Los procesos oncológicos que con más frecuencia se asocian al embarazo son el cáncer de mama y el cáncer invasor de cuello uterino, representando cada uno el 25% del total de cánceres y embarazo. El 3% de estos cánceres ocurren durante la gestación complicando 1 de cada 3000 embarazos.

El cáncer de seno se considera “asociado” al embarazo si es diagnosticado durante el embarazo o hasta un año posterior al parto.

¿Qué es el cáncer?

El cuerpo está compuesto por millones de millones de células vivas. Las células normales del cuerpo crecen, se dividen formando nuevas células y mueren de manera ordenada. Durante los primeros años de vida de una persona, las células normales se dividen más rápidamente para facilitar el crecimiento. Una vez que se llega a la edad adulta, la mayoría de las células sólo se dividen para remplazar las células desgastadas o las que están muriendo y para reparar lesiones.

El cáncer se origina cuando las células en alguna parte del cuerpo comienzan a crecer de manera descontrolada. Existen muchos tipos de cáncer, pero todos comienzan debido al crecimiento sin control de células anormales.

En la mayoría de los casos, las células cancerosas forman un tumor. Las células cancerosas a menudo se trasladan a otras partes del organismo donde comienzan a crecer y a formar nuevos tumores que remplazan al tejido normal. A este proceso se le conoce como metástasis. Ocurre cuando las células cancerosas entran al torrente sanguíneo o a los vasos linfáticos de nuestro organismo.

Los diferentes tipos de cáncer se pueden comportar de manera muy distinta. Por esta razón, las personas con cáncer necesitan un tratamiento que sea específico para el tipo particular de cáncer que les afecta

¿Qué es el cáncer de seno?

El cáncer de seno (mama) es una afección por la cual se forman y proliferan células malignas (cancerosas) en los tejidos de la mama.

Existen dos tipos principales:

  • El carcinoma ductal que comienza en los conductos que llevan leche desde la mama hasta el pezón. La mayoría de los cánceres de mama son de este tipo.
  • El carcinoma lobulillar comienza en partes de las mamas, llamadas lobulillos, que producen leche.

El cáncer de mama puede ser, o no, invasivo. Esto significa que se ha propagado desde el conducto galactóforo o lobulillo a otros tejidos en la mama. No invasivo significa que aún no ha invadido otro tejido mamario. El cáncer de mama no invasivo se denomina in situ.

  • El carcinoma ductal in situ (CDIS), o carcinoma intraductal, es un cáncer de mama en el revestimiento de los conductos galactóforos que todavía no ha invadido tejidos cercanos. Sin tratamiento, puede progresar a cáncer invasivo.
  • El carcinoma lobulillar in situ (CLIS) es un marcador del aumento del riesgo de cáncer invasivo en la misma o ambas mamas.

La asociación de cáncer de mama y embarazo se define como la aparición de un tumor maligno mamario en la gestación o durante el primer año posparto.

¿Qué es el seno o mama?

La mama es una glándula que está compuesta de lóbulos y conductos. Cada mama tiene entre 15 y 20 secciones llamadas lóbulos, que tienen secciones más pequeñas llamadas lobulillos. Los lóbulos y los lobulillos están conectados por tubos delgados llamados conductos.

Cada mama contiene también vasos sanguíneos y vasos linfáticos. Los vasos linfáticos transportan un líquido prácticamente incoloro llamado linfa. Los vasos linfáticos conducen a órganos pequeños en forma de frijol llamados ganglios linfáticos que ayudan al cuerpo a defenderse contra infecciones y enfermedades. Los ganglios linfáticos se encuentran en todo el cuerpo. Grupos de ganglios linfáticos se encuentran cerca de la mama en la axila (bajo el brazo), sobre la clavícula (hueso que va del centro del tórax al hombro) y en el tórax, por detrás del esternón.

