Complicaciones, Durante, Embarazo

Sangrado vaginal del tercer trimestre del embarazo

El sangrado puede ser leve o extremadamente abundante y puede ir acompañado o no, de dolor. Las hemorragias (otro nombre común del sangrado), son la causa más común de muerte en las embarazadas. En esta etapa las causas son muy similares a las del segundo trimestre. A ellas, pueden agregarse las siguientes:

  • Parto prematuro,aparición con sangrado.
  • Ruptura uterina: Es la ruptura anormal del útero que hace que el bebé “salga” hacia el abdomen. En las mujeres que tuvieron una cesárea, un desgarro en la cicatriz del útero puede causar sangrado. Esa abertura es una complicación muy peligrosa tanto para el bebé como para la madre. La embarazada sentirá dolor intenso y molestias en el abdomen.
    • La ruptura puede ocurrir cercana al parto o en el momento del parto.
  • Señal de parto normal:El “indicio de sangre” es normal al final del embarazo. Si tienes un flujo espeso color rosa o con un poco de sangre 1 ó 2 semanas antes de la fecha prevista de parto, es probable que el cuerpo esté dando el primer paso en preparación para el parto.
    • Expulsión del tapón mucoso. Un tapón mucoso encargado de cubrir la apertura del útero durante todo el embarazo, se desprenderá justo en el momento previo al trabajo de parto o cuando comience el mismo y una pequeña cantidad de moco y sangre pasará a través del cuello uterino. A esto se le conoce como “perdida del tapón mucoso”. No es algo de preocupación, es totalmente natural.
    • Dilatación del cuello uterino. La dilatación del cuello uterino durante el trabajo de parto que siempre está asociada a contracciones uterinas puede producir hemorragia vaginal.

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REFERENCIAS

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Causas comunes de sangrado en el segundo trimestre del embarazo

Cualquier sangrado que se presenta durante el segundo o tercer trimestre del embarazo (los últimos seis meses) involucra problemas que son diferentes del sangrado en el primer trimestre. Cualquier sangrado en este periodo, se considera anormal. El sangrado que se presenta a la mitad o al final del embarazo puede ser causado por:

  • Traumatismos en el cuello del útero:En este período, la mayoría de las veces el sangrado se debe a una infección, inflamación o a un traumatismo provocado en el cuello uterino, que está muy congestivo debido a su mayor irrigación sanguínea y muchas veces inflamado por la presencia de gérmenes vaginales. En especial después de una relación sexual puede aparecer una pequeña hemorragia que desaparece espontáneamente. Por la misma razón, después de un examen ginecológico, puede haber escasa hemorragia genital.
    • En algunas mujeres, el sangrado leve es una señal de insuficiencia cervical, también conocida como “cuello uterino incompetente” en cuyo caso, se abre inesperadamente; esto puede dar como resultado un parto prematuro.
  • Placenta previa o de inserción baja:la placenta es la estructura que conecta al bebé con la pared del útero; cuando la placenta se ha implantado muy abajo ocluyendo parcial o totalmente el cuello del útero, el síntoma más común es el sangrado vaginal. Por lo general tiene la característica de repetirse en el transcurso del embarazo.

el sangrado vaginal en el segundo trimestre puede indicar la localización anormal de la placenta

  • Desprendimiento de la placenta o Abruptio placentae: Es una grave complicación del embarazo y puede ser fatal para el bebé. Se caracteriza por fuertes dolores abdominales acompañado de hemorragia vaginal oscura en cantidad variada. Se debe a que un sector de la placenta se desprende de su sitio de inserción normal en el útero. La cantidad de sangre depende de cuánta placenta se ha desprendido (puede ser total o parcial).
    • Se asocia frecuentemente a presión alta antes o generada por el embarazo, trauma, uso de cocaína, uso de tabaco.
  • Parto pretérmino o prematuro: parto que se presenta entre las semanas 20 y 37 de embarazo. El inicio de trabajo de parto prematuro también puede desencadenarse con un episodio de hemorragia genital, a veces es necesario internación hospitalaria para revertir el proceso. El sangrado viene acompañado casi siempre de contracciones.

Los sangrados en la 2ª mitad del embarazo pueden ser graves para la madre e incluso ocasionar la muerte del bebé por lo que se debe avisar de inmediato al médico y acudir al servicio de emergencia.

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Cuidados en el hogar

Si empiezas a sangrar al principio del embarazo, mientras que el médico te revisa  y te da sus instrucciones, es importante que te relajes y disminuyas tus actividades. No cargues cosas pesadas ni hagas ejercicio, abstente de las relaciones sexuales, no uses tampones y bebe muchos líquidos para prevenir la deshidratación. Recuerda de llevar la cuenta de las toallas sanitarias que has usado y de observar tu sangrado.

Es probable que el sangrado a comienzos del embarazo simplemente necesite reposo en cama para estabilizar el embarazo. El reposo puede ser completo o puedes levantarte para ir al baño, caminar por la casa o realizar labores ligeras.

  • Una vez controlado el sangrado, puede que necesites disminuir la actividad o estar en reposo en casa por el resto del embarazo o hasta que el sangrado se detenga.

No hay un tratamiento casero para el sangrado al final del embarazo. Es importante que veas de inmediato al médico o que te traslades a un centro hospitalario.

Generalmente no se necesitan medicamentos. No tomes ningún medicamento sin que te lo hayan recetado. Siempre pregunta a tu médico qué puedes esperar.

PREVENCIÓN:

El cuidado prenatal ayudará a descubrir los posibles riesgos que podría haber en el embarazo.

  • Sigue una estricta rutina de control médico durante todo el embarazo.
  • Evita golpes directos al abdomen
  • Toma una dieta balanceada, rica en folatos (ver la información sobre acido fólico), puede prevenir abortos causados por problemas genéticos.
  • Evita el cigarro desde antes de embarazarte, las drogas y cualquier tipo de trauma, de esta forma puedes prevenir el desprendimiento de placenta.
  • Practicar sexo seguro puede ayudar a prevenir las enfermedades de transmisión sexual, estas son una causa común de embarazo ectópico.
  • Cuando viajes en automóvil usa siempre el cinturón de seguridad pero evita ponerlo de manera que oprima tu abdomen.
  • Si padeces alguna enfermedad crónica, acude al médico para controlarla antes de que te embaraces

PREGUNTAS FRECUENTES

P: Estoy manchando sólo un poquito, ni siquiera lo suficiente para cubrir la toallita protectora. ¿Debo alarmarme por esto?

R: No. Unas cuantas manchas de sangre son comunes en las mujeres embarazadas. Sin embargo, debes consultar al médico el mismo día que notes las manchas, a fin de hacerle saber lo que está sucediendo. En una próxima consulta médica pide que el médico te explique la diferencia entre manchado y sangrado (el manchado son gotas de sangre periódicas, y el sangrado es un flujo de sangre de leve a abundante).

P: Yo tuve manchas leves durante mi primer trimestre. El médico me dijo que no era nada para preocuparme. Ahora estoy en mi tercer trimestre y de nuevo estoy manchando. ¿Necesito consultar al médico esta vez?

R: Por supuesto que sí. Un sangrado que se presente en cualquier momento del tercer trimestre se considera un problema potencialmente grave. Condiciones tales como placenta previa no se desarrollan, por lo general, hasta el final del embarazo; por lo tanto, es preciso consultar al médico tan pronto se note el sangrado.

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Cuándo debo acudir al médico

Siempre consulta de inmediato con tu médico o acude a emergencias en un hospital cuando:

  • Presentas cualquier sangrado vaginal durante el embarazo. Trata esto como una emergencia potencial.
  • Tienes sangrado vaginal y presentas placenta previa (vete al hospital de inmediato).
  • Si el sangrado vaginal ha durado más de 24 horas y no has podido contactar a tu médico.
  • Si te desmayaste o tienes mareos.
  • Tienes cólicos o contracciones.
  • Dolor agudo en el abdomen.
  • Si estás sangrando y tienes fiebre o escalofríos.
  • Si estás expulsando un flujo con tejidos.

TRATAMIENTO

La hemorragia vaginal durante el embarazo, es siempre motivo de consulta urgente con el obstetra y si no es posible ubicarlo, es conveniente asistir rápidamente a un centro médico especializado en obstetricia.

Las opciones de tratamiento dependen del diagnóstico y de la certeza de ese diagnóstico.

No todos los sangrados vaginales requieren tratamiento.

  • En caso de aborto, acude de inmediato al centro hospitalario para que te confirmen el diagnóstico y te den el tratamiento adecuado para estos casos.
    • Podrías seguir sangrando durante 10 días posteriores al aborto, evita el uso de tampones al menos 1 mes después del aborto y espera cuando menos 4 ó 6 ciclos menstruales antes de volver a embarazarte.
  • Cuando el sangrado vaginal es causado por placenta previa, el médico te hospitalizará inmediatamente y si el sangrado persiste y el bebé ya es viable, seguramente adelantará la fecha del parto y hará una cesárea.
  • Si el sangrado es causado por un embarazo ectópico, será necesario una cirugía que extraiga el embrión mal implantado y que controle el sangrado interno para así evitar complicaciones que se podrían presentar como la peritonitis.
  • La infección vaginal o del cuello del útero se trata con antibióticos que sean seguros para el bebé en desarrollo.
  • Si el sangrado es fuerte, es posible que sea necesaria la hospitalización para que el médico te pueda observar más cercanamente y te administren medicamentos para el dolor.

Nota: Si tu sangre tiene factor Rh negativo, necesitarás ponerte una inyección de inmunoglobulina Rh si tienes hemorragia vaginal, a menos que tengas la seguridad de que la sangre del padre del bebé también es Rh negativo, o quede claro que la hemorragia no proviene del útero.
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Sintomas del sangrado

Como ya lo mencionamos, puedes presentar sangrado vaginal, con o sin cólicos, dolor de espalda o dolores de parto. El sangrado puede ir desde un manchado escaso, color marrón o café oscuro a abundante y con coágulos de color rojo brillante.

Además del sangrado podrás tener fatiga, una sed intensa, mareos o incluso desmayos. Puedes notar también que tu pulso se acelera cuando entras en actividad.

Al final del embarazo puedes tener este tipo de sangrado y síntomas en específico:

  • Placenta previa:cerca del 70% de las embarazadas tienen un sangrado vaginal de color rojo vivo; solamente el 20% presenta dolores abdominales y el 10% no presenta ningún síntoma.
  • Desprendimiento de la placenta:cerca del 80% tienen un sangrado oscuro con muchos coágulos, pero el 20% no tienen un sangrado vaginal. La mayoría tiene un útero muy sensible al tacto. En el 50% de los casos el bebé muestra aceleración o disminución de los latidos del corazón, disminución de los movimientos fetales como señal de que le esta faltando la llegada de nutrientes de la placenta. La mayoría de los desprendimientos ocurren antes de que se inicien los dolores del parto.
  • Ruptura uterina:los síntomas varían mucho. La forma clásica se describe con un dolor intenso abdominal, un sangrado vaginal que puede ir de ligero a profuso y la cabeza del bebé se sale del canal del parto.
  • Traumatismo al tracto genital inferior:este problema generalmente es causa de un sangrado vaginal ligero.

DIAGNÓSTICO

La evaluación médica se inicia con una historia clínica y examen físicos completos. Para detectar la causa el médico te hará preguntas muy específicas durante la visita. Trata de ser lo más precisa posible, debido a que diversos tipos de sangrado pueden indicar complicaciones diferentes, el médico dará el tratamiento de acuerdo con el diagnóstico.

Es importante que sepa:

  • Patrón de tiempo:si estás al principio del embarazo, es necesario que respondas acerca de las fechas exactas de tu embarazo.
    • ¿Has tenido sangrado otras veces durante este embarazo?
    • ¿Cuándo se inició el sangrado?
    • ¿El sangrado ha sido constante desde el comienzo del embarazo o es intermitente?
    • ¿Cuántas toallas sanitarias te has cambiado y en qué tiempo?
    • ¿Cuánto tiempo tienes de embarazo?
    • ¿Cuándo fue tu último período menstrual?
  • Calidad
    • ¿El sangrado es leve o abundante?
    • ¿Tiene olor la sangre?, ¿de qué color es?
    • ¿Tienes cólicos o dolor abdominal, debilidad o fatiga aumentada?
    • Si tienes dolor ¿cuál es la intensidad del dolor y su ubicación exacta?
    • ¿Disminuye el sangrado cuando descansas?, ¿empeora con la actividad?
    • ¿El embarazo es múltiple?
  • Factores agravantes
    • ¿Te lesionaste, por ejemplo, en una caída?
    • ¿Has tenido cambios en la actividad física?
    • ¿Has estado bajo estrés adicional?
    • ¿El sangrado se presentó durante o después de una relación sexual?
  • Factores atenuantes
    • ¿El sangrado se reduce o cesa con el reposo?
  • Otras
    • ¿Qué otros síntomas se presentan?
    • ¿Tienes fiebre?
    • ¿Tienes alguna enfermedad?
    • ¿Experimentas desmayos o mareos?
    • ¿Presentas náuseas, vómitos o diarrea?
    • ¿Hay cambios en la orina o en las evacuaciones?
    • ¿Has sentido los movimientos del bebé?
  • Información adicional importante
    • ¿Tienes colocado un DIU?
    • ¿Qué medicamentos estás tomando?
    • Si has tenido otros embarazos ¿Has tenido problemas: cesáreas previas, partos prematuros, placenta previa o desprendimiento de la placenta?
    • ¿Has tenido relaciones sexuales recientemente?

Cuando el sangrado se presenta al principio del embarazo, el médico tendrá que descartar un posible embarazo ectópico; cuando la hemorragia se presenta al final del embarazo, el médico se asegurará de estabilizarte para buscar el origen del sangrado.

Examen físico: lo primero que hará el médico es evaluar qué tanto te ha afectado el sangrado. Y esto lo hace tomando tus signos vitales: pulso y presión arterial y observando el color de tu piel (palidez). Medirá el tamaño de tu útero y detectará si hay dolor.

Estudios de laboratorio: Es probable que el médico considere oportuno llevar a cabo un examen pélvico y practicar algunos estudios de laboratorio:

  • Exámenes de sangre.Para medir el nivel de la hormona “gonadotropina coriónica” (hGC). Esta sustancia se produce durante el embarazo. Medirán también tu química sanguínea, para hacer la cuenta de tus glóbulos rojos y determinar cuánto te ha afectado la hemorragia. Buscarán también tu grupo sanguíneo y Rh para determinar si necesitas un tratamiento de sensibilización del Rh.
  • Examen general de orinapara detectar infecciones en vías urinarias que pueden ser causa de parto prematuro.
  • Ecografía o ultrasonido del embarazopara determinar la salud del feto y su tamaño (en algunos casos ayuda también a determinar la causa del sangrado). Sin embargo, en algunos casos es muy pronto para detectar incluso el embarazo.
    • El ultrasonido puede detectar un embarazo ectópico o para buscar sangre en la pelvis. Al final del embarazo, la placenta previa se diagnostica –casi exclusivamente- por medio del ultrasonido abdominal.
  • Ecografía o ultrasonido de la pelvis.
  • Cultivos de frotis del cuellopara determinar infecciones.

Esto le ayudará al médico a elaborar un diagnóstico preciso y así podrá llegar al tratamiento adecuado en tu caso: desde reposo absoluto a inducción del parto si se considera que el bebé ya es viable y el riesgo de continuar con el embarazo es mayor para ambos.

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Hemorragia vaginal del primer trimestre del embarazo

Es el sangrado que se presenta durante los primeros tres meses del embarazo y puede variar desde un manchado intermitente hasta un sangrado abundante con coágulos. El sangrado vaginal es bastante común en este periodo del embarazo complicando el 20 al 30% de todos los embarazos y cerca del 50% de estos, siguen hasta el aborto.

Durante el primer trimestre del embarazo las hemorragias pueden ser provocadas por las siguientes causas:

  • Sangrado por implantación del embrión en el útero. Es posible que presentes un pequeño sangrado o manchado (de color café) muy ligero en el momento de la implantación del óvulo fecundado en el útero (para más información consulta el documento que te ofrecemos en esta misma sección), generalmente es mínimo y dura solamente un día o dos pero frecuentemente sucede en, o cerca de, la fecha en la que estás esperando tu menstruación. Esto puede confundirte si piensas que simplemente es un periodo de sangrado ligero y no te das cuenta de que estás embarazada. Esto es una parte normal del embarazo y no es causa de preocupación; sin embargo, es necesario que acudas a tu médico para estar tranquila.
    • No todas las embarazadas presentan este tipo de sangrado.
  • Cambios hormonales. Los cambios hormonales del momento en el que deberías estar menstruando, pueden también provocar pequeñas pérdidas por la vagina, a veces similares a la hemorragia menstrual.
  • Sexo:Durante el embarazo fluye más sangre al cuello uterino. Por eso no es raro notar unas manchas de sangre después de tener relaciones sexuales con penetración. Un pólipo cervical (un tumor benigno) también puede causar sangrado después de la relación sexual.
  • Un Papanicolaou o examen interno: Puedes sangrar un poco después de un Papanicolaou o un examen interno por las mismas razones: más flujo sanguíneo en el cuello del útero o un pólipo cervical.
  • Hematomas retrocoriales. Son pequeños lagos sanguíneos que se forman entre la superficie del útero y el tejido de la placenta. En la mayoría de los casos se reabsorben y desaparecen espontáneamente, pero también pueden ser causa de hemorragia, en general no se acompañan de dolores o cólicos abdominales.

Las causas más serias de sangrado durante el primer trimestre pueden ser:

  • Amenaza de aborto:Menos frecuentes, pero mucho más importantes, son las hemorragias provocadas por la amenaza de aborto, donde generalmente la pérdida sanguínea es de mayor magnitud y está siempre asociada a dolores o cólicos abdominales. El feto está todavía dentro del útero (basándose esto en el ultrasonido) pero hay dudas de si el embarazo va a continuar o no.
    • Cerca de un 25% de las embarazadas presentan este sangrado temprano y la mitad de ellas aborta. Pero si tienes un ultrasonido que muestra el corazón latiendo del bebé (entre las 7 y las 11 semanas), las probabilidades de continuar el embarazo y de llevarlo a término son más del 90%.
  • Aborto espontáneo: si el sangrado y los dolores abdominales han disminuido y el útero aparece vacío en el ultrasonido, es posible que hayas tenido un aborto espontáneo, que da fin a tu embarazo. Un aborto espontáneo puede suceder en cualquier momento durante la primera mitad del embarazo. La mayor parte de ellos ocurren durante las primeras 12 semanas del embarazo. Si pensaras que estás perdiendo tejido fetal, deberás acudir inmediatamente a tu médico.
    • Un aborto espontáneo ocurre en aproximadamente un 15 o un 20 por ciento de los embarazos. La mayor parte de los abortos espontáneos no pueden ser prevenidos ni evitados. Por lo general, son la forma en la que el organismo enfrenta un embarazo que no es normal. No existen pruebas que demuestren que el ejercicio o las relaciones sexuales causen abortos espontáneos.

el sangrado vaginal en el primer trimestre puede ser el resultado de un aborto espontáneo

  • Embarazo anembriónico:El ultrasonido mostrará evidencia de embarazo en la matriz, por ejemplo la pequeña bolsa amniótica, pero en este caso el embrión no se forma. Esto puede suceder cuando el embrión es anormal de alguna manera y no es por algo que hayas hecho o dejado de hacer.
  • Muerte fetal u óbito:Esto puede suceder cuando el bebe muere dentro del útero. Este diagnóstico es confirmado por el ultrasonido y puede suceder en cualquier momento del embarazo.
  • El embarazo ectópico(el huevo se implanta en la trompa de Falopio o fuera del útero y no en el útero), también puede generar un sangrado vaginal, pero en este tipo de embarazos hay dolor fuerte tipo cólico constante, puede haber mareos y desmayos y a veces dolores referidos a la zona del hombro y es necesario acudir al médico de inmediato para prevenir la ruptura de la trompa. Este es el sangrado vaginal más peligroso del primer trimestre del embarazo.

embarazo ectópico

  • Los embarazos ectópicos son menos comunes que los abortos espontáneos. El sangrado habitualmente es rojo tendiendo al color vino, diferente del manchado café o rojo de la menstruación.
  • Embarazo molar: También conocido como mola hidatiforme o enfermedad trofoblástica, el embarazo molar es una afección en la que el embarazo no se forma adecuadamente. En este caso, el huevo normal del embarazo está reemplazado por un tejido de crecimiento rápido parecido que ocupa todo el interior del útero. Es en realidad un tipo de tumor que no pone en riesgo tu vida, sin embargo, en algunos casos puede ser canceroso.
    • Es causa de hemorragia, asociada a mucha sintomatología digestiva como las náuseas y vómitos.

Como el común denominador de todos estos problemas es la hemorragia genital, es fundamental una consulta inmediata con tu médico, quien deberá determinar cuál de ellos es el que está afectando a tu embarazo y obrar en consecuencia.

Otras causas

  • Infecciones: El sangrado también puede ser causado por una infección vaginal (como puede ser una infección por hongos o bacterias) o una enfermedad de transmisión sexual (como una tricomoniasis, gonorrea, clamidia o herpes) que pueden irritar o inflamar el cuello del útero lo que lo hace susceptible a que sangre después de las relaciones sexuales o de una exploración ginecológica.
  • Traumatismo al cuello uterino a raíz de relaciones sexuales(pequeña cantidad de sangrado)
  • El cuello uterino también sangra cuando hay un pólipo cervical(tumor benigno).
  • Deficiencia en la producción de progesterona. Esta hormona es la que sostiene el embarazo y su falta puede provocar un aborto o sangrado durante el primer trimestre.
  • Causa desconocida.

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REFERENCIAS

Aumento de Peso
Durante, Embarazo, Semanas 25 - 40

Aumento de peso en el Tercer Trimestre

Introducción

El Tercer Trimestre de tu embarazo ha llegado, considérate ya en la última etapa. Puedes tener sentimientos mezclados entre la anticipación de la llegada de tu bebé y el pánico de que no tienes todavía todo listo para recibirlo. Las semanas 28 a la 40 (o parto) marcan un tiempo de rápido crecimiento del bebé que va a necesitar más calcio, hierro y proteínas para su desarrollo. Así que estate muy atenta a tener estos nutrientes en tu dieta.

El control prenatal que se le hace a la mujer durante el embarazo, no sólo involucra la salud de la madre sino que también incluye a su bebé. Dentro de los parámetros a controlar se encuentra el peso de la embarazada. Hace unos años el control del peso era tan estricto, que el subirse a la balanza era para la mujer un momento de tensión dentro de la consulta.

Hoy en día se toman en cuenta otras variantes pero sin embargo es muy importante prestar especial atención a la cantidad de kilos que aumentarás durante este último trimestre del embarazo. Lo más recomendable sería que trataras de no ganar más peso que el recomendado por tu médico. Si aumentaras demasiado, los dolores en la zona inferior de la espalda serían muy frecuentes y además podría traerte como consecuencia la aparición de várices y, posiblemente, complicaciones en tu salud, como por ejemplo el hecho de que comenzaras a padecer de hipertensión arterial o desarrollar diabetes gestacional
Las mujeres que tienen un exceso de peso o eran obesas antes del embarazo, tienden a tener problemas para comenzar a amamantar y continuar haciéndolo. Los expertos creen que hay varias razones para esto, incluyendo poca producción de leche y dificultad para posicionar al bebé para darle el pecho. Aumentar demasiado de peso durante el embarazo puede empeorar este problema.

Además, los niños de las mamás que comienzan sus embarazos con exceso de peso tienen más probabilidades de tener exceso de peso o ser obesos en el futuro.



Por otra parte, las mujeres que comienzan en embarazo con un peso demasiado bajo, o que no aumentan suficientemente de peso durante el embarazo, tienen más riesgo de dar a luz a un bebé prematuro o a un bebé con bajo peso (menos de 2,4 kg). El parto prematuro puede causar problemas de salud o ser incluso mortal si el bebé nace demasiado pronto.

¿Cuánto peso debo aumentar?

La cantidad de peso que debes aumentar durante el embarazo depende de varios factores incluyendo tu peso previo al embarazo, tu edad, tu estatura y tu actividad diaria.

Teniendo en cuenta que el aumento de peso varía de una mujer a otra, en el segundo y tercer trimestre, se recomienda un aumento de aproximadamente unos 250 gramos por semana para las mujeres con peso normal (antes del embarazo), un poco más de 300 gramos para mujeres que están debajo de su peso normal, y de menos de 200 gramos para las mujeres con sobrepeso.

El último mes la ganancia puede ser de 200 gr. por semana, debido al aumento del peso del niño. Esto puede sonar como mucho, pero recuerda que tu bebé está adquiriendo grasa que se acumula debajo de su piel y músculo que lo ayudarán durante sus primeros meses de vida. Si te fijas en los ultrasonidos de hace unos meses, y los comparas con los que te tomen al final del embarazo, notarás una gran diferencia en su peso.

O sea, lo ideal en el embarazo es aumentar un total de entre 9 y 15 kilos de peso en los nueve meses de gestación cuando se comienza con un peso normal.
Te mostramos aquí la guía para el aumento de peso durante el embarazo del Instituto de Medicina de los Estados Unidos. Las directrices más recientes son de mayo de 2009. Estas son las recomendaciones actuales:

  • Si tenías un peso normal antes del embarazo (un IMC entre 18.5 y 24.9), debes aumentar entre 11,5 a 15,9 kg, subiendo entre 450 gramos y 2,3 kg durante el primer trimestre y alrededor de 450gms por semana durante el resto del embarazo.
  • Si tenias un peso por debajo de lo  normal antes de embarazo(un IMC de menos de 18.5) deberías aumentar entre 12,5 a 18 kg.
  • En caso de que antes de quedar embarazada tuvieras sobrepeso (un IMC de 25 a 29.9) deberías aumentar entre 7 a 11,5 kg).
  • Si eras obesa (un IMC de 30 o más alto), deberías subir entre 5 y 9 kg.
  • En las embarazadas con una estatura menor a 1,50 metros , adolescentes o en casos de embarazos múltiples, es mejor consultar al equipo médico que te controle para un seguimiento más personalizado.

Si quieres saber  si estas o no en tu peso  normal,, a continuación  las categorías de  índice de masa corporal( BODY MASS INDEX )   categorías para adultos.

  • Peso debajo de lo normal   = menos de 18.5
  • Peso normal  = 18.5-24.9
  • Sobrepeso  = 25-29.9
  • Obesidad =  IMC de  30 ó más

El aumento de peso progresivo durante el embarazo se logra mediante una dieta equilibrada y variada, que incluya alimentos que contengan los nutrientes que necesita el bebé para un buen desarrollo, sin consumir las reservas de la madre. El resultado de este incremento de peso adecuado será el tener un bebé con buena salud.

¿Qué sucede si estás engordando demasiado?

Aunque los estudios indican que el embarazo no cambia tu metabolismo, puede parecer más fácil aumentar de peso cuando estás embarazada. Algunos expertos explican que los cambios hormonales pueden causar agotamiento y que el incremento de masa corporal disminuye el deseo de hacer ejercicios o de movilizarte de un lado a otro. Además, en este trimestre algunas mujeres pueden sentirse deprimidas sobre su apariencia y como resultado, comen más de lo debido.

Esto no quiere decir que no debas subir de peso aún cuando ya te hayas excedido de la ganancia de peso recomendada por tu médico. Tienes que seguir comiendo, pero quizás tengas que pensar más qué es lo que vas a comer.

Si tienes una dieta saludable le permitirá a tu bebé seguir creciendo sin que tú engordes. Las mujeres que aumentan demasiado de peso en esta etapa, la mayoría de ellas se quedará con grasa extra después del parto. Y como es difícil perder grasa, tendrás que hacer ejercicios y reducir el número de calorías para perder esos kilos de sobra. De todas formas, en el post parto no empieces un programa para bajar de peso hasta que recibas la aprobación de tu doctor, aproximadamente dos semanas después de tener un parto natural y unas seis semanas después de tener una cesárea.

¿Qué sucede si no subo de peso en este trimestre?

Una ganancia de peso menor a la recomendada en el segundo o tercer trimestre del embarazo se ha asociado a un riesgo mayor de retardo en el crecimiento del bebé que podría tener consecuencias serias.

¿Cómo se distribuye el peso que he ganado?

La distribución del peso se distribuye de la siguiente manera:

  • Feto: 3300gr a 3500gr
  • Placenta: 500gr a 700gr
  • Líquido amniótico: 800gr a 1000gr
  • Sangre: 1000gr a 2000gr
  • Útero: 1000gr
  • Mamas: 300gr a 500gr
  • Líquido extracelular: 1500gr
  • Tejido adiposo: 700gr a 2000gr

Como vemos, el aumento de peso se puede desglosar en una parte materna y una fetal. Durante el segundo trimestre el componente materno influye sobre el incremento de peso, y en el último trimestre la ganancia es casi exclusivamente para el bebé y su medio de desarrollo.

¿Puedo hacer dieta en este trimestre?

El desarrollo del bebé puede afectarse si la madre hace una restricción alimentaria, especialmente en el último trimestre del embarazo que es cuando más crece el bebé, por este motivo es que NO se indican dietas de bajas calorías durante este trimestre, aunque la madre sea obesa. En términos generales se aconseja comer seis veces al día, sin dejar el desayuno, no hacer dietas caseras ni comer por dos, sino en forma moderada.

¿Qué pasará con mi peso después del parto?

Tu peso después del parto se verá, en parte, afectado por cuánto peso hayas aumentado durante el embarazo. Si aumentas demasiado de peso durante el embarazo o desarrollas malos hábitos alimenticios y un estilo de vida sedentario, podrías tener mayor dificultad de perder peso después que haya nacido el bebé.

Los siguientes factores ayudan a que las mujeres pierdan peso más rápido después del parto:

  • Llevar una dieta saludable, bien balanceada que sea baja en grasas, alta en fibra y rica en nutrientes
  • Lactancia
  • Hacer ejercicio cuatro o más veces a la semana por al menos 30 minutos (los ejercicios aeróbicos regulares que implican los músculos grandes y elevan el ritmo cardíaco son mejores para quemar calorías)
  • Recuerda que has tardado nueve meses en aumentar todo ese peso y que puede que tardes otros tantos en perder esas libras de más. Una dieta saludable, combinada con ejercicio, es la mejor forma de bajar de peso después del parto.
    No cortes la cantidad de calorías que consumes inmediatamente después de dar a luz. Ser mamá de un recién nacido requiere un montón de energía y eso significa que le tienes que dar a tu cuerpo la nutrición que necesita. Si tienes paciencia y le das a tu cuerpo la oportunidad de que haga su trabajo, te sorprenderás de cuánto peso pierdes de forma natural, especialmente si estás amamantando.

Lo más importante para tener en mente es que estás ayudando a crecer a un bebé y por tanto debes tener calorías y peso extra durante el embarazo. Escoge tus calorías sabiamente comiendo alimentos nutritivos.

http://nacersano.marchofdimes.com/embarazo/el-aumento-de-peso-durante-el-embarazo.aspx
http://www.acog.org/~/media/Districts/District%20VIII%20Junior%20Fellows/jfpc.pdf?dmc=1&ts=20130108T1221364268
http://www.nhlbi.nih.gov/guidelines/obesity/BMI/bmicalc.htm
http://espanol.babycenter.com/a600052/aumento-de-peso-en-el-embarazo#ixzz32ZEuAyNN
http://www.embarazada.com/articulo/aumento-de-peso-en-el-embarazo-cuantos-kilos-se-puede-aumentar 
http://www.pregnancy.com.au/pregnancy-information/pregnancy-week-by-week/the-third-trimester–weeks-29-to-birth.shtml

Dolor de espalda
Durante, Embarazo, Semanas 25 - 40

Dolor de espalda durante el tercer trimestre

Dolor de Espalda durante el  Tercer Trimestre 

Dolor que aparece en la parte baja y central de la espalda y que puede o no irradiarse hacia los lados. Aumenta al estar de pié o andando. El dolor de espalda puede presentarse en cualquier momento del embarazo, pero es común que se presente en la última etapa del embarazo y se intensifique a medida que progresa el embarazo debido al aumento de peso del bebé. El dolor de espalda puede irrumpir en la rutina de tu vida diaria, o interferir con tu sueño durante la noche.

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La lumbalgia aparece en el 80% de las gestantes siendo para algunas simples molestias y para otras, dolores invalidantes que les llevan a desplazarse en silla de ruedas.

¿Qué me produce el dolor de Espalda? 

Aunque las causas pueden variar, la mayoría se deben a:

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Aumento de peso y cambios en la postura. La mayor parte del peso ganado por la embarazada está concentrado en la parte inferior de la pelvis junto con el aumento de volumen abdominal. Por esto se produciría una tendencia a inclinar el cuerpo hacia delante, lo cual la embarazada tiende a compensar inconscientemente con una posición hacia atrás de la parte superior del cuerpo por sobre la pelvis, restaurando su centro de gravedad, pero aumentando la lordosis (curvatura hacia adelante) del segmento lumbar de la columna vertebral y aumentando el esfuerzo en la espalda.

El dolor de espalda también se presenta si se está presionando un nervio. Además el peso adicional que llevas  implica más trabajo para tus músculos y un aumento de estrés para las articulaciones, por eso al final del día el dolor de espalda se siente mucho peor.

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Un estudio antropológico de la Universidad de Texas en Austin (Estados Unidos), publicado en la revista científica “Nature” revela que sin este cambio el embarazo supondría una carga mucho mayor para los músculos de la espalda.

Los investigadores han descubierto cómo la curvatura lumbar va aumentando merced a que las articulaciones de la mujer son más largas que las de los hombres y a que intervienen tres vértebras en ese lugar. La naturaleza es sabia, y el cuerpo de la mujer se prepara para estos cambios, pero aún así el dolor de espalda llega con frecuencia.

Separación de los músculos.A medida que el útero se va expandiendo, los músculos rectos del abdomen que van de las costillas hasta el hueso púbico, se separan a lo largo y se relajan, esta relajación sucede también con los glúteos.  Esta separación empeora el dolor de espalda.

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Cambios hormonales. Durante el embarazo tu cuerpo produce una hormona llamada Relaxina que permite que los ligamentos  del área pélvica  se relajen para que estén más sueltos y prepararse para el parto, esta misma hormona  puede aflojar los ligamentos de la columna y puede hacer que te sientas menos estable y tengas dolor al caminar, al estar de pie o sentada por períodos de tiempo prolongados.

Estrés. El estrés emocional puede causar tensión en los músculos de la espalda, que muchas veces se siente como espasmos o como dolor. Puedes  sentirlo en períodos de estrés durante tu embarazo.

¿Cuáles son las características y cuándo aparece el dolor de espalda?

Las características del dolor varían en cada caso tanto en forma como en intensidad y localización. Los síntomas son frecuentemente moderados, aunque también pueden ser severos e incapacitantes.

Comúnmente, la aparición del dolor ocurre alrededor de la semana 18 de embarazo y la máxima intensidad se observaría entre la semana 24 a 36. El dolor durante el primer trimestre de embarazo puede ser un antecedente fuerte de que se presentará el dolor en el tercer trimestre.

Se describen como dolores “intensos”, “secos”, “profundos”… y algunos pueden resultar incapacitantes, esto es, impiden que la embarazada realice sus actividades cotidianas, incluso caminar.

¿Hay diferentes tipos de  dolor espalda  en el embarazo?

Los especialistas describen dos tipos comunes de dolor en la parte baja de la espalda durante el embarazo:

El dolor lumbar. Es como el dolor en la parte baja de la espalda que quizás experimentaste antes del embarazo. Se siente sobre la columna vertebral y alrededor de ella, aproximadamente al nivel de la cintura o un poco más arriba. También puede irradiar a las piernas.

Permanecer sentada o de pie durante periodos de tiempo prolongados y levantar objetos hacen por lo general que el dolor empeore y éste tiende a ser más intenso al final del día.

Dolor pélvico posterior. Un mayor número de mujeres embarazadas padecen de dolor pélvico posterior, que se siente más abajo que el dolor lumbar. Se puede sentir muy adentro de las nalgas, en una o ambas, o en la parte trasera de los muslos.

Es posible que se desencadene a raíz de ciertas actividades tales como caminar, subir escaleras, entrar o salir de la tina, sentarse o levantarse de un sillón bajo, darse vuelta en la cama, girar el cuerpo y levantar cosas.

Las posiciones en que flexionas las caderas — como cuando te sientas en una silla o te inclinas hacia adelante mientras trabajas sentada en el escritorio — pueden empeorar el dolor pélvico posterior. Las mujeres con dolor pélvico posterior están también más predispuestas a tener dolor en el hueso púbico.

¿Quiénes están más predispuestas a tener este tipo de dolor?

Si sufriste este tipo de dolor, ya sea antes de quedar embarazada o durante un embarazo previo, serás más propensa al dolor en la parte baja de la espalda.

Por motivos ginecológicos, algunas mujeres deben guardar reposo durante el embarazo, otras lo hacen por hábito, sin motivo médico que lo justifique.

El sedentarismo y el reposo provocan con relativa rapidez una pérdida de fuerza y masa muscular, y con ello aumenta la probabilidad de que la musculatura se sobrecargue o lesione, y  el dolor de espalda dure más

Si estás embarazada de mellizos o gemelos, o incluso de más bebés, aumentan las posibilidades de tener dolor de espalda. La obesidad puede ser un factor de riesgo que genere dolor en la parte inferior de la espalda durante el embarazo. Sin embargo, los estudios que existen al respecto muestran resultados contradictorios.

¿Cómo puedo distinguirlo de la ciática?

Cuando el dolor en la parte baja de la espalda se irradia hacia las nalgas  y los muslos, frecuentemente se confunde con ciática. 

Pero la verdadera ciática  puede ser causada por una hernia o una inflamación de un disco en la parte inferior de la columna vertebral, afecta sólo a alrededor del uno por ciento de las mujeres embarazadas.

Si padeces ciática, el dolor de tu pierna generalmente será más severo que el de tu espalda,  y también puedes sentirlo detrás de tu rodilla  e irradiarse a tu pie y dedos.

Probablemente puedas sentir piquetes y  adormecimiento en tus piernas.

Si piensas que tienes ciática debes de ir al médico. Llámale inmediatamente si  pierdes sensibilidad o debilidad en una o en ambas piernas, en las ingles,   o falta de sensibilidad en la vejiga o el ano, lo que te puede ocasionar dificultad para orinar  o evacuar, incluso incontinencia

¿Qué puedo hacer para mejorar el dolor de espalda?

Cuando las molestias de dolor de espalda durante el embarazo nos impiden llevar un ritmo de vida normal hay que consultar al especialista por si necesitamos un medicamento y, en la medida de lo posible, buscar una postura cómoda de descanso que alivie el dolor. La fisioterapia y determinadas técnicas de relajación pueden ser eficaces para aliviarlo.

Los planes de tratamiento tienen un enfoque amplio y buscan trabajar en todo lo que puede provocar el dolor como puede ser la postura, la alineación de las articulaciones, fuerza muscular y flexibilidad.

Ejercicio. Practicar ejercicio regularmente fortifica los músculos y aumenta la flexibilidad. Esto podría aliviar el estrés en tu columna. Algunos de los ejercicios se pueden practicar durante el embarazo para la embarazada son: caminar, nadar y la bicicleta fija.

Tu médico o fisioterapeuta te puede recomendar ejercicios para hacer más fuertes los músculos de la espalda y del abdomen. Esto mejorará la mecánica de tu cuerpo y te preparará para el momento del parto en el que hay una gran demanda física. Será un gran apoyo también en el proceso de recuperación después del parto.

Al tonificar tus músculos mejoras el metabolismo, disminuyes la severidad de la fatiga post parto y recuperas más rápido tu peso de antes del embarazo.

Aplicación de frío y calor. La aplicación de calor  y frio en tu espalda, pueden ayudar. Si tu médico está de acuerdo, puedes aplicarte compresa frías en el área adolorida durante 20 minutos varias veces al día. A los dos o tres días  cambia por aplicación de calor, ya sea con el cojín eléctrico  o la bolsa de agua caliente. NO DEBES DE APLICAR CALOR SOBRE TU ABDOMEN DURANTE EL EMBARAZO.

Mejora tu postura. Para prevenir el dolor lumbar es conveniente adaptar las posturas de la actividad diaria al nuevo estado de embarazo. Para ello no es aconsejable estar mucho tiempo de pie, quieta, sin un punto de apoyo.

Es recomendable, si la embarazada está de pie, que apoye la parte inferior de la espalda en una pared. Utilizar un asiento cómodo en el trabajo, colocando cojines o una toalla en la zona lumbar, coloca tus pies sobre una pila de libros o un banco y siéntate derecha llevando los glúteos hasta el final del asiento y echa los hombros hacia atrás.

Al agacharte, no te inclines hacia adelante, hazlo en cuclillas.

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Usar un cinturón de soporte para maternidad, puede ayudarte.

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Realiza técnicas de elongación: Aquí te sugerimos una técnica de elongación llamada “elongación del gato” que te ayudará para aliviar estos dolores. Arrodíllate en el piso, cabeza abajo y camina solamente con tus manos hacia delante de modo que los brazos queden totalmente extendidos frente a ti. Sin arquear tu columna sostén esta posición contando hasta cinco. Lentamente empieza a sentarte de forma que tu cola se apoye sobre tus talones. Repite este ejercicio de cinco a diez veces.

El masaje. te puede ayudar a que te relajes, tu pareja  puede ayudarte con esta medida.

El calzado. Usa zapatos de tacón bajo, no planos, que tengan un buen soporte en el arco del pie.

Reposa y relájate. El reposo es muy beneficioso en estos casos. Debes recostarte en posición lateral con las rodillas hacia arriba (posición fetal).

Asesoramiento. Si tu dolor de espalda se relaciona con el estrés, hablar  con un profesional de la salud te puede ayudar.

Acupuntura. Los estudios han comprobado que este método puede ser muy efectivo para aliviar el dolor  en la parte baja de la espalda  durante el embarazo. Consúltalo con tu médico si estás interesada en probarlo.

Tratamiento quiropráctico.  Cuando este tratamiento  es realizado correctamente, la manipulación de la columna puede ser segura durante el embarazo, pero debes de consultar a tu médico antes  de buscar este tipo de tratamiento.

¿Qué hago si el dolor persiste?

Si ya has hecho todo lo que mencionamos anteriormente y el dolor no se mejora, llama a tu médico.

Aunque el dolor de espalda es muy común, no es algo que se deba ignorar. En algunos casos puede ser un signo de labor de parto pre término o de algún otro problema obstétrico, así que siempre coméntale a tu médico que tienes dolor de espalda para que pueda evaluar cuál es la causa y sugerirte el tratamiento adecuado.

Referencias

Preparación para el Parto
Complicaciones de parto / Postparto, Durante, Embarazo, Semanas 25 - 40

Preparación para el Parto

Introducción

Históricamente las mujeres han preparado el nacimiento de un hijo organizando la casa, la ropita del bebé y los enseres que debían llevar al hospital. Se preparaban para la llegada del bebé pero no para la experiencia del parto. Los padres desconocían los procesos que se sucedían en ese momento, la mujer se resignaba a padecer dolor y el hombre se situaba en la sala de espera aguardando con nerviosismo que el médico les informara sobre el resultado del misterioso evento.

Actualmente, a excepción de pocos casos, el padre y la madre viven juntos la experiencia del embarazo y el parto. Los progenitores se alejan de la ignorancia, recurren a la lectura de libros y revistas, plantean al médico sus dudas y acuden juntos a las clases de preparación para el parto. Hoy los padres se educan y preparan para la experiencia de recibir al bebé.

¿Cómo debo prepararme para el parto?

Durante los meses previos al parto, has estado hablando con distintas personas acerca de este momento: tu ginecólogo, la instructora del curso de preparación para el parto (psicoprofilaxis), el neonatólogo, entre otros, para llegar en las mejores condiciones anímicas y físicas al parto y estar preparada para vivir con plenitud y felicidad el nacimiento de tu hijo ya sea que nazca por vía natural o cesárea.

La tarea del ginecólogo o gineco obstetra durante el trabajo de parto es fundamental. Ideológicamente, debes compartir con tu médico su convencimiento de las bondades físicas y psicológicas del parto natural y debes saber que vas a disponer de sus conocimientos, paciencia y tiempo – que puede ser prolongado- para llegar a buen término.

A la hora de prepararse para el momento del nacimiento de tu bebé, es necesario distinguir dos mundos bien diferentes, pero que son complementarios:

  1. Por un lado se encuentra el mundo de la Afectividad en el que podríamos incluir la auténtica comunicación de los padres con el niño antes de nacer.
  • Durante el embarazo no sólo hay cambios físicos. Las cuestiones emocionales cobran cada vez mayor importancia. Dentro del cuerpo de la madre está creciendo un ser vivo, que es parte de ella y al que considera como algo que ya es suyo. No ha nacido, pero ya es su hijo. La preparación al parto proporciona los elementos para alimentar esa relación.
  • El bebé siente y reacciona a los estímulos externos, oye a la madre y todo ese cúmulo de sensaciones generan multitud de incógnitas en la embarazada que con una buena preparación va solucionando poco a poco. La adecuada canalización de los sentimientos maternales es una cuestión tan importante para el buen fin del embarazo como la dieta o como la supresión de situaciones de riesgo y aunque parezca algo natural, es algo que puede proporcionar mucha tranquilidad a la futura madre.
  • La evolución de la preparación al parto ha ido incluyendo paulatinamente importantes componentes afectivos y psicológicos asociados a la maternidad y constituye ya una herramienta bastante completa que proporciona a la futura madre las capacidades físicas y mentales para afrontar la llegada de su hijo.
  1. Y por el otro está el mundo de la Efectividad, dentro del cual podríamos incluir todo lo relativo a la tecnología y rigor científico.

¿Debo estar informada de todo lo que significa un parto?

Si, la información es una ventaja esencial de la preparación al parto. La información proporciona los conocimientos esenciales para comprender los procesos que se suceden en estas últimas semanas y para ayudarte a tomar decisiones.

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Una mujer que conoce paso a paso los cambios que va sufriendo su cuerpo, está preparada para afrontar cualquier circunstancia médica que se presente durante el parto. El conocimiento permite a la futura madre vivir con intensidad este momento, pues ya no se trata de una cuestión en la que ella es mera espectadora pasiva, que no entiende nada de lo que está pasando y se convierte en protagonista esencial del proceso.

¿Qué debe saber una pareja, en especial la embarazada, para esperar el parto?

Una pareja debe tener información clara sobre:

  • El embarazo en general.
  • Cómo saber cuándo está en trabajo de parto
  • Explicación sobre el proceso normal de parto con todas sus fases, así como las diferentes posiciones para dar a luz y las posibilidades que existen de que sea parto natural o por cesárea
  • Información sobre los sedantes para los dolores de parto.
  • Aprendizaje de las técnicas de respiración.
  • Ejercicios de relajación.
  • Información sobre el papel que cumple la pareja o acompañante en el momento del parto
  • Preparación para la lactancia.
  • Tips para los cuidados del bebé.

¿Cuándo debo empezar a preparme? 

Una pareja puede prepararse para el parto con información recibida a través del médico o de lecturas y cursos de psicoprofilaxis obstétrica. Para que tus últimas semanas sean de tranquilidad, en el caso de que el bebé tenga mucha prisa por venir al mundo, es mejor si empiezas a leer y a hacer tus preguntas a más tardar en la semana 30 del embarazo.

Una buena preparación proporciona, por una parte, información detallada de lo que ocurre en ese momento, de lo que el equipo médico va a hacer y de cómo la madre puede ayudar al buen fin del proceso.  Por otra parte, aporta los conocimientos para que la colaboración de la madre sea verdaderamente efectiva.

La embarazada, en especial, debe adquirir una actitud positiva que le permita colaborar con los profesionales, logrando que su parto sea vivido como una experiencia feliz. Una madre que no sabe cómo y cuándo empujar, que no sabe relajarse en las fases precisas, que no sabe controlar las contracciones y los dolores del momento, que se descontrola, que es incapaz de soportar el trance, se convierte en un elemento negativo en el momento clave del nacimiento del niño y puede constituir un factor de riesgo o de fuerte inconveniente para el parto.

Por el contrario, una madre informada y entrenada en todas estas cuestiones es una colaboradora eficaz del equipo médico y parte esencial del nacimiento sin problemas para su hijo.

Esto se logra conociendo y comprendiendo todas las posibles alternativas de su parto para que, llegado el mismo, nada la sorprenda ni la asuste. Debes compartir tus miedos con otras mamás que tengan tus temores y expectativas.

El aprendizaje de técnicas de respiración y de relajación para controlar las fases del momento de la expulsión te va a permitir manejar y atenuar las sensaciones dolorosas del parto, evitando un sufrimiento físico y psíquico innecesario, viviendo este acontecimiento como feliz y gratificante.

¿Cómo me puedo preparar para la labor de parto?

El esfuerzo que significa la labor de parto se ha comparado con la carrera de un maratón. Tu estado físico y las medidas que tomes para conservar tu nivel de energía jugarán un papel muy importante en cómo transcurrirá ese momento.  Si es tu primer embarazo, puedes pensar que vas a tardar más tiempo que cuando ya es el segundo o tercero.

  • Procura descansar lo más posible, no es el momento de fatigarte haciendo cosas.
  • Si tienes problemas para dormir, date un baño tibio antes de acostarte y toma un pequeño refrigerio para elevar el nivel de azúcar de tu sangre.
  • Aliméntate bien. Necesitarás todos esos nutrientes extras para el trabajo que te espera.

Y en vez de enfocarte a pensar “en el parto perfecto”, infórmate acerca de las diferentes posibilidades que se puedan presentar y decide tú misma cómo quieres resolverlas. Aprende acerca de las posiciones para la labor de parto, acerca del dolor y cómo se puede controlar, cómo van a cuidar a tu bebé al nacer, se queda contigo o ¿se lo llevan a la “cuna”?

¿Y el padre….qué papel juega?

Afortunadamente, el embarazo se vive cada vez más como una cuestión integral de la pareja y no como algo que compete exclusivamente a la madre.

Desde un principio se debe fomentar la implicación del padre en el embarazo. El padre ya no es ese señor que acompaña a su pareja embarazada al ginecólogo, no se entera de nada y confía en que su mujer tome buena nota de todo lo que dice el médico. Es pieza clave del proceso de gestación y responsable en buena medida del equilibrio emocional de su pareja.

Sabe también lo que pasa en el cuerpo de su pareja y debe aprender a reorganizar su vida cotidiana para participar activamente en la gestación; junto con su pareja han aprendido a relacionarse con su hijo y a responder ante todos los acontecimientos que se avecinan. El embarazo es cosa de dos y esa es una de sus principales virtudes.

¿Cuál es mi papel como padre en la sala de labor?

  1. La puedes ayudar a cambiar de posición o acompañarla a caminar cuando todavía puede hacerlo.
  2. Anímala y trata de mantenerla en calma.
  3. Puedes agregar hielo picado al agua que toma para disminuir la sensación de náusea.
  4. Es conveniente que la madre sepa que tiene toda tu atención.
  5. Espera con emoción el gran momento.
  6. Recuérdale constantemente que tiene que relajarse, que debe respirar lentamente y concentrarse en esto.
  7. Sigue apoyándola aunque se enoje, no te vayas, ella quiere que estés ahí. Recuerda que a veces la mujer maneja el dolor a gritos.
  8. Ayúdala a centrar su atención en algo diferente a las contracciones.

¿Apoya o estorba que la pareja asista al parto?

Aunque muchos piensen que un hombre en el quirófano es un intruso, para la mayoría de los expertos, la presencia del padre en el parto de su bebé, ayuda a la mujer a tolerar el dolor y fortalece los lazos familiares.

Pero a pesar de las buenas intenciones del padre por acompañar a su mujer y darle la bienvenida al mundo a su hijo, es inevitable que se sienta nervioso y algunos, hasta aterrorizados de presenciar el parto.

¿Cuál es su papel dentro de la sala de partos?

Generalmente, el hombre se pone una bata y mascarilla esterilizadas, se lava manos y brazos y se sienta en la cabecera, a un lado de la madre, acompañándola y ayudándola a concentrarse en la respiración, mientras el equipo médico la asiste, hasta que les entregan el hijo a ambos.

Algunos doctores piden colaboración al padre, para que tome un papel más activo, por ejemplo, cortando el cordón umbilical del niño. Este tipo de intervenciones siempre son acordadas de antemano y sólo se hacen si el padre lo desea. No se trata de que él atienda el parto, es más, a la madre se le coloca una sábana por delante y así, el papá no necesita ver directamente todo el proceso si no se siente preparado para hacerlo.

¿Qué vivencia tiene el padre?

El nacimiento es el primer contacto directo que él tiene con su hijo. Aunque participe activamente en el embarazo de su mujer y asista a todos los controles prenatales y ecografías, él no siente al niño moverse en el vientre, no experimenta los cambios físicos y anímicos que tiene la mujer durante el embarazo, ni sufre las contracciones.

Por eso, el nacimiento de la criatura es su primera vivencia real de paternidad.
Al ser testigo del nacimiento de su bebé y tener un contacto temprano con él, el padre fortalece su lazo afectivo con el pequeño y se siente aún más comprometido en su cuidado, crianza y protección.

¿Esta experiencia es igual si el parto es por cesárea?

Si, lo mismo ocurre en una cesárea. Aunque para los padres es muy impactante ver la incisión y más aún cuando los médicos sacan al bebé del vientre materno, prima el deseo de conocer al hijo y estar al lado de la madre en ese momento tan importante. Puesto que se trata de una cirugía, es poco probable que el padre pueda intervenir.

A pesar de todo, y cualquiera sea el tipo de parto, algunos padres sienten esta experiencia como ajena, misteriosa y en algunos casos violenta. Por eso prefieren quedarse fuera. Lo importante es que no sea a la fuerza y su entrada sea solo si él lo desea.

4 semanas para el parto. Más controles médicos

Aunque todo lo que te ocurre sea normal, tendrás que visitar con más frecuencia a tu ginecólogo y comentarle tus molestias. Como siempre, te pesará, te tomará la tensión, comprobará los movimientos fetales (el bebé ahora se mueve menos, pero aún así debes percibirlo todos los días), te hará un tacto vaginal, etc.

Además, es fácil que te mande otras pruebas, así como análisis de orina cada 7-10 días para detectar la presencia de albúmina, un síntoma que, acompañado de subida de la tensión arterial, supone un riesgo para el embarazo.

Exudado vaginal.Si aún no te han hecho esta prueba (indicada entre las semanas 35-37), te la harán esta semana. Es indolora. Se toma una muestra del flujo vaginal y se hace un cultivo para saber si la madre es portadora de una bacteria (Streptococo agalacteae) que coloniza la vagina y que resulta muy peligrosa para el niño. Si la madre la porta, la tratarán con antibióticos durante el parto.

La última ecografía. Suele hacerse entre la semana 34 y la 36. Si el obstetra estima necesario hacer más, te lo dirá.

Tu alimentación. Sigue las indicaciones alimentarias que te haya dado tu médico, incluidos los suplementos de calcio y hierro. El niño tiene que engordar, pero sin pasarse, y a ti no te conviene acumular kilos que dificulten el parto y sean difíciles de eliminar en el postparto.

3 Semanas para el parto

Mejor no viajar. Ya te habrá indicado el ginecólogo que no es el momento oportuno para viajar en coche (menos aún para volar), aunque sí puedes hacer trayectos cortos dentro del área de influencia de un hospital.

Ejercicio. Para mantenerte en forma, fortalecer el corazón y evitar subidas de azúcar, puedes y debes caminar una hora diaria, salvo que estés con amenaza de parto prematuro, y has de seguir practicando los ejercicios de preparación al parto, sobre todo los de relajación.

Ni baños ni sexo. A partir de la pérdida del tapón mucoso es mejor la ducha que el baño, para evitar la dilatación del cuello del útero y la posible entrada de gérmenes. Y es preferible posponer ya las relaciones sexuales.

Encajamiento. Seguramente en esta semana el niño ya debe estar cabeza abajo y encajará su coronilla en la pelvis materna. Es la postura más cómoda para él, la que adoptan el 96% de los bebés y la que le va a permitir nacer por vía vaginal.

Presión pélvica. Con el encajamiento sentirás un gran alivio en la zona de las costillas y en el diafragma y respirarás mejor. Pero a cambio notarás más presión en la vejiga y en la pelvis. No te asustes si notas cierta urgencia para orinar y ardores esporádicos, es normal. Pero NO lo es, si se producen pérdidas, si aparece dolor durante la micción o si orinas y, justo después, tienes más ganas y apenas salen unas gotas. Habla con tu médico, pueden ser signos de incontinencia o de infección urinaria que conviene controlar.

Prevenir la incontinencia. Para prevenir la incontinencia, debes seguir practicando a diario los ejercicios de preparación al parto que fortalecen y flexibilizan la musculatura perineal y además, mantenerte en el peso indicado por el médico, ya que los recién nacidos de peso elevado y cabezas de mayor tamaño predisponen a que te hagan episiotomía (corte en el periné).

Síndrome del nido. En esta etapa a muchas mujeres les entra la ansiedad por tenerlo todo preparado y despliegan una gran energía en este empeño. Se conoce como “síndrome del nido” y has de tener cuidado, porque puede generarte mucho estrés (el estrés puede adelantar el parto). En realidad ¿qué necesitas? No tienes por qué ponerte a pintar su habitación, ni debes agobiarte por las cosas del bebé que aún no tienes y que podrás adquirir cuando él ya esté aquí.

1 Semana para el parto

Es prioritario recuperar la calma, ahorrar energías, pensar en positivo y poner en práctica la respiración de relajación aprendida en la preparación al parto (otra razón para asistir a las clases).

Pérdida del tapón mucoso. En esta última semana quizá aparezca por la vagina una sustancia grisácea y densa con algún hilillo de sangre. Es el tapón mucoso que cerraba el cuello uterino y protegía al bebé de infecciones. Si se desprende solo, es porque se ha producido una ligera dilatación: el parto no es inmediato, pero está cerca. Si el tapón se desprende tras una revisión ginecológica, el dato es menos relevante, ya que se debe a la manipulación médica, no a una dilatación.

Rotura de la bolsa. A veces, sin contracciones, se rompe la bolsa de aguas y sale el líquido amniótico a borbotones. Ve al hospital sin prisa pero sin pausa; aunque no te duela nada, el parto se puede producir en las próximas 24 horas. Además, una bolsa abierta es un foco de entrada para cualquier infección.

Contracciones de parto. En algún momento de esta semana notarás un dolor intenso en los riñones que se desplaza hasta la parte baja del abdomen y después se calma. Se trata de una contracción y ésta sí es de las de parto. Lo más probable es que hasta dentro de media hora no tengas otra. De momento serán soportables y de corta duración, pero aumentarán en ritmo y se irán intensificando. Cuando se produzcan cada 15 minutos y sean rítmicas, más largas e intensas, habrá llegado el momento de coger la bolsa y salir hacia el hospital.

Es importante desarrollar un plan de acción para el momento del parto:

Hacer por adelantado un plan de acción para el momento de la labor de parto y el parto mismo, les permitirá pensar en todas las alternativas con una mente clara y racional. Tómate tiempo para discutir con tu pareja y, si es posible, con el médico, las distintas alternativas.

Conforme se acerca la fecha es importante que decidan:

  • Cuando llegue la semana 36 debes tener identificado el sitio de atención del parto, ya sea que lo hayas escogido o sea asignado por tu seguro médico; debes verificar tu documentación y es recomendable tener un folder para llevar los exámenes y ecografías, y alista una maleta con las cosas que requieres y las que necesita tu bebé; en la mayoría de instituciones dan la información de los elementos básicos.
  • Quién te acompañará dentro de la sala de parto.Esta es una decisión muy personal. Algunas mujeres prefieren que esté presente su pareja, una amiga y hasta su suegra. Si tú eres de esas, primero averigua con el hospital cuáles son las reglas.  Pero otras prefieren la menos gente posible. Piensa bien lo que prefieres para que no haya malentendidos.
  • Detalles sobre el transporte y la ruta a seguir. Practícala un día y toma el tiempo, piensa en rutas alternas por si llegaras a encontrarte con alguna obstrucción. Recórrela a diferentes horas. Ya en el hospital asegúrate de saber cuál es la entrada que debes usar.
  • Cómo te comunicarás con tu médico

Y solucionar por adelantado todo aquello que pueda presentarse de improviso y causarte estrés:

  • quién se quedará con los hermanos (si no es tu primer bebé)
  • quién tomará las decisiones en caso de no estar disponible la persona designada,
  • posibles donantes de sangre,
  • asuntos financieros, etc.
  • guarda una tarjeta en tu bolsa de mano en la que hayas escrito el nombre de tu pareja y los teléfonos a donde lo pueden llamar, el nombre y dirección del hospital donde te vas a atender y el nombre del médico que te va a atender. Esto es como seguridad por si la labor de parto se inicia fuera de casa.

La consulta prenatal con el pediatra

Es muy importantebuscar un pediatra ya durante el embarazo para poder contar con su ayuda en cuanto lleguen a su casa. El pediatra tendrá que ser accesible e infundir confianza en la mamá, estimulando su autoestima y logrando que ella logre realizar lo que le parezca mejor, aunque se equivoque

Es muy importante preguntarle al médico acerca de sus horarios de atención y de disponibilidad, es decir, cómo ubicarlo ante una urgencia, sobre todo de noche o los fines de semana. Además, es muy útil combinar en este momento cual será la estrategia a seguir en casos de urgencia. Generalmente el pediatra conoce los centros de atención de guardia de la ciudad donde ejerce, y tiene sus preferencias al respecto.

Por otra parte, se puede conversar acerca del parto y el post-parto, algunos profesionales están presentes en el momento del parto y otros realizan el seguimiento de sus pacientes visitándolos en el sanatorio, y esto también se acuerda en esta entrevista.

Además, todas las dudas que tengan los padres se pueden resolver tranquilamente, y sin el bebé en brazos. Por ejemplo, cómo se cuida el cordón umbilical, cómo debe dormir el bebé, qué piensa el pediatra del uso del chupón, qué aconseja respecto de la lactancia, etc.

Al pediatra también le sirve…

Para el médico, la entrevista prenatal es una oportunidad única de conocer y asistir a la pre-historia del bebé. Ya que no apremia el tiempo para pesar, mediar y revisar, el pediatra se toma todo este tiempo para iniciar el vínculo con la familia, detectar los temas que angustian a los padres y charlar sobre esto, así como también explicarles los cuidados básicos del bebé.

A su vez, conocer detalladamente los antecedentes del embarazo, y los hábitos y costumbres de esa familia, producen un pensamiento clínico menos técnico, y mucho más ajustado a la necesidad de cada familia. Esto favorece enormemente la tarea del profesional, y enriquece la relación.

Prepara a los hermanos mayores y a las mascotas

Es probable que el nuevo bebé desajuste aún más el mundo de los hermanos que el tuyo. Afortunadamente la familia ha tenido varios meses para hacerse a la idea y hay varias cosas que pueden hacer  para prepararlos más.

Puedes explicarles porqué lloran los bebés, cómo se les debe cuidar, porqué duermen tanto, cómo se les cambia el pañal, etc.

No te olvides de pedirle a alguien que cuide de ellos cuando tu partas hacia el hospital y cuando te vean por primera vez después del parto, deja al bebé en su cuna y…abre los brazos para recibirlos con alegría. Esto les ayudará a entender que siguen siendo importantes para ti.

Con las mascotas, tú misma estarás presente para ir controlando su acceso al cuarto del bebé y dar el tiempo necesario para que se vaya adaptando a la nueva presencia. Piensa si tendrás que hacer arreglos para llevarlo a algún hospedaje cuando te vayas al hospital.

Referencias

Monitorización Fetal
Durante, Embarazo, Semanas 25 - 40

Monitorización fetal antes del parto

Introducción

La monitorización fetal antes del parto es una herramienta diagnóstica para evaluar el bienestar fetal. Esta tecnología permite el registro continuo de la frecuencia cardiaca fetal y su relación con las contracciones uterinas del trabajo de parto, lo que le permite a tu médico evaluar la salud de tu bebé.

La monitorización fetal es una técnica indolora y no invasiva que suele realizarse en las últimas semanas del embarazo y durante el trabajo de parto con objeto de controlar la actividad uterina y el bienestar intrauterino del bebé.

Se basa en el hecho de que el monitoreo de la frecuencia cardiaca fetal es el reflejo más acertado de la oxigenación del bebé en un determinado momento.

El pulso fetal y sus indicaciones: El promedio de latidos fetales oscila entre 120-180 por minuto. Así que una alteración significativa de este ritmo, inferior o superior delata que existe algún tipo de sufrimiento fetal, bien sea por falta de oxigeno, mala colocación o por cualquier otra causa.

Muchas mujeres describen los latidos cardiacos de sus bebés como el sonido del galope de un caballo.

Ese pulso puede cambiar como respuesta del bebé ante las condiciones presentes en el útero (generalmente durante la labor de parto o en el parto mismo). Un pulso o patrón cardiaco anormal puede significar que el bebé no obtiene suficiente oxígeno o que existen otros problemas.

Un patrón anormal también puede indicar que es necesario realizar un parto de emergencia o por cesárea.

¿Cuántos tipos de monitorización fetal hay?

Fetoscopio: Un Fetoscopio es un dispositivo especialmente diseñado para escuchar los latidos del bebé que se parecerá mucho a un estetoscopio. El mismo está equipado con un auricular especial, el cual le permitirá a tu médico escuchar los latidos del corazón de tu bebé. El fetoscopio deberá ubicarse en diferentes lugares abarcando toda el área de tu abdomen a fin de poder detectar los latidos fetales. Existen varios tipos de fetoscopios y se pueden utilizar desde las 18 semanas del embarazo.

Doppler: es un tipo de ecografía que utiliza ondas sonoras para medir el flujo de la sangre a través de un vaso sanguíneo. El flujo aparece en forma de ondas sobre la pantalla del ecógrafo. Los estudios del flujo por Doppler se pueden utilizar para evaluar el flujo sanguíneo en las venas y arterias umbilicales y en el cerebro y el corazón del bebé. El Doppler a veces recibe el nombre de velocimetría Doppler.

Si el estudio muestra una disminución en la cantidad de flujo sanguíneo, es posible que se requieran otras pruebas.

Monitorización fetal electrónica: Durante el trabajo de parto y el alumbramiento, los latidos fetales también podrán ser controlados utilizando un dispositivo especialmente diseñado para realizar un monitoreo fetal electrónico. Este dispositivo le permitirá a tu médico controlar la frecuencia cardiaca del bebé continuamente durante el transcurso del trabajo de parto. El monitoreo fetal electrónico además se encargará de registrar las contracciones que tendrás durante el trabajo de parto. Esta información podrá ser utilizada para determinar el estado del bebé durante el trabajo de parto y el parto mismo.

Existen dos clases principales de dispositivos especialmente diseñados para realizar monitoreos fetales electrónicos

  • Monitorización electrónica fetal externa: El monitoreo fetal externo se llevará a cabo utilizando una serie de electrodos especialmente diseñados para esta tarea en particular, los cuales se ajustarán a la parte externa de tu abdomen. Estos electrodos, conocidos con el nombre de trasductores o sensores, son dos especies de discos electrónicos especiales. Los mismos permitirán captar y grabar (registrar) los latidos del bebé y sus contracciones. Estos dos electrodos deberán ser anexados a una banda elástica la cual se colocará alrededor del abdomen. Los mismos – más tarde- serán conectados a una máquina que se encontrará ubicada a tu lado, la cual le permitirá a tu médico visualizar en forma de gráficos, toda la información relacionada al ritmo cardíaco del bebé y a sus contracciones. La mayoría de las mujeres descubrirán que los dispositivos de monitoreo fetal externos serán completamente indoloros, a pesar de que podrán sentirse un poco incómodas al tener que estar conectadas (o “atadas”) a una máquina por largos períodos de tiempo. Los nuevos adelantos tecnológicos han permitido la creación de monitores fetales electrónicos portátiles, los cuales utilizan un radiotransmisor que deberá ser colocado en su tobillo. Esto le permitirá moverse con soltura durante el trabajo de parto, pudiendo controlar libremente los latidos cardíacos fetales y sus contracciones sin necesidad de estar inmovilizada. Si este registro es normal, nos indica que con una alta probabilidad no existe sufrimiento fetal (debe recordarse que ninguna prueba diagnóstica es absolutamente exacta).
    • Durante la labor de parto puede usarse en forma continua o intermitente. Esto es un beneficio para los partos con riesgo.
  • Monitorización electrónica fetal interna: Muchas veces, el monitoreo fetal deberá realizarse internamente. Para ello, el médico deberá introducir un electrodo a través del cuello de su útero y colocarlo rodeando el cuerpecito del bebé. Este electrodo, conocido con el nombre de electrodo fetal interno, tendrá la apariencia de un pequeño elástico o resorte, y será colocado en la parte superior de la cabeza del bebé. El mismo permitirá que pueda llevarse a cabo la transmisión de toda la información relacionada al ritmo cardíaco del bebé, la cual será reflejada en la pantalla de un monitor que estará ubicado a su lado. El monitoreo electrónico fetal interno es sumamente preciso, aunque sólo podrá ser utilizado si ya se hubiera roto la bolsa de líquido amniótico (o fuente) y si el cuello uterino ya estuviera parcialmente dilatado. Es por ello que algunas mujeres prefieren no someterse a esta clase de monitoreo interno, ya que el mismo podría provocarles alguna clase de infección, que pondría en riesgo su vida y la de su bebé.

Monitorización telemétrica: es muy semejante a la monitorización fetal normal pero en este caso la madre puede mantener la movilidad.

Este es el sistema más novedoso y utiliza ondas de radio conectadas a un transmisor para transmitir los latidos del corazón del bebé a la estación de enfermeras. Usted puede moverse libremente y a la vez está totalmente monitorizada. Esto es necesario únicamente en caso de riesgo.

¿Cómo se realizan las auscultaciones intermitentes?

Tu doctor, partera o enfermera mantendrá el Doppler o fetoscopio contra tu vientre y escuchará el latido del corazón de tu bebé, igual que hicieron durante las visitas prenatales y determinará tus contracciones poniendo sus manos en tu abdomen.

Él o ella harán la auscultación a intervalos específicos, como cada 15 a 30 minutos en la fase activa de la primera etapa del parto, y cada cinco minutos durante la segunda fase (pujar). Contará los latidos del corazón de tu bebé entre contracciones, cuando no se esté moviendo, para determinar su “línea de base” de latidos del corazón (la normal está entre 110 y 160 latidos por minuto). También escuchará su corazón durante algunas contracciones y un poco después de que acaben para tener una idea de cómo está el bebé tolerándolas.

Además de hacer la auscultación a intervalos planeados, los latidos del corazón de tu bebé se evaluarán según sea necesario, como por ejemplo antes y después de los exámenes vaginales o cuando rompas fuente.

Si tu doctor o partera sospecha que se está desarrollando un problema, comprobará el ritmo cardiaco más frecuentemente. Puede que te conecten un monitor electrónico fetal durante un tiempo o, si es necesario, durante todo el parto.

Fetoscopio: Un Fetoscopio es un dispositivo especialmente diseñado para escuchar los latidos del bebé que se parecerá mucho a un estetoscopio. El mismo está equipado con un auricular especial, el cual le permitirá a tu médico escuchar los latidos del corazón de tu bebé.

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El fetoscopio deberá ubicarse en diferentes lugares abarcando toda el área de tu abdomen a fin de poder detectar los latidos fetales. Existen varios tipos de fetoscopios y se pueden utilizar desde las 18 semanas del embarazo.

Doppler: es un tipo de ecografía que utiliza ondas sonoras para medir el flujo de la sangre a través de un vaso sanguíneo. El flujo aparece en forma de ondas sobre la pantalla del ecógrafo. Los estudios del flujo por Doppler se pueden utilizar para evaluar el flujo sanguíneo en las venas y arterias umbilicales y en el cerebro y el corazón del bebé. El Doppler a veces recibe el nombre de velocimetría Doppler

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Si el estudio muestra una disminución en la cantidad de flujo sanguíneo, es posible que se requieran otras pruebas.

Tu doctor, partera o enfermera mantendrá el Doppler o fetoscopio contra tu vientre y escuchará el latido del corazón de tu bebé, igual que hicieron durante las visitas prenatales y determinará tus contracciones poniendo sus manos en tu abdomen.

Él o ella harán la auscultación a intervalos específicos, como cada 15 a 30 minutos en la fase activa de la primera etapa del parto, y cada cinco minutos durante la segunda fase (pujar). Contará los latidos del corazón de tu bebé entre contracciones, cuando no se esté moviendo, para determinar su “línea de base” de latidos del corazón (normal de 110 a 160 latidos por minuto). También escuchará su corazón durante algunas contracciones y un poco después de que acaben,  para tener una idea de cómo está el bebé tolerándolas.

Además de hacer la auscultación a intervalos planeados, los latidos del corazón de tu bebé se evaluarán según sea necesario, como por ejemplo antes y después de los exámenes vaginales o cuando rompas fuente.

Si tu doctor o partera sospecha que se está desarrollando un problema, comprobará el ritmo cardiaco más frecuentemente. Puede que te conecten un monitor electrónico fetal durante un tiempo, o si es necesario, durante todo el parto.

Monitorización fetal electrónica

Durante el trabajo de parto y el alumbramiento, los latidos fetales también podrán ser controlados utilizando un dispositivo especialmente diseñado para realizar un monitoreo fetal electrónico. Este dispositivo le permitirá a tu médico controlar la frecuencia cardiaca del bebé continuamente durante el transcurso del trabajo de parto. El monitoreo fetal electrónico además se encargará de registrar las contracciones que tendrás durante el trabajo de parto. Esta información podrá ser utilizada para determinar el estado del bebé durante el trabajo de parto y el parto mismo.

Existen dos clases principales de dispositivos especialmente diseñados para realizar monitoreos fetales electrónicos

1. Monitorización electrónica fetal externa: El monitoreo fetal externo se llevará a cabo utilizando una serie de electrodos especialmente diseñados para esta tarea en particular, los cuales se ajustarán a la parte externa de tu abdomen. Estos electrodos, conocidos con el nombre de transductores o sensores, son dos especies de discos electrónicos especiales. Los mismos permitirán captar y grabar (registrar) los latidos del bebé y sus contracciones.

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Estos dos electrodos deberán ser anexados a una banda elástica la cual se colocará alrededor del abdomen. Los mismos – más tarde- serán conectados a una máquina que se encontrará ubicada a tu lado, la cual le permitirá a tu médico visualizar en forma de gráficos, toda la información relacionada al ritmo cardíaco del bebé y a sus contracciones. La mayoría de las mujeres descubrirán que los dispositivos de monitoreo fetal externos serán completamente indoloros, a pesar de que podrán sentirse un poco incómodas al tener que estar conectadas (o “atadas”) a una máquina por largos períodos de tiempo.

Los nuevos adelantos tecnológicos han permitido la creación de monitores fetales electrónicos portátiles, los cuales utilizan un radiotransmisor que deberá ser colocado en su tobillo. Esto le permitirá moverse con soltura durante el trabajo de parto, pudiendo controlar libremente los latidos cardíacos fetales y sus contracciones sin necesidad de estar inmovilizada. Si este registro es normal, nos indica que con una alta probabilidad no existe sufrimiento fetal (debe recordarse que ninguna prueba diagnóstica es absolutamente exacta).

Durante la labor de parto puede usarse en forma continua o intermitente. Esto es un beneficio para los partos con riesgo.

Este tipo de monitorización es el que siempre se utiliza durante el embarazo y en la mayoría de los partos. Es más sencillo de realizar y no implica ningún riesgo, aunque la información que ofrece en ocasiones no es tan precisa como la de la monitorización interna.

2. Monitorización electrónica fetal interna: Muchas veces, el monitoreo fetal deberá realizarse internamente. Para ello, el médico deberá introducir un electrodo a través del cuello de su útero y colocarlo rodeando el cuerpecito del bebé. Este electrodo, conocido con el nombre de electrodo fetal interno, tendrá la apariencia de un pequeño elástico o resorte, y será colocado en la parte superior de la cabeza del bebé.

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El mismo permitirá que pueda llevarse a cabo la transmisión de toda la información relacionada al ritmo cardíaco del bebé, la cual será reflejada en la pantalla de un monitor que estará ubicado a su lado. El monitoreo electrónico fetal interno es sumamente preciso, aunque sólo podrá ser utilizado si ya se hubiera roto la bolsa de líquido amniótico (o fuente) y si el cuello uterino ya estuviera parcialmente dilatado.

Por esta razón, a pesar de que la información sobre el ritmo cardiaco que proporciona la monitorización interna resulta más precisa, se utiliza muy poco, ya que, actualmente, la tendencia es que se mantenga la bolsa mientras que el parto se va desarrollando y podría causar alguna clase de infección que pone en riesgo tu salud y la del bebé.

Monitorización telemétrica: es muy semejante a la monitorización fetal normal pero en este caso la madre puede mantener la movilidad.

Este es el sistema más novedoso y utiliza ondas de radio conectadas a un transmisor para transmitir los latidos del corazón del bebé a la estación de enfermeras. Puedes moverte libremente y a la vez estás totalmente monitorizada. Esto es necesario únicamente en caso de riesgo.

¿Qué muestran las gráficas obtenidas?

Un mismo embarazo mostrará gráficas diferentes en distintos momentos pudiendo ser normales todas ellas. Las anomalías que se suelen detectar están relacionadas con alteraciones en el flujo sanguíneo que le llega al bebé desde la placenta, la existencia de contracciones uterinas, la relación entre ambos factores, la pérdida de bienestar fetal por éstas u otras razones, como las infecciosas o la existencia de algunas malformaciones en el bebé.

No ofrece datos en cuanto a parámetros de crecimiento ni se puede determinar la fecha del parto.

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Los estudios que se han hecho hasta la fecha no muestran ninguna evidencia de efectos dañinos o daños al feto causados por los ultrasonidos que se utilizan. Situaciones como un ayuno prolongado, enfermedades de la madre, posiciones poco favorables para la detección de la señal u otras pueden requerir que se adopten posiciones para la realización de la prueba que no sean las más cómodas o que se prolongue el tiempo de realización.

No debes sentir como consecuencia de la prueba dolor o malestar, por lo que si aparece debes comunicarlo a la persona que le realiza la prueba.

¿Qué es la bradicardia?

Es un descenso de la frecuencia cardiaca fetal (descenso de las pulsaciones del corazón del bebé). El corazón fetal late más rápido que el del adulto. El promedio es de 140 latidos por minuto, con un rango normal de 110 a 170 latidos. Un latido más lento puede ser signo de que algo debe ser revisado.

Hay varios tipos de bradicardias, que reciben el nombre de ‘dips’. Hay dips que resultan normales, como cuando se inicia el periodo expulsivo, porque con la compresión de la cabeza el bebé hace un reflejo vagal y le bajan las pulsaciones durante las contracciones.

En cambio, si ocurre al acabar las contracciones, es sospecha de sufrimiento fetal por falta de oxígeno. Cuando la expulsión del bebé durante el parto es forzado con oxitocina y los pujos son continuos, casi sin descanso y en posición boca arriba, las posibilidades de que el niño sufra por falta de oxígeno se disparan. Un Ph 7,24 indica sufrimiento fetal moderado; grave es igual o por debajo de 7,21.

 ¿Qué ventajas tiene uno u otro método?

Según la OMS, estos dos métodos de vigilancia fetal han sido comparados en multitud de estudios. El índice de cesáreas y de partos instrumentales fue más alto en todos los grupos electrónicamente monitorizados. Si no se disponía de facilidades para realizar análisis de muestra sanguínea fetal, el índice de cesáreas fue incluso mayor.

Existe poca evidencia de que el índice elevado de intervenciones en los grupos electrónicamente monitorizados proporcionase notables beneficios a los fetos. Ni las muertes perinatales ni los índices de Apgar bajos se redujeron.

Se precisan más estudios sobre la selección de las mujeres que podrían beneficiarse de la monitorización fetal.

Lo que debes saber sobre la monitorización fetal

A continuación te informamos sobre algunos aspectos que debes conocer acerca de la monitorización fetal:

  • La monitorización no es obligatoria pero es uno de los avances disponibles en la actualidad que ofrece información importante.
  • El empleo de la monitorización no significa que algo vaya mal. Se utiliza por rutina.
  • Es una técnica no invasiva, incluso la monitorización interna no produce ningún problema al bebé.
  • Durante la monitorización la mujer puede elegir la postura que considere más cómoda. Normalmente, en las consultas de embarazo se suele colocar tumbada o sentada en una silla, pero durante el parto la monitorización NO tiene que interferir en la postura que quieras adoptar en cualquier momento.
  • Un ritmo cardíaco fetal normal debe ser de 110 a 160 latidos por minutos. El ritmo del corazón fetal normalmente cambia en reacción a las contracciones. Por ejemplo, el ritmo del corazón podría ser más lento cuando comienza una contracción. También es normal ver ritmos más acelerados periódicamente. Estos cambios forman un patrón sin que eso refiera un problema.
    • Sin embargo, ciertos patrones pueden indicar que el bebé no está recibiendo suficiente oxígeno.
  • Si la frecuencia cardiaca fetal (FCF) se mantiene por debajo de 100 durante un tiempo, o estas bajadas se repiten frecuentemente durante la monitorización, se suele acostar a la madre del lado izquierdo para que le llegue más oxígeno al feto. O directamente se le pone oxígeno.
  • El ritmo cardiaco fetal también puede descender porque después de poner la epidural, baja la presión arterial de la madre, pero se puede recuperar moviéndola y acostándola del lado izquierdo.
  • Durante el parto, cuando la mujer tiene una contracción, es normal que la línea base que mide la FCF descienda, pero esto no implica sufrimiento fetal siempre y cuando, tras la contracción, vuelve a la línea base normal.

Si se produce un patrón anormal de frecuencia cardíaca fetal, el médico tratará primero de determinar la causa de dicho patrón y se pueden tomar medidas para que el bebé reciba más oxígeno, como pedirte que cambies de posición o darte medicamentos o líquidos intravenosos.

Si estos procedimientos no dan resultado, o si otros estudios indican que el bebé tiene algún problema, el especialista podría decidir que el niño debe nacer de inmediato. En tal caso, es más probable que el bebé nazca por medio de parto por cesárea, o con fórceps.

¿Quiénes son candidatas a una monitorización constante durante la labor de parto?

Son candidatas a la monitorización todas aquellas embarazadas que presenten enfermedades relacionadas con la gestación, que pongan en peligro el bienestar de la madre y/o del feto, e incluyen:

  • En las alteraciones del trabajo de parto por no existir una buena proporción céfalo pelviana (aplicado en la prueba de trabajo de parto), o sea aquellas embarazadas cuya pelvis es pequeña para el tamaño de cabeza del bebé.
  • Ante la detección de meconio (la primera evacuación del bebé)  antes o durante el trabajo de parto.

Cuando hay:

  • Aumento o disminución en la cantidad de líquido amniótico.
  • Falta o disminución de los movimientos fetales.
  • Embarazo prolongado (mayor de 40 semanas).
  • Inmunización al factor Rh.
  • Embarazo gemelar.
  • Antecedentes de muerte fetal intrauterina.
  • Diabetes mellitus o diabetes gestacional.
  • Hipertensión arterial aguda (pre-eclampsia o eclampsia).
  • Alteraciones hormonales (por ejemplo hiper o hipotiroidismo).
  • Enfermedades cardiovasculares.
  • Enfermedades renales.
  • Enfermedades hepáticas.
  • Enfermedades hematológicas.
  • Como estudio complementario a partir de la semana 36 de gestación.
  • Parto pre término.
  • Infecciones
  • Otras que considere el médico

Referencias: