El sistema inmune del recién nacido y la importancia de la leche materna
Complicaciones de parto / Postparto, Durante, El bebé, Embarazo

Sistema inmune del recién nacido y la importancia de la leche materna

Introducción

El sistema inmune del recién nacido

Durante el embarazo, el sistema inmune de la madre debe ser regulado para que el bebé no sea rechazado y para que el bebé pueda crecer dentro de ella. Lo interesante es que el bebé también desarrolla, a lo largo del embarazo, su propio sistema inmune.

Entonces, tenemos dos sistemas de defensa, de dos individuos diferentes, cohabitando en el cuerpo de la madre. Para que esto pueda ser posible, y no haya rechazo entre el sistema inmune de la madre y el del bebé, el sistema inmune de la madre es regulado, y el sistema inmune del bebé tarda en madurar.  Por esto, cuando nace un bebé, su sistema inmune no está en las mejores condiciones. De hecho, el sistema inmune del bebé no alcanza todo su potencial  hasta los dos años de vida.

El sistema inmune del recién nacido

El sistema inmune del recién nacido podría considerarse como inmaduro porque sus órganos, como los ganglios y el bazo, no están aún bien organizados al nacimiento. Además, algunas de sus células no tienen todos los receptores que se necesitan para montar adecuadas respuestas contra los microorganismos patógenos.

La progesterona presente durante el embarazo contribuye a regular el sistema inmune de la madre para que no rechace al bebé pero también participa en promover una disminución en las respuestas inmunes del recién nacido (1).

Al nacimiento, los recién nacidos no tienen una adecuado funcionamiento de las células que conocemos como “natural killers” (células asesinas naturales), ni de los linfocitos que llamamos “cooperadores” (son las células coordinadoras de las respuestas inmunitarias), los cuales nos protegen contra infecciones virales y bacterianas.

Esto hace al recién nacido más susceptible de adquirir una infección durante los primeros meses de vida (2). Además, las células dendríticas (células especializadas del sistema inmunológico), que son las encargadas de presentar los microorganismos a los linfocitos, no funcionan adecuadamente en el primer mes de vida y las respuestas de los linfocitos tienden a ser menos agresivas (son respuestas que llamamos de tipo Th2) (3).

La capacidad de los macrófagos (unas de las células que forman parte de nuestra primera línea de defensa) para  eliminar bacterias a través de la fagocitosis (la ingestión de partículas) también está  disminuida  en los neonatos, porque los receptores que detectan a los microorganismos no funcionan adecuadamente (4).

Aunque el número de linfocitos totales del recién nacido está incrementado desde el nacimiento hasta el quinto mes de vida, la función de estos tampoco es perfecta. Los linfocitos B tienen dificultad para hacer diferentes tipos de anticuerpos.

Al nacimiento, el recién nacido tiene anticuerpos de tipo IgG provenientes de la madre (los anticuerpos son específicos para cada tipo de antígeno y se les conoce también como Inmunoglobulinas: Ig), que pasaron a través de la placenta desde la semana 20 de gestación y estos anticuerpos lo protegen durante el primer mes de vida. El bebé, después de su nacimiento, puede producir anticuerpos de tipo IgM (son el tipo de anticuerpos que se forma en la fase aguda de una infección), pero su sistema inmune no produce adecuadamente anticuerpos de otra clase hasta varios meses más tarde.

Por ejemplo, los niveles de anticuerpos de tipo IgM (los que se producen  durante la fase aguda de una infección)  alcanzan los niveles del adulto al año de edad; los anticuerpos IgG (los anticuerpos que consideramos como de memoria y se producen después de la fase aguda de una infección) alcanzan los niveles del adulto a los 5 años y los anticuerpos IgA (anticuerpos importantes para protegernos contra microorganismos en el intestino, las mucosas genital y respiratoria) no alcanzan los niveles del adulto hasta la adolescencia (5).

El sistema inmune del recién nacido tampoco responde de manera ideal contra bacterias que tienen cápsula de carbohidratos, hasta que el bebé cumple los dos años de vida. Por esto, es muy importante que los bebés menores de 2 años reciban todas las vacunas que protegen contra las bacterias que llamamos “encapsuladas” (que tienen cápsula de carbohidratos). Algunas bacterias encapsuladas son Haemophilus influenzae y Streptococcus pneumoniae.

¿Qué podemos hacer?

El bebé recién nacido debe ser protegido mientras su sistema inmune alcanza la madurez. Pero no debemos alarmarnos. Aunque el sistema inmune del bebé esta inmaduro, aún tiene muchos elementos funcionando para que el bebé pueda defenderse. Además, la naturaleza es muy sabia y para complementar la inmadurez del sistema de defensas del recién nacido, nos ha dado la leche materna. Esta leche es el complemento perfecto para el sistema inmune inmaduro del recién nacido.

¿Por qué la lecha materna es el complemento perfecto para el sistema inmune del recién nacido?

La leche materna provee una nutrición óptima al recién nacido, pero además de esto, contiene factores bioactivos que lo protegen de infecciones. Las tres proteínas que se encuentran en altas concentraciones en la leche materna y que tienen beneficios inmunológicos son: la inmunoglobulina A secretoria (anticuerpo IgA), la  lactoferrina y la lisozima. La IgA previene que se adhieran las bacterias a las paredes de las vías respiratorias del bebé o a las vías gastrointestinales, impidiendo así infecciones.

La lactoferrina previene el crecimiento de microorganismos porque compite por el hierro que necesitan. La lisozima inhibe el crecimiento bacteriano y actúa sinérgicamente con las propiedades antibacterianas de la IgA  y de la lactoferrina (6). Sin embargo, no solo hay proteínas en la leche materna. La leche materna, y en especial, el calostro, contiene grandes cantidades de células conocidas como neutrófilos y macrófagos que pueden fagocitar microorganismos e influencian la respuesta inmune del recién nacido (7).

Además, la alimentación con leche materna puede proteger al bebé de desarrollar alergias posteriormente, en especial la rinitis alérgica (7). También el riesgo a padecer de enfermedad celiaca se reduce cuando el niño es amamantado con leche materna. Por esto, se recomienda que la introducción de alimentos con gluten a la dieta del recién nacido tenga lugar mientras estos aún reciben leche materna (8).

La leche materna complementa perfectamente las alteraciones inmunológicas que presenta el recién nacido durante los primeros meses de vida. A través de la leche materna, el bebé recibe de su mamá células con adecuada capacidad fagocítica y anticuerpos de tipo IgA, productos de la experiencia inmunológica de la madre. Estos  permiten al bebé defenderse de los virus y las bacterias mientras que su propio sistema inmune adquiere la madurez necesaria para protegerlo adecuadamente.

“Con la colaboración de la Dra. Estibalitz Laresgoiti Servitje.
Médico especialista en Psiconeuroinmunologia e Inmunologia Reproductiva”

1.         Giannoni E, Guignard L, Knaup Reymond M, Perreau M, Roth-Kleiner M, Calandra T, et al. Estradiol and Progesterone Strongly Inhibit the Innate Immune Response of Mononuclear Cells in Newborns. Infect Immun. 2011;79(7):2690-8.
2.         Chilmonczyk BA, Levin MJ, McDuffy R, Hayward AR. Characterization of the human newborn response to herpesvirus antigen. J Immunol. 1985;134(6):4184-8. Epub 1985/06/01.
3.         De Wit D, Olislagers V, Goriely S, Vermeulen F, Wagner H, Goldman M, et al. Blood plasmacytoid dendritic cell responses to CpG oligodeoxynucleotides are impaired in human newborns. Blood. 2004;103(3):1030-2.
4.         Sadeghi K, Berger A, Langgartner M, Prusa A-R, Hayde M, Herkner K, et al. Immaturity of Infection Control in Preterm and Term Newborns Is Associated with Impaired Toll-Like Receptor Signaling. The Journal of Infectious Disease. 2007;195(2):296-302.
5.         Rich R, Fleisher T, Shearer W, Kotzin B, Jr HS. Clinical immunology. Principles and Practice. 2nd ed. London, England: Mosby International Limited; 2001.
6.         Lovelady CA, Hunter CP, Geigerman C. Effect of exercise on immunologic factors in breast milk. Pediatrics. 2003;111(2):E148-52. Epub 2003/02/04.
7.         Jackson KM, Nazar AM. Breastfeeding, the Immune Response, and Long-term Health. JAOA: Journal of the American Osteopathic Association. 2006;106(4):203-7.
8.         Sollid LM. Breast milk against coeliac disease. Gut. 2002;51(6):767-8.

Destete o Ablactación
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Destete

Introducción

El destete o ablactación es el momento de la vida de tu bebé en el que se cambia de la leche materna a cualquier otra fuente de alimentación. El proceso de ablactación se inicia en el momento en el que tu bebé toma otra cosa que no sea la leche materna, puede ser fórmula o puede ser una cucharadita de plátano machacado. La ablactación es el reemplazo gradual de la leche materna con otros alimentos y medios de alimentación.

Cuándo se debe hacer es una decisión totalmente personal ya que puede estar influenciada por el momento en el que debes regresar a trabajar, tu salud o la de tu bebé, o simplemente el sentimiento de que ya llegó el momento de hacerlo.

 El destete o ablactación es el momento de la vida de tu bebé en el que se cambia de la leche materna a cualquier otra fuente de alimentación.

Sea cuando sea que lo hagas, es importante que entiendas que la ablactación es un proceso gradual en el que se va a necesitar paciencia y comprensión tanto de parte tuya como de la del bebé. La palabra en sí significa un “pasaje” de una relación a otra y no es, para nada, una pérdida o separación.

¿Qué quiere decir tener un bebé “ablactado” o “destetado”?

Cuando el bebé deja de tomar leche y se alimenta de otras fuentes diferentes a la leche materna, se considera que está ablactado. Aunque algunos bebés pueden “ablactarse” de la alimentación con biberón, este término se usa generalmente para los bebés que son alimentados con leche materna.

La importancia de la alimentación en el primer año de vida del bebé

El primer año de vida constituye una de las etapas de crecimiento intenso en la vida del ser humano, de hecho, se estima que a los cuatro meses de vida un bebé sano duplica su peso con el que nació y lo triplica al cumplir un año de edad, es decir, un bebé que nace con un peso de 3 Kg. al cuarto mes pesará 6 kg y al año 9 kg. Esta velocidad de crecimiento, no será superada en ninguna otra etapa en la vida del menor.

Debido a este crecimiento acelerado, la alimentación durante el primer año de vida juega un papel muy importante. En general, se sabe que si durante los primeros 4 a 6 meses de vida el bebé es alimentado con leche materna de forma exclusiva y a libre demanda, las necesidades de energía, proteínas y de nutrimentos inorgánicos del bebé estarán cubiertos sin ningún problema. Una vez transcurrido este período, las necesidades del bebé dejan de satisfacerse por lo cual es necesario que consuma otros alimentos además de la leche materna.

¿Cuáles son las ventajas de continuar amamantando al bebé?

Existen muchas razones importantes:

  1. En primer lugar,  porque la leche materna  continúa aportando nutrientes al bebé, por ejemplo, provee la mitad o más de los nutrientes que necesita el bebé durante su segundo semestre de vida, y una tercera parte durante el segundo año de vida.
  2. La lactancia materna no solamente es un alimento que lo nutre fisiológicamente, también  representa un vínculo afectivo muy fuerte  que hará de su hijo  una persona segura en si misma . La relación con sus padres,  será la base para crear sus vínculos afectivos en la adolescencia y adultez, por lo tanto los comentarios de que amamantarlo más allá de un año lo harás un pequeño dependiente son falsos.
  3. En muchos estudios científicos se ha demostrado que el incremento en  la  duración de lactancia materna se asoció a un incremento consistente y estadísticamente significativo en el cociente intelectual y el desarrollo cognoscitivo del bebé.
  4. La lactancia materna contribuye a la salud y bienestar de la madre, reduce el riesgo de cáncer de ovario.
  5. La lactancia materna, reduce  el riesgo de cáncer del seno, especialmente si el período de lactancia es de 1 1/2 a 2 años
  6. Las hormonas que se generan mientras se amamanta siguen relajando a la madre y por lo tanto haciéndolas unas mujeres mas dispuestas a atender a sus hijos.
  7. El amamantamiento es una forma fácil de dar consuelo, ya que el pecho da consuelo al niño cuando está cansado, enfermo, molesto o lastimado.

Fisiología del destete

El proceso fisiológico del destete es complejo e involucra ajustes tanto biológicos como bioquímicos, nutricionales y psicológicos tanto para la madre como para el bebé.
Cambios en la composición de la leche materna: Durante el proceso del destete, la composición de la leche materna se va ajustando para cubrir las necesidades del bebé en crecimiento de tal manera que, aunque el volumen disminuye, la cantidad de nutrientes necesarios y la protección inmunológica permanecen.
Los estudios acerca de la composición química de la leche materna muestran que cuando la demanda cae debajo de los 400 mililitros por día, se incrementa la concentración de sodio y otras sales inorgánicas. La grasa, el hierro y las proteínas también se incrementan mientras que los niveles de calcio permanecen iguales y los de zinc se disminuyen.

La concentración de los niveles inmunológicos se mantiene durante el destete gradual, sin embargo cuando hay un destete brusco estos niveles se incrementan rápidamente.

Tipos de destete

Primero que nada es conveniente recordar que la producción de leche básicamente depende de la frecuencia con que se vacíe la glándula mamaria, por lo tanto, entre más seguido se alimente un bebé, más leche se producirá. Cuando vamos a destetar trabajaremos en sentido inverso, espaciaremos la frecuencia con que se vacía la glándula y así poco a poco se disminuirá la producción de leche.

Existen varios tipos de destete, el planeado, el  abrupto  y  el natural.

Destete planeado o paulatino: En éste la pareja lactante decide que llegó su momento para destetar y lo lleva a cabo lentamente para permitirle al bebé que vaya asimilando el cambio poco a poco.  De esta forma paulatinamente la madre sustituirá la lactancia por otros alimentos y otros tipos de atención y cariño (comunicación).

Destete abrupto: La forma menos adecuada para destetar a un bebé es hacerlo abruptamente, es decir de un día para otro  y  tampoco  es aconsejable el uso de inyecciones para suprimir la producción láctea.  Este tipo de destete solamente se sugiere para casos en que es inevitable, por ejemplo, cuando una madre con cáncer debe iniciar un tratamiento de quimioterapia sin demora.

El destete abrupto es difícil para ambos, ella y su bebé, esto se debe a varias razones;  La  incomodidad física y las potenciales complicaciones para la salud de la madre, ya que a pesar de que la madre deja de dar el pecho, su cuerpo sigue produciendo la leche y al no  ser extraída sus pechos se congestionarán y esto puede desembocar en una mastitis (inflamación de la glándula mamaria) o en un absceso.

Para evitar este tipo de situaciones debemos extraer solamente un poco de leche, de forma que  no se sientan  los pechos adoloridos, pero teniendo cuidado de no vaciar completamente la glándula mamaria, ya que  esto hará que se produzca más leche.  Poco a poco se espaciará la extracción de leche hasta que, en un par de semanas, ya no se tenga que hacer más.

Debido a que la lactancia materna no solo es un método de alimentación, sino una fuente de intimidad y consuelo, cuando es eliminado de repente, el bebé puede sentir que su madre le ha quitado su amor y cariño,  aparte de haberle quitado el pecho.  En consecuencia, éste no es un buen momento para separarse del bebé, ya que él necesita saber que su madre aún le ama.

En este tipo de casos NO es recomendable vendarse los pechos,  debido a que cualquier presión constante en los pechos puede obstruir un conducto y generar una infección en la glándula. Para aliviar un poco la molestia por la congestión de los pechos,  se pueden  colocar  de compresas frías.
Cuando el destete se hace rápidamente, los pechos pueden estar demasiado llenos ya que el cuerpo de la mujer responde lentamente a las señales que se le envían al cerebro de que quieres que se reduzca la producción. Es muy común que continúes produciendo leche 45 días después de haber terminado totalmente con el proceso. Algunas mujeres siguen experimentando secreción de leche durante varios meses o más. Se cree que el estímulo psicológico es el que contribuye a que suceda esto ya que las madres continúan teniendo contacto cercano con sus bebés después del destete.
El cambio súbito hormonal puede causar a la madre una depresión, especialmente cuando ella no estaba muy convencida de iniciar el destete o si ella tiene tendencia a la depresión.
Destete natural: Por último en el destete natural será el bebé quien determine el momento en que ha superado su  necesidad de ser amamantado. Es importante recalcar que cada pequeño lo logrará en diferentes tiempos, así como a  cada pequeño le saldrán los dientes en diferentes meses.

Lo mejor es que el destete se dé en forma lenta y gradual, para que tanto la madre como el bebé aprendan otra forma de alimentación y de comunicación, ya que el amamantamiento no solamente significa alimento sino un lugar  donde sentirse seguro y confiado para continuar con su desarrollo.

Cuando se amamanta a un bebé que tiene más de un año, es común sentirse presionada por amigos y familiares a destetar, ya que nuestra sociedad no está acostumbrada a las lactancias prolongadas (amamantar  más allá del tiempo que la mayoría de las madres en nuestra sociedad lo hacen ) , por lo tanto es muy recomendable buscar un grupo de apoyo para compartir experiencias con otras madres que se encuentran en circunstancias similares.

Cambios de la madre durante el destete

La madre puede experimentar varios cambios físicos durante el destete:

  • Ajuste de la dieta: La mayoría de las mujeres encuentran que tienen que ajustar sus dietas y eliminar las calorías extras que necesitaban para producir leche porque si continúan comiendo igual, subirán de peso.
  • Cambio en el tamaño de los pechos: Sus pechos estarán un poco blandos al principio pero generalmente regresan al la talla que tenían antes del embarazo unos meses después de haber terminado con la lactancia.
  • Presencia de la menstruación: Si la madre no tenía menstruación (amenorrea) por la lactancia, la suspensión generalmente estimulará el regreso de la fertilidad y de la menstruación. El sistema hormonal de la madre regresa a sus niveles de antes del embarazo.

¿En qué momento es mejor iniciar la ablactación?

Es muy común que escuches comentarios diciendo que  a cierta edad la leche materna ya no nutre a tu bebé y esto es totalmente falso, la leche materna  sigue conteniendo vitaminas, minerales, proteínas, etc., mientras se siga produciendo.  Y lo más importante, le seguirá proveyendo de anticuerpos para mantenerlo sano  y, en caso de que se enferme, la enfermedad sea más benigna.
La Academia de Pediatría Americana recomienda que se alimente al bebé solamente con leche maternal hasta los seis meses y después de eso se le puede acompañar con una variedad de alimentos sólidoshasta que cumpla un año de edad. En ese momento hay menos problema de inflamación del pecho al suspender la lactancia porque al disminuir la demanda, automáticamente disminuye la producción. Es importante que recuerdes que la leche materna es el alimento más importante para tu bebé en el primer año de su vida.
Esta es solo una recomendación y cada pareja lactante deberá decidir cuándo es el momento adecuado para que ellos lleven a cabo el destete. Puede ser antes o después de lo indicado, lo importante es que la lactancia se viva feliz y contenta,  y que tomemos decisiones hasta después de habernos informado.

Si deseas revisar un poco más de esta información la puedes accesar en la página de Internet de la Organización Mundial de la salud en la siguiente liga:
http://www.who.int/child-adolescent-health/NUTRITION/infant_exclusive.htm
Desde los seis meses en adelante, la mayoría de los bebés muestran deseos de comer algo diferente a la leche materna. Esto es lo que inicia el destete pero el tiempo que se vaya a tardar varía mucho de bebé a bebé. El rechazo súbito a amamantarse no es un signo de que el bebé está listo para ser destetado sino más bien está indicando que hay algún problema. Ojo, muchas madres malinterpretan este mensaje y destetan completamente a su bebé sin buscar más cuál fue la causa.
La ablactación no tiene porqué ser una propuesta absoluta, algunas mujeres deciden hacerlo durante el día pero continúan amamantando durante la noche dependiendo de sus trabajos y horarios. Esto obedece a lo que más convenga tanto a la madre como al bebé, lo mejor de todo es ser flexible.

Fisiológicamente, el bebé a partir de los seis meses es capaz de masticar sólidos aún cuando no le hayan brotado todos los dientes y está aprendiendo a “masticar y tragar”. Esto es indispensable para la introducción de sólidos. Algunos creen que este reflejo se aprende después de que el bebé ha alcanzado un cierto nivel de desarrollo neurológico. Si le das de comer sólidos antes, el bebé empujará la comida para afuera con su lengua.

La ablactación o destete debe de ser gradual

La ablactación no es un evento, es un proceso y como tal, debe ser gradual tanto para que los senos tengan tiempo de ajustarse como para facilitarles, a ti y al bebé, el paso al nuevo tipo de alimentación. Como ya lo mencionamos anteriormente, dejar de amamantar o de extraerse la leche de manera repentina y sin preparación, puede tener repercusiones para ambos, y además puede causar una obstrucción en los conductos lácteos o una infección en la glándula mamaria (mastitis).
Por otro lado, se ha asociado a la ablactación temprana, es decir, antes de los 4 meses de edad con el desarrollo de sobrepeso y obesidad, así como con alergias alimentarias en etapas posteriores.
Aunque algunos bebés están muy contentos alimentándose de leche materna indefinidamente y esperarán a que su mamá sea la que tome la decisión de terminar con esto, otros empezarán a dar señales sutiles –y no tan sutiles- de que ya están listos para nutrirse de otra manera. Pueden expresar enojo o irritabilidad cuando los acercas al pecho o pueden disminuir notoriamente los periodos de alimentación.
Estos son otros signos de que el bebé ya está listo y puedes iniciar el destete:

  1. ¿Ya desapareció el reflejo de rechazo de la lengua? Este reflejo hace que el bebé instintivamente empuje hacia afuera de su boca cualquier objeto. Si aún está presente y tu bebé quiere vomitar cada vez que le das sólidos, entonces quizás no está listo para dejar el pecho.
  2. Si ya se puede sentar solo, entonces ya puedes tenerlo en esa posición para darle de comer.
  3. ¿Tu bebé mira con interés la comida o trata de agarrarla cuando la ve? Si tu bebé muestra interés en tu comida, puede ser que ya esté listo para que lo introduzcas a los sólidos.
  4. ¿Tu bebé está muy distraído cada vez que lo pones al pecho y tarda cada vez más para terminar? Esto quiere decir que quizás tu bebé ya está listo para la ablactación.

¿Cómo puedo facilitar este proceso?

Muchas madres toman la decisión de ablactar con sentimientos encontrados. Por un lado, saben que esto les dará libertad y flexibilidad para poder moverse y además se dan cuenta con orgullo de que su bebé ya ha terminado una etapa importante de su vida.
Pero por otro lado, amamantar es una actividad íntima que establece un lazo importante entre la madre y el bebé –y a algunas madres se les dificulta terminar con esto. Para muchas mamás, la ablactación es el momento en el que realizan que su bebé ya nunca más dependerá tanto de ellas como en estos primeros meses de su vida.
Si, es muy probable que vayas a tener una serie de sentimientos y es importante que entiendas que tu bebé puede estar en la misma situación. Siempre recuerda que existen muchas otras formas de mantener y nutrir el lazo que los une en la vida por venir.
La ablactación puede facilitarse si el bebé ha tomado alguna otra leche que no sea la maternal en algunas ocasiones. Así que puede ser una buena idea que, a partir de los 4 a 7 meses de edad, de vez en cuando le des un biberón de fórmula de leche comercial (recomendada por tu pediatra).

Esto te permitirá mayor flexibilidad al permitir que otros miembros de tu familia te ayuden a alimentar al bebé cuando tú estés ocupada o te encuentres ausente a la hora de la comida. Si el bebé está cerca del año de edad, sería mejor ponerle la leche en vaso en vez de biberón.

¿Por dónde empiezo?

No hay una regla general, pero si tú eres la que tomaste la decisión de suspender la leche materna y pasar a fórmula, es importante recordar que el proceso debe ser gradual para que tanto tú como tu bebé se vayan ajustando emocionalmente al cambio.

  1. Puedes empezar con suspender una toma a la semana hasta que el bebé en ese momento ya esté comiendo o sólidos o fórmula. La comida del medio día sería la más conveniente para iniciar porque es la más pequeña y la que te causa más inconvenientes en cuanto al horario, sobre todo para las madres que trabajan.
  2. Todos los días, a la hora de esa comida, ofrécele un biberón o leche en vaso en vez del pecho. Continúa amamantando en los horarios acostumbrados el resto del día.
  3. A la semana, sustituye otra sesión de amamantamiento por el biberón o el vaso.
  4. Una por una, dejando siempre pasar suficiente tiempo para que tanto tú como el bebé se acostumbren al cambio, sustituye todas las sesiones de amamantamiento por el biberón o el vaso.
  5. Si tienes los pechos llenos debido al nuevo horario de lactancia, extrae solamente la cantidad de leche que sea necesaria para aliviar la presión y las molestias que sientas.

Terminarías en mes y medio más o menos o podrías extenderte más tiempo, fíjate en el bebé, NO en el calendario. Muchas madres dejan la toma de la noche hasta el último porque permanece como un momento especial de acercamiento mutuo y es quizás el momento en el que tu bebé te necesita más.

Este método tiene la ventaja de que permite a tu bebé ajustarse a los cambios y también permitirá que la producción de leche se vaya disminuyendo poco a poco evitando la inflamación y la infección de las glándulas mamarias (mastitis) que es tan dolorosa.
Otro enfoque es dejar la decisión a tu bebé de terminar totalmente con ese tipo de alimentación. Una vez que ya está comiendo tres comidas de sólidos al día, permite que se acerque al pecho únicamente cuando lo pida. En este caso te encontrarás con que dejas de producir leche porque ya no hay demanda y es probable que necesites sacarte la leche con un tira leche para mantener la producción hasta que el bebé ya no quiera.
Para facilitar el proceso te sugerimos:

  1. Pon a tu bebé a realizar alguna actividad en el momento en el que generalmente lo pones al pecho.
  2. Acorta el tiempo de alimentación. Si generalmente se quedaba cinco minutos (o lo que sea), trata de dejarlo dos minutos menos. Dependiendo de su edad, continúa con algún alimento sólido o con un poco de biberón con fórmula.
  3. Evita sentarte en el sitio donde generalmente le das de mamar o usar la ropa que generalmente usas para esto (en caso de que tengas algo especial).
  4. Retrasa el momento de la ablactación si tu bebé se está adaptando a alguna otra circunstancia importante de su vida. Hacerlo cuando acaba de entrar a la guardería, ha estado enfermo o cuando le están saliendo los dientes, no es una buena idea.
  5. Trata también de cambiar tu rutina para que te encuentres ocupada en el momento en el que usualmente lo alimentabas.
  6. Pídele a tu pareja que participe en este proceso y que trate de distraer al bebé en un momento típico de alimentación
  7. Si el bebé se acostumbra a hacer algo, como chuparse el dedo o aferrarse a una cobija o muñeco de peluche,  déjalo, lo necesita para ajustarse al cambio emocional de la ablactación.

¿Y cómo puedo saber si no lo estoy haciendo demasiado rápido?

Los siguientes síntomas indican que estás destetando al bebé con demasiada rapidez:

Por parte del bebé:

  1. vómitos o diarrea (debido al cambio repentino en la dieta)
  2. irritabilidad
  3. ansiedad

Por parte de la madre:

  1. se sienten demasiado llenos los pechos
  2. los pechos están hinchados
  3. tienes fiebre
  4. no te sientes bien
  5. te duelen los pechos o están sensibles al tacto
  6. los pechos se sienten calientes
  7. te sientes triste debido al cambio hormonal

¿Cómo se deja de extraer la leche?

Emplea los mismos principios del destete para ajustarte gradualmente al cambio; por ejemplo, si sueles extraerte la leche 6 veces en un lapso de 24 horas, reduce este número a 5 por un par de días, luego a 4, etc., hasta que ya no tengas que hacerlo más.

¿Cómo se puede disminuir el dolor?

Debido a la presión en los pechos por la producción de leche que ya no va a mamar el bebé, te sentirás incómoda durante unos días. Si los sientes llenos y sensibles al tacto, extrae, ya sea con la bomba o con las manos, sólo la cantidad de leche que sea necesaria para aliviar las molestias. Así se reduce la probabilidad de que se obstruyan los conductos lácteos o se congestionen los pechos.

Utiliza un buen sujetador, cómodo y que no restrinja la circulación. NO te vendes los pechos; esta práctica es obsoleta y puede resultar muy incómoda y causar una obstrucción en los conductos lácteos o una infección mamaria

Consejos prácticos para el destete inesperado o repentino:

Para reducir la hinchazón y las molestias en los pechos mientras disminuye la producción de leche, puedes aplicarte una bolsa de hielo por períodos de 15 a 20 minutos, al menos 4 veces al día, o según sea necesario. Coloca un paño entre el hielo y la piel, nunca lo apliques directamente y evita aplicarlo en los pezones.

Otra alternativa consiste en utilizar hojas de col verde cruda, frías y lavadas, como “compresas” dentro del sujetador (aplasta las venas de las hojas para ablandarlas). Cámbialas aproximadamente cada 2 horas o cuando se marchiten. Utilízalas hasta que disminuya la producción de leche, Muchas mujeres sienten alivio en apenas 2 horas.

Pídele a tu médico que te recete algún medicamento para el dolor como ibuprofeno o acetaminofeno. Los medicamentos que se usaban anteriormente para interrumpir la producción de leche están en desuso debido a que producen graves efectos secundarios.

¿Cuándo debo llamar al médico?

Llama a tu médico si tienes síntomas de infección mamaria:

  • fiebre, dolores en el cuerpo o malestar general
  • dolor, sensibilidad al tacto o calor en los pechos.

Consejos adicionales

Los bebés que tienen alrededor de un año y ya comen una variedad de alimentos, por lo general pueden pasar directamente a tomar leche en vaso, mientras que los bebés más pequeños generalmente necesitan tomar biberón. Consulta a tu médico acerca del tipo de nutrición que debe recibir el bebé después de destetarlo.

Las últimas sesiones que se eliminan en el proceso del destete generalmente son a primera hora de la mañana, a la hora de la siesta y al acostarse. No te apures con el proceso, sobre todo si te gusta acurrucarte con el bebé antes de dormir, tanto como a él. Ten en cuenta que puede ser necesario reducir el ritmo del destete si el bebé se pone irritable, si se vuelve más dependiente, si se enferma o si le están saliendo los dientes.

Es importante tener expectativas realistas en cuanto al destete. Cuando se les permite seguir su propio ritmo, los bebés generalmente siguen amamantando hasta después de cumplir el primer año de edad. A medida que van aprendiendo a comer cosas nuevas y a tomar en vaso, amamantar se convierte en una fuente de consuelo más que de alimentación. De ser así, el bebé se destetará gradualmente cuando esté preparado.

Para las madres que se entristecen cuando llega el momento de destetar al bebé, sobre todo si deben hacerlo de forma repentina, es importante tener quien la apoye y anime durante este período, pues aunque se sienta preparada, podría experimentar una sensación de pérdida. La falta de la cercanía física que tenía con el bebé mientras lo amamantaba se puede compensar con cariño y contacto físico adicional.