Causas

Se desconoce el por qué una mujer puede desarrollar cáncer de seno, pero se piensa que puede ser por una combinación de factores genéticos (herencia), del medio ambiente y del estilo de vida de la mujer.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo que no se pueden cambiar abarcan:

  • Edad y sexo: El riesgo de padecer cáncer de mama aumenta a medida que la mujer envejece. La mayoría de los casos de cáncer de mama avanzado se encuentra en mujeres de más de 50 años.
  • Antecedentes familiares de cáncer de mama: existe un riesgo más alto de padecer cáncer de mama si tienes un familiar cercano que haya padecido este tipo de cáncer, al igual que cáncer uterino, ovárico o de colon.
  • Genes: Algunas personas tienen mutaciones genéticas (cambios en los genes) que las hacen más propensas a enfermarse de cáncer de mama.
  • Ciclo menstrual: Las mujeres que inician tempranamente sus períodos menstruales (antes de los 12 años) o llegan a la menopausia tarde (después de los 55) tienen un riesgo mayor de cáncer de mama.

Otros factores de riesgo abarcan:

  • Consumo de alcohol: El consumo de más de 1 o 2 vasos de alcohol al día puede incrementar el riesgo de cáncer de mama.
  • Parto: Las mujeres que nunca han tenido hijos o que los tuvieron recién después de los 30 años tienen un mayor riesgo de presentar cáncer de mama.
  • DES: Las mujeres que tomaron dietilestilbestrol (DES) para evitar abortos pueden tener un mayor riesgo de sufrir cáncer de mama después de los 40 años.
  • Hormonoterapia: Existe un mayor riesgo de cáncer de mama si ha recibido hormonoterapia con estrógenos durante algunos años o más.
  • Obesidad: Ha estado asociada con el cáncer de mama, aunque este vínculo no se ha comprendido por completo.
  • Radiación: Si recibiste radioterapia cuando eras niña o adulta joven para tratar un cáncer del área del tórax, tienes un riesgo muy alto de padecer cáncer de mama.

Los implantes mamarios, el uso de antitranspirantes y el uso de sostenes con varillas no aumentan el riesgo de cáncer de mama. Tampoco existe ninguna prueba de un vínculo directo entre el cáncer de mama y los pesticidas.

El embarazo como factor de riesgo

El cáncer de seno es muy poco común durante el embarazo, pero cada vez más son las mujeres que deciden tener sus hijos a una mayor edad, y con ello, el riesgo de cáncer aumenta a medida que la edad de la mujer aumenta. Es por esto que los médicos esperan que en el futuro haya más casos de cáncer de seno durante el embarazo.

El cáncer de seno se diagnostica en aproximadamente 1 de cada 3,000 mujeres embarazadas. Y el cáncer de seno es el tipo de cáncer que con más frecuencia se da durante el embarazo, la lactancia o dentro del primer año tras el nacimiento del bebé.

Puede que hayas escuchado que se le refiera como cáncer de seno gestacional o cáncer de seno asociado a embarazo.

En algunas ocasiones se detecta (encuentra) cáncer de seno (mama) en mujeres embarazadas o que acaban de dar a luz. En estas mujeres, el cáncer de seno se presenta con mayor frecuencia entre los 32 y los 38 años de edad.

Existen algunos factores de riesgo que SÍ están asociados al cáncer de mama:

  • La edad: el riesgo aumenta con la edad
  • La dieta: el sobrepeso y el abuso en el consumo de alcohol pueden aumentar el riesgo
  • La historia familiar: una mujer con un pariente en primer grado con cáncer de seno, incrementa su riesgo dos o tres veces.
  • El sexo: las mujeres tienen un riesgo mayor que los hombres.
  • Las hormonas: Mientras más expuestas al estrógeno, mayor es su riesgo (empiezan a menstruar antes de los 11 años, tienen ciclos menstruales más cortos o más largos de los 26 a 29 días, tienen su primer hijo después de los 30 años o terminan de menstruar después de los 55 años.
  • Estilo de vida: la falta de ejercicio aumenta el riesgo.
  • Historia médica: la mujer que ya tuvo cáncer de seno, tiene más riesgo de desarrollar cáncer en la otra glándula mamaria.
  • El uso de anticonceptivos o de tratamiento hormonal de reemplazo.
  • Empieza a existir evidencia de que el cigarro puede estar contribuyendo al incremento de esta enfermedad.

El embarazo afecta el riesgo de cáncer de seno posteriormente en la vida: El embarazo ocasiona muchos cambios hormonas en el cuerpo. Por una parte, el embarazo detiene los ciclos menstruales de cada mes y cambia el equilibrio hormonal hacia la progesterona en vez del estrógeno. Debido a esto, puede que las mujeres que tengan varios embarazos durante su juventud presenten un riesgo ligeramente menor de cáncer de seno posteriormente, pues quedan expuestas a menos estrógeno. Por otro lado, las mujeres que no han tenido hijos o que tuvieron su primer embarazo después de los 30 años tienen un riesgo de cáncer del seno ligeramente mayor.

La lactancia afecta el riesgo de cáncer de seno: Algunos estudios sugieren que la lactancia puede reducir ligeramente el riesgo de padecer cáncer de seno. Esto es más probable cuando una mujer amamanta de 1½ a 2 años. Pero esto ha sido algo muy difícil de estudiar, especialmente en lugares como los Estados Unidos, donde la lactancia por un periodo tan prolongado como éste no es común.

Una manera de explicar este posible efecto puede ser que la lactancia reduce el número total de ciclos menstruales en la vida de una mujer. Esto es muy similar a comenzar los periodos menstruales a una edad mayor o experimentar la menopausia temprano.

El factor de riesgo más importante es, ser mujer

Síntomas

El cáncer de mama precoz generalmente no causa síntomas; razón por la cual los exámenes regulares de las mamas son importantes. La forma más común de detectar este padecimiento es cuando tú misma observas cambios físicos en el aspecto de los pechos.

Si notas una bolita –que generalmente es indolora- o cualquier cosa que creas que no es normal en tus pechos, acude de inmediato a tu médico.

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Diagnóstico durante el embarazo

Aún cuando es muy importante que el tumor sea detectado en las primeras etapas, en el caso de una mujer embarazada puede tardar en detectarse tres veces más que en una mujer no embarazada, esto implica un retraso en el diagnóstico de 3 a 6 meses, con lo que se aumenta el riesgo de diseminación del tumor a los ganglios linfáticos en un 5-10%.

Este retraso se debe a que toda mujer embarazada sufre cambios fisiológicos importantes en sus pechos:

La influencia del estrógeno y la progesterona causan un aumento en el flujo de sangre y en la grasa lo que da como resultado un aumento en el tamaño de las glándulas que producirán la leche.

Al prepararse para la lactancia, los senos pueden hasta duplicar su tamaño y peso, hacerse más sensibles y presentar protuberancias. El tejido mamario se hace más denso y puede ocultar el cáncer en etapa inicial.

Además, los cambios iniciales causados por el cáncer podrían confundirse fácilmente por los cambios naturales que se dan con el embarazo. Los diagnósticos demorados continúan siendo el mayor problema con el cáncer de seno durante el embarazo.

  • la irritación de los conductos del seno por el crecimiento durante el embarazo, en algunas ocasiones produce salida de sangre la cual, generalmente, es una situación benigna.

Es por todo esto que el médico generalmente aduce los cambios al embarazo demorándose el diagnóstico de cáncer de mama el cual se detecta finalmente cuando ya está en un estadio más avanzado y el cáncer se ha diseminado a los ganglios.

Si encuentras una masa o nota cualquier cambio en tus senos, debes tomarlo en serio. Si tu médico no considera necesario hacerte estudios, tal como un mamograma, pregunta acerca de otras clases de estudios por imágenes y busca una segunda opinión. Cualquier cambio sospechoso del seno debe ser sometido a biopsia antes de asumir que son una respuesta normal al embarazo.

Incluso durante el embarazo, la detección temprana es un aspecto importante para la salud mamaria.

Diagnóstico

Es importante que tu ginecólogo haga una revisión completa de las mamas al principio del embarazo, antes de que se inicien los cambios fisiológicos mencionados. Durante la gestación se deben realizar revisiones periódicas y si el médico detecta cualquier alteración en la exploración física de la mama, de inmediato te pedirá que te realices las pruebas diagnósticas necesarias sin retrasarlas hasta después del parto.

La evaluación y tratamiento del cáncer de mama debe ser realizada por un equipo multidisciplinario de médicos especialistas, coordinados por el ginecólogo, que colaboren cercanamente para lograr los mejores resultados posibles.

En el caso de que se detecte una alteración en la mama, seguramente el ginecólogo te pedirá que te realices alguna de estas pruebas o todas ellas:

  • Ecografía o ultrasonido de la glándula mamaria: Se realiza con un aparato denominado ecógrafo. Es útil para valorar si el nódulo que se palpa es un quiste o una masa sólida que requiere realizar más estudios.
    • Es una prueba muy empleada durante el embarazo, ya que no emite radiación y permite el estudio de una mama densa, típica del embarazo. Esta técnica no discrimina entre lesiones benignas y malignas de manera completamente concluyente.
  • Mamografía o mastografía: Es una radiografía especial de la mama, que se realiza con un mamógrafo. La mastografía supone un riesgo mínimo de exposición a radiación para el feto, siempre que se emplee la protección  adecuada. El riesgo disminuye también dependiendo del trimestre del embarazo en que te encuentres (en el tercer trimestre prácticamente no existe riesgo).
    • Sin embargo en el embarazo, la mastografía no se debe realizar como prueba de rutina. Está indicada cuando es necesario evaluar nódulos palpables y para localizar carcinomas ocultos ante la presencia de otros hallazgos clínicos que hagan sospechar un tumor.
  • Biopsia: El diagnóstico definitivo de la lesión se puede realizar de manera segura con una punción aspiración de aguja fina (PAAF) o con una biopsia de la zona. En el primer caso se obtienen células por aspiración con una aguja fina, que posteriormente son estudiadas al microscopio. En el segundo, bajo anestesia local o general se obtiene una muestra de tejido del nódulo o de la zona sospechosa. En esto no se realizan diferencias respecto a la mujer no embarazada.
  • Resonancia Nuclear Magnética de la mama: Al ser una técnica que no emplea radiaciones ionizantes, es segura para el feto y puede ser utilizada durante la lactancia; la eficacia para un diagnóstico fiable es alta.

El examen de las mamas debe formar parte de la atención prenatal y postnatal.

A fin de detectar el cáncer de seno (mama), las mujeres embarazadas y lactantes deben aprender a examinar ellas mismas sus mamas y tu médico seguramente te pedirá que te hagas algunos estudios de laboratorio y de imagen como parte de tu visita prenatal y postnatal de rutina.

Estadios del cáncer de seno

Cuando el médico ha confirmado el diagnóstico de cáncer de seno, es importante entonces determinar el tipo de tumor y el estadio del cáncer para saber si hay diseminación de las células cancerosas dentro de la mama o a otras partes del cuerpo.

El proceso utilizado para determinar si el cáncer se ha propagado dentro de la mama o a otras partes del cuerpo se llama estadificación. Es importante hacerlo para que el médico pueda planificar el tratamiento. Según el sistema TNM (tumor, nódulos, metástasis), se consideran los siguientes estadios en el cáncer de mama:

  • Estadio 0: cáncer “in situ”, es una lesión precancerosa o precursora de cáncer, describe el más temprano de los cánceres de mama. En este estadio no existe riesgo de diseminación, pero si no se trata, muchas de estas mujeres desarrollarán un cáncer invasor.
  • Estadio I: El cáncer ya es invasor (ya tiene la capacidad de diseminarse), pero está confinado en la glándula o mama y mide menos de 2 cm de diámetro.
  • Estadio II: El tumor mide entre 2 y 5 cm y puede haber afectado ganglios linfáticos.
  • El estadio III: ocurre cuando el tumor mide más de 5 cm, puede llegar a afectar músculos y la piel de la glándula y casi siempre a múltiples ganglios linfáticos.
  • El estadio IV: es la etapa más avanzada e implica que la enfermedad se ha diseminado a otros órganos: hueso, hígado, pulmón, cerebro, etc.

El cáncer recurrente es aquel que reaparece a pesar de los tratamientos aplicados a una persona. La recurrencia puede aparecer unos cuantos meses o muchos años después del tratamiento inicial.

Los métodos empleados para determinar el estadio del cáncer de seno (mama) pueden modificarse para hacerlos más seguros para el feto.

Los métodos estándar para las imágenes por resonancia magnética pueden adaptarse para exponer al bebé a menos radiación. Las pruebas para medir la concentración hormonal en la sangre también pueden utilizarse en el proceso de clasificación en estadios.

Tratamiento

Una vez que se ha confirmado el diagnóstico, el ginecólogo y el equipo multidisciplinario de médicos especialistas deberán evaluar los tipos de tratamiento  disponibles para cada caso en particular.

Existen diferentes tipos de tratamiento para el cáncer de mama. Las opciones terapéuticas para las mujeres embarazadas dependen de varios factores:

  • El estadio del cáncer (si está localizado en la mama solamente o si se ha diseminado a otras partes del cuerpo).
  • El tamaño del tumor.
  • El tipo de cáncer de mama.
  • La edad del feto.
  • Si se presentan síntomas.
  • La salud general de la embarazada y su opinión y preferencia.

El tratamiento no debe de posponerse por el embarazo.

Se utilizan varios tipos de tratamiento:

Cirugía: Es el primer tratamiento que se realiza en la mayoría de las mujeres con cáncer de mama durante el embarazo. La cirugía consiste en extirpar el tumor y una zona, más o menos amplia, de tejido mamario sano y la extracción de los ganglios linfáticos de la axila.

Generalmente el médico revisará también, antes de la cirugía, los ganglios que se encuentran en la axila ya que es importante saber si están afectados para decidir si son necesarios más tratamientos y cuáles. Los ganglios se pueden observar con ultrasonido y, si se detecta alguna anormalidad, el médico hará una biopsia.

Cualquier tipo de cirugía que te hagan involucra anestesia general la cual se considera como segura durante el embarazo, pero puede incrementarse el riesgo de aborto, especialmente al principio del embarazo. Después de la cirugía no hay ningún problema en permitir que el embarazo continúe.

Radioterapia: La radioterapia es el empleo de radiaciones ionizantes para el tratamiento, exclusivamente local o loco-regional (cuando se incluyen los ganglios cercanos) del tumor. Es decir, trata el cáncer en su lugar de origen.

La radioterapia no debe ser administrada a mujeres embarazadas con cáncer de seno (mama) en estadio temprano (estadio I o II) porque puede dañar al feto.

En mujeres con cáncer de seno (mama) en estadio tardío (estadio III o IV), no debe administrarse radioterapia durante los tres primeros meses del embarazo.

Quimioterapia: La quimioterapia es un tratamiento del cáncer que utiliza medicamentos para interrumpir el crecimiento de células cancerosas, ya sea mediante la eliminación de estas o evitando la división de las células. La forma de administración de la quimioterapia depende del tipo y del estadio del cáncer tratado.

Habitualmente, el médico prefiere no utilizar este tipo de tratamiento durante los primeros tres meses del embarazo ya que puede producir malformaciones severas o la muerte del feto. La quimioterapia administrada después de este periodo generalmente no hace daño al bebé, pero puede estar relacionada con parto prematuro y bajo peso al nacer.
Si el diagnóstico se elabora poco antes o después del parto, el médico te pedirá que no amamantes al bebé o interrumpir la lactancia porque muchos de los  medicamentos contra el cáncer pueden presentarse en concentraciones altas en la leche materna y perjudicar al bebé.

Tratamiento hormonal: La terapia hormonal es un tratamiento que bloquea la producción o la acción de las hormonas, capaz de detener el crecimiento de determinados cánceres. Las hormonas son sustancias químicas producidas por las glándulas (ovarios, tiroides, etc.) del cuerpo, que circulan por el torrente sanguíneo y tienen una función determinada a nivel de distintos órganos.
En determinados cánceres de mama la presencia de hormonas sexuales femeninas (estrógenos) favorece el crecimiento del tumor. Si el análisis del tejido tumor revela que las células cancerosas poseen zonas  donde se unen las hormonas (receptores), se pueden emplear tratamientos hormonales, cirugía o radioterapia en los ovarios para reducir la producción de estrógenos o impedirles que ejerzan su función.

El cáncer de seno (mama) no parece dañar al feto y las  células cancerosas de la mama no parecen transmitirse de la madre al feto.
Se sabe que el aborto no mejora el pronóstico de cáncer de mama, por lo que no se recomienda salvo en situaciones muy particulares. Muchas mujeres embarazadas pueden someterse a tratamientos efectivos contra el cáncer de mama y dar a luz bebés saludables.

Tratamiento en el segundo trimestre del embarazo: no existe ningún riesgo en dar el tratamiento y los médicos consideran que es mejor iniciarlo que esperar hasta después del parto. Una espera de algunas semanas puede cambiar el resultado.
Las mujeres que tienen cáncer en estadio III y IV tienen un pronóstico pobre y esto dificulta el plan de tratamiento el cual siempre debe ser elaborado tomando en cuenta la decisión y voluntad de la embarazada.

Cuidado del feto durante el embarazo: El ginecólogo y el oncólogo harán un seguimiento cercano del embarazo para evaluar la tolerancia del bebé al tratamiento. En el plan de tratamiento tomarán en cuenta el tiempo de embarazo y la fecha de parto y te harán un ultrasonido después de cada ciclo de quimioterapia para verificar el crecimiento fetal.
Si es necesario, podrían programar una fecha adelantada para el parto siempre verificando antes la maduración de los pulmones. Es preferible que el parto sea por vía vaginal para no detener el tratamiento después del parto.
Los efectos que se han reportado de los medicamentos anticancerígenos en los bebés, son: anemia, alopecia (caída del pelo del bebé), y neutropenia (disminución de las células llamadas “granulocitos” de la sangre). Todos estos son reversibles y si se terminan las quimioterapias tres o cuatro semanas antes del parto, esto puede minimizarse.
Es importante que al nacer el bebé, se le hagan análisis de sangre y que se le dé un especial cuidado para evitar infecciones o complicaciones por hemorragias, sobre todo si es un parto prematuro que sucede antes de tres semanas del último tratamiento de quimioterapia.

¿Es posible tener un hijo después de un cáncer de mama?

Los datos científicos que se tienen hasta la actualidad son limitados, aunque se ha observado que el embarazo no parece afectar negativamente el pronóstico  en mujeres con cáncer de mama previo. Si una mujer que ha padecido cáncer de mama desea tener un hijo, es importante que lo consulte con su oncólogo, para que valore de forma individual su caso.

¿Cuánto debo esperar para embarazarme después del tratamiento de cáncer de seno?

Algunos médicos recomiendan que una mujer deba esperar dos años después del tratamiento del cáncer de seno (mama) antes de intentar tener un bebé, de manera que pueda detectarse si hay alguna reincidencia temprana del cáncer. Esto puede repercutir en la decisión de una mujer sobre un embarazo.
Se sabe muy poco acerca del embarazo después de un trasplante de médula y alta dosis de quimioterapia con o sin radiación total.
En un reporte que se hizo de embarazos posteriores a trasplante de médula por problemas hematológicos, se notó la incidencia de un 25% de parto pre término y bajo peso al nacer (Sanders JE, Hawley J, Levy W, et al).

Pronóstico

Ciertos factores repercuten en el pronóstico (posibilidad de recuperación):

  • El estadio del cáncer (si está localizado solamente en la mama o se ha propagado a otras partes del cuerpo).
  • El tamaño del tumor.
  • El tipo de cáncer de seno (mama).
  • La edad del feto.
  • Si se presentan síntomas.
  • La salud de la embarazada.
  • El momento en el que se inicia el tratamiento.

Documento elaborado con la colaboración y supervisión del médico cirujano especialista en oncología Dr. Eduardo Maafs Molina.

Referencias

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