellas intervenciones que puedan afectarlos.

Cirugía: Todos los nódulos tiroideos que se descubre que contienen cáncer o los que se sospecha que puedan ser cancerosos, deben ser eliminados quirúrgicamente por un cirujano con experiencia, siempre trabajando en equipo con tu ginecólogo y el anestesiólogo para vigilar el bienestar de tu bebé.

Cuando los nódulos se descubren durante el primer trimestre, es probable que tu médico elija realizar la cirugía hasta el segundo trimestre. El cáncer de tiroides avanza, por lo general, muy lentamente y eso le da la oportunidad de esperar -a veces- hasta el momento del parto.

Esto es principalmente porque, como complemento de la terapia, después de la cirugía se administrarán dosis de yodo radioactivo –el cual puede dañar al feto- para asegurarse de que se acaba con todas las células cancerosas que puedan haber quedado.

 Si el cáncer es agresivo y se disemina rápidamente, la cirugía tendrá que llevarse a cabo en cualquier etapa del embarazo.

 Medicamentos: Una mujer embarazada que a quien se le diagnostica cáncer de tiroides y que está esperando el parto para que le hagan la cirugía, puede recibir tratamiento con hormona tiroidea. El objetivo es hacer que la glándula no trabaje y esto ayude a que el nódulo se disminuya de tamaño (se llama tratamiento supresivo). O bien puede mantenerse una vigilancia cuidadosa hasta que se pueda hacer la cirugía.

 Aunque estés en tratamiento supresivo con hormona tiroidea o no, puede ser necesario repetir la biopsia si el nódulo crece. También, aún cuando la biopsia sea benigna, si el nódulo crece, es probable que tu médico te recomiende la cirugía.

 Aunque no se ha demostrado que la hormona tiroidea dañe el desarrollo del bebé, la mayoría de los médicos prefieren esperar hasta después del embarazo para empezar a administrarlo.

 Tratamiento con yodo radioactivo: Si el tratamiento con yodo radioactivo es indispensable o conveniente y dado que no se puede administrar durante el embarazo, probablemente después del parto, tu médico iniciará este tratamiento.

Los embarazos subsecuentes después de la administración de yodo radioactivo parecen ser seguros. No se han reportado casos de muerte en útero, malformaciones, muertes tempranas o malignidades en los hijos. Se recomienda de uno a dos años de espera para volver a embarazarse después del tratamiento con yodo radioactivo para asegurarse de que la función del tiroides es estable y que el cáncer está en remisión.

Lactancia: El yodo radioactivo no debe darse a mujeres que están amamantando.

Cómo afrontar el embarazo y el cáncer

Es difícil sobrellevar el diagnóstico de cáncer durante el embarazo. Por este motivo, los expertos recomiendan compartir los sentimientos con alguna persona de confianza, como un familiar, amigo o consejero. Muchos centros contra el cáncer tienen especialistas que pueden ayudar.

Antes de decidir, tú y los médicos deben determinar el mejor tratamiento y los posibles riesgos para el feto. La decisión de someterse a una prueba o tratamiento depende finalmente de tu decisión. No obstante, antes de tomarla debes estar perfectamente informada de las opciones, beneficios y riesgos.

Dependiendo del estado del cáncer y del trimestre de embarazo, es posible que el médico decida esperar al nacimiento o inducir el parto antes de fecha, antes de comenzar con el tratamiento.

Prevención

No se conoce ninguna forma de prevención. Conocer el factor de riesgo (como la radioterapia previa en el cuello) puede permitir el diagnóstico y el tratamiento más temprano.

Algunas veces, a las personas con fuertes antecedentes familiares y mutaciones genéticas relacionadas con el cáncer tiroideo les extirparán la glándula tiroides para propósitos preventivos.

Pronóstico

La calidad de vida de los individuos afectados con cáncer de tiroides está basada en la severidad del cáncer y la respuesta de las células cancerígenas y el organismo al tratamiento.

Mientras que el pronóstico para la mayoría de los pacientes con cáncer de tiroides es muy bueno, la tasa de recurrencia puede llegar al 30% presentándose el cáncer décadas después del diagnóstico inicial.

Es por esto que es importante que, durante toda tu vida, te hagas una revisión anual para detectar si el cáncer resurge. Esta revisión puede incluir una revisión de la historia médica junto con algunos exámenes de sangre apropiados para el tipo de cáncer y tratamiento, un examen físico y algunos estudios de imagen como ultrasonido, rayos X de tórax, tomografía computarizada, resonancia magnética y otras.

¿El embarazo afecta el pronóstico del cáncer de Tiroides? La mayoría de los estudios realizados indica que el pronóstico no empeora. La cirugía puede posponerse hasta después del parto sin aimpactar la recurrencia o mortalidad.

Se desconoce el impacto en mujeres embarazadas con cáncer de Tiroides anaplásico o medular. (fuente: thyca.org)

Documento elaborado con la colaboración y supervisión del médico cirujano especialista en oncología Dr. Eduardo Maafs Molina.

Referencias

Cáncer y embarazo, Complicaciones, Otras

Cáncer de Seno (mama) en el embarazo

Los procesos oncológicos que con más frecuencia se asocian al embarazo son el cáncer de mama y el cáncer invasor de cuello uterino, representando cada uno el 25% del total de cánceres y embarazo. El 3% de estos cánceres ocurren durante la gestación complicando 1 de cada 3000 embarazos.

El cáncer de seno se considera “asociado” al embarazo si es diagnosticado durante el embarazo o hasta un año posterior al parto.

 ¿Qué es el cáncer?

El cuerpo está compuesto por millones de millones de células vivas. Las células normales del cuerpo crecen, se dividen formando nuevas células y mueren de manera ordenada. Durante los primeros años de vida de una persona, las células normales se dividen más rápidamente para facilitar el crecimiento. Una vez que se llega a la edad adulta, la mayoría de las células sólo se dividen para remplazar las células desgastadas o las que están muriendo y para reparar lesiones.

El cáncer se origina cuando las células en alguna parte del cuerpo comienzan a crecer de manera descontrolada. Existen muchos tipos de cáncer, pero todos comienzan debido al crecimiento sin control de células anormales.

En la mayoría de los casos, las células cancerosas forman un tumor. Las células cancerosas a menudo se trasladan a otras partes del organismo donde comienzan a crecer y a formar nuevos tumores que remplazan al tejido normal. A este proceso se le conoce como metástasis. Ocurre cuando las células cancerosas entran al torrente sanguíneo o a los vasos linfáticos de nuestro organismo.

Los diferentes tipos de cáncer se pueden comportar de manera muy distinta. Por esta razón, las personas con cáncer necesitan un tratamiento que sea específico para el tipo particular de cáncer que les afecta

¿Qué es el cáncer de seno?

El cáncer de seno (mama) es una afección por la cual se forman y proliferan células malignas (cancerosas) en los tejidos de la mama.

Existen dos tipos principales:

  • El carcinoma ductal que comienza en los conductos que llevan leche desde la mama hasta el pezón. La mayoría de los cánceres de mama son de este tipo.
  • El carcinoma lobulillar comienza en partes de las mamas, llamadas lobulillos, que producen leche.

El cáncer de mama puede ser, o no, invasivo. Esto significa que se ha propagado desde el conducto galactóforo o lobulillo a otros tejidos en la mama. No invasivo significa que aún no ha invadido otro tejido mamario. El cáncer de mama no invasivo se denomina in situ.

  • El carcinoma ductal in situ (CDIS), o carcinoma intraductal, es un cáncer de mama en el revestimiento de los conductos galactóforos que todavía no ha invadido tejidos cercanos. Sin tratamiento, puede progresar a cáncer invasivo.
  • El carcinoma lobulillar in situ (CLIS) es un marcador del aumento del riesgo de cáncer invasivo en la misma o ambas mamas.

La asociación de cáncer de mama y embarazo se define como la aparición de un tumor maligno mamario en la gestación o durante el primer año posparto.

 ¿Qué es el seno o mama?

La mama es una glándula que está compuesta de lóbulos y conductos. Cada mama tiene entre 15 y 20 secciones llamadas lóbulos, que tienen secciones más pequeñas llamadas lobulillos. Los lóbulos y los lobulillos están conectados por tubos delgados llamados conductos.

Cada mama contiene también vasos sanguíneos y vasos linfáticos. Los vasos linfáticos transportan un líquido prácticamente incoloro llamado linfa. Los vasos linfáticos conducen a órganos pequeños en forma de frijol llamados ganglios linfáticos que ayudan al cuerpo a defenderse contra infecciones y enfermedades. Los ganglios linfáticos se encuentran en todo el cuerpo. Grupos de ganglios linfáticos se encuentran cerca de la mama en la axila (bajo el brazo), sobre la clavícula (hueso que va del centro del tórax al hombro) y en el tórax, por detrás del esternón.

Causas

Se desconoce el por qué una mujer puede desarrollar cáncer de seno, pero se piensa que puede ser por una combinación de factores genéticos (herencia), del medio ambiente y del estilo de vida de la mujer.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo que no se pueden cambiar abarcan:

  • Edad y sexo: El riesgo de padecer cáncer de mama aumenta a medida que la mujer envejece. La mayoría de los casos de cáncer de mama avanzado se encuentra en mujeres de más de 50 años.
  • Antecedentes familiares de cáncer de mama: existe un riesgo más alto de padecer cáncer de mama si tienes un familiar cercano que haya padecido este tipo de cáncer, al igual que cáncer uterino, ovárico o de colon.
  • Genes: Algunas personas tienen mutaciones genéticas (cambios en los genes) que las hacen más propensas a enfermarse de cáncer de mama.
  • Ciclo menstrual: Las mujeres que inician tempranamente sus períodos menstruales (antes de los 12 años) o llegan a la menopausia tarde (después de los 55) tienen un riesgo mayor de cáncer de mama.

Otros factores de riesgo abarcan:

  • Consumo de alcohol: El consumo de más de 1 o 2 vasos de alcohol al día puede incrementar el riesgo de cáncer de mama.
  • Parto: Las mujeres que nunca han tenido hijos o que los tuvieron recién después de los 30 años tienen un mayor riesgo de presentar cáncer de mama.
  • DES: Las mujeres que tomaron dietilestilbestrol (DES) para evitar abortos pueden tener un mayor riesgo de sufrir cáncer de mama después de los 40 años.
  • Hormonoterapia: Existe un mayor riesgo de cáncer de mama si ha recibido hormonoterapia con estrógenos durante algunos años o más.
  • Obesidad: Ha estado asociada con el cáncer de mama, aunque este vínculo no se ha comprendido por completo.
  • Radiación: Si recibiste radioterapia cuando eras niña o adulta joven para tratar un cáncer del área del tórax, tienes un riesgo muy alto de padecer cáncer de mama.

Los implantes mamarios, el uso de antitranspirantes y el uso de sostenes con varillas no aumentan el riesgo de cáncer de mama. Tampoco existe ninguna prueba de un vínculo directo entre el cáncer de mama y los pesticidas.

El embarazo como factor de riesgo

El cáncer de seno es muy poco común durante el embarazo, pero cada vez más son las mujeres que deciden tener sus hijos a una mayor edad, y con ello, el riesgo de cáncer aumenta a medida que la edad de la mujer aumenta. Es por esto que los médicos esperan que en el futuro haya más casos de cáncer de seno durante el embarazo.

El cáncer de seno se diagnostica en aproximadamente 1 de cada 3,000 mujeres embarazadas. Y el cáncer de seno es el tipo de cáncer que con más frecuencia se da durante el embarazo, la lactancia o dentro del primer año tras el nacimiento del bebé.

Puede que hayas escuchado que se le refiera como cáncer de seno gestacional o cáncer de seno asociado a embarazo.

En algunas ocasiones se detecta (encuentra) cáncer de seno (mama) en mujeres embarazadas o que acaban de dar a luz. En estas mujeres, el cáncer de seno se presenta con mayor frecuencia entre los 32 y los 38 años de edad.

Existen algunos factores de riesgo que SÍ están asociados al cáncer de mama:

  • La edad: el riesgo aumenta con la edad
  • La dieta: el sobrepeso y el abuso en el consumo de alcohol pueden aumentar el riesgo
  • La historia familiar: una mujer con un pariente en primer grado con cáncer de seno, incrementa su riesgo dos o tres veces.
  • El sexo: las mujeres tienen un riesgo mayor que los hombres.
  • Las hormonas: Mientras más expuestas al estrógeno, mayor es su riesgo (empiezan a menstruar antes de los 11 años, tienen ciclos menstruales más cortos o más largos de los 26 a 29 días, tienen su primer hijo después de los 30 años o terminan de menstruar después de los 55 años.
  • Estilo de vida: la falta de ejercicio aumenta el riesgo.
  • Historia médica: la mujer que ya tuvo cáncer de seno, tiene más riesgo de desarrollar cáncer en la otra glándula mamaria.
  • El uso de anticonceptivos o de tratamiento hormonal de reemplazo.
  • Empieza a existir evidencia de que el cigarro puede estar contribuyendo al incremento de esta enfermedad.

El embarazo afecta el riesgo de cáncer de seno posteriormente en la vida: El embarazo ocasiona muchos cambios hormonas en el cuerpo. Por una parte, el embarazo detiene los ciclos menstruales de cada mes y cambia el equilibrio hormonal hacia la progesterona en vez del estrógeno. Debido a esto, puede que las mujeres que tengan varios embarazos durante su juventud presenten un riesgo ligeramente menor de cáncer de seno posteriormente, pues quedan expuestas a menos estrógeno. Por otro lado, las mujeres que no han tenido hijos o que tuvieron su primer embarazo después de los 30 años tienen un riesgo de cáncer del seno ligeramente mayor.

La lactancia afecta el riesgo de cáncer de seno: Algunos estudios sugieren que la lactancia puede reducir ligeramente el riesgo de padecer cáncer de seno. Esto es más probable cuando una mujer amamanta de 1½ a 2 años. Pero esto ha sido algo muy difícil de estudiar, especialmente en lugares como los Estados Unidos, donde la lactancia por un periodo tan prolongado como éste no es común.

Una manera de explicar este posible efecto puede ser que la lactancia reduce el número total de ciclos menstruales en la vida de una mujer. Esto es muy similar a comenzar los periodos menstruales a una edad mayor o experimentar la menopausia temprano.

El factor de riesgo más importante es, ser mujer

Síntomas

El cáncer de mama precoz generalmente no causa síntomas; razón por la cual los exámenes regulares de las mamas son importantes. La forma más común de detectar este padecimiento es cuando tú misma observas cambios físicos en el aspecto de los pechos.

Si notas una bolita –que generalmente es indolora- o cualquier cosa que creas que no es normal en tus pechos, acude de inmediato a tu médico.

mama2

Diagnóstico durante el embarazo

Aún cuando es muy importante que el tumor sea detectado en las primeras etapas, en el caso de una mujer embarazada puede tardar en detectarse tres veces más que en una mujer no embarazada, esto implica un retraso en el diagnóstico de 3 a 6 meses, con lo que se aumenta el riesgo de diseminación del tumor a los ganglios linfáticos en un 5-10%.

Este retraso se debe a que toda mujer embarazada sufre cambios fisiológicos importantes en sus pechos:

La influencia del estrógeno y la progesterona causan un aumento en el flujo de sangre y en la grasa lo que da como resultado un aumento en el tamaño de las glándulas que producirán la leche.

Al prepararse para la lactancia, los senos pueden hasta duplicar su tamaño y peso, hacerse más sensibles y presentar protuberancias. El tejido mamario se hace más denso y puede ocultar el cáncer en etapa inicial.

Además, los cambios iniciales causados por el cáncer podrían confundirse fácilmente por los cambios naturales que se dan con el embarazo. Los diagnósticos demorados continúan siendo el mayor problema con el cáncer de seno durante el embarazo.

  • la irritación de los conductos del seno por el crecimiento durante el embarazo, en algunas ocasiones produce salida de sangre la cual, generalmente, es una situación benigna.

Es por todo esto que el médico generalmente aduce los cambios al embarazo demorándose el diagnóstico de cáncer de mama el cual se detecta finalmente cuando ya está en un estadio más avanzado y el cáncer se ha diseminado a los ganglios.

Si encuentras una masa o nota cualquier cambio en tus senos, debes tomarlo en serio. Si tu médico no considera necesario hacerte estudios, tal como un mamograma, pregunta acerca de otras clases de estudios por imágenes y busca una segunda opinión. Cualquier cambio sospechoso del seno debe ser sometido a biopsia antes de asumir que son una respuesta normal al embarazo.

Incluso durante el embarazo, la detección temprana es un aspecto importante para la salud mamaria.

Diagnóstico

Es importante que tu ginecólogo haga una revisión completa de las mamas al principio del embarazo, antes de que se inicien los cambios fisiológicos mencionados. Durante la gestación se deben realizar revisiones periódicas y si el médico detecta cualquier alteración en la exploración física de la mama, de inmediato te pedirá que te realices las pruebas diagnósticas necesarias sin retrasarlas hasta después del parto.

La evaluación y tratamiento del cáncer de mama debe ser realizada por un equipo multidisciplinario de médicos especialistas, coordinados por el ginecólogo, que colaboren cercanamente para lograr los mejores resultados posibles.

En el caso de que se detecte una alteración en la mama, seguramente el ginecólogo te pedirá que te realices alguna de estas pruebas o todas ellas:

  • Ecografía o ultrasonido de la glándula mamaria: Se realiza con un aparato denominado ecógrafo. Es útil para valorar si el nódulo que se palpa es un quiste o una masa sólida que requiere realizar más estudios.
    • Es una prueba muy empleada durante el embarazo, ya que no emite radiación y permite el estudio de una mama densa, típica del embarazo. Esta técnica no discrimina entre lesiones benignas y malignas de manera completamente concluyente.
  • Mamografía o mastografía: Es una radiografía especial de la mama, que se realiza con un mamógrafo. La mastografía supone un riesgo mínimo de exposición a radiación para el feto, siempre que se emplee la protección  adecuada. El riesgo disminuye también dependiendo del trimestre del embarazo en que te encuentres (en el tercer trimestre prácticamente no existe riesgo).
    • Sin embargo en el embarazo, la mastografía no se debe realizar como prueba de rutina. Está indicada cuando es necesario evaluar nódulos palpables y para localizar carcinomas ocultos ante la presencia de otros hallazgos clínicos que hagan sospechar un tumor.
  • Biopsia: El diagnóstico definitivo de la lesión se puede realizar de manera segura con una punción aspiración de aguja fina (PAAF) o con una biopsia de la zona. En el primer caso se obtienen células por aspiración con una aguja fina, que posteriormente son estudiadas al microscopio. En el segundo, bajo anestesia local o general se obtiene una muestra de tejido del nódulo o de la zona sospechosa. En esto no se realizan diferencias respecto a la mujer no embarazada.
  • Resonancia Nuclear Magnética de la mama: Al ser una técnica que no emplea radiaciones ionizantes, es segura para el feto y puede ser utilizada durante la lactancia; la eficacia para un diagnóstico fiable es alta.

El examen de las mamas debe formar parte de la atención prenatal y postnatal.

A fin de detectar el cáncer de seno (mama), las mujeres embarazadas y lactantes deben aprender a examinar ellas mismas sus mamas y tu médico seguramente te pedirá que te hagas algunos estudios de laboratorio y de imagen como parte de tu visita prenatal y postnatal de rutina.

Estadios del cáncer de seno

Cuando el médico ha confirmado el diagnóstico de cáncer de seno, es importante entonces determinar el tipo de tumor y el estadio del cáncer para saber si hay diseminación de las células cancerosas dentro de la mama o a otras partes del cuerpo.

El proceso utilizado para determinar si el cáncer se ha propagado dentro de la mama o a otras partes del cuerpo se llama estadificación. Es importante hacerlo para que el médico pueda planificar el tratamiento. Según el sistema TNM (tumor, nódulos, metástasis), se consideran los siguientes estadios en el cáncer de mama:

  • Estadio 0: cáncer “in situ”, es una lesión precancerosa o precursora de cáncer, describe el más temprano de los cánceres de mama. En este estadio no existe riesgo de diseminación, pero si no se trata, muchas de estas mujeres desarrollarán un cáncer invasor.
  • Estadio I: El cáncer ya es invasor (ya tiene la capacidad de diseminarse), pero está confinado en la glándula o mama y mide menos de 2 cm de diámetro.
  • Estadio II: El tumor mide entre 2 y 5 cm y puede haber afectado ganglios linfáticos.
  • El estadio III: ocurre cuando el tumor mide más de 5 cm, puede llegar a afectar músculos y la piel de la glándula y casi siempre a múltiples ganglios linfáticos.
  • El estadio IV: es la etapa más avanzada e implica que la enfermedad se ha diseminado a otros órganos: hueso, hígado, pulmón, cerebro, etc.

El cáncer recurrente es aquel que reaparece a pesar de los tratamientos aplicados a una persona. La recurrencia puede aparecer unos cuantos meses o muchos años después del tratamiento inicial.

Los métodos empleados para determinar el estadio del cáncer de seno (mama) pueden modificarse para hacerlos más seguros para el feto.

Los métodos estándar para las imágenes por resonancia magnética pueden adaptarse para exponer al bebé a menos radiación. Las pruebas para medir la concentración hormonal en la sangre también pueden utilizarse en el proceso de clasificación en estadios.

Tratamiento

Una vez que se ha confirmado el diagnóstico, el ginecólogo y el equipo multidisciplinario de médicos especialistas deberán evaluar los tipos de tratamiento  disponibles para cada caso en particular.

Existen diferentes tipos de tratamiento para el cáncer de mama. Las opciones terapéuticas para las mujeres embarazadas dependen de varios factores:

  • El estadio del cáncer (si está localizado en la mama solamente o si se ha diseminado a otras partes del cuerpo).
  • El tamaño del tumor.
  • El tipo de cáncer de mama.
  • La edad del feto.
  • Si se presentan síntomas.
  • La salud general de la embarazada y su opinión y preferencia.

El tratamiento no debe de posponerse por el embarazo.

Se utilizan varios tipos de tratamiento:

Cirugía: Es el primer tratamiento que se realiza en la mayoría de las mujeres con cáncer de mama durante el embarazo. La cirugía consiste en extirpar el tumor y una zona, más o menos amplia, de tejido mamario sano y la extracción de los ganglios linfáticos de la axila.

Generalmente el médico revisará también, antes de la cirugía, los ganglios que se encuentran en la axila ya que es importante saber si están afectados para decidir si son necesarios más tratamientos y cuáles. Los ganglios se pueden observar con ultrasonido y, si se detecta alguna anormalidad, el médico hará una biopsia.

Cualquier tipo de cirugía que te hagan involucra anestesia general la cual se considera como segura durante el embarazo, pero puede incrementarse el riesgo de aborto, especialmente al principio del embarazo. Después de la cirugía no hay ningún problema en permitir que el embarazo continúe.

Radioterapia: La radioterapia es el empleo de radiaciones ionizantes para el tratamiento, exclusivamente local o loco-regional (cuando se incluyen los ganglios cercanos) del tumor. Es decir, trata el cáncer en su lugar de origen.

La radioterapia no debe ser administrada a mujeres embarazadas con cáncer de seno (mama) en estadio temprano (estadio I o II) porque puede dañar al feto.

En mujeres con cáncer de seno (mama) en estadio tardío (estadio III o IV), no debe administrarse radioterapia durante los tres primeros meses del embarazo.

Quimioterapia: La quimioterapia es un tratamiento del cáncer que utiliza medicamentos para interrumpir el crecimiento de células cancerosas, ya sea mediante la eliminación de estas o evitando la división de las células. La forma de administración de la quimioterapia depende del tipo y del estadio del cáncer tratado.

Habitualmente, el médico prefiere no utilizar este tipo de tratamiento durante los primeros tres meses del embarazo ya que puede producir malformaciones severas o la muerte del feto. La quimioterapia administrada después de este periodo generalmente no hace daño al bebé, pero puede estar relacionada con parto prematuro y bajo peso al nacer.
Si el diagnóstico se elabora poco antes o después del parto, el médico te pedirá que no amamantes al bebé o interrumpir la lactancia porque muchos de los  medicamentos contra el cáncer pueden presentarse en concentraciones altas en la leche materna y perjudicar al bebé.

Tratamiento hormonal: La terapia hormonal es un tratamiento que bloquea la producción o la acción de las hormonas, capaz de detener el crecimiento de determinados cánceres. Las hormonas son sustancias químicas producidas por las glándulas (ovarios, tiroides, etc.) del cuerpo, que circulan por el torrente sanguíneo y tienen una función determinada a nivel de distintos órganos.
En determinados cánceres de mama la presencia de hormonas sexuales femeninas (estrógenos) favorece el crecimiento del tumor. Si el análisis del tejido tumor revela que las células cancerosas poseen zonas  donde se unen las hormonas (receptores), se pueden emplear tratamientos hormonales, cirugía o radioterapia en los ovarios para reducir la producción de estrógenos o impedirles que ejerzan su función.

El cáncer de seno (mama) no parece dañar al feto y las  células cancerosas de la mama no parecen transmitirse de la madre al feto.
Se sabe que el aborto no mejora el pronóstico de cáncer de mama, por lo que no se recomienda salvo en situaciones muy particulares. Muchas mujeres embarazadas pueden someterse a tratamientos efectivos contra el cáncer de mama y dar a luz bebés saludables.

Tratamiento en el segundo trimestre del embarazo: no existe ningún riesgo en dar el tratamiento y los médicos consideran que es mejor iniciarlo que esperar hasta después del parto. Una espera de algunas semanas puede cambiar el resultado.
Las mujeres que tienen cáncer en estadio III y IV tienen un pronóstico pobre y esto dificulta el plan de tratamiento el cual siempre debe ser elaborado tomando en cuenta la decisión y voluntad de la embarazada.

Cuidado del feto durante el embarazo: El ginecólogo y el oncólogo harán un seguimiento cercano del embarazo para evaluar la tolerancia del bebé al tratamiento. En el plan de tratamiento tomarán en cuenta el tiempo de embarazo y la fecha de parto y te harán un ultrasonido después de cada ciclo de quimioterapia para verificar el crecimiento fetal.
Si es necesario, podrían programar una fecha adelantada para el parto siempre verificando antes la maduración de los pulmones. Es preferible que el parto sea por vía vaginal para no detener el tratamiento después del parto.
Los efectos que se han reportado de los medicamentos anticancerígenos en los bebés, son: anemia, alopecia (caída del pelo del bebé), y neutropenia (disminución de las células llamadas “granulocitos” de la sangre). Todos estos son reversibles y si se terminan las quimioterapias tres o cuatro semanas antes del parto, esto puede minimizarse.
Es importante que al nacer el bebé, se le hagan análisis de sangre y que se le dé un especial cuidado para evitar infecciones o complicaciones por hemorragias, sobre todo si es un parto prematuro que sucede antes de tres semanas del último tratamiento de quimioterapia.

¿Es posible tener un hijo después de un cáncer de mama?

Los datos científicos que se tienen hasta la actualidad son limitados, aunque se ha observado que el embarazo no parece afectar negativamente el pronóstico  en mujeres con cáncer de mama previo. Si una mujer que ha padecido cáncer de mama desea tener un hijo, es importante que lo consulte con su oncólogo, para que valore de forma individual su caso.

¿Cuánto debo esperar para embarazarme después del tratamiento de cáncer de seno?

Algunos médicos recomiendan que una mujer deba esperar dos años después del tratamiento del cáncer de seno (mama) antes de intentar tener un bebé, de manera que pueda detectarse si hay alguna reincidencia temprana del cáncer. Esto puede repercutir en la decisión de una mujer sobre un embarazo.
Se sabe muy poco acerca del embarazo después de un trasplante de médula y alta dosis de quimioterapia con o sin radiación total.
En un reporte que se hizo de embarazos posteriores a trasplante de médula por problemas hematológicos, se notó la incidencia de un 25% de parto pre término y bajo peso al nacer (Sanders JE, Hawley J, Levy W, et al).

Pronóstico

Ciertos factores repercuten en el pronóstico (posibilidad de recuperación):

  • El estadio del cáncer (si está localizado solamente en la mama o se ha propagado a otras partes del cuerpo).
  • El tamaño del tumor.
  • El tipo de cáncer de seno (mama).
  • La edad del feto.
  • Si se presentan síntomas.
  • La salud de la embarazada.
  • El momento en el que se inicia el tratamiento.

Documento elaborado con la colaboración y supervisión del médico cirujano especialista en oncología Dr. Eduardo Maafs Molina.

Referencias

Cáncer y embarazo

Cáncer de colon y recto y embarazo

El cáncer de colon, es el que comienza en el intestino grueso (colon) o en el recto (parte final del colon).El cáncer del colon o el recto también se conoce como cáncer colorrectal.

¿Qué es el cáncer?

El cuerpo está compuesto por millones de millones de células vivas. Las células normales del cuerpo crecen, se dividen formando nuevas células y mueren de manera ordenada. Durante los primeros años de vida de una persona, las células normales se dividen más rápidamente para facilitar el crecimiento. Una vez que se llega a la edad adulta, la mayoría de las células sólo se dividen para remplazar las células desgastadas o las que están muriendo y para reparar lesiones.

El cáncer se origina cuando las células en alguna parte del cuerpo comienzan a crecer de manera descontrolada. Existen muchos tipos de cáncer, pero todos comienzan debido al crecimiento sin control de células anormales.

En la mayoría de los casos, las células cancerosas forman un tumor. Las células cancerosas a menudo se trasladan a otras partes del organismo donde comienzan a crecer y a formar nuevos tumores que remplazan al tejido normal. A este proceso se le conoce como metástasis. Ocurre cuando las células cancerosas entran al torrente sanguíneo o a los vasos linfáticos de nuestro organismo.

Los diferentes tipos de cáncer se pueden comportar de manera muy distinta. Por esta razón, las personas con cáncer necesitan un tratamiento que sea específico para el tipo particular de cáncer que les afecta.

¿Qué es el colon?

 El intestino grueso, o colon, es el último componente del sistema o aparato digestivo y realiza la fase terminal de la digestión.

El intestino grueso toma el alimento digerido (quimo) proveniente desde el intestino delgado y termina el proceso de absorción.

Por lo tanto, la función principal del intestino grueso en el sistema digestivo es la concentración y almacenamiento de los desechos sólidos, convirtiendo el quimo en heces para ser excretadas.

ce01

La pared del colon y del recto está compuesta por varias capas (vea ilustración en la sección sobre clasificación por etapas). El cáncer colorrectal se origina en la capa más interna y puede crecer a través de algunas o de todas las demás capas. Es importante saber algo sobre estas capas, ya que la etapa o estadio (extensión de la propagación) del cáncer colorrectal depende en gran medida de cuán profundo crece en estas capas.

Cáncer de colon y recto y embarazo

 El cáncer de colon o recto asociado al embarazo es un padecimiento muy raro. Las neoplasias de colon y recto son las segundas en frecuencia entre las mujeres de todas las edades en Estados Unidos, sin embargo, su asociación con el embarazo es extremadamente infrecuente pues la mayoría de estos tumores se presentan en pacientes mayores de 40 años.

Los tumores cancerosos se pueden presentar en cualquier momento del embarazo o descubrirse en el parto. El cáncer colorrectal representa una seria amenaza tanto para la madre como para el bebé.

Riesgo para el bebé

 No existen reportes en la literatura médica de que el cáncer colonorrectal afecte al bebé aún cuando existe metástasis (el cáncer se diseminó a otros órganos).

Las principales causas de mortalidad perinatal y pérdida fetal en embarazadas fueron la prematurez, restricción en el crecimiento intrauterino del bebé, óbito fetal (el bebé muere dentro del útero) y aborto terapéutico.

Incidencia

 La incidencia de cáncer de colon y recto durante el embarazo en los últimos años ha aumentado a 1 en 13.000 embarazos. Es probable que la tendencia actual de las mujeres a postergar el embarazo hasta edades más avanzadas y las mejores técnicas diagnósticas hayan influido en este incremento.

Síntomas y signos

Los síntomas y signos más comunes del cáncer colorrectal incluyen:

  • Cambio en los hábitos de evacuación como diarrea, estreñimiento o reducción del diámetro de las heces fecales (excremento) por varios días.
    • Una sensación de que necesita defecar y que no desaparece después de hacerlo.
  • Pérdida inexplicable de peso.
  • Cólicos o dolor abdominal.
  • Debilidad y cansancio
  • Náusea y vómito persistente durante el embarazo
  • Sangrado rectal, heces oscuras o sangre en las heces fecales (sin embargo, a menudo, el excremento luce normal).

La mayoría de estos síntomas y signos pueden ser atribuidos al embarazo normal o a la presencia de hemorroides, lo que determina que el médico haga un diagnóstico tardío y que el pronóstico se empeore. La hemorragia por el recto es un signo de alarma que NO debe atribuirse nunca al embarazo o a hemorroides. Es por esto que la mayoría de los casos de cáncer de colon y recto son diagnosticados más tarde en el embarazo ya cuando existen metástasis importantes.

Es transcendental que tu ginecólogo tome en cuenta tus síntomas y haga siempre una evaluación completa, sobre todo si tienes factores de riesgo o antecedentes familiares de cáncer colorrectal.

Factores de riesgo

Un factor de riesgo es cualquier cosa que afecte su probabilidad de tener una enfermedad como el cáncer. Los investigadores han encontrado varios factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades que tiene una persona de presentar pólipos o cáncer colorrectal.

Es importante tener en mente factores de riesgo que pueden predisponerte a padecer cáncer de colon como: historia familiar de cáncer de recto, colitis, pólipos intestinales, síndrome de Gardners y tumores de las vellosidades intestinales.

Diagnóstico

 El diagnóstico de un cáncer durante el embarazo puede ser una situación muy desgastante asociado a un estrés emocional y físico tanto para la embarazada como para su familia. Las decisiones que tenga que tomar para el tratamiento pueden incrementar esta carga. En el cáncer de colon o recto es importante que el diagnóstico se haga lo más pronto posible y se dé inicio al tratamiento de inmediato.

 Frecuentemente, sucede que es la embarazada la que retrasa la ida al médico porque confunde los síntomas del cáncer como por ejemplo el sangrado rectal y la náusea y el vómito, con síntomas normales del embarazo. Y el médico, a su vez, retrasa las pruebas de diagnóstico por los daños que se puedan hacer al feto y porque no pone atención al significado potencial de los síntomas ya que es muy raro que se presente cáncer de colon durante el embarazo. Esto puede hacer que la enfermedad avance y el pronóstico empeore.

 La evaluación para hacer el diagnóstico en una embarazada con cáncer colorrectal incluye tres componentes básicos:

  • Colonoscopía con toma de biopsia. La endoscopía durante el embarazo debe hacerse únicamente cuando el médico considere que es absolutamente necesario hacerla y de preferencia hasta el segundo trimestre y un ultrasonido endoluminal para confirmar el estadio de las lesiones cancerígenas. En su lugar, es mejor hacer una sigmoidoscopia flexible (un examen visual del recto y la parte baja del colon, llamado colon sigmoidal, con un instrumento llamado sigmoidoscopio flexible.) que le ayude al       médico a determinar la ubicación del tumor y a hacer una biopsia.
  • Medición de antígeno carcinoembrionario (CEA) o “marcadores tumorales” (los marcadores tumorales son sustancias que se encuentran en el cuerpo que pueden detectarse en una persona con cáncer. Éstos se encuentran más comúnmente en la sangre o en la orina, aunque también pueden estar en los tumores y otros tejidos) en sangre.
  • Estudio de imágenes del abdomen: resonancia magnética (que es un sustituto apropiado de la tomografía computarizada para determinar el estadio (cuando es necesario) y ultrasonido del hígado para detectar si existen lesiones metastásicas.

 La biopsia será enviada al laboratorio para determinar el tipo y estadio del tumor (es el índice para saber qué tan lejos se ha diseminado el tumor a través de las capas del intestino). Este resultado es muy importante para que el equipo médico pueda establecer el plan de tratamiento.

  • Etapa 0: cáncer muy inicial en la capa más interna (se considera con más precisión un cáncer primario)
  • Etapa I: tumor en las capas internas del colon
  • Etapa II: el tumor se ha diseminado a través de la pared muscular del colon
  • Etapa III: el tumor se ha diseminado a los ganglios linfáticos
  • Etapa IV: el tumor se ha diseminado a órganos distantes

ce02

Captura de pantalla 2014-03-20 a la(s) 17.05.30

Cuando se diagnostica cáncer de recto en estadío 2 ó 3 en la última etapa del embarazo, se hace un cuidadoso estudio tanto del lugar preciso como del tamaño para asegurarse que el tumor no obstruirá una labor de parto normal ni el parto vaginal, en cuyo caso el médico preferirá un parto por cesárea.

Riesgo fetal

No existen reportes de problemas para el feto debidos al cáncer en sí mismo aun cuando haya metástasis. Es por esto que se recomienda hacer una revisión completa de la placenta (en búsqueda de metástasis) pero –en los casos reportados- no hay evidencia de que sea necesario dar seguimiento posterior al bebé. Las muertes fetales fueron a causa de muerte en útero, prematuridad o terminación del embarazo.

Tratamiento

El tratamiento del cáncer de colon durante el embarazo presenta varios problemas para el médico –tanto éticos como legales- justamente por los conflictos que se presentan entre los intereses de la madre y del feto. Generalmente, durante el embarazo se considera que lo que beneficia a la madre, beneficia al feto, pero este principio falla cuando se trata de la terapia que se debe dar a un cáncer de colon: la cirugía abdominal (laparotomía), es buena para la madre pero no tanto para el feto, particularmente al principio del embarazo. La quimioterapia para el estadio C del cáncer de colon de Duke, es benéfica para la madre, pero muy dañina para el feto.

Además de los conflictos entre los intereses de la madre y el bebé, el padre también se preocupa acerca del pronóstico tanto de la madre como del feto.

Para dar consejo, guiar e iniciar un tratamiento adecuado a la madre embarazada que se encara a decisiones de carga emocional acerca de su tratamiento, se requiere que un equipo médico que incluye al ginecólogo, gastroenterólogo, cirujano oncólogo, oncólogo médico, neonatólogo y nutriólogo, ofrezca toda su experiencia en áreas de cáncer de colon y embarazo de alto riesgo y, al mismo tiempo, sean sensibles para entender las consecuencias emocionales y psicológicas de una enfermedad que amenaza la vida de una joven mujer embarazada.

A menos de que los síntomas mejoren, el médico está obligado a realizar una investigación completa. Una vez que se ha establecido el diagnóstico, es importante iniciar el tratamiento. El equipo médico trabajará en conjunto para lograr que, de ser posible, llegues al momento en que te induzcan el parto para poder iniciar el tratamiento definitivo del cáncer.

Existen varios factores que el equipo de especialistas debe tomar en cuenta: localización del tumor cancerígeno, edad gestacional, el estadio del tumor, las complicaciones que puede causar el tumor en el embarazo (necesidad de cirugía de urgencia o electiva) y tu opinión o preferencias.

Desafortunadamente, el cáncer de colon en el embarazo generalmente se diagnostica en etapas avanzadas cuando el tratamiento quirúrgico y la quimioterapia son poco efectivas.

Cirugía: La cirugía es el tratamiento primario. Si bien beneficia a la madre, puede ser potencialmente dañina para el feto, especialmente durante el primer trimestre y lo mismo se puede decir de la quimioterapia y radioterapia.

  • Durante la primera mitad del embarazo, la cirugía debe realizarse lo antes posible, para minimizar el riesgo de progresión del tumor y metástasis.
  • Durante la segunda mitad del embarazo la cirugía debe, en lo posible, posponerse hasta que el bebé sea viable y sus pulmones hayan madurado, momento en que tu ginecólogo inducirá el parto. La cirugía se realiza unos días después del parto para permitir que el útero haya regresado a su tamaño normal.

Quimioterapia: su utilización dependerá del estadio y tamaño del tumor, sin embargo, el médico siempre debe discutir contigo los riesgos y beneficios a los que se exponen tú y tu bebé ya que se considera que la administración de medicamentos anti cancerígenos durante el primer trimestre del embarazo puede ser causa de defectos al nacimiento o de abortos.

La quimioterapia durante el segundo y trimestre del embarazo se considera sin riesgos para el embarazo aunque se ha observado que existe la posibilidad de que el bebé tenga retardo en el crecimiento o prematuridad.

Radioterapia: La radioterapia puede ser utilizada como complemento en el tratamiento del cáncer de colon pero no durante el embarazo por el daño potencial que puede causarle al bebé. Al término del embarazo el médico puede considerar este tipo de terapia pero siempre tendrá que hablar contigo ya que puede causar infertilidad.

Pronóstico

El pronóstico depende del estadio y ubicación del tumor.

Conclusión

 El cáncer colorrectal es un padecimiento raro en el embarazo y debido a que los síntomas pueden confundirse con los signos y síntomas propios del embarazo, el diagnóstico es un desafío médico.

Los principios para el tratamiento durante el embarazo no difieren de los que se usan en la población en general pero es importante considerar la salud y condición del bebé.

 Documento elaborado con la colaboración y supervisión del médico cirujano especialista en oncología Dr. Eduardo Maafs Molina.

 Referencias

Embarazo Molar
Complicaciones, Embarazo, Otras

Embarazo Molar

Definición

En un embarazo molar, la placenta crece de forma anormal durante los primeros meses y se convierte en una masa de quistes (llamada mola hidatidiforme). El bebé (embrión) no se forma en absoluto o se forma mal y no puede sobrevivir. Aproximadamente 1 de cada 1.000 embarazos es molar. Las mujeres de más de 40 años o que han tenido dos o más abortos espontáneos tienen un riesgo mayor de tener un embarazo molar.

 

Causas

La causa de este trastorno en el desarrollo no se ha comprendido completamente, pero existen algunas causas potenciales como defectos en el óvulo, anomalías dentro del útero o deficiencias nutricionales. Las mujeres menores de 20 años y mayores de 40 tienen un riesgo mayor. Entre otros factores de riesgo se pueden mencionar las dietas bajas en proteína, ácido fólico y caroteno.

Diagnóstico

Los embarazos molares se diagnostican mediante ultrasonido. El tejido molar debe extirparse del útero y debe realizarse un seguimiento de la mujer para asegurarse de que no queden restos de tejido. Esto es importante ya que el tejido molar puede convertirse encoriocarcinoma, una forma poco común de cáncer. Afortunadamente, este cáncer es fácil de detectar y tiene un alto índice de curación. El doctor también medirá los niveles de hCG (gonadotropina coriónica- una hormona del embarazo) en sangre, que a menudo son más elevados en el caso de un embarazo molar completo, y más bajos cuando se trata de un embarazo molar parcial.

Tipos de Embarazo Molar

En realidad, existen dos tipos de embarazo molar:

  • Completo: En el caso de embarazos molares completos, no hay embrión alguno ni tampoco tejido normal de placenta parcial.
  • Parcial: En los embarazos molares parciales puede haber una porción de placenta normal y el embrión además del tejido quistico característico.

Ambos tipos de embarazo molar son el resultado de un óvulo fertilizado de manera anormal. En un embarazo molar completo, todos los cromosomas del óvulo fertilizado (las estructuras que acarrean nuestros genes) provienen del padre. Lo normal es que la mitad de los cromosomas provengan del padre y la otra mitad de la madre. Poco tiempo después de la fertilización, los cromosomas del óvulo de la madre se pierden o desactivan y los del padre se duplican.

En la mayoría de los casos de embarazo molar parcial, los 23 cromosomas de la madre están presentes, pero existen dos grupos de cromosomas del padre (por lo que el embrión tiene 69 cromosomas en lugar de los 46 normales). Una de las maneras en que esto sucede es cuando un óvulo es fecundado por dos espermatozoides.

El embarazo molar supone un riesgo para la mujer embarazada cuando la masa penetra profundamente en la pared uterina, lo que puede provocar una hemorragia importante. Ocasionalmente, la masa puede convertirse en un coriocarcinoma, una forma de cáncer poco frecuente que se relaciona con el embarazo.

 

Signos y Síntomas

Un embarazo molar puede iniciarse de igual manera que un embarazo normal. Luego, alrededor de la semana 10 de embarazo, aparece:

  • Un sangrado vaginal, generalmente de color marrón oscuro.
  • Fuertes náuseas y vómitos,
  • Dolores abdominales (debido a un útero demasiado grande debido a la creciente cantidad de quistes) y
  • Alta presión sanguínea.

Si tienes uno o varios de los síntomas antes mencionados, es urgente que visites a tu médico.

 

Diagnóstico

El diagnóstico se hace por ecosonograma donde se puede ver una imagen característica llamada en base a su forma como copos de nieves. Y por la dosificación en sangre de la gonadotropina corionica, una hormona que se produce en el embarazo y en casos de mola puede llegar hasta triplicarse sus valores.

 

Tratamiento

Un embarazo molar es una experiencia muy aterradora. No sólo pierde la mujer su embarazo, sino que corre un ligero riesgo de desarrollar cáncer. Para proteger a la mujer, debe extraerse todo el tejido molar del útero. Por lo general, esto se realiza mediante un procedimiento llamado curetaje de succión, bajo anestesia total. Ocasionalmente, cuando la masa de quistes es grande y la mujer ha decidido que no desea tener más embarazos, puede practicarse una histerectomía.

Después de realizar el procedimiento, el doctor medirá nuevamente el nivel de hCG. Si ha disminuido a cero, por lo general ya no necesita recibir más tratamiento. Sin embargo, el doctor continuará monitoreando los niveles de hCG de la mujer durante un año para asegurarse de que no ha quedado tejido molar en su cuerpo. Una mujer que ha tenido un embarazo molar no debe quedar embarazada durante un año, porque dificultaría el monitoreo de los niveles de hCG.

Pronóstico

Más del 80% de las molas hidatidiformes son benignas y los resultados después del tratamiento son por lo general excelentes. Se recomienda hacer controles exhaustivos y adoptar métodos anticonceptivos altamente eficientes para evitar embarazos durante por lo menos 6 a 12 meses.

Del 10 al 15% de las molas hidatidiformes se pueden convertir en molas invasivas las cuales pueden llegar a penetrar hasta un nivel tan profundo de la pared uterina que provocan hemorragias u otro tipo de complicaciones.

Del 2 al 3% de las molas hidatidiformes pueden convertirse en coriocarcinoma, una forma de cáncer maligno, metastásico (diseminado) y de rápido desarrollo. A pesar de todos estos factores que normalmente indican un mal pronóstico, la tasa de curación después del tratamiento con quimioterapia es alta.

Más del 90% de las mujeres con cáncer maligno no diseminado sobreviven y pueden conservar sus capacidades reproductivas. En aquellas personas con cáncer metastásico, la remisión se mantiene del 75 al 85%, aunque la capacidad de tener niños generalmente se pierde.

 

Prevención

Se puede disminuir el riesgo con una nutrición adecuada.

 

¿Cuáles son las probabilidades de tener embarazos en el futuro después de tener un embarazo molar?

Cuando una mujer ha tenido un embarazo molar, sus probabilidades de quedar nuevamente embarazada son buenas. El riesgo de que se produzca un nuevo embarazo molar en el futuro es sólo de entre uno y dos por ciento. Tanto los embarazos ectópicos como los molares constituyen emergencias médicas.

Llame a su médico de inmediato si tiene algún síntoma de embarazo molar:

  • Sangrado vaginal una semana o más después de la primera falta menstrual, por lo general de color marrón oscuro
  • Nauseas y vómitos severos.
  • Dolores abdominales.
  • Alta presión arterial.

Después de un embarazo molar, asegúrese de tomar el tiempo necesario para recuperarse físicamente y para aceptar la pérdida de su embarazo